Con estrépito y sin aceptar la realidad, Mónica fue expulsada anoche con casi un 70 % de los votos frente a Miriam y el Koala. Las cosas no salieron como ella había imaginado. Mónica ha tenido tres meses para ir asumiendo que la realidad era otra bien distinta a la que ella pensaba, pero nunca lo terminó de aceptar del todo. Aunque dijera estar segura de que sería la última expulsada de esta edición, llegado el momento tuvo dificultad para afrontar con serenidad la situación. Una cosa es prever las cosas y otra más complicada tener delante la realidad cruda y dolorosa.
Estuvieron largo tiempo en la sala de expulsiones las dos protagonistas enfrentadas a las imágenes de su paso por la casa. Es algo que tenía mayor impacto en otros tiempos, cuando no veían cada semana esas imágenes. Ahora tienen oportunidad de ir defendiendo sus posiciones antes del decisivo momento de enfrentarse a la decisión de la audiencia. Con el formato tal como ha sido planteado en este VIP la sensación algunas veces es que se está dando vueltas sobre lo mismo de forma exagerada. Anoche estaba casi todo claro para la audiencia. También para las dos enemigas. No había nada que pudieran decirse que no se lo hubieran dicho ya. Hay veces que sobran las palabras. Pocas veces, pero las hay.
Ante un repaso tan prolijo de lo sucedido estos meses, tuve la sensación de que Mónica lo tenía muy complicado para defender su parte. La selección de imágenes y argumentos fue impecable por parte del equipo que tan fenomenalmente hace este programa. Pero es que ni habiendo querido era posible ofrecer una realidad en la que esta concursante hubiera salido favorecida. Al principio de uno de los primeros vídeos se veía a Mónica diciéndole a Aramís: “Qué majos todos, ¿no?”. Se refería a la manera como habían recibido a Miriam tras su entrada en la casa. No llevaba ni media hora dentro y ya estaba reprochando a los demás que se portasen bien con ella. Pero esto no fue óbice ni cortapisa para que siguiera defendiendo que nunca hizo nada para poner a los demás en contra de su enemiga.
Ni la habilidad dialéctica le sirvió a Mónica para defenderse. En eso es superior a Miriam, que gana en los enfrentamientos porque la verdad está de su parte y le pone más coraje. Por mucho que se maneje bien en la retórica, imposible convencer a un público que ha sido testigo de lo sucedido. Mucho más complicado cuando se interpreta la realidad a su antojo, sin cuidar que se corresponda con la realidad. Según nos contaba Mónica anoche, su expareja Carlos Lozano fue presentador de Operación Triunfo en Perú y lleva separada de él 10 años. Pero la realidad es otra. El presentador fue jurado en la edición peruana del reality de aspirantes a estrellas de la canción. Y diría que se separaron hace casi 15 años.
Esto no es como las mentiras de su currículo. Aquí las cosas tienen mayor eco que poniendo falsos datos biográficos como que fue presentadora del Karaoke y miss Valencia, cuando la verdad es que fue azafata de ese programa de Telecinco y no se ha encontrado rastro alguno de ella en el palmarés de ese concurso de belleza. Falsear un poco la realidad a su favor en un currículo es explicable, mantener la mentira delante de tres millones de espectadores es de una torpeza enorme. Aun así, esto es lo de menos, aunque resulte significativo.
Mónica falsea su pasado tanto como intenta llenar al espectador de dudas sobre el pasado de Miriam. Luego dice que no está obsesionada. “Lo tuyo está en Google”, decía anoche. Pero no he visto nunca a Miriam presumir de una exitosa carrera de actriz y presentadora sin tenerla. Intentar descalificar a su contrincante porque es conocida gracias a Carlos Lozano parece un sarcasmo. ¿Por qué la conocemos a ella? Le reprochaba al presentador que ella lo defendió a capa y espada en su edición, lo cual es cierto. Ahora bien, no creo que fuera de forma desinteresada, como dice. Gracias a eso volvió a estar en el mercado, se hizo unos cuantos Deluxe (con los que ganó lo que a cualquiera nos cuesta años de trabajo conseguir) y ha sido concursante de GH VIP. Si Mónica no llega a salir a defender a Lozano dudo mucho que hubiera estado en esa misma casa después.
Ya en plató repetía Mónica ante Verdeliss su distorsionada visión de la realidad sobre que le hizo gestos amenazantes reclamando que la mirase a los ojos, algo que solo pasó en su imaginación. Ni siquiera fue capaz de aceptar que podía estar equivocada. Con Verdeliss negándolo y el público abucheando, seguía manteniendo su falsa realidad. Y no me cabe duda de que está totalmente convencida de su disparatada visión. Cero autocrítica durante la buena entrevista que le hizo Jorge Javier.
Antes de marchar para la sala de expulsión, donde se encontraron primero solas Mónica y Miriam, uniéndose a ellas más tarde el Koala, se pronunciaban sobre quién estaría detrás del porcentaje ciego más abultado. Había bajado algo respecto al último que vimos, aunque volvió a subir durante el programa. El enfrentamiento entre las dos enemigas hizo perder puntos a Mónica, que decía estar convencida de que sería ella la expulsada. Suso y Asraf estaban de acuerdo en ello. Por su parte, Miriam y el Koala expresaban sus dudas. El deterioro físico de Miriam es evidente estos últimos días, y anoche estaba tan nerviosa como en la primera nominación, y ha pasado unas cuantas desde entonces.
No sé por qué se interpreta como una falsedad que Miriam y el Koala anoche no tuvieran seguridad de que se salvarían. Una semana antes en esa casa Suso decía estar seguro de que se salvaría Tony. Sin embargo, fue el expulsado y, al igual que anoche, con un porcentaje aplastante de votos. Pensamos que ahí dentro tienen las cosas tan claras como aquí fuera, aunque tampoco es así en muchos casos. La semana pasada leí, como cada semana, a muchos seguidores decir que saldría el Koala. Lo mismo pasó anoche, e incluso la encuesta de un importante medio dedicado en exclusiva a la televisión daba como expulsado al cantautor. Aquí no lo tenemos claro, y mucho menos lo tienen los concursantes.
Sería absurdo negar que Mónica puso todo su empeño anoche, no dando el partido por perdido hasta el final. Es de agradecer que fuera así, e incluso creo que acertó en parte de su planteamiento. Su objetivo fue presentarse como la más sincera de las dos. Frente a cierta sensación de artificio que Miriam muestra en las galas, excesivamente sobreactuada a veces, es buena opción intentar mostrarse más real que ella. La conclusión final de Mónica tras el enfrentamiento entre las dos fue anoche decir “no me la creo”. ¡Buen intento! Pero de nuevo fallido.
Un momento antes Miriam había aceptado, en medio de algunas dudas, que todavía está enamorada de Carlos Lozano. Sin embargo, Mónica lo ha negado repetidas veces en estos tres meses, igual que en su momento hizo ante el polígrafo y este se pronunció diciendo que mentía. Ahí está el fallo, porque sin polígrafo también se adivina que tras sus palabras hay una persona manipuladora, dispuesta a poner toda la carne en el asador para ser vista de forma distinta a como es en realidad. No sé si esto le ha servido antes en otras situaciones, pero en Gran Hermano es imposible engañar a todo el mundo durante todo el tiempo.
Mónica no se cree a Miriam, mientras que la audiencia no la cree a ella. Ha tenido suficientes pistas de que esto era así, pero al no haberse enfrentado antes a la audiencia tuvo que ser anoche cuando lo comprobase. Entró en la casa convencida de que sería un paseo para ella y lograría hundir a su enemiga. En ese aspecto el suyo ha sido un muy serio fracaso.
Acabé el daguerrotipo de esta concursante diciendo que había terminado sola. Y no deja de ser una ironía teniendo en cuenta que intentó aislar y dejar sola a Miriam, lo cual sigue sin reconocer. Anoche cada uno de los finalistas debió elegir un jefe de campaña entre los exconcursantes. Jorge Javier preguntaba a Mónica sobre quién habría elegido ella y decía que Makoke, por ejemplo. ¿De verdad? ¿No había nadie más? La respuesta es no.
A quienes gustan de utilizar la falacia ad populum, como la propia Makoke, y repiten sin cesar aquello de “no puede ser que estemos equivocados todos”, les digo que Miriam se lleva a un amigo como el Koala y anoche podría haber sido defendida por Isa, Tony e incluso Omar. ¿Quién podría defender a Mónica? ¿Makoke, la que decía de ella que está obsesionada? ¿Aurah, que la llamaba arpía?
Al final el mejor momento de la noche tenía lugar en la elección de los jefes de campaña de los cuatro finalistas, rivalizando con la salida de Mónica de la sala de expulsiones. Como si le ardiera el interior cada segundo que pasara en esa sala junto a Miriam y el Koala, Mónica pedía de forma desesperada salir de allí. “¿Por dónde me voy? Porque este espectáculo me supera”, decía. El supuesto espectáculo era Miriam agradeciendo haberse salvado y saludando a su señora madre. “Estoy hablando con mi madre, déjame en paz”, respondía Miriam. Para mí tengo que comunicaba o fallaba la línea, porque su madre no contestó. Por cierto, no me gustó nada que el Koala rechazase coger la mano a Miriam en el momento de conocer la decisión de la audiencia. Miriam lo intentó y al ver que no soltaba sus manos le pasó la suya por la rodilla y desistió. Puede que fuera por los nervios, pero es un detalle feo.
Mónica había dado la mano fríamente, pero con educación, a sus dos contendientes. Luego en su despedida de la casa les deseó suerte con gran corrección. Lástima que no lograse mantener el buen tono en ese tenso momento en el que necesitaba salir pronto de la sala de expulsión. Aunque insisto en que es uno de mis preferidos de la noche. El otro es cuando Asraf elegía a Omar como su jefe de campaña… y Omar rechazaba la amable invitación. El chasco fue mayúsculo. Si alguien piensa que no podía cometer mayor torpeza ya puede ir quitándose la idea porque hubo otra mayor. No hacía falta velar en duelo a su amiga Mónica, pero tampoco coger en el aire a Miriam celebrando que se salvase.
Lo de Asraf va a ser de récord en negativo. Apuesto a que puede ser el finalista menos votado de la historia, o uno de los menos votados. Su torpeza en estos momentos importantes tan cerca de la final le va a pasar factura con total seguridad. Farsa Asraf remataba la faena afirmando después que Miriam se le había tirado encima. “¿Qué le voy a hacer si se me tira?”, le decía a Suso. Repasando las imágenes se puede comprobar con total claridad que no es cierto. Miriam no se le tira ni nada parecido. Tenía dudas de si el jueves próximo saldría Suso o Asraf, pero ahora veo clarísimo que se irá este último. No se puede ser más torpe.
Ante el rechazo de Omar elegía Asraf a Darek y tuvo que recordarle Jorge Javier que también podía ser Mónica. El detalle de Omar, dudando si aceptar el ofrecimiento de Asraf, también tiene lo suyo. Le preguntó a Isa si decía que sí “para joderlo”. Menudo peligro tiene el cantante. Se vende como un chico inocente y simpático, pero en cuanto tiene ocasión piensa en fastidiarle la final a un concursante. Aunque he de confesar que lo tiene perdido de antemano.
Suso lo tenía más claro y elegía a Aurah, ridículamente molesta anoche porque había piropeado a una bailarina. Son tal para cual. Miriam y el Koala se disputaron a Verdeliss, la deseada. Los dos la querían como jefa de campaña y en sus manos estuvo la decisión final. Fue inteligente y hábil Verdeliss al elegir a Miriam y, sobre todo, argumentarlo como lo hizo. Explicó que iba a elegir al Koala porque pensaba que tenía menos dónde elegir para encontrar jefe de campaña, pero dado que Omar se había ofrecido decidía quedarse con Miriam. No solo elegía a la que será ganadora, sino que ponía al Koala sobre la pista. Omar será su jefe de campaña.
Sobre los regalos para los cuatro finalistas (Mónica se quedó sin regalo) solo decir que, una vez más, Asraf fue protagonista, muy posiblemente a su pesar. No sé quién fue el cachondo mental que le metió en su caja el cutre trofeo de su cutre certamen de míster. Es todo un despropósito. El próximo jueves creo que tendrá ocasión de explicar por qué ha usado un certamen de ‘pichiglas’ para presumir de míster. Igual fue idea del mismo que le mandó anoche ese trofeo que parecía comprado en un bazar chino.
La suerte está echada. Tengo la impresión de que entre los cuatro finalistas hay una segura ganadora y tres comparsas.
Moleskine del gato
El número 1 para Miriam, el 2 para el Koala, el 3 para Asraf y el 4 para Suso. Firmaría este orden en la final.
Una vez fuera de concurso creo que alguien debería pedir a Mónica Hoyos que explicase su afición por soplar. El lector inteligente ya sabrá a lo que me refiero.
Deberíamos exigir que Aramís no esté en la final de GH VIP 6. “Si hubiera estado dentro de la casa le hubiera pegado dos hostias con la mano abierta”, dijo Aramís sobre Miriam. Tolerancia cero con la violencia, también la verbal. Espero que el programa tome nota de lo dicho e impida el bochornoso espectáculo que puede dar la exconcursante el último día frente a Miriam.