Empezaron el día hablando de Pippi Langstrump, su mono Sr. Nilsson y su caballo Pequeño Tío, para terminar comentando la supuesta infidelidad de Makoke con Carlos Lozano. Demasiada importancia le damos a un polvo furtivo. O unos cuantos. Echar una canita al aire está excesivamente mal visto. Cualquiera se resiste a Carlos Lozano. Que, dicho sea de paso, tiene un buen historial al respecto. No es que sea yo experto en el personaje. Tampoco sigo la actualidad del mundo rosa con fruición. Más que nada porque varios meses al año me absorbe la ventanita que da a Guadalix y no me queda tiempo para casi nada. Pero diría que la mismísima Mónica Hoyos ha hablado del obstáculo que supuso para su relación con Carlos Lozano la sucesión de infidelidades.
Me sorprende que Mónica diga estar en shock anoche, cinco días después de que Miriam cometiera la torpeza de sacar el tema del supuesto affaire de Makoke con su expareja sin venir a cuento. ¿Sorprendida por la infidelidad del padre de su hija? ¿Una infidelidad más? ¿Esa no la tenía censada? Tan poco creíbles y absurdas me parecieron las excusas de Miriam como la sorpresa en diferido de Mónica. Makoke lo está afrontando mucho mejor no dando demasiada importancia al tema. Algo que lleva haciendo desde el jueves pasado y anoche decidió cambiar.
Antes de que el guion del programa marcase que se hablase del tema, Makoke y Mónica lo sacaban estando en conexión en directo. Fantástica manera de evitar que se hable de ello. “Tengo una familia, yo tengo una hija y Mónica otra”, decía Makoke. Claro, por eso hablas de ello sin saber si sería un argumento del programa. No fuera a ser que les mostrasen otros vídeos y no ese. Miriam solo podía salir del paso con la confesión esperada. Solamente si decía que el propio Carlos Lozano le había contado su aventura con Makoke descargaría parte de su responsabilidad.
La confesión de Miriam sería también una delación, por lo cual estaba atrapada en un callejón sin salida. Callejón en el que se metió ella, por otra parte. Iba a decir que se metió voluntariamente, pero la voluntad después de mover la muñeca en una fiesta más veces de lo aconsejable igual no está muy controlada. Miriam se equivocó sacando el tema y lo hizo por su euforia especial, pero también porque no traga a Makoke, como ha venido demostrando estos dos meses.
Igual que toda la casa recibió a Miriam condicionada por un evidente prejuicio, ella se ha relacionado con Makoke movida por la poca simpatía que le tiene. Con nadie ha tenido la actitud que tuvo con esta concursante, a la que ha vacilado con mil y una indirectas. A veces he llegado a dudar si Makoke no estaba apreciando la mala intención de Miriam o lo disimulaba para evitar una discusión con ella. Miriam no hubiera hablado del affaire de Makoke con Lozano si este no se lo hubiera contado, pero tampoco si no se tratase de la persona que más detesta en esa casa, por encima incluso de su enemiga natural, la otra supuesta cornuda. En todo caso, esta bomba iba dirigida a la línea de flotación de las dos, Makoke y Mónica.
Tony confiaba anoche en Miriam y se lo confesaba a Makoke. “No se ha podido inventar una cosa así”, decía el napolitano utilizando el sentido común del que ha dado muestras sobradas durante este concurso. Anoche se salvaba Tony de estar nominado al ser el menos votado por la audiencia, lo cual se explica por lo que acabo de contar. También porque ha demostrado ser un concursante trabajador, más preocupado de conciliar que de enfrentar a sus rivales. Para mi gusto ha estado demasiado en un segundo plano. Concursantes tan tibios y poco comprometidos como él me aburren soberanamente, pero debo reconocer que sería un merecido finalista.
Es muy fácil de compartir lo que dice Tony sobre este tema. Parece absurdo pensar que Miriam se haya inventado la historia. Personalmente no le doy tanta importancia. A veces no lo entiendo, nos escandalizamos de cosas a las que habíamos quitado importancia porque somos súper modernos y no compartimos la moral estricta que nos ha sido impuesta en la anquilosada sociedad de esta España llena de donjuanes feos, católicos y sentimentales, como decía Valle-Inclán. Me fascina ese travestismo extraño consistente en ponerse la casulla o el traje de progre según venga al caso.
Fue un espectáculo televisivo de primer orden toda la secuencia que conducía a la confesión de parte. Miriam no tenía otra salida, debía contar de dónde procedía la información sobre el affaire de Makoke. Le restó emoción el hecho de que muchos no hayamos dudado nunca de que se lo debió contar Carlos Lozano. Que así sea no quiere decir que Miriam haya contado algo cierto, pero sí descarga parte de la responsabilidad en un tercero. Igualmente seguiré pensando que hubiera estado mejor callada. Miriam aguantó muy mal la presión anoche. La vi descolocada, no habiendo imaginado que mostrarían las imágenes y habría de dar explicaciones.
Miriam ha ido torpeza tras torpeza en esto. Torpe sacar esta información para fastidiar a dos rivales. Torpe no haber pedido perdón en cuanto se evaporaron los efluvios de la fiesta, del mismo modo que en privado le confesó a Isa Pantoja que estaba arrepentida. Torpe no saber que anoche sería tema del programa después de haber vivido en primera fila las ocho noches de martes anteriores. Y extremadamente torpe su respuesta de anoche. Nerviosa y sin capacidad para repentizar, hubiera hecho bien en preparar su propia defensa como es debido.
Al otro lado tenía a Jorge Javier en el complicado papel de fiscal, abogado defensor y juez implacable. De ahí no hay quien salga bien ni por casualidad. Igual de torpe que Miriam me parecen muchas veces sus defensores. ¿Qué hacían ofendidos anoche porque su favorita era forzada a confesar que Lozano se lo contó? No me cabe duda de que a Miriam le benefició ese pressing catch al que le sometió el presentador para lograr que cantase. Su enérgico “sí” es ya historia de la televisión. De esta forma, socializaba su pecado. Tras la confesión no era ya solo suyo, también de quien se lo contó, sea verdad o tan solo producto de un arrebato más de gallito fanfarrón, la batallita de un empingorotado seductor, fardón y pretencioso.
Las condiciones no podían ser más poco favorables para un momento tan importante. La protagonista tenía la cara manchada de barro. Aunque para barro ese en el que se metió el jueves pasado, al lado del cual la pista americana de anoche parecía una fruslería. Con albornoz y extremadamente nerviosa, después de haber dado la peor de las impresiones posibles no sabiendo controlar la situación, superada completamente por las circunstancias, Miriam confesaba. Y centenares de almas, ¡qué digo centenares, a buen seguro miles!, suspiraban a la vez. Se lo quitó de encima. Ya pasó.
Tan malo sería pretender lapidar a Miriam por esta confesión que a Carlos Lozano por la suya. Ni que decir tiene, que mucho peor lapidar a este o a Makoke por la supuesta infidelidad. A ver quién se atreve a tirar la primera piedra, expresión que siempre me hace recordar el genial film ‘La vida de Brian’ cuando a consecuencia de pronunciarla llueven piedras. No puedo repetir más veces, ni decir más claro y alto, que Miriam lo hizo rematadamente mal y no debió contar algo que es extemporáneo y no interesa a nadie. Pero también he de confesar mi convicción de que a Makoke esto se la refanfinfla y no es ninguna sorpresa para Mónica. Las dos aprovechan para intentar desgastar a Miriam, y también están en su derecho de hacerlo porque es su rival en el concurso.
Es precisamente Mónica quien más tiene que callar. Veo más graves sus insinuaciones sobre el pasado de Miriam en Perú, sea lo que sea a lo que se refiere, que lo contado por Miriam el pasado jueves. Confieso que me gustaría ver su reacción y escuchar sus explicaciones tras revisar en la casa los vídeos en los que hace esa repetida insinuación. Si en lo del ‘makokegate’ lo tenía difícil el presentador en los papeles de fiscal, defensor y juez, ante esto otro veo prácticamente innecesaria su concurrencia porque se juzga por sí solo. Es una maniobra sucia y detestable. No hay más. Se trata de la misma contradicción vivida otras veces. Puestos a meter mierda mejor cuanto más fuerte porque así es posible que quede en nada.
Repito que los defensores de Miriam harían bien en relajarse, lo cual ya dije hace semanas. Ni el más tonto entre ellos puede negar sin sonrojo que es totalmente lógico que el programa estuviera anoche mayoritariamente dedicado a este asunto. Nadie en su sano juicio deja pasar la oportunidad de hacer un buen programa de televisión con mimbres tan aprovechables. Si Miriam se hubiera estado calladita nos habríamos perdido este espectáculo, lo cual hubiera sido mejor para ella y peor para nosotros. Y pido disculpas por el plural porque solo me represento a mí mismo, y ya tengo bastante, pero es que estoy seguro del disfrute de una mayoría ante este programazo. Y Jorge Javier me pareció extraordinariamente hábil. Tal como lo pienso lo digo.
Fuera del ‘makokegate’ vimos la curva de la vida de Asraf. Empezó contando que estando en Marruecos su madre rompió aguas. ¡Por lo más sagrado! Poco debía tener que contar, porque empezar por algo tan obvio no se entiende. Lo confirmó luego cuando le preguntó Jorge si no ha tenido nada negativo en su vida, y con enorme esfuerzo acertó a decir que sí, alguna vez que no le habían querido para un desfile, o algo así. Reconozco que desconecté, aunque por poco tiempo. Tan poco como lo que duró esta curva de la vida. Estaría bien que un psicólogo analizase el gesto de Asraf cuando supo que debía dibujar la curva de su vida. Ante la pizarra transparente, la misma que usaron todos antes, Asraf miraba con atención de frente, hasta que pensó en lo oportuno de analizar la pizarra por detrás. Me confirma que se trata de alguien muy desconfiado quien mira una pizarra por detrás antes de escribir en ella.
La prueba semanal hará volver la mili, de infausto recuerdo. Mejor recordar una prueba similar a esta en la pasada edición de GH VIP, con Aída maravillosa como sargento. La audiencia votante decidió anoche que fuera sargento Miriam, lo cual tiene su parte positiva y su parte negativa. Malo para sus intereses porque en las pruebas siempre tiene más opción de ganar puntos quien lo pasa mal. Los privilegios no traen nada bueno nunca. Y bien porque tras ver a su compañera a punto de desplomarse por el barranco en el que algunos concursantes dejan su buena imagen, interpretando la situación como una posible oportunidad de evitar que finalmente se lleve el maletín, tuvieron que comprobar que mantiene el apoyo popular al ser elegida sargento.
Hubiera preferido que ocuparan el puesto de sargento Aurah o Suso, los más vagos de la casa. Con ellos la prueba se podría dar por perdida desde ya, aunque no hay mucha más esperanza con la sargento Miriam. No por ella, sino porque ya vimos anoche la poca disposición para acatar sus órdenes, especialmente en Mónica y Suso. Este último se sigue cabreando cuando se hace evidente el escaso apoyo que tiene entre una audiencia entregada siempre a Miriam.
Puede que no hagan caso a Miriam, pero en la pista americana todos se entregaron anoche, sin excepción. Makoke presumía luego de haber hecho mejor crono que Asraf, lo cual no es cierto. Estos fueron los tiempos de cada concursante:
Suso > 0:56
Mónica > 1:21
Aurah > 1:17
Asraf > 0:56
Makoke > 1:17
Tony > 0:41
Miriam > 1:27
Koala > 1:05
Les sobró exactamente un minuto de los 10 que tenían para completar todos el circuito. Pocas diferencias entre las marcas. Si acaso, destaca la lograda por Tony, que casi se mata varias veces de lo rápido que iba. Se puede ver que Makoke tardó 21 segundos más que Asraf. Tampoco tiene buena vista para esto.
Moleskine del gato
Iba a hacer algún comentario sobre el tema abucheos (“bucheos”, que diría Suso), pero vista la reacción a lo poco que apunté anoche, a modo de simple referente televisivo, mejor paso al siguiente tema.
Me parece poco conveniente la pausa que hace Ángel Garó cuando dice que Makoke es extra-ordinaria.
Toda la mañana de ayer se la pasaron protestando porque alguien se había comido el pan de los demás y se quedaron todos sin desayunar. Habían sido de madrugada Suso y Aurah, que no se levantaron hasta cerca de las dos de la tarde. Después de horas todos ofendidos y sabiendo que ellos habían sido los culpables, nadie abría la boca. Si llegan a ser otros los que se comen el pan arde Troya con todos sus troyanos. Pero Suso y Aurah deben ser más tirios que troyanos. O algo de eso.