Imagino a Alba cuando salga buscando en los textos sagrados una referencia al microchip del que habla Noemí, quien ayer estuvo dando doctrina en la casa como si fuera una telepredicadora. Solo dos fieles la prestaban atención, y lo de fieles creo que es mucho decir. Alba y Estela escuchaban con cierto pasmo las importantes revelaciones de su compañera. “Todo lo que sea desobedecer la palabra de Dios es pecado. Tiene el mismo peso robar una magdalena que ser un asesino”, empezaba afirmando Noemí. No es por nada, pero la cosa promete. Yo seguiría leyendo unos párrafos, al menos.
Seguía Noemí: “Se va a producir el rapto. El apocalipsis, que es todas las señales. Todas las cosas que están pasando en el mundo ya están escritas en la Biblia. Todavía tiene que venir el Anticristo. Dios vino una vez con Noé, y destruyó el mundo con agua”. Si empezamos tan atrás la cosa puede quedar algo larga. Vamos por el diluvio universal, que suscita cierta curiosidad en Alba, por lo cual pregunta: “¿Qué habían hecho antes?”. “Pues Sodoma y Gomorra... imagínate. Todo muy mal. Ya estaba muy mal”, responde Noemí. Pensaba que Sodoma se había destruido con fuego y azufre, pero ahora resulta que fue por inundación. Lo de “todo muy mal” imagino que es por no entrar en más detalles. Se agradece.
“A mí que digan que una explosión... que el mundo se ha hecho de una explosión, perdóname que te diga. Una explosión de toda la vida de Dios lo destruye, no hace vida”, dice Noemi. ¿Ahora nos tenemos que meter en el pantanoso tema del Big Bang? ¡Por la gloria de Stephen Hawking! Por suerte, solo ha pasado de puntillas por el tema y después de ofenderse por algún comentario de Alba y Estela, prosigue Noemí: “Yo mi misión la he hecho. Como dice la palabra de Dios: mi semilla la he tirado. Si ya no florece en vuestra alma... Sé que Dios va a venir, y que estamos en los últimos tiempos. Yo te tengo que avisar por tu bien a ti y a ti (señala a Alba y Estela alternativamente). ¡Va a venir!”.
Hombre últimos tiempos, últimos tiempos, yo diría que estamos más en el paso del Ecuador de la edición. Entonces se cruza por detrás Antonio David y se hace también el gracioso: "¿Qué va a venir? ¿De repesca?". Cada uno a lo suyo. Pero atentos, porque aquí viene el bombazo de Noemí: “Y una cosa muy importante: antes de que ocurra esto va a venir el Anticristo y va a hacer que nos pongamos un microchip". ¿Cómo? Noemí utiliza ahora un argumento de autoridad. Discutible, sí, pero de autoridad. Religiosa, vale, pero de autoridad igualmente: "Esto lo pone en la Biblia”. ¡Bravo! Punto pelota, no se hable más.
Lo siguiente es enfatizar lo fuerte que le parece el tema. "Que en la Biblia se hable de 'microchips'...", dice Noemí como dejándolo caer. Por si no habíamos pensado que eso de que la humanidad haya dejado por escrito algo sobre un microchip miles de años antes de Jesucristo es una auténtica pasada. Esa es la verdad, por mucho que despertase ciertas reticencias en su mermada audiencia. "¿Tal cual pone microchip?", pregunta incrédula Estela. ¿Qué parte no habrá entendido de que está hablando de "microchip"? Si Noemí dice "microchip" será "microchip", ¿no? Y Alba, otra que tal baila, riendo lo más grande dice así: "Es que... a ver, metiendo aquí la palabra 'microchip', pues me parece un libro de Isaac Asimov". Tras escuchar al fin una referencia culta en la conversación, Noemí sigue ofendida. ¿Qué se habrá creído la escéptica esta? Si la Biblia dice "microchip", pues amén. Igual lo escribieron usando Office edición saecula saeculorum.
Noemí sigue a lo suyo, cual doña erre que erre: "El Anticristo va a hacer que todos los humanos nos pongamos ese microchip injertado en la piel y con eso se va a tener que comprar y de todo. Quien se ponga eso... Dios no viene a por él". Pues esto tiene más pinta de ser de Apple. No sé si los de la manzana son privilegiados o todo lo contrario. Ahora dudo si me pondría el microchip prodigioso, aunque hace un momento estaba bastante convencido. Me lo apunto entre las cosas que debo decidir antes que venga el Anticristo, que tampoco tenía yo esa visita prevista.
"Ahora mismo, si en estos momentos viniera Dios, veríais que mi cuerpo desaparece y mi ropa se cae. Y vosotras os quedáis aquí por incrédulas", revela Noemí ante la mirada realmente incrédula de sus interlocutoras. Se ve que no han ido a ver al mago Pop, que hace una cosa parecida. Y continúa: "Ah, y en los informativos dirán que han sido los alienígenas, o algo de eso". Solo faltaba meternos con los medios de comunicación. Por lo que dice Noemí parece que los alienígenas tuvieran sección diaria en los informativos.
El sermón de Noemí está empezando a llegar a su fin. Mira que lo siento porque me ha parecido divertido. Por un momento pensé que hablaría del pastafarismo o religión del Monstruo de Espagueti Volador. Después de lo del microchip es lo que faltaba, pero no. Ella es fiel a la doctrina y la charla no ha sido algo improvisado. No lo sabíamos, pero resulta que Noemí tiene una misión. Ha venido a GH VIP para hablar de Dios. Ahí es nada. Así lo confesó a sus compañeras: "Mi propósito al venir a Gran Hermano es hablar de Dios. Sé que lo hago poco. Pero es que no he visto el momento". En resumen, es beata, pero sin agobios.
Lo importante hoy era contar lo del microchip, por lo que intentaré resumir todo lo demás en un párrafo. Estela mosqueada con Hugo porque empezaba a oscurecer el día y Kiko no había hablado apenas nada con ella. Antonio David cabreado con Gianmarco porque contribuyó a su desenmascaramiento definitivo el domingo. A su vez, Gianmarco molesto con Antonio David por considerarlo una mera marioneta (es el resumen de eso que tanto le costó decir ayer por la tarde al italiano). Mila amargada porque es Mila, aunque además enfadada porque Hugo ha comido de su miel. No es una metáfora, Mila tiene miel, como toda abeja reina que se precie. Y Gianmarco nominado, ergo pillado por Adara. Hasta las plantas del jardín parecían ayer soliviantadas. Me temo que alguien olvidó lo de su contrato de imagen.
Gianmarco va cobrando cada vez más protagonismo. De su bajo perfil inicial a estar metido en todas las salsas supone una importante evolución. Ayer tenía abiertos varios frentes. Con Mila quiso aclarar algunas cosas y le contó lo mal que le sienta ser considerado una persona manipulable o que se acerca a los demás por interés. Mila le tranquilizó diciendo que ella no lo ve así. Estuvo amable con él, reconociendo su aportación al grupo, especialmente en las pruebas. “Ya dije que un tío capaz de pasar la noche en vela para que el grupo ganase un punto en una prueba merece mucho la pena”, afirmaba Mila. Ese frente parece completamente cerrado. Otra cosa es el de Antonio David. Aunque parece que lo solucionaron, no me fío mucho.
Gianmarco también habló con Antonio David. Después se lo contaba a Adara. “Me ha dicho que no piensa que sea bobo, sino que soy muy bueno”, aclaraba Gianmarco. ¡Cómo si lo viera! El típico “de bueno que eres pareces tonto”. Parece un argumento trampa. “Pero ¿lo habéis solucionado?”, preguntaba Adara, y Gianmarco respondía que sí. Me temo que Antonio David no olvidará tan fácilmente que su amigo italiano reconociera sus intenciones al hacerle la pregunta en el Debate. Con Mila fue todavía más claro. Le preguntó si realmente le veía como un bobo que se deja influir por la gente porque estaba convencido de que lo negaría. Pero la respuesta fue afirmativa. No preguntes sin estar seguro de la respuesta.
A Antonio David lo que más le molestó fue que le hiciera la pregunta en medio de una gala. Porque parece como si todo lo demás no se estuviera viendo. Si solo viéramos lo que pasa durante los programas de la noche nos hubiéramos quedado sin disfrutar del sermón de Noemí, la enviada. Por las razones que sean, en todas las conversaciones entre Antonio David y Gianmarco termina quedando mucho mejor este último. Antonio David sigue intentando encontrar su hueco, como si estuviera ahí de paso. Entre probaturas se va hundiendo poco a poco y entonces intenta remontar contando algo de su vida privada. Por ejemplo, episodios de la salud de su pequeño que igual no debería contar en el concurso por ser algo demasiado delicado. Llámenme susceptible, pero no lo veo.
El tercer frente de Gianmarco en realidad no existe. Durante el día fue escenificando una especie de repentina fascinación por Adara, con quien hasta ahora había tenido una relación cada vez más estrecha, pero de amistad sin más. Ahora parece que se estuviera pillando por ella. Puede ser una consecuencia lógica del paso del tiempo y la situación de aislamiento que impone este encierro. Pero también lo podemos relacionar con la situación hasta ahora inédita de que Gianmarco está nominado.
Anoche Gianmarco y Adara se metían en la cama (cada uno en la suya) mientras seguía la fiesta y hablaban lánguidamente. No me pareció bien que Adara hiciera ese recibimiento a Hugo, que bien podría marcharse esta noche. La preocupación oficial de Gianmarco es que Adara deba posicionarse entre él y Pol. Pero la preocupación que parece querer transmitir realmente es que se está pillando por Adara. Lamento ser mal pensado y ver en todo esto un intento a la desesperada por salvarse de la expulsión. Y eso creyendo que el porcentaje más bajo de votos del domingo era suyo. El Anticristo me llevará con él y posiblemente me haría mejor persona si creyese en el pastafarismo. Yo soy de lo que se injertarían el microchip prodigioso. Me temo.
Se esperaba más del regreso de Kiko como candidato a la repesca. Se quedase o no, parecía atractivo ver cómo se iba a acercar a Estela tras lo ocurrido durante el tiempo que estuvieron juntos en la casa la vez anterior. El que esté siendo todo tan decepcionante indica que no debe ser Kiko quien se quede. No es que el acercamiento haya sido mejor o peor, simplemente no había existido hasta el final de la tarde de ayer. Se quejaba de ello Estela hablando con Joao, consejero oficial en esa casa. “Solo hemos hablado de pasada algo en el vestidor”, decía Estela lamentándose con Joao.
Finalmente hablaron Kiko y Estela, un poco con la mediación de Joao. Destaco dos momentos de la conversación. Uno cuando Estela confiesa que ha echado más de menos a Kiko que su vida de fuera. O sea, más que a su marido. El otro es el impagable momento que Estela pregunta: “¿Qué tal con Diego?” y Kiko parece pillado en un aprieto. Estela aclara entonces: “Digo con El Cejas”. Kiko responde aliviado que bien, a lo que ella concluye: “Vale, ya me has respondido”. Este es el tipo de información del exterior que me gusta. No hace falta que diga nada más.
Corea central
Dice Noemí: “Me gustaría saber algo del exterior”. Responde Hugo: “Mejor no”. Esta información del exterior también mola. Noemí cree que Hugo es “el malo de la peli”. Y no está tan mal visto.
Sigo con Hugo. Mila le pidió que no la llamara más amargada. Según él, no se trata de un insulto, lo cual pusieron en duda Antonio David y El Cejas. Bueno, cualquier cosa puede ser insulto dependiendo del tono. Recuerdo una discusión entre los conductores de un taxi y otro vehículo en la glorieta de Atocha donde se escuchó la palabra “taxista” a modo de insulto. Prueba de ello es que el taxista se ofendió. También recuerdo una discusión entre dos adultos en un autobús donde uno le dijo al otro: “¡Chirimoya!”. Y el otro respondió molesto: “¿Chirimoya? A mí no me llames Chirimoya”.
Moleskine del gato
Los porcentajes ciegos estaban así anoche durante el Diario: 40,5 %, 37,5 % y 22,4 %. Los dos porcentajes mayores se han igualado bastante a la baja, lo cual es poca cosa al lado de que el otro haya pasado del ínfimo 1,3 % que tenía el domingo hasta el 22,4 % de ayer.
Hoy se salva el menos votado. El domingo pensaban casi todos que sería Gianmarco, pero si ven estos porcentajes igual ahora no lo tienen tan claro.