En la pareja tres son multitud
Se enfrentaron dialécticamente Elena, Ivana y Hugo, lo cual demostró que tres son multitud. Cada vez que Elena se ha metido en la relación de su exyerno con la compañera de concurso de ambos ha salido trasquilada. Ese tipo de ménage à trois no es nada recomendable. En esta ocasión, logró que viéramos a Hugo defendiendo a Ivana, y a esta diciendo unas palabras que sonaban algo enigmáticas. “Estoy con él”, afirmaba Ivana. ¿Nos hemos perdido algo? Por lo pronto, la hemos visto intentando hablar con Hugo y encontrándose con una pared silente e inanimada. No movió el tío ni un músculo hasta que se fue Ivana. Solo en ese momento se le vio gesticular. Diría que no es para afirmar con tanta seguridad que están juntos. No por ahora. Aunque también puede pasar que nos falte una parte del relato. Habrá que esperar, por tanto.
Ivana no está olvidando su amor propio por intentarlo de nuevo con Hugo y decirle claramente que volvería con él. Cada uno hace con su capa un sayo y maneja el amor propio como quiere. Debe pensar Ivana que por ella no quede. Hace todo lo posible por conseguir lo que desea, y ninguna decisión puede superar esa. Yiya habla usando frases hechas y lugares comunes, con tan poca convicción como una charlatana vidente de madrugada en una televisión local. “No debes mendigar algo que es tuyo”, asegura Yiya esperando el aplauso, gustándose a sí misma. ¿Qué tonterías dice? No está mendigando. Y, mucho menos, lucha por algo suyo. No somos de nadie. A Yiya se le va cayendo la palabrería vacía y sin sentido cuando camina por la playa.
Yiya al menos se esfuerza en decir cosas que suenen más o menos bien, porque Elena solo profiere gritos sin otro objetivo que silenciar al contrario. Decir que Elena e Ivana no se caen bien es una obviedad. La pregunta es ¿a quién cae bien Elena? También cabe dudar si a alguien le cae bien esta concursante. De entre sus compañeros solo ha logrado mantener una buena relación todo el tiempo con Jorge. Con Hugo tiene una relación bamboleante, que va de acusarle de cosas pasadas sin relación alguna con el concurso hasta llorar por su supuesta expulsión diciendo que era su ganador. Ahora resulta que la tregua que propuso a Elena a Hugo era para su vida de fuera, por eso le nominó el jueves pasado.
Dice Elena que ella no había nominado nunca antes a Hugo, mientras él la nominó a ella repetidamente. No es verdad. Los dos se han nominado el mismo número de veces: exactamente dos. En la última gala Elena nominó a Hugo y en la anterior se nominaron mutuamente. Antes de eso, Hugo había nominado a Elena al principio del concurso, el día que ella sacó el tema de los problemas para visitar a su hija tras el parto, lo cual quedó bastante acreditado que tampoco era del todo cierto. Se han nominado dos veces el uno al otro, pero Elena pretende hacernos creer que no es así. La próxima vez que proponga una tregua debería especificar si incluye o no las nominaciones.
Siguen las quejas sin razón de Hugo en los juegos
Hugo no para de equivocarse dando su peor cara de mal perdedor o aislándose del grupo para después quejarse de que no lo han tenido en cuenta. Demostró lo primero en la prueba de recompensa de las tres en raya y lo segundo durante la visita de Nyno como la pesadilla del pasado, o algo así. No tenía razón Hugo con su protesta en la prueba. Y es así no solo porque Rocío sí intervino en el definitivo tercer juego, sino porque quien hizo perder a su equipo fue Yiya, que no debe saber jugar a eso. A ella debió echar las culpas en lugar de ir a Lara para protestar sin razón. Me explico. Habían hecho dos grupos al azar y los integrantes de cada equipo debían ir pasando por unos obstáculos hasta el tablero de tres en raya para poner una bola. Una vez puestas las tres bolas de un equipo seguirían pasando para mover una bola del tablero, y así hasta que uno de los equipos hiciera tres en raya. En ningún momento se especificó que debieran hacerlo en un orden determinado.
Hugo se quejó de que el otro equipo había alterado el orden participando en la tercera ronda. ¿Pero qué orden? Aun más, dijo que Rocío no había participado, habiendo doblado turno Barranco. Revisando las imágenes, lo sorprendente es que el propio Hugo se cruzó con Rocío, el yendo hacia el tablero y ella volviendo. Pero se obcecó en que no participó, afirmando que ella misma lo había reconocido. Siguió manteniéndolo aunque Rocío desmintiera ambas cosas. Sí participó y no reconoció lo contrario, como es lógico y normal. Aunque no se dijera que hubiera un orden podría tener cierto sentido la queja si en una ronda no participan todos los integrantes de un equipo, pero eso nunca sucedió.
En esa ronda final participaron del equipo de Rocío colocando bolas Barranco, Jorge y Ana María (en este orden). Una vez colocadas las tres bolas fueron a moverlas Barranco, Rocío y Jorge. “Fueron dos veces dos personas”, protestaba Hugo. Pues claro, porque si van seis veces al tablero y son cuatro personas tendrán necesariamente que repetir dos. Si Barranco se adelantó a Rocío es porque nadie dijo que debieran fijar un orden determinado. Y, repito, Rocío sí participó. Cruzándose con Hugo, además. El equipo de Hugo perdió la partida en la primera ronda, porque Yiya pudo haber hecho tres en raya y movió la bola equivocada.
Sombra o fantasma del pasado
Nyno volvió como una sombra del pasado, aunque a mí me pareció más bien un fantasma y a Hugo debió parecerle una pesadilla. Iba con un coco y al repartir se le vieron las intenciones. “Somos ocho, ¿no?”, preguntaba. Pues no, eran nueve contando a Hugo. Que si pretendía no contarlo bastaba con decirlo. No hubiera extrañado después de afirmar que daría coco a quien quisiera. Pero el paripé fue decir que eran nueve y dejar al noveno sin su ración. Hugo se había apartado para cuidar el fuego, quejándose por lo bajinis de que pusieran tanto interés en coger sus trozos de coco en lugar de ocuparse de hacer cosas. Hombre, igual no era el momento, que tenían invitados. De acuerdo que no se ha llevado bien con Nyno, pero tampoco es educado hacer semejante desplante. Vaya una cosa por la otra. Mal Nyno haciendo el trilero escamoteando coco a Hugo. Y mal Hugo por hacerle el feo a Nyno.
Ver a Yiya llorando en los brazos de NynoYiyaNyno me confirma que esta concursante va sin timón ni freno por la vida. Ayer apoyaba a Hugo en una discusión que tuvo en directo con Ana María. Podría pensar que es justa y da la razón en cada momento a quien piensa que la tiene, pero la realidad demuestra que dispara sin orden ni sentido. Con las mismas, se abraza y reconcilia con facilidad. A Hugo le perdonó todo por haber hecho fuego. Bueno, perdonar, perdonar, lo que se dice perdonar, tampoco. Le duran más bien poco los buenos sentimientos. Y lo mismo se puede decir de los malos. Cuando se la ve llorar junto a Ivana sintiendo que esta ande fastidiada por el fin de su relación con Hugo podría pensar que tiene una empatía enorme. Pero como tiene un comportamiento random más bien pienso que tocaba llanto y frases a lo Paolo Coelho. Otro día tocará palo y tentetieso.
Como era el día de la madre tuvieron sorpresa Ana María y Elena. La primera en forma de pergaminos y fotos, la segunda con grabaciones. La voz de Adara sonaba como desde el mismísimo cielo, con reverberación y todo. Y mientras Elena escuchaba primero a su hijo y luego a su hija iba descomponiendo la cara hasta expresar auténtico terror. “Perdonad que me ponga así”, dijo al terminar las grabaciones. Nada, mujer. La verdad es que impresiona. Si se pone así cuando le dan buenas noticias y puede escuchar voces familiares no quiero pensar cómo será la cosa si le dicen algo malo o escucha a C. Tangana. Ana María a su lado parecía una persona tranquila y sosegada. ¡Lo que hace la comparación!
Moleskine del gato
Anoche le tocó a José Antonio que le sacaran todas las miserias de las cuales se ha estado hablando mientras él estaba perdiendo 23 kilos con 200 gramos. Que digo yo una cosa, una vez has perdido ese peso y estás divino de la muerte, sin lorzas ni papada, debe dar igual que te acusen hasta de haber matado a Kennedy. Que si no ha estudiado periodismo, que si no sabe hablar inglés, que si tuvo un rollo con Pavón. Esto último dicen que lo ha contado él mismo. Como era de esperar lo negó todo. “¿Dónde has estudiado la carrera?”, preguntó Jordi González. “Cuando llegue a España te lo digo”, contestó Avilés. Que igual no se acuerda el muchacho. Tengamos paciencia. “Yo sabía que esto iba a salir”, dijo después. Pues ha tenido tiempo de prepararse una respuesta, lo cual no se notó nada anoche. “En todos mis años de profesional nunca me han pedido el título”, decía Jordi. No ha tenido Avilés la misma suerte, por lo visto.