Lo poco que están pescando en los cayos los concursantes de Supervivientes 2020 y ya hemos detectado varias escuelas en relación con la manera de afrontar ese momento crucial en el que tienen lo capturado delante de ellos. Me refiero a ese momento de excitación máxima tras sacar del mar lo pescado, bastante antes del siguiente momento en importancia, que es cuando se lo comen. Hace días decíamos de Ferre que es el hombre que susurra a los peces, porque les habla en tono cariñoso no exento de crueldad. Porque Ferre adelanta al pez su destino, como si no quisiera tenerlo engañado ni un instante. “Te voy a atravesar con un palo para hacerte en espeto. Y luego te comeré con gusto. Ya estoy salivando”, sería más o menos lo que les dice este concursante.
Pavón es de otra escuela, más silenciosa y estoica. Tanto es su estoicismo que al final se queda sin pescado. Lo vimos en el Conexión Honduras de anoche. Pavón saca el pez capturado, lo mira y remira, se vanagloria de haber pescado, vuelva a mirarlo, pone cara de satisfacción, como queriendo decirle al mundo que es un crack de la pesca, mira otra vez al pez y arquea la espalda como si acabara de hacer su mejor faena en la Monumental de las Ventas. La siguiente vez que dirige su mirada un poco más abajo de su mano, justo donde unos instantes antes había un colorido pez, es para comprobar que ya no hay nada. El pez ha dicho “hasta luego, Lucas” mientras volvía al mar. Ahí te quedas, Pavón. A ver si te pavoneas ahora, nunca mejor dicho.
No me negarán que es para poner la bandera a media asta en señal de duelo y luto por el pez perdido. Me refiero a la bandera de España que Pavón y Ana María han izado en isla Desvalida. “Quiero que ondee siempre tiesa”, decía Ana María. Pavón escuchó “tiesa” y se hizo la ilusión de que estaba hablando de él y no de la bandera. El narcisismo de este concursante es mayor aún que su capacidad para vanagloriarse por nada. Yiya debió pensar que era cosa del karma porque justo en ese momento estaban todos sus compañeros “desvalidos” lamentando que hubiera perdido la navaja multiusos. “La he cogido yo, pero nadie me ha dicho que no lo hiciera. No he obligado a nadie”, decía Yiya a modo de defensa. Es la reacción más torpe e inexplicable posible.
“La cagas siempre”, le dijo Pavón a Yiya poco antes de pescar un pez y perderlo tras contemplarlo orgulloso un buen rato. Perder la multiusos es un descuido que perjudica al grupo, esto no admite discusión. Pero tampoco debe haberla ante el hecho incuestionable de que cuando capturan un pez lo primero que deben hacer es agarrarlo bien, sacarle el anzuelo (si es posible manteniendo la carnada para que sirva la siguiente vez) y guardarlo a buen recaudo antes de seguir pescando. Para eso muchas veces se confeccionan un bolsito ad hoc, o cualquier otro invento que sirva para volver a la playa con todo lo pescado, sin perderlo por el camino.
Mientras Pavón pesca y lo pierde, entre los desvalidos no se ponen de acuerdo a la hora de salir a pescar. Parece que Elena e Ivana están más por la labor que José Antonio y Fani, quienes prefieren estar de cháchara, debe ser que se alimentan mejor de esto que con la comida. Rocío ni entra ni sale, no vaya a agotarse. La estrategia de la hija de Antonio David parece ser no cansarse, reservar fuerzas a saber para qué. Tanto es así que cuando tuvieron el pasado jueves la recompensa de la pata de cerdo medio chamuscada ni siquiera hizo intento de meterle un bocado. No fuera a cansarse de comer. Luego reprochó a sus compañeros que no le dejasen sitio, pero las imágenes muestran otra cosa. Hasta Lara Álvarez animó a Rocío para que comiera. ¿Y qué hizo esta? Reír en lugar de comer. Después de reprochar a sus compañeros que no le dejasen sitio, porque luchar por ocuparlo también es cansado, reconoció que no llegaba bien a la pata porque estaba muy alta. De nuevo las imágenes muestran la verdad: sí llegaba.
Volviendo a la poca predisposición por la pesca de Fani y Rocío, para hacer honor a la verdad debo decir que no lo han tenido muy fácil hasta que anoche fueron liberadas de ir atadas de pies y manos. Han estado así desde poco después de finalizar la gala del jueves, por lo que tiene razón Fani cuando dice que no pueden pescar ni ir a por leña. Por tanto, la discusión de Elena con José Antonio era un reproche en toda regla al periodista. “Estas son las cosas por las que no termino de confiar en ti”, decía la madrastra de la Cenicienta… perdón, quería decir Elena. Me parece que a José Antonio le es indiferente si confían o no en él. “Eres igual que tu hija”, le contestó. ¡Con Adara hemos topado! Creo que no había dicho nada José Antonio hasta ahora en lo que hubiera tanto consenso. De tal palo tal astilla, son las dos igualitas.
Que los siervos no hagan ni intento de pescar se entiende mal porque ellos no tienen el chollo de los cangrejos con el que se están cebando los desvalidos. “Aquí cogemos por las noches todos los cangrejos que queramos, así de grandes”, le contaba Pavón a Ana María nada más llegar esta a la isla. Se refería a esos cangrejos “con brazo de gimnasio” a los que se refería el otro día Yiya. Sufro por los dedos de Ana María, ante los que han demostrado tener debilidad los cangrejos de cayos Cochinos, según hemos visto. Aunque parece haber perfeccionado el método y ahora ya no pide un compañero que le ayude a zafarse del crustáceo y prefiere optar por métodos más expeditivos. Por ejemplo, pegarle un bocado al cangrejo en la pata. Ahora no sufro por sus dedos sino por sus dientes.
En la prueba de recompensa se jugaban un kit de supervivencia (con cerillas, un hatillo de leña y más cosas), además de una alita de pollo para cada uno por cada minuto que aguantasen. No hicieron mal papel los desvalidos, aunque Pavón se quedó sin alitas por no cumplir la norma de tener los brazos estirados. Pavón pierde lo que pesca y no consigue las alitas, menuda racha. Siempre le quedaran los cangrejos, la bandera de España y hacerse la manicura. “Llevamos las uñas hechas”, le dijo a Ana María. Los atractivos de isla Desvalida son muchos, según se ve. Los mortales ganaron a los siervos, que se habían propuesto una estrategia bastante discutible.
Debían sujetar una especie de plato del que colgaba un coco. Los de los extremos contra un soporte y los del centro entre dos concursantes. Así tenían que estar hasta que se les cayesen tres platos. El equipo que más tiempo aguantase ganaba. La idea de los siervos fue que la persona del extremo izquierdo (Fani) soltase el plato para que los demás pudieran acercarse un poco y así asegurar el resto. Plan peligroso porque debían estar siempre con los brazos extendidos, pero que hubiera funcionado mejor si Fani hubiera soltado el plato que sujetaba con José Antonio en lugar de dejar caer el del extremo. Así no le valió de nada porque tenía que seguir extendiendo los brazos igualmente para tocar el soporte como si sujetase el plato. Sin embargo, soltar el otro plato sí que les hubiera dado un cierto respiro al perder el contacto entre Fani y José Antonio.
Los nominados hicieron sus alegatos. Tanto Ivana como Hugo coincidieron en lo duro que es vivir separados en lados diferentes de la playa. Aunque siempre tienen “la ventanita del amor” para verse. Hugo no solo se marcharía con los siervos para estar junto a su chica (así la llama él), sino que confesó preferir la salvación de Ivana antes de la suya. “Quisiera que Ivana se salvase el martes y yo el jueves”, afirmó. Para que luego digan. Si es que no confía en esta pareja ni el hermano de Hugo, para quien algunos se enamoran en 10 días y se desenamoran en otros 10. ¿Para qué esperar? Hugo estaba liado con Ivana antes de haber transcurrido 10 días.
Moleskine del gato
Alejandro ha perdido 6 kilos y medio. A razón de más de 2 kilos por semana no hay mejor método para adelgazar que ir a Supervivientes.
Ferre preguntó: “¿Dónde dejo el féretro?”. No se prevé ningún deceso en la isla, se refería al cetro de líder de los mortales. Cambiar “cetro” por “féretro” es demasiado macabro.
Aplaudo a Jordi González por varios momentos que nos dio anoche. Aparte de su emotivo discurso inicial, con el cual no cabe discrepar, me pareció enorme al menos en otras dos ocasiones. Pienso en cuando le dijo a Rocío: “Estás muy guapa con esa cara de enamo…”, y la dejó con el culo torcido. Parecido a lo que debió pasarle a José Antonio cuando preguntó por su programa y la respuesta del presentador fue: “Han cambiado muchas cosas desde que no estás”. Vete a vacilar a Jordi, que saldrás escaldado. Para vacilón él.
El programa prevé comunicar a los concursantes la situación de emergencia que se vive en todo el mundo por el virus, lo cual suscitó cierta discrepancia en plató. Interesante dilema del que hablaré aquí mañana, que ya es tarde y tengo un confinamiento que cumplir durante el resto del día. Feliz encierro, amigos.