Premios Gato encerrado
Aquí están los esperados (no sé por quién) premios El Gato encerrado de este año. Vamos a repartir catorce premios de oro, uno de carbón, un premio extraordinario, otro fuera de concurso y una mención especial del jurado. Ahí es nada. Pero antes de eso vamos a repasar alguna cosa de ayer, como el debate final de campaña que tuvo lugar al caer la tarde.
Es absurdo discutir acaloradamente en un debate a dos días de la final. No aporta nada positivo, por lo que es un error no tomárselo con buen humor, siendo generoso con los otros finalistas. No va a cambiar el sentido del voto de la mayoría lo que vaya a pasar en el debate, ni para bien ni para mal. Pero de tener una actitud u otra puede depender que la audiencia se quede con mejores o peores sensaciones de los concursantes. Ver a Marta en el papel de doña perfecta, Rafa alterado y Adrián dolido por lo que le pudo decir Carmen me produjo ayer una cierta perplejidad.
Los más uno tampoco ayudaron a clarificar el debate. Empezó la cosa bien con el tema de la convivencia. Después de Marta, siguió Rafa mi criterio reconociendo que los tres finalistas han tenido una buena convivencia, lo cual fue corroborado por Adrián. Tuvo que ser Carmen quien mezclara este tema con los grupos y ahí empezaron a enzarzarse. Demasiado poco había durado lo bueno. Luego metía caña Carmen diciendo que Adrián y Marta han llegado a la final por descarte y que otros lo merecían más. Lo que podrían haber resuelto con un elegante “es tu opinión” terminó con el disgusto de Adrián. Algunos viven permanentemente disgustados.
Tampoco tiene sentido presentarse en el debate como adalid de la convivencia y que veamos lo contrario en el día a día. Es como si pensaran que el espectador del debate es necesariamente distinto al del directo. Hemos visto a Marta llorar literalmente porque Miriam había robado una lata de cerveza de las que les regalan en las fiestas, y ayer lloraba de la risa cuando descubría que Colchero había guardado en sus calzoncillos un montón de croissants después de decirle a Carmen que habían llegado solo cinco.
Adrián no solo se disgustó en el debate sino que ya venía disgustado de antes. Por las pistas que ha tenido estos días y pudo confirmar ayer con el tema de la ropa para la final, está convencido de que su madre no le apoya y se ha desligado por completo de su participación en el concurso. Su amiga le habló el día de los encuentros de todo el mundo menos de su madre, y ayer le dieron ropa o complementos comprados por el programa en lugar de llegarle lo que pidió de su casa. Se lo contó a Marta, pero adivine el lector con quién decidió compartirlo antes y con más detalle. Con Cora, efectivamente.
Entrega de premios
Será esta una entrega de premios sin ceremonia, pero con toda la solemnidad que merece. El jurado de los premios, compuesto por mí, yo mismo y mi propia persona, ha decidido otorgar los siguientes galardones:
Premio 'La peor puntería' para Carmen. Pues dado que iba a ser expulsada igualmente al menos se habría desquitado poniendo a caldo a Laila. Y, ¿por qué no? bien podría haber apuntado a algún otro compañero.
Premio 'Efímera carpeta' para Elena y Alberto. Lo suyo duró lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks, que diría Sabina. Dado el caso podríamos decir que en un café con hielo. Tan poco importó lo suyo que ni siquiera es público (ni notorio) si siguen juntos o no.
Premio 'Carpeta imposible' para Colchero y Adrián. Para una vez que hay una amplia mayoría que reclama y desea una carpeta resulta que no están por la labor. Para mí tengo que se quedaron con las ganas también ellos.
Premio 'Ni contigo ni sin ti' para Adrián y Marta. “Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio; contigo porque me matas y sin ti porque yo me muero”, dice la copla. Podría pensarse que estar juntos les ha llevado a la final y así han conseguido una cuota de protagonismo que no habrían tenido por separado. Lo cual no sé si es bueno o malo.
Premio 'Tío, macho, hostia' para Rafa. Su expresividad es limitada por exagerada que parezca. Cuando habla normal hasta echo de menos que levante el brazo y lo mueva caóticamente.
Premio 'Pimpinela' para las hermanas mellizas Laila y Nissy. Porque ellos también eran hermanos. Y porque cuando discutían lo hacían a rabiar, aunque cuando se querían también parecía lo más. Les valdría igualmente lo de la copla que he dedicado a Marta y Adrián.
Premio '¿Te he contado lo que me hizo Rafa?' para Alatzne. Será pensionista y continuará contándoles a las amigas del geriátrico aquello que le hizo Rafa, aunque ni ella misma recuerde bien lo que era. También recordará que solo le gritaba, aunque sea mentira.
Premio 'Todo me sale mal' para Álvaro. Porque se encaprichaba de Carmen y a ella no le gustaba, le traían ropa para una prueba y no era de su talla, iba a elegir ropa en una fiesta y ya se la había apropiado otra persona y cuando estaba convencido de que saldría Rafa antes que él… Eso sí, lee a Baudalaire.
Premio 'Parecía que sí' para Cora. Si hubiera hecho su concurso por separado, sin difuminarse en medio del grupo mayoritario, posiblemente no habría ahora esa sensación muy generalizada de lo que pudo ser y no fue.
Premio 'Amigo invisible' exaequo para Kenny y Virginia. Los dos se mimetizaron con el entorno y no se dejaron ver apenas. Uno porque salía de la cama lo justo y necesario para sobrevivir, la otra porque parecía la representante de otros concursantes.
Premio 'Escriba en Mesopotamia' para Héctor. Aunque podría ser el premio al concursante que más ha dado la turra en esa casa durante el año 2022 y posiblemente el resto del milenio.
Premio 'Protagonista' para Nissy. Porque no solo quiso serlo y así lo reclamó con denuedo, sino que realmente lo fue. Un caso claro y palmario de cuando lo llaman teatro queriendo decir arte.
Premio 'Divine de le muerte' para Carlos. Nadie ha llevado esas plataformas y esos modelos imposibles mejor que él en esa casa. Al igual que me pasa con Cora, lamento que no haya tenido menos miedos para ser valiente y hacer su concurso sin tutelas ni tu tías, que dijo alguien una vez.
Premio 'Hola y adiós' para Sara. Lo suyo duró mucho menos que los peces de hielo de Sabina. Justo cuando estábamos relamiéndonos ante la posibilidad de llevarla hasta la final ocupando el lugar de otro u otra concursante, se cruzó por su camino Tom, ese chico tan fiel y formal, que casi nunca cambia de pareja.
Premio carbón 'Que venga la ambulancia' para Brenda. Porque algunas amenazas son peores que un chorretón de agua (con puntería o sin ella). Siempre me pareció que era el “meollo del mal rollo”, como diría Serrat.
Premio extraordinario 'La flor de mi secreto' de la asociación de floristas de España para Carmen. No hace falta decir por qué.
Premio fuera de concurso 'Ojo de loca no se equivoca' para Miriam Saavedra. Por su bendita locura que enmascara una gran sensatez.
Mención especial del jurado para Rafa. Porque sí, macho, tío. Y porque está ya entre mis concursantes preferidos de las últimas dos décadas y pico.
Moleskine del gato
Todavía no sabemos si la del pasado viernes fue la última fiesta de la edición. Eso pensaron ellos y es normal porque les pusieron los vídeos de presentación y sacaron las máscaras aquellas con las que entraron el primer día. Ahora los animales elegidos para cada uno cobran un sentido que no pensamos en su momento. Entre las conjeturas de ellos y las mías propias saco las siguientes conclusiones. Adrián era perro (mejor como amigo, querida Marta), Marta elefante (con muy buena memoria), Rafa unicornio (¿que no existe?), Carmen león (de generosa melena), Cora pantera (grrrr) y Colchero conejo (me niego a seguir las bromas de grúas).
Los mencionados eran quienes estaban el viernes en la casa y seguían anoche. En cuanto al resto, Laila y Nissy eran ciervas las dos (por algo son mellizas), Carlos rinoceronte, Elena dragón, Brenda oso, Kenny cabra, Alberto zorro, Virginia gato, Alatzne águila y Héctor caballo. No alcanzo a hacer tantas suposiciones y ni siquiera me atrevo a corregir alguna de las elecciones, tal vez no tan afortunadas. Lo pasaría por alto si le hubieran dado a Kenny la máscara de un koala (duerme 22 horas al día), un perezoso o una zarigüeya. Eso sí que habría sido un acierto.