Mónica pretende que nadie hable con Miriam
Mónica está muy decepcionada porque esperaba que nadie hablase con Miriam. A pesar de que la mayoría solo le dirigen la palabra respondiéndole, a menudo con poco más que monosílabos, ella lo debe considerar una desconsideración. Peor aún, posiblemente lo vea como una traición. Tanto es así que Isa decía ayer que no consideraba una traición llevarse bien con Miriam porque Mónica no es su amiga.
Isa ha sido una excepción. Nada más entrar Miriam en la casa aclararon un malentendido entre ellas y desde ese momento han entablado buena relación. Parece ser que Miriam había dicho en alguna ocasión que Isa renegaba de su origen peruano. En ese primer encuentro le explicó que no era así. Es más, su madre quiso que conservase la doble nacionalidad y siempre ha tenido pasaporte peruano. Isa se siente peruana tanto como española y le gusta ese país. Lo estropea un poco cuando demuestra que apenas conoce Perú, pero ya tendrá tiempo.
Isa se lleva bien con Miriam porque no tiene prejuicios. Además, dice que siempre le ha hecho gracia. En eso coincide con buena parte de la audiencia. También Miriam parece una de las nuestras cuando dice que vive este programa a tope. “Tanto que sufro. Lo paso mal como en las novelas”, añade. Palabras sobre Gran Hermano que se me antojan bien bonitas. Obviando que el conflicto entre Miriam y Mónica sea más o menos artificial e interesado, está claro que hay inquina de una hacia la otra y por igual. Que eso sea inevitable no justifica la pretensión de Mónica, ese deseo de que sus compañeros le hagan el vacío a Miriam.
Mónica fue ayer a hablar con unos y otros de forma individual para expresar su disgusto por el (buen) trato que está recibiendo Miriam. No sé qué diablos esperaba. ¿Acaso imaginó que la escupirían como hace Lima?, la llama bautizada por ella. Si Miriam habla con Makoke vemos a Mónica mirando con desprecio. Lo mismo cuando la ve relacionarse con Isa, Ángel o Aramís. Tal vez estos sean los tres concursantes que mejor la han acogido, aunque sus intenciones sean bien distintas. Otros le hablan lo mínimo y no dejan pasar la oportunidad para posicionarse del lado de Mónica, o cuando menos intentan complacerla hablando mal de su némesis.
Techi es muy clara y lo dice todo a la cara. Al menos esto afirma ella, y por eso ayer quiso hablar con Miriam bien temprano. Después fue a contarle su conversación a Mónica. Lo que pudimos escuchar de la conversación no se corresponde en absoluto con lo que luego estuvo contando. Puede que nos perdiésemos algo, pero ni siquiera el tono coincidía en absoluto. Escuchando a Techi contarlo pareciera que le había leído la cartilla, pero lo cierto es que se perdió en vaguedades sin mayor interés. Ella es de esas personas que hablen de lo que hablen terminan definiendo su propia personalidad.
El ‘yoísmo’ de Techi la obliga a describirse todo el rato y tantas veces que al final ni ella misma sabe quién es. El sábado decía: “Un hombre y una mujer no pueden ser amigos”. Es la eterna disputa de la que tanto se ha ocupado la literatura y el cine. Tal vez el error parta de pensar que las cosas son como uno quiere. Decía Aristóteles: “Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear salud”. Para que un hombre y una mujer heterosexuales sean amigos, y solamente amigos, primero deben coincidir los deseos de ambos. Y luego han de reprimir cualquier atracción que no corresponda a una amistad. Después de analizar la relación de amistad de casi un centenar de universitarios (en Wisconsin, estas cosas siempre vienen de una universidad americana), un estudio científico concluyó que “la amistad entre individuos de distinto sexo es imposible al constatar que una de las partes, cuando no las dos, acaba por desarrollar en algún momento un grado distinto de atracción sexual”.
Que algún estudio científico coincida con lo que opina Techi no significa nada. Sobre todo, depende de qué Techi estemos hablando. Ya sabemos lo que opinaba el sábado, veamos ahora lo dicho por ella el domingo: “Todos mis amigos son chicos. Mi grupito es como de quince tíos. Siempre estoy con chicos”. Llámenme tiquismiquis, pero me da la impresión de que no es muy compatible lo dicho un día y el siguiente. A lo mejor es que no es posible la amistad entre un hombre y una mujer, pero sí entre 15 hombres y una mujer. ¿Cuántos chicos hacen falta para hacer esto posible?
Después de escuchar a Techi hablar sobre la amistad y demostrar luego que en la práctica contradice sus propias teorías, la veo hablar con Miriam en un tono y contar después la conversación en otro bien distinto. A lo mejor no es disparatado pensar que se trata de una persona un poquito incoherente. O sencillamente que su hemorragia verbal la lleva a decir una cosa y la contraria. Tanto decir yo soy así y yo soy asá hace casi inevitable definirse de maneras diferentes y contradictorias. No en vano todos lo somos todo: el yin y el yang.
Volviendo al conflicto entre Mónica y Miriam, el papel más controvertido ha elegido desempeñarlo Aramís. Ayer empezó el día ofreciendo a la nueva habitante de la casa su apoyo. Durante un buen rato Aramís le estuvo haciendo un coaching impagable mientras Miriam parecía escuchar con atención, además de preguntar interesada en cuál debe ser su actitud. Me gustaron las dos porque Aramís parecía realmente interesada en mediar para arreglar el problema y Miriam se dejaba aconsejar. Lástima que lo dicho por Aramís en esa charla tampoco se correspondiera mucho con lo que luego le expresó a Mónica. Por la noche decía Aramís: “Miriam no va a ser amiga mía nunca”. Le faltó añadir que Mónica tampoco.
El punto en el que Aramís puede coincidir con Mónica y Miriam es en cargar todas las culpas a Carlos Lozano. Y poco más, porque si su pretensión es facilitar un acercamiento entre las dos ex del presentador podemos dar por fracasado el plan. A ninguna de las dos le interesa. Bien es cierto que veo más intención de limar asperezas a Miriam, a pesar de que a su entrada fue mucho más hiriente y desdeñosa. Contrasta esa entrada en tromba con la pasividad mostrada ayer. Tal vez debería procurar no decepcionar.
O Miriam está recogiendo cable prontísimo o aguarda el momento adecuado para el enfrentamiento que sospecho está esperando buena parte de la audiencia. En contraste, el comportamiento pasivo-agresivo de Mónica me parece mucho más dañino de lo imaginable. Es un mal comienzo, y no solo porque intentar aislar a un concursante sea hacerle un favor importante. Todos sabemos lo que suele acompañar a una actitud como esta y no quisiera que Mónica quedase tan mal. Ojalá se diera cuenta ella misma o, en caso contrario, alguien la parase antes de que sea tarde. Aunque nada de esto parece muy probable.
Hablando de recoger cable, veo un cierto cambio en Suso. Ayer decía que había entrado con mentalidad de colaborador y ahora está mucho más calmado. Parece que hubiera leído lo que muchos hemos estado diciendo de él. Aunque la cabra tira al monte y por la noche recuperaba su obsesión por las nominaciones. A Suso le pasa como a Techi, va más rápida su boca que su mente. Por eso resulta contradictorio y casi siempre parece que estuviera diciendo lo primero que se le viene a la cabeza, sin darle importancia alguna a si lo piensa de verdad.
Suso ayer: “La gente es una cagada y va a nominar a Miriam por ser la última en entrar. Eso queda fatal”. Y Suso escasos minutos más tarde: “Voy a nominar a Miriam con 3 puntos”. Sus defensores dirán que está intentando despistar como estrategia. Posiblemente él mismo lo diría porque se debe creer gran estratega. Olvídense, Suso no es Pepe Herrero. Un tiempo mínimo de observación es suficiente para darse cuenta de que dispara a diestro y siniestro sin prestar mucha atención a dar o no en el blanco. Poner este concurso en manos de Suso es como darle un rifle a un mono.
Las otras nominaciones de Suso van a ir para Verdeliss y Techi. Al menos es lo que dijo ayer, aunque igual el jueves dispara hacia otro lado. Lo de Verdeliss era de esperar. Más sorprendente me parece lo de Techi, sobre todo la forma de justificar su pretendido punto nominatorio. Dice que siempre está hablando de follar y eso le molesta. Igual le molesta más que Techi y Tony le adelanten por la derecha formando la primera carpeta. Anoche se afanaba en evitarlo y ya pudimos escuchar besos con Aurah bajo las sábanas. El guion se sigue cumpliendo.
El gato responde
Anoche Ángel hizo un recitado demostrando arte e histrionismo. Al acabar se hizo el silencio y pasados unos interminables segundos todos rompieron a aplaudir. Aramís le besó mirándolo con arrobo y admiración. No obstante, no todos en las redes expresaron la misma opinión sobre este momento. @Ganasdevivir26 decía: “Qué preciosidad lo que acabamos de ver”, mientras para @CanonOlymplia: “Garó no tiene ninguna gracia”. Lo mismo despertando reacciones bien distintas.
Más consenso hubo sobre una afirmación de Aramís. Dice esta concursante que Mila Ximénez no es buena persona. No soy de hacer juicios tan severos, cual juez implacable, pero @jordbbo lo tiene claro: “Tiene buen ojo. Y 700 años de experiencia”. Alguno menos, aclaro yo.
Moleskine del gato
Abro mi agenda por primera vez en esta temporada y recupero cosas anotadas durante el debate del domingo. Mirando por encima el nombre Pantoja es lo que más veces se repite. Tal vez sea porque ni entendió ni quiso creer lo que le mostraron. Entendió que ese “la Pantoja” del primer mensaje se refería a ella porque le resulta inverosímil que su madre hablase en Telecinco. Se hubiera quedado de piedra si le llegan a asegurar que llamó por teléfono a Sálvame y estuvo más de una hora rajando. Al segundo mensaje no le dio crédito porque no quiso. Prefirió esconder la cabeza como el avestruz, y no me refiero al que encontraron en la casa el jueves pasado.
También tengo anotado lo que sugirió Anabel Pantoja en plató sobre su prima, de quien es defensora. No me produce ninguna sorpresa que Isa pueda ser la mejor amante, considerando que Anabel hablaba de sus artes amatorias, o sea, de la cosa sexual. Tampoco que esto lo cuente en un programa de televisión. Pero sí me deja pasmado que entre primas sepan estas cosas. Su seguridad y el énfasis al decirlo lo hizo muy creíble.