Náufragos naufragando
No han pasado ni tres días y los náufragos ya han naufragado de verdad. Pusieron a navegar a cuatro concursantes de cada equipo en sendos cayucos y los dos se hundieron antes de llegar a su destino, a escasos metros de la playa. De esta experiencia deben haber aprendido que si han de subir cuatro personas a un cayuco como el que les dieron lo acertado es elegir a los de menos peso, no a los más fuertes. Aunque parezca lo contrario, remar puede hacerlo cualquiera. Por tanto, lo más importante es mantenerse a flote. A menos peso, menos peligro de naufragio. Lo dijo Carlos Lozano anoche en ‘Conexión Honduras’ y casi se le echan encima, todo porque puso como ejemplo a José Antonio y no a Rocío. No hace falta decir que si se le ocurre nombrarla a ella la reacción hubiera sido más virulenta. Dudo que el comentario sea contra el sobrepeso, solamente que el cayuco se mantiene a flote con más facilidad cuanto menos carga soporte, sobre todo si no se domina la más básica navegación.
Por suerte, en tan poco tiempo no solamente han naufragado doblemente, también han conseguido hacer fuego. Con cerilla no cuenta como logro. Encender un fuego con cerilla es tan difícil como que Rocío hable de su familia. O sea, nada difícil. Pero los siervos se han currado un fuego por fricción manual, lo cual en la mayoría de ediciones les ha sido imposible. Además, ha sido un trabajo de equipo, lo cual tiene mayor mérito, aunque me ha parecido que Pavón (llamaré así a Antonio para que no haya confusión con José Antonio) se resistía a soltar la ardiente yesca, no fuera a desmerecer su aportación. Al final prendió la leña, lo cual se debe apuntar en el haber del grupo. Si no lo han logrado porque sonó la flauta sino que realmente se les da bien hacerlo y pueden repetir cuando quieran, tienen resuelto uno de los mayores problemas de este concurso. Porque el fuego es siempre efímero, sobre todo con las tormentas nocturnas.
Han naufragado, logrado fuego y, sorprendentemente, nadie ha dicho todavía que se quiere ir. Crucemos los dedos para que esto siga así. En lo que sí han seguido la tradición de cualquier reality que se precie es en tener las primeras discusiones sin dejar pasar ni un día de convivencia. Las dos primeras enganchadas fuertes han tenido como protagonista a José Antonio, una con Ferre y otra con Pavón. Me sigue pareciendo inexplicable que una parte de la audiencia quiera al colaborador de Viva la vida fuera. ¡Pero si es el que está animando la cosa! Digo más, si Yiya se despista un poco le va a quitar el puesto de castigadora.
Yiya se ha quedado atascada en su frase de sufridora y no sale de ahí. “Yo he venido aquí a sufrir”, repite todo el rato. Pues no hay mayor sufrimiento que ser la primera expulsada. Eso sí, también se trata del último sufrimiento. Quienes la acusan de llevar preparado un papel y discutir de manera forzada igual deben reconsiderar su opinión, porque desde el jueves no parece haber vuelto a abrir la boca. E igual así es mejor para ella. No en vano tiene dicho de sí misma que es “egocéntrica, extremista, contradictoria y bipolar”. O sea, si quisiera podría ser la más discreta y educada, pero no creo que lo vayamos a ver. Yiya está callada, pero hay otros concursantes que no cierran la boca ni queriendo. José Antonio es de estos últimos.
Con Ferre igual reaccionó José Antonio de manera excesiva, sin esperar a poder comprobar si estaba haciendo el aparejo mejor o peor que él. Pero con Pavón tenía toda la razón el mundo. De manera que el torero quería que fueran a llevar el cofre al pirata Morgan (por cierto, lo veo un poco desmejorado) dos chicos porque las mujeres igual no iban a poder desplazar el cofre ni un par de metros. Pues subieron Ana María y Elena, gracias a la insistencia de esta última. No solo subieron, bajaron también. Eso de que los machitos hagan el trabajo fuerte y luego se puedan colgar las medallas se tiene que ir acabando. Ya está tardando en pasar a la historia, y suerte que hubo quien lo impidió en esta ocasión.
Curiosamente, Barranco no mostró oposición a que hicieran la misión dos mujeres, mientras Yiya se ponía más del lado de Pavón desconfiando de que sus compañeras fueran capaces de llevarla a cabo. Con cosas como estas sí se la está jugando Yiya. Otros en el grupo hicieron como que el tema no iba con ellos. Es el caso de Rocío, por poner un ejemplo. Las cosas que afectan al grupo no parece que importen a todos por igual. Como digo, a José Antonio le asistía la razón cuando criticaba a Pavón que fuera el primero a felicitar a las chicas al enterarse de que lo habían conseguido. Le costó creerlo, pero enseguida estaba abrazado a ellas tan contento.
“Pero Pavón, ¿por qué eres tan falso?”, preguntaba al aire José Antonio. Puedo entender que se revolviera ante semejante cinismo. La reacción de Pavón no solo me parece desmesurada, también muy desafortunada. No sé si es peor la sucesión de descalificaciones a José Antonio o que le tratara en femenino. Le llamó “trapera”, “sucia”, “escandalosa” y “loca de remate”. Además de acusarle de no hacer nada y ser la persona más negativa del grupo. Lo de estos dos parece irreconciliable, y eso que solo llevan una semana en Honduras. Me da la impresión de que en el grupo solo Elena soporta a José Antonio, pero igualmente debo decir que tampoco parece tener Pavón el favor de sus compañeros. Lo que no perdonaría es que José Antonio fuera apartado del grupo porque de momento es el que más contenido está generando, como dije antes. Además, me empieza a hacer algo de gracia.
Mientras José Antonio se lo trabaja para que tengamos algo que ver y comentar de la convivencia, Rocío tiene que recurrir a hablar de personas que no están en el concurso. Cuando alguien mencione a su familia se molestará, pero ella no parece tener otra cosa que dar. De momento la hemos visto quejándose de que Sofía Suescun la mencionase en una portada de revista. Llamativa manera de acusar a otra persona de ganar dinero a su costa. ¿Acaso no está haciendo ella lo mismo ahora? También ha tenido que preguntar a Barranco si Gloria Camila le puso los cuernos a Kiko Jiménez con él. Teniendo en cuenta que el extronista ya confirmó esto hace meses no entiendo cuál era la intención de Rocío. ¿Pensaba acaso que le confesaría haber mentido? Dos vídeos de Rocío vimos en el programa de anoche, y en los dos estaba hablando de personas ausentes, cuya relación con el concurso es nula.
En el apartado de las cosas increíbles está el supuesto tonteo entre Hugo e Ivana. Esta habló con el dios de la playa sobre Gianmarco, quien tampoco es concursante. Entiendo que si con alguien puede Ivana hablar del italiano es con Hugo, porque también conoce de algo al personaje. Pero de ahí a tontear hay un trecho. También estuvo hablando Hugo con Fani y a nadie se le ocurrió que estuvieran tonteando. No empecemos a ver carpetas donde no las hay.
Para terminar con lo de Hugo, resulta que no se acerca mucho a Elena porque le recuerda a Adara. “Cierro los ojos, escucho tu voz y es Adara”, dijo el uruguayo. Si yo fuera Elena soltaría de vez en cuando un “madre mía, madre mía” para así despertar los fantasmas del dios de playa Uva. Por otro lado, casi mejor que Hugo no se acerque mucho a Elena porque a poco que se empiecen a llevar bien imagino a Adara diciendo que la mira como la miraba a ella. No es broma, ya lo dijo de Gianmarco, que al parecer anoche estaba cenando con su hermano, según le contó anoche a Jordi González. Por cierto, me hizo gracia que Adara criticase a Ivana por haber hablado mal de su hermano (del suyo, no del de Adara). Ahí lo dejo.
Moleskine del gato
El pirata Morgan dio a los mortales una lona porque sí y, con las mismas, anoche se la quitó. Eso sí, la audiencia voluntariosa decidió anoche (por un 78 % de los votos) que les dieran a los siervos otra lona (igual es esa misma) para que puedan construir una cabaña. También decidió (por un 85 % de los votos) que José Antonio, Yiya y Pavón salten del helicóptero el próximo jueves. Estaba claro que no se quedarían sin saltar, aunque parece que le entusiasma menos la idea a Yiya que a José Antonio, quien ha pedido en voz alta y baja poder tirarse del helicóptero. Bueno, en voz baja no, porque todo lo dice a gritos.
A pesar de los dos naufragios de los que hablé al principio de este escrito los siervos ganaron la prueba de recompensa. Les dieron un salvoconducto para pescar en mar abierto, además de un tubo y unas gafas de snorkel. Si no pescan con todas esas facilidades es porque no quieren los dioses garífunas. Además, tuvieron un minuto para comer de una enorme fuente de espaguetis con carne y tomate. Lo de tener un tiempo tan corto para comer debe ser como ver un espejismo en el desierto. Visto y no visto. Eso sí, en este caso la barriga algo se llena.
Por cierto, aunque en principio no se entienda bien por qué la madre de José Antonio le hablaba despacito a Violeta, lo cierto es que fue empezar a hacerlo y la exconcursante dejó de tener duda sobre lo que decía. No digo más.
Y en resumen, como diría Alejandro: “Everything is incredible”.