El dilema de las nominaciones termina con Luca decepcionado por la reacción de Cristina
Como era de esperar, el dilema inmunidad-nominación tuvo consecuencias importantes anoche. Después de superar su quinto duelo y ganar a Frigenti, el concursante que tan mal se lo hizo pasar este martes, Cristina se metía en la cama sola al poco de terminar la gala. Triste celebración de un hito tan importante que la pone directamente en la recta final. Y sin estar nominada, además. Como en un efecto dominó, a Luca no le gustó la reacción de Cristina y, por eso, reaccionó mostrándose decepcionado. No estaba ni enfadado, ni molesto, creo que la palabra exacta para definir su estado es decepción.
Las cosas habían ido según lo previsto para las otras dos parejas. En estos dilemas las parejas podían formarse al azar o dejar que ellos mismos las hicieran. Fue de esta segunda forma como terminaron resolviendo el dilema Julen con Sandra, Luis con los Gemeliers y Cristina con Luca. Sobre el papel, eran Luis y los gemelos quienes menos conflicto tendrían. Lo intentó explicar en plató Cynthia con poco éxito porque no se hizo entender, pero tenía toda la razón. Es tan simple como que las otras dos parejas ya estaban formadas de antemano, resultando la tercera por pura obligación. La premisa era que eligieran a la persona con quien querían llegar a la final, y resulta que Luis hubiera elegido a Julen, lo mismo que Dani y Jesús. Pero Julen ya estaba pillado, gracias.
Julen lo tenía especialmente fácil, además. Tras su poco celebrada decisión de no salvar a Sandra la semana pasada tenía anoche otra ocasión y, en este caso, con una contrapartida menos comprometida que entonces. No se trataba de sentenciar a un amigo, sino sacrificarse él mismo. Julen se inmoló sin dudarlo y no pudo evitar argumentar que estaba tan seguro de la decisión porque debía compensar su error anterior. En este caso salían los dos muy bien parados. Julen porque, por fin, tomaba la decisión esperada. Y Sandra porque se ofreció a quedar ella nominada a cambio de salvar a su chico. Este no lo permitió, dando ambos una imagen ideal de generosidad y sacrificio en pro del amor.
Luego vinieron Luis y los gemelos, la pareja de tres que se vio obligada a someterse a un dilema que no se vive igual cuando hay deseo de coincidir con el otro en la final o cuando sería distinta la elección, como sucede en este caso. “Tres contra uno, mierda para cada uno”, dijo Luis al saber cómo se elegía esta semana la terna de nominados. Fue él quien tomó la voz cantante mientras Dani y Jesús permanecían en silencio esperando un golpe de suerte que les hiciera salvar la situación de manera favorable. Solo Dani se atrevió a sugerir que Luis no ha estado nunca nominado. Es un argumento válido, pero sería injusto que por haber logrado la machada de no ser apenas nominado por sus compañeros anoche tuviera que pringar él.
Luis habría mostrado generosidad con los Gemeliers si elige la nominación dejándoles la inmunidad a ellos. Pero prefirió ser generoso con la audiencia dejando la decisión en nuestras manos. Luis decide no colaborar, pero en lugar de desertar interpretando la nominación de sus rivales como un logro lo que hace es considerar justo que la audiencia decida. A pesar de haber permanecido de algún modo agazapados esperando el error del contrario, los Gemeliers encajaron bien un resultado del que ellos también tenían total responsabilidad.
La falta de colaboración dejó nominados a los gemelos y a Luis, tres personas, pero solo dos concursantes. No obstante, antes de tomar la definitiva decisión, se hicieron su composición de lugar sobre quiénes serían sus rivales en la palestra. Luis no acertó al dar por supuesto que Julen sería inmune, y me pareció que también lo creía de Luca. O sea, según Luis iban a quedar nominados frente a Sandra y Cristina. Me gustaría que hubiera explicado por qué Julen volvería a evitar la salvación a Sandra. Sería el hombre que tropieza dos veces en la misma piedra, pero en este caso con testarudo ahínco.
La tercera y última pareja en resolver el dilema fue la otra que lo es en realidad. Cristina y Luca escucharon el planteamiento de la mecánica y apenas hablaron hasta pasados los dos minutos de tiempo que tenían para tomar la decisión. Privaron así al espectador de saber lo que les pasaba por la mente. Cristina mantuvo su silencio de manera consciente y elegida. Ella quería oír la postura del italiano porque la suya era claramente favorable a salvarse. De hecho, llegó a decirle a Luca que le contase lo que pensaba, promoviendo un diálogo entre ambos que nunca se produjo.
Luca callaba y parecía que su silencio era porque estaba pensando qué hacer, pero enseguida vimos que había confundido las reglas y pensaba que debía esperar hasta el fin de esa cuenta atrás para comunicar su decisión. Tampoco quiso discutirlo con Cristina porque tenía su decisión tomada. Es decir, no creo que sea justo acusar a Luca de haber dudado de quedar nominado para darle la inmunidad a Cristina. Solo quiso evitar tener que convencer a su compañera de viaje en esta aventura de que debía ser él quien se sacrificara. Ahora bien, creo que su decepción empezó cuando observó que Cristina no se ofrecía a ser la sacrificada. Aunque después explicó por activa y por pasiva que su decepción había venido por la reacción posterior de ella, creo que en realidad venía ya de antes.
¿Y cuál fue esa reacción de Cristina que tanto contrarió a Luca? Pues empezó agradeciéndole que se inmolase, y luego reflexionó sobre las consecuencias de la decisión tomada. Una decisión que deja nominado a Luca. Fue una reflexión llena de sentido común y basada en la experiencia de las 12 semanas vividas de concurso. Cristina afirmaba estar tranquila porque Luca se ha salvado en martes cada vez que quedó nominado, sin haber llegado nunca a sentarse en la sala de expulsiones. Sin embargo, ella viene de sucesivos duelos, particularmente duros los dos últimos contra Adara y Frigenti.
A Luca le decepcionó que la respuesta de Cristina no fuera más amorosa y se centrase de inmediato en la aritmética de las nominaciones. De alguna manera, eso era para él como minusvalorar su gesto de inmolarse para salvarla. A pesar de haber empezado agradeciéndoselo, si Cristina pensaba que Luca debía ser el nominado porque está fuera de peligro es porque no valora suficientemente su sacrificio. Como si él no lo hubiera hecho por amor, sino por tener cierta prepotencia al creerse a salvo pase lo que pase. En ese plano teórico, Luca resume su pensamiento en una frase que repite y se ha convertido ya en su leitmotiv: “Nunca se sabe”.
Luca “esperaba un poquito más de corazón”, pero Cristina se comportó anoche como siempre lo ha hecho. Con naturalidad forzó la decisión de Luca y tras agradecerle el gesto explicó por qué en ningún momento se había propuesto para quedar nominada otra vez, después de siete nominaciones en las que llegó en cinco ocasiones al duelo en la sala de expulsiones. Si se hubiera ofrecido a sacrificarse la estaríamos acusando de falta de sinceridad. No digo que Sandra fuera poco sincera cuando lo hizo, pero sus nominaciones no son iguales a las de Cristina. Esto mismo decía esta cuando se levantaba de la cama sobre las cuatro y media de la madrugada. La persona con quien había estado hablando de este tema antes de meterse a llorar bajo el edredón fue Luis, y con el mismo hablaba entonces.
No es tan difícil de entender que Cristina anoche se salvó por un 55 a 45 por ciento, resultado no tan dramático como el empate técnico del principio de la gala y tras escuchar a Jorge contar los innumerables sorpassos habidos. Sin embargo, Luca se salvó el martes con menos del 1 por ciento de los votos. Y no es la primera vez que se salva por un porcentaje nimio como ese. De acuerdo que nunca se sabe lo que puede pasar. Anoche lo hablaba Luca con Dani y Julen, recordando que Cynthia se salvó varios martes y luego cayó contra Sandra, rival aparentemente poco complicado.
Entiendo a Cristina y su análisis del juego, imprescindible en este formato. Mejor eso que simular indiferencia ante la posibilidad de llevarse el maletín. Ahora no solo es malo ser estratega, también parece punible querer ganar. “Es ambiciosa y quiere el maletín”, leí anoche en Twitter. Pues claro, y quien diga que no lo quiere está mintiendo. Anoche Cristina hubiera contentado a Luca si se ofrece a quedar ella nominada sabiendo que él no evitaría salvarla, como quedó bien claro tras el error de Julen siete días antes. Y le habría dejado feliz si solo le agradece el gesto, sin exponer su interpretación sobre las consecuencias de la resolución de su dilema.
Entiendo la postura de ambos, pero si soy sincero debo decir que Luca quiso anoche controlar la reacción de Cristina, lo cual aparte de ser el anuncio de un fracaso, porque cada uno reacciona de un modo, es también un mal síntoma que puede denotar cierta tendencia a plantear las relaciones de manera posesiva. A Luca le decepciona que la reacción de Cristina no fuera la que él esperaba. Se trata de un fallo de expectativas del que solamente él es responsable. Cristina no tiene por qué tener como principal objetivo satisfacer su expectativa si con eso ha de limitar su libre albedrío.
Antes de la bomba del dilema del nominado-inmune, Cristina y Frigenti se abrazaban poco antes de saber que este último era expulsado. Tras ser repescado no ha salido tan pronto fue posible porque era prioritario sacar a Adara. Los dos repescados han sido expulsasdos en semanas consecutivas tras otra breve estancia. Dos expulsiones en el mismo reality no parecen haber socavado la moral de Frigenti, lo cual celebro en lo personal. Más bien al contrario, tras esta segunda parte de su aventura sale más seguro de sí mismo y satisfecho de lo realizado. Dice que se lo ha pasado muy bien, pero yo le he visto mucho más malhumorado que en la primera parte. También creo que no le ha beneficiado nada porque muchos hemos pasado de tenerlo como favorito a rechazar de plano su actitud. Borraría de mi memoria si pudiera las semanas en la casa tras ser repescado.
No deja de parecerme contradictorio escuchar de boca de Frigenti en la misma gala que “se me ve como una bruja en los vídeos” y que la experiencia “ha sido como un máster intensivo de crecimiento personal”. Mi duda es si se trata del máster de las brujas de Salem, de Eastwick o de Zugarramurdi. Tampoco veo que sea cierto lo dicho en la sala de expulsión sobre que dejaba en la casa lo malo y solo se llevaba lo bueno para fuera. Lo digo porque en plató se enfrentó a la madre de Cristina justo después de decir que no discutiría con ella. Me pareció de mal gusto, si no es que fue una falta de respeto, que la hablase imitando a Yurena. Luego despreciaba la opinión de Cynthia reprochando que no se expresase tan bien dentro de la casa como una vez fuera. Lo que viene a ser dejar en la casa de los secretos lo malo. Ya se ve.
No hace falta que vuelva a decir que no me ha gustado nada la segunda parte de la participación de Frigenti en este reality. Sus fallos y defectos en la primera fueron parte importante de su encanto. Ahora me ha espantado la crueldad que él mismo reconoció anoche. Y su desprecio a la verdad o a la autenticidad. Por ejemplo, forzando la ‘carpeta platónica’ con Jesús, una modalidad inédita hasta ahora y a la que su novio se agarró como a un clavo ardiendo haciéndose el sorprendido cuando le mostraron las imágenes. Como si no llevase horas publicado en esta misma web, con un significativo titular como el siguiente: “Miguel Frigenti se sincera con Jesús, de Gemeliers: ‘Yo me hubiese enamorado de ti’”.
Con todo, reconozco que Miguel ha sido una pieza indispensable en este reality, y a él debemos que las tres primeras semanas fueran apasionantes. También que haya animado estas semanas previas a la recta final del concurso. Aunque en este caso para el disgusto de algunos que, como es mi caso, hubiéramos preferido no ver este Frigenti firme y seguro de sí mismo y nos quedamos con el vulnerable e inseguro del principio. No ha sido agradable tener que hacer un duro juicio sobre un concursante con quien tengo (tal vez deba decir tenía) una buena relación personal.
Observatorio de nominaciones
Aunque he dedicado a ello buena parte de este escrito quede constancia de que los dilemas planteados por parejas terminaron dando como nominados a Julen, Gemeliers, Luis y Luca. Curiosamente, todos chicos, mientras que quedaron inmunes las dos chicas que siguen en el juego. Creo que se pueden salvar el martes Luca y Luis, quedando para el duelo final los gemelos y Julen. Siendo así (también puede no salvarse nadie o haber un solo salvado, como se anunció para el pasado jueves), confío en la expulsión de Julen, a quien le pasará factura su traición a Sandra la semana pasada y que hasta la madre de esta tuviera que decirles ayer: “No estéis tanto tiempo tumbados. Los dos”. Más razón que un santo.
No se conocen los planes de la recta final, pero sospecho que la próxima expulsión será la última. A partir de ahí comenzarán los votos en positivo, no sé si durante una o dos semanas.
Moleskine del gato
Las visitas de familiares tuvieron su interés principal en que Cristina y Luca fueran presentados de improviso a sus suegras, por así decirlo. Luego vino lo del cenicero del bingo y el palo del churrero que le quitó rigidez a ambos momentos.
El novio de Frigenti aseguró que le echaría un “rascapolvo” por lo que dijo sobre Jesús, con quien tendría algo si le pillara sin novio, fuera gay y más mayor. Demasiadas condiciones, imposibles de cumplir algunas de ellas. El “rascapolvo” se hace innecesario, pero vamos no me meto.
Solo quiero añadir una cosa más. El dilema de la inmunidad-nominaciones me pareció tan apasionante como sobre el papel. Enhorabuena a quien tomase esa decisión. Por lo menos a mí, apasionado por la teoría de juegos, me hizo ayer feliz. Muchas gracias por ello.