Luca Onestini quiere hacer pagar a Cristina Porta que sea inmune y él esté nominado
Es lógico que existan dudas razonables sobre si Luca está utilizando el dilema de nominación-inmunidad del jueves pasado para poner distancia con Cristina ahora que se acerca la final. Premio solo hay uno y también es limitada la gloria de pertenecer al selecto club de ganadores de reality. Él y Cristina son sospechosos de querer hacer una maniobra final que les individualice en el momento en que se va a empezar a votar a favor y no en contra. Es decir, para elegir ganador y no para expulsar. Les precede la duda compartida por muchos sobre si su relación es auténtica o forzada para sacar ventaja en el juego. En estas cosas me fío ciegamente de mí polígrafo interno, y nunca he pensado que estuvieran forzando su relación.
Descartada la ‘fake carpeta’ habría que analizar la situación actual de la pareja basándonos solamente en lo sucedido desde el jueves. Y entonces es Luca el que sale perdiendo, siempre según este gato opinador. La primera sospecha surge por la reacción de este concursante ante una parte del enunciado del dilema leído por Jorge Javier Vázquez. Antes de nada, Luca se detiene en el concepto “recta final”, y se interesa en saber exactamente en qué consiste. Luego viene su generoso ofrecimiento a asumir él la nominación para salvar a Cristina, y cuando esta lo valora a petición del presentador, Luca reacciona molesto de inmediato. “No has entendido nada”, dijo. Desde ese momento hasta hoy hemos asistido a días enteros de comunicación intermitente entre los dos, en los que parecían reconciliarse el sábado en el jacuzzi y ayer domingo volvían para atrás como los cangrejos.
El principal reproche que Luca expresa públicamente hablando con otros habitantes de la casa es que no se lo agradeció como él esperaba. No se echó a sus brazos ni hubo un beso de agradecimiento. Ahora bien, lo primero que dijo Cristina fue: “Se lo agradezco un montón”. Y lo otro no existió porque cuando aplica el sentido común y hace el análisis que habríamos hecho cualquiera sobre las posibilidades de que Luca fuera expulsado esta semana este reacciona tan mal que corta cualquier posibilidad de acercamiento amoroso. Justo lo que echa de menos él mismo lo frena rechazando un análisis con el que puede no estar de acuerdo, pero es completamente aceptable.
Hasta aquí sigo parado en el jueves, como si no hubieran transcurrido tres días desde entonces. Pero me parece fundamental analizar lo que pasó para poder entender la postura de uno y otro después. Y es que Luca no es totalmente sincero cuando da la explicación de la falta de acercamiento amoroso a modo de agradecimiento. Un reclamo al que muchos se han colgado después afirmando que Cristina no le dio las gracias. Sin ir más lejos, anoche lo decía Miguel Frigenti en el programa y nadie le rectificaba. Pero sí, Cristina empezó expresando su agradecimiento a Luca. Ahora bien, lo que le molestó a este no fue solamente eso. Digo más, creo que eso no es tan importante como el hecho de que Cristina no se ofreciera a quedar nominada ella. Ahora lo puedo decir abiertamente, porque lo ha reconocido el propio Luca.
De manera que Luca pretendía que Cristina se ofreciera a volver a quedar nominada y esperaba que cuando él se sacrificara lo agradeciera saltando alegre hacia él, llenándolo de besos y agasajos. Aparte del tema de las expectativas, que ya traté de pasada el viernes pasado, Luca no tiene en absoluto en cuenta a quien le estaba pidiendo que tomara una decisión distinta ante el reto y tuviera una reacción diferente después. No solo exige que haga lo que a él le hubiera gustado, sin respetar su propia iniciativa, su personalidad y sus principios. También está pasando por alto Luca que Cristina es persona casi en shock, víctima de un choque emocional por el machaque psicológico al que se la sometió durante toda la semana, conmocionada tras la amplificación que eso tuvo en la gala del martes e impresionada porque apenas unos minutos antes había vivido el duelo con Frigenti en la sala de expulsión.
¿Qué quería Luca? ¿Qué Cristina sreaccionara a la perfección? ¿Acaso piensa que se trata de un robot? ¡Pero si tenía el miedo escrito en la cara! Me enerva la falta de empatía ante una persona a la que se exige de todo ante una situación extrema. Cristina actuó el jueves movida por el miedo. Luego ha seguido atrapada por la inseguridad que le genera esa relación. ¿Y Luca? ¿Qué le mueve a ser tan exigente y quisquilloso? Lo siento mucho, pero creo que le mueve la ambición. Luca tiene espacio en su cabeza solamente para la idea de que estamos en le recta final. Su sacrificio quedando nominado es un gran gesto que dice mucho a su favor, pero ese mérito se va derramando por todos lados cuando utiliza su gesto como reproche y empieza a añadir a muchas de sus frases la coletilla de “encima”.
“Encima que me expongo a la nominación para salvarte te veo llorando, pasas horas sin hablarme y ni siquiera me preguntas cómo estoy”, dice Luca. Tras ver las breves conversaciones entre los dos antes de la noche del sábado, todas ellas cortadas bruscamente por Luca (que deja a Cristina con la palabra en la boca), hubiera asegurado que no había posibilidad de arreglo. Lo mismo poco después de que Cristina fuera al jacuzzi donde estaba solo Luca para hablar allí con él. Decisión fatal no solo por el ascazo que da ese jacuzzi lleno de porquería, sino porque dos horas después Cristina estaba casi desvanecida, con la impresión de estar sufriendo una bajada de tensión. Y yo con las transaminasas por los suelos y sin poder despegarme de la pantalla.
En las partes que pudimos ver de la conversación en el jacuzzi entendí que Luca plantaba con claridad un escenario de ruptura al no tener seguridad de que Cristina no vaya a decepcionarle en el futuro como le hizo el jueves. Además, toda la conversación estuvo salpicada de reproches. Esa ha sido la constante, en realidad, durante todo el fin de semana. Reproche por no haber querido hablar con él, por hablar con otros compañeros antes, por no haberse interesado por cómo estaba, por poner una lavadora sin contar con él, por no consultarle por la ropa que se pensaba poner en la gala de anoche… es que solo le quedó pedir que no respirase.
“¿Te lo tengo que decir? Me estás haciendo daño. Mira cómo me hablas. Llevas un día que apenas me miras. Me siento como una mierda. Todo en menos de veinticuatro horas”, decía Cristina cuando Luca fue a preguntarle por qué no estaba disfrutando de la fiesta. La respuesta fue contundente: “¿Me estás vacilando? Me estás echando la culpa. Te intentas agarrar a algo que no está. Yo te he salvado y no estás nominada y encima estás mal por culpa mía. ¿Te sientes mejor atacándome a mí? Ataca al cojín. No sé qué hacer más. ¿Este es tu agradecimiento? ¿Me sacrifico por ti y lo agradeces así?”. Imposible no colegir que está realmente fastidiado por haber salido a la palestra para salvar a la que era su chica.
Hablo en pretérito por lo que dijo anoche Luca. “Ya se verá lo que pasa con la relación”, afirmaba dejando en el aire si continuarán o no como hasta ahora. A partir de esa reflexión no es posible acusar a Cristina de estar explotando su papel de víctima porque está claro que Luca es capaz de cuestionar la relación por lo sucedido desde el jueves. Se victimiza quien sin ser ninguna víctima hace ver que lo es. Sin embargo, Cristina sí está siendo víctima de un arrebato de Luca que ya le está durando demasiado. Habría hecho bien en no salvar a Cristina. Tengo claro que lo hizo de cara a la galería, especialmente después de ver las consecuencias de que Julen no salvara a Sandra. Pero le dolió nada más hacerlo y aún le sigue doliendo.
A pesar del tono de la conversación del jacuzzi, la cosa terminaba por sorpresa con besos repetidos y un tonteo que hacía prever el final de la tensión entre los dos. Pero ayer domingo tuve de Luca la confirmación de que está intentando hacer pagar a Cristina que fuera inmune el jueves y él esté nominado. Habló textualmente de pagar lo que debe considerar como una deuda. Pero cuando se hace algo así por una persona querida debe ser un gesto sincero y que no busque contrapartidas. Si las pide es que no lo hizo de corazón. Todos los “encima” que le he escuchado en estos días sobran, y son muestra de una falta de madurez asombrosa.
Durante la gala de anoche Luca volvía a molestarse con Cristina. Le molestó enormemente que volviera a repetir lo que dijo el jueves tras la resolución del duelo, cosa que hizo para explicarse. Tan sencillo como eso. Pues bien, Luca volvía a levantar el hacha presentando un escenario de enfrentamiento que me parece ridículo. Tras la gala, Cristina se quedaba llorando en el sofá del salón y solo Jesús se acercaba a ella para ofrecer su hombro. Me ha resultado curioso que los Gemeliers, y particularmente Jesús, hayan dado más apoyo a Cristina este fin de semana que Luis. Este no solo se ha mostrado algo más esquivo, sino que incluso ha dado más la razón a Luca.
El italiano tampoco entendía anoche las lágrimas de Cristina. A ver si le doy alguna pista. ¿Puede que llorase porque se mostró profundamente molesto cuando ella simplemente recordaba lo que dijo? No lo estaba volviendo a plantear, solo lo recordaba para intentar dar una explicación. ¿O es que le va a negar su derecho a explicarse? ¿Puede que llorase también porque Luca no salió en ningún momento en su defensa cuando Julen ofrecía en directo su interpretación de que Cristina le estaba haciendo la 13-14 igual que lo había hecho con anterioridad a Adara o a Frigenti? No solo evitó decir nada a favor de ella, sino que salía en defensa de Julen de forma extemporánea por un tuit que le hicieron leer donde acusaba a Sandra (no a Julen) de aprovechar “al mínimo para tirarle a Cris y malmeterle a Luca”. “Julen nunca me ha hablado mal de ella”, aclaraba Luca, como si la autora del tuit fuera Cristina.
Creo que Cristina llora porque ve perder a Luca y eso le duele. Su inseguridad le ha jugado malas pasadas desde hace tiempo, pero nunca ha estado tan justificada como ahora. Si no le faltara seguridad estaría cieguísima, cosa que por suerte no sucede. A Luca no parece ni afectarle que vayan con el megáfono a decir cosas en su contra, ni que casi todos los tuits leídos en la casa le dejasen en no muy buen lugar. Luca sí que está ciego. Le ciega lo que él considera un error de Cristina y ni siquiera admite que para ella no lo sea. Y, tristemente, creo que también le ciega la ambición ante la perspectiva de estar llegando a la final. Esa recta final que tanto le interesó saber con exactitud en qué consiste.
Tras pasar esta madrugada el menos una hora en cubo, Cristina salía y escuchaba como Luca acusaba a Jesús de estratega por acercarse a consolar a una compañera que lloraba desconsolada sin que él se acercase si quiera. Sinceramente, creo que está perdiendo al cabeza. Cristina entraba en el dormitorio para pedirle a Luca que salieran fuera a hablar, pero este respondía de malas maneras pidiéndole que esperase fuera a que terminase la conversación con Jesús. Diría que luego ya no hubo conversación o al menos no la vimos. Mientras escribo estas líneas sigo pendiente de si eso sucede, pero no lo creo.
A Cristina se le ha presentado la situación que más podía temer y menos esperaría. Después de los recientes malos tragos, habiendo vivido galas durísimas llenas de ataques gratuitos y sin sentido (teniendo que defender cosas tan absurdas como la tonalidad de su propia voz), después de cinco duelos consecutivos en la sala de expulsión, ahora se encuentra perdida, sin saber cómo complacer a Luca y con su relación más cuestionada que nunca. Hasta ahora eran terceros quienes la cuestionaban, pero ahora es el propio Luca. ¿Es para llorar? No, es para perder la cabeza.
Moleskine del gato
Los porcentajes ciegos de las votaciones oficiales muestran que uno de los nominados se acerca peligrosamente al récord de Nagore. Así estaban anoche: 91,8 %, 6,2 %, 1,2 % y 0,5 %. Teniendo en cuenta que casi todos los seguidores de los otros nominados han decidido concentrar el voto en Julen parece difícil que ese porcentaje no sea suyo. Ahora falta ir a por el récord.
Superaron la prueba gracias al voto de más del 70 % de los votos (necesitaban un 60 %).
Lo dejo aquí que es fiesta. Mañana más y el miércoles me lo tomo de descanso. Será la primera fiesta sin nuevo escrito desde el comienzo de esta casa de los secretos.
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