La primera de las finalistas que entró en la casa fue Alba, luego lo hizo Mila y Adara entró más tarde. Ese puede ser el orden en el inscriban sus nombres en el palmarés de esta edición, solo que al revés. Alba empezó pronto a discutir al encontrarse con Antonio David. “Me alegro de verte”, dijo él, a lo que la concursante contestó: “No puedo decir lo mismo”. Mila se encontró en la puerta de la casa con El Cejas, que mostró desde antes de entrar en la casa su disposición a ser uno de sus palmeros. Y Adara coincidió en el búnker con Joao y ahí tuvieron posiblemente su primera y última discusión. Aún habrían de pasar semanas para que se convirtieran en grandes aliados.
Ha llovido mucho desde todo esto que cuento. Esa fue la primera noche en la casa y hoy viviremos la última. Entre esas dos noches han pasado 99 días y un sinfín de cosas. Las tres finalistas y otros trece concursantes han protagonizado una edición mítica que ha hecho ya historia. Los datos de audiencia son de otra época y se ha comentado en redes sociales como nunca. Datos de ensueño, sobre todo para un programa que cumple el año entrante sus dos primeras décadas de vida. Si alguien piensa que estamos ante un funeral me temo que está muy equivocado. Larga vida a Gran Hermano.
Solo una de las tres finalistas puede llevarse el maletín que contiene los 100.000 euros del premio. Antes de eso recibirán en la casa la visita de familiares y amigos. También tendrán la visita de Lérica y Juan Magán para cantar su éxito ‘Fuera de mi mente’. Seguro que lo harán algo mejor que quienes hoy van a ser su privilegiado público. Pero esta edición, como todas, no la han hecho solamente tres finalistas. Sin todos los demás no hubiera sido posible, y no haga ni una sola excepción a esto. Es hora de recordar, por orden de salida, a Anabel, Nuria, Hugo, Dinio, Kiko, Irene, El Cejas, Pol, Gianmarco, Joao, Antonio David, Estela y Noemí.
Gracias a todos por ayudar a hacer esta histórica edición, por exponer su imagen las 24 horas del día, por mostrarnos lo mejor y lo peor de sí mismos. Hay que ser muy generosos para exponerse a este encierro, todavía más si se es un personaje conocido. Especialmente sabiendo que vivirán momentos buenos, pero también algunos sinsabores. De las tres finalistas es Adara la que más sufrió la pérdida de aquellos que estuvieron junto a ella. Pronto se quedó sin Hugo y Dinio, con quienes conectó las primeras semanas. Y un poco más tarde vio desfilar hacia la salida en semanas sucesivas a Pol, Gianmarco y Joao. Al menos Alba conservó a las otras ‘pijitanas’ casi hasta el final, y Mila se despidió de Antonio David hace tan solo tres semanas.
Repasando todo lo pasado desde esta perspectiva, cuando está a punto de terminar la edición, me sorprende que sucedieran algunas cosas tan deprisa. Que Nuria tuviera que abandonar cuando apenas se cumplían dos semanas de encierro. Que Kiko y Estela tuvieran su historia que nunca existió en solo un mes. Y que Adara tardase todavía menos tiempo en pasar del llanto por el regreso de Hugo a la repulsa hacia quien fuera su amigo. Las cosas pasan muy rápido dentro de esa casa. Demasiado para poder valorarlo todo, tanto desde dentro como desde aquí fuera. Muchas sensaciones y emociones en poco más de tres meses, que desde esta noche pasarán a formar parte de nuestro recuerdo.
Ha llegado el momento de los agradecimientos, y también de las disculpas. Quiero hacer esta vez un agradecimiento colectivo a todos los que hacéis también Gran Hermano con vuestra fidelidad y el espíritu crítico del que solo puede presumir este programa. Ningún otro público es como nosotros, por eso simbolizo mi agradecimiento en todos cuantos han estado siguiendo este blog y prestando un poco de atención a mis análisis y opiniones, ya fuera desde la coincidencia o desde la discrepancia. Y, por supuesto, gracias a quienes han hecho posible que vuelva a sentarme cada mañana antes de que amanezca para hacer el sano ejercicio de expresar por escrito lo que pienso.
En cuanto a las disculpas, me hago cargo que no debe ser fácil salir de esa casa y encontrarse con algunos de mis impertinentes comentarios. Es parte del juego propuesto, pero entiendo que haga poca gracia o ninguna. Solo puedo decir que, independientemente de lo dicho en cada momento, valoro la valentía de exponerse al juicio popular y repito que todos me han parecido igualmente esenciales para componer el relato de esta edición. Del primero hasta el último han sido protagonistas de mis escritos. Una materia prima de auténtico lujo que merece un reconocimiento en descargo de todas las críticas que han tenido que soportar.
Ayer me hacia una veterana seguidora la observación de que el daguerrotipo de Adara ha sido posiblemente el más duro que he escrito nunca. Y eso que decía cosas como lo siguiente: “Adara ha llenado la pantalla con sus dudas, sus contradicciones, sus lealtades y deslealtades, la noria de sus sentimientos y una montaña rusa de emociones”. También terminaba justificando que esta noche se vaya a llevar el maletín, como parece que pensamos casi todos. Muchos otros eran comentarios menos amables, pero siempre correspondiéndose con lo que pienso, tenga o no razón. Siempre aceptaré que pueda estar honestamente equivocado. También por esto quiero pedir perdón.
Moleskine del gato
Esta noche tenemos una fiesta. Será una fiesta de felicidad inmensa por un montón de razones. Primero porque Jorge Javier Vázquez se vuelve a poner al frente tras su operación. No puede haber mejor noticia. También porque una de las finalistas se llevará el maletín de esta inolvidable edición, convirtiéndose en la séptima ganadora de GH VIP. De nuevo una mujer inscribiendo su nombre en la lista de ganadoras. Personalmente, esta ha sido una edición muy especial. Nunca antes había visto tanto y tan tranquilamente la emisión en directo. Eso sí, teniendo encima un pequeñajo que con dos meses ya me parece que mire con atención la pantalla de la televisión. Seguro que seguirá teniendo meses cuando comience una nueva edición y volvamos a vivir juntos esta apasionante aventura. Entonces tendremos fiesta de nuevo. Aunque nos quedan aún un par de citas: mañana para comentar la final y el lunes tras el Debate de cierre de edición. Me siento un tipo afortunado porque a mí me gusta Gran Hermano.