Miriam ha venido asustando a sus compañeros en la medida que iban viendo el apoyo de la audiencia a esta concursante. Se ha ido salvando semana tras semana, habiéndose convertido ya en la primera concursante de la historia nominada seis veces consecutivas desde el comienzo del programa. Una a una se ha ido salvando, muchas veces contra el pronóstico de la mayoría dentro de esa casa. Anoche volvía a dar la campanada siendo la menos votada de los tres nominados, ese trío formado con el Koala y Verdeliss, sin duda el grupo más sólido y fiel de los habidos. Pues bien, ahora va a seguir dando sustos, pero esta vez como una misión especial de la prueba semanal que solo ella conoce.
La audiencia decidió ayer que Miriam fuera la salvada y al mismo tiempo quiso convertirla en vampiro. En la prueba semanal habrá cuatro vampiros (Miriam, el Koala, Suso y Aurah) y el resto seguirán siendo humanos. La vampiresa elegida por votación popular tiene la misión secreta de asustar a sus compañeros, algo esencial para poder superar la prueba. Nadie más puede conocer esa misión, por lo que es muy posible que la casa se eche encima de Miriam y no descarto algún conflicto tan subido de tono como los que ayer motivaron una llamada de atención de Jorge Javier.
Igual debe entender la audiencia que no todo lo debe ganar Miriam, que a este paso va a terminar más quemada que el palo de un churrero. Aunque tampoco hay razón para temer. Me da la impresión de que algunos de sus seguidores tienen demasiado miedo. Es entendible dado que cada semana corre peligro y no parecen los demás dispuestos a darle un respiro, aunque fuera de una semana sin salir a la palestra. Pero las pruebas favorecen siempre a los que tienen el papel más difícil o menos cómodo. En clientes y empleados, los empleados. En vampiros y humanos, los vampiros. Y más el que tiene una misión especial, por delicada que sea.
No puedo dejar de recordar una de las mejores pruebas de todas las ediciones, aquella de GH 8 en la que todos debían llenar un cilindro con una especie de arena blanca mientras el irlandés Kiran lo iba vaciando poco a poco porque su misión secreta era que no se llegase a llenar nunca. Madrugadas increíbles nos dio la prueba, y tras enfrentar a este concursante con su mejor amigo en la casa al final todos reconocieron su complicado papel. Miriam lo tiene más difícil porque nada ha sido fácil para ella desde el principio, pero le asegura un protagonismo que para sí quisieran muchos.
Seguir en la brecha es importante para Miriam ahora que su gran rival parece haber quitado a Verdeliss el papel de Belinda, la mudita de la película. Anoche Mónica no abría prácticamente la boca durante todo el programa y cuando se supo que Miriam era la salvada (¡las caras, las caras!) miraba hacia abajo compungida. Aunque imagino que con mucho esfuerzo, de momento parece estar haciendo caso al consejo de Makoke e intenta bajar el pistón con Miriam. También están obligados a rebajar la tensión Ángel y Asraf después de verse anoche en actitudes nada edificantes.
Mónica muda. Ángel y Asraf más contenidos que hasta ahora. No me dirá el lector que no es una oportunidad de oro para que Miriam tome la manija del programa de forma definitiva. Cierto que eso comporta el riesgo de un mayor desgaste, pero si lo sabe gestionar bien es un caramelito. La peor Miriam se ve en las galas. Contrasta esa concursante histriónica y sobreactuada de los directos con la del día a día. Me quedo con esta, aunque debe tener cuidado de no dejarse influir por los signos externos, muy favorables para ella. Anoche fue salvada y elegida para una misión clave en la prueba. Parece que la audiencia le da su aprobación, pero no debería interpretar que por eso tiene una visa para hacer cualquier cosa.
La advertencia de Jorge Javier a Ángel y Asraf debía moverse en un complicadísimo equilibrio entre hacerles entender que deben moderarse, eliminando las zonas más gruesas de sus reacciones, y al mismo tiempo no provocar la huida definitiva de nadie. Me refiero a la costumbre que tiene Ángel de activar el protocolo de abandono, como lo llamó Víctor Sandoval. A la mínima dice que se va y anoche el riesgo era grande porque nada lo favorecía. En la casa vieron que él y Makoke cogían la leche de VerdelissVerdeliss. Imposible que se equivocasen, entre otras cosas porque se lo había advertido un instante antes el Koala. Luego pudieron revisar sendos resúmenes de la performance de Ángel el domingo por la noche y otra en la mañana del lunes. Diría que no sintió tanto bochorno como cabía esperar.
El hinchadísimo ego de Ángel no le permite tener ni una brizna de autocrítica. Diría que anoche se gustó al verse y hubiera aplaudido sus propias actuaciones. Ni siquiera salió de él una disculpa espontánea. Solo se disculpó cuando vio que lo hacía Asraf, mucho más despierto en eso. Lo compensó besando a Asraf, Miriam y VerdelissMiriam y Verdeliss volviendo del ‘confe’ en una de sus huidas de la noche. Creo que nunca antes había visto a un concursante abandonar el salón en medio de una conexión en directo. Él es así de teatrero. Tiene más de Norma Desmond en ‘Sunset Boulevard’ (‘El crepúsculo de los dioses’ fue la odiosa adaptación del título en nuestro país) que de Desirée Armfeldt en ‘A little night music’.
Diría que fue prueba superada y Jorge Javier logró lo pretendido a pesar de no ser nada sencillo. Hace falta comprobar si el mensaje cala definitivamente en la casa. Sería más o menos este: mejor callar antes de decir barbaridades que ofenden la razón. Aunque si fueran tan políticamente correctos como algunos pretenden sería todo tan artificial y poco creíble que no merecería nada la pena. Los que tanto se quejan ahora también lo hicieron cuando Carlos Navarro era expulsado injustamente. Me hace mucha gracia ver como se reescribe la historia pretendiendo hacer ver que antes solo había corrección y formas victorianas en la casa más famosa de Guadalix.
“Antes no se consentían esas cosas” se dice y debo leer con pasmo. Claro, porque lo de Bea la legionaria (GH 6) durante hora y media machacando a Juanjo en una prueba del terror es algo que sale de mi imaginación. Y no hubo entonces sanción alguna, solo le mostraron a la concursante sus propias imágenes (ni siquiera esto es tan nuevo como se dice a veces). Tampoco la hubo cuando Oliver (GH 9), el cantante canario, empujaba a Karen, también canaria, durante la prueba del coche. Y hubo contacto físico, ya lo creo que lo hubo. Dejen de contarme un Gran Hermano diferente al que he visto desde mi butaca año tras año, prácticamente hora tras hora. Si les dicen que antes no se consentían ciertas cosas no lo crean. Las esencias de las que hablan no existen. Ya está bien de agitar el fantasma de un pasado falso.
No creo que Asraf tenga más culpa por provocar. Lo mismo se ha dicho sobre Miriam, y en ambos casos hay una parte importante de razón. Miriam provoca muchas veces, pero no todas las que se dice. Ayer iba al salón a cantar porque un poco antes habían estado haciéndolo Ángel, Mónica, Makoke y compañía. ¿Quién provoca a quién? ¿Acaso pueden cantar unos y no otros? También entiendo que les moleste porque Miriam canta realmente mal, tanto que muchas veces pongo el mute. Garó reacciona cuando Miriam ya le ha llamado al menos “engreído”, “soberbio”, “presumido” y “malcriado”. Poca broma. Eso sí, se dispara al pie cuando la manda a Perú, lo cual está muy feo.
En cualquier caso, la provocación es una opción. No olvidemos que estamos en un programa de convivencia, pero en ningún sitio dice que deba ser una buena convivencia. Sin traspasar ciertas líneas rojas se puede optar por desquiciar al contrario como táctica del juego. Otra cosa es que eso guste o no a quienes definitivamente deciden, o sea, la audiencia votante. La provocación puede tener o no nuestra aprobación. Es un arma de doble filo, pero arma legal y permitida. Cada uno decide su juego.
Igual tengo el día nostálgico, pero quiero recordar aquella escena en la que Bea la marquesa (GH 7) le pedía a Pepe Herrero que no hablase de ella y a renglón seguido este preguntaba a los demás: “¿Qué pensáis de Bea?”. Estaba provocando. Eligió jugar ese juego. Otra cosa es que se haga bien o mal, y en su caso no debía estar muy equivocado dado lo bien que terminó la historia. Esto de provocar es como lo de los insultos. Lo malo es ser mediocre y poco refinado.
Los GEOS de la moral pedirían lapidación en plaza pública para Quevedo y Góngora, que se insultaban con mucho arte mediante sonetos en versos alejandrinos. Pero juro que son autores respetados y salían en mis libros de literatura del colegio. “¿Qué captas, nocturnal, en tus canciones, Góngora bobo, con crepusculallas, si cuando anhelas más garcivolallas, las reptilizas más y subterpones?”, decía Francisco de Quevedo en un poema. Está permitido insultar si es con verbo barroco entre palabras poco conocidas.
Volviendo a la prueba que comenzó anoche mismo, los otros tres vampiros fueron elegidos por Tony como jefe de la casa. Tony está tomando cierto papel de padre en la casa, una especie de líder sensato e imparcial, aunque está a la cabeza del grupo mayoritario desde el principio. Ayer Makoke le decía convencida que llegaría a la final y podía ganar. En el otro extremo, Suso le confesaba a Asraf que, si no es inmune, Tony completará sus nominados junto a Miriam y el otro del grupo que se salve de la expulsión. Esa es una clave importante de las nominaciones esta semana: ver quién completa la terna junto a los de siempre, porque ahora deben empezar a nominarse entre ellos, componentes del no grupo. Ridículo que Ángel se haga el ofendido con el Koala e insista en que no es de ningún grupo. Basta con ver sus nominaciones del jueves pasado. Sospecho que Ángel, Tony y Asraf serán tercera elección de algunos.
El Koala no quería ser elegido vampiro porque le horroriza dormir en un ataúd (“atalúd”, para Aurah). Hizo bien Tony en elegirlo a pesar de todo porque Miriam se habría aburrido muchísimo toda la semana con Suso y Aurah, que son la nada sólida. Aunque Suso parece que empieza a hacer funcionar su neurona y ayer afirmaba: “Van a ganar ellos dos y nosotros vamos a salir uno a uno”. Ni tan mal.
El gato responde
Ayer fui testigo de uno de esos episodios realmente graciosos en Twitter. Una usuaria que se presenta en esa red con el nombre de Yolanda me empezaba a seguir para un minuto más tarde ponerme una mención con el siguiente texto: “Una seguidora menos…” Y acto seguido dejaba de seguirme. Apenas dos minutos me siguió. Pierdo seguidores con gran rapidez. Tanta como los gano. O al contrario, no sé bien. Solo falta que me dejen de seguir sin haberme seguido nunca. Sería un milagro más. Y van.
Moleskine del gato
Decía el marido de Verdeliss a un colaborador del Límite 48 horas que nadie le había dado vela en ese entierro. Depende a lo que se refiera estoy de acuerdo. Porque es cierto que el concurso de su mujer es más triste que un entierro. Pero con esa extemporánea salida, que no beneficia nada a su mujer, demuestra no haberse enterado bien de dónde está. Acudo en su auxilio para ubicarle un poco.
A ver, aquí unos concursantes se exponen al análisis crítico que hacemos los espectadores. Cada uno cumple su función. También los amigos y familiares de concursantes tienen la suya. En mi opinión prescindible porque no aporta nada. Ya sabemos que el marido de Verdeliss la va a defender. Tiene cero interés. Por tanto, si alguien sobra ahí es él. IMHO.
Al comienzo del programa los porcentajes ciegos estaban así: 51,8 %, 37,5 % y 10,7 %. Miriam había subido del 8,8 % hasta superar casi el 11 %, que sigue siendo un porcentaje muy bajo. Una vez salvada, la cosa quedaba de la siguiente forma: 58,1 % y 41,9 %. El marcador apenas se ha movido. Si a los porcentajes primeros les quitamos el menor quedaría el reparto entre los otros dos casi exactamente (58 % y 42 %) como en los porcentajes ciegos finales.