María Jesús recibe con estupor y alivio la expulsión de Julio
Aunque no se lo esperaban, a nadie sorprendió del todo la expulsión disciplinaria de Julio. Ya dije el jueves pasado que había pasado muy rápido de osete a muñeco diabólico. Siempre anduvo entre la miel y la hiel. La dirección del programa decidió ayer que la trayectoria de Julio en el concurso había terminado por su inaceptable conducta. Vistas las sucesivas secuencias de imágenes no hace falta decir mucho más. Se veía venir que esto podía suceder.
No entraré en discusión sobre los motivos de la expulsión ni comentaré en profundidad la conducta de Julio con María Jesús. Me parece que está bien expulsado y aplaudo esa decisión. Vuelvo a decir que necesita meter en su cabeza de forma indeleble que no es no, y si no es sí también es no. La sociedad está felizmente concienciada de esto, más que nunca antes. Primero pensamos que lo suyo era amor y luego ya vimos que simplemente estaba borracho de amor. Las cosas no siempre son como parecen.
Dejando a un lado las conductas más graves, solo por el intento de montaje merecía la dura sanción. Julio ha sido muy poco inteligente porque su actitud, intolerable en cualquier caso, queda aún más en evidencia cuando se ve en un programa de televisión. Da pavor ver su falta de escrúpulos al mostrarse delante de las cámaras, incluso ante algún compañero. No le importa que sea testigo Fortu, lo cual es indicativo de hasta dónde es capaz de llegar.
Cuando le escribe un mensaje a María Jesús en el ordenador ya está trasgrediendo las normas. Pero es que encima el mensaje era una propuesta que va en contra de la propia esencia del programa. Pretendía el concursante expulsado vivir ante las cámaras una segunda luna de miel con María Jesús contraria a lo que esta siente realmente. La propuesta es torpe y alambicada, además de un monumental intento de burla a la audiencia.
Julio decía a un tiempo que ella le daba asco y que debían ser inteligentes porque en el programa lo que venden son las parejas y amoríos. Por eso debían despreciar la realidad para representar un teatrillo de cara a la galería e intentar así hacerse con el triunfo. No es muy distinto a lo que determinados concursantes han pretendido antes en este programa, solo que en esos otros casos lo traían hablado de fuera o fueron capaces de comunicarse evitando ser descubiertos.
Como decían algunos profesores en el colegio: está permitido copiar mientras no te pillen. De igual manera que solo habría sospechas, más o menos fundadas, si María Jesús hubiera aceptado el pacto sin contarlo. Por suerte no fue así y se decidió a poner al descubierto el intento de engaño de Julio. Está mal pretender presentar como real aquello que no lo es, pero rematadamente mal si el espectador no lo intuye, sino que tiene pruebas evidentes de ello. En este caso ha sido en grado de tentativa, e insisto en que solo eso ya es suficiente para merecer la expulsión. Ahora los siete nominados de esta semana quedan reducidos a seis.
Sin querer banalizar lo sucedido, me quedo con esta parte de la actitud de Julio porque todo lo demás me parece obvio y hasta me ofende la idea de entrar en discusión sobre ello. Es la razón por la que considerando merecido el castigo prefiero dejar lo más delicado a un lado, centrándome en el cutre intento de vender una relación sentimental falsa con María Jesús. No encontró la complicidad de esta concursante y eso supuso su final. Me creo a pie juntillas que puso lo de “me das asco”, por mucho que lo negase después.
Seguro que en algún momento le echará a ella la culpa de su salida de la casa. Pero el gran enemigo de Julio ha sido él mismo. El resto de los concursantes han sido testigos parcialmente de la actitud del expulsado con María Jesús, pero de forma más detallada saben lo de su intento de montaje. Por eso cuando anoche recibían de Jordi González la noticia de que había sido expulsado una hora antes se lo explicaban en esta clave. Ylenia decía: “Cuando alguien se pasa de listo pasa lo que pasa”. Todos pensaron que el motivo fundamental había sido su intento de engaño a la audiencia y al programa.
No me importan las intenciones de Julio. Anoche muchos seguidores me transmitían su convencimiento de que lo hacía para vivir esa segunda luna de miel de la que antes hablé con la esperanza de que se terminase convirtiendo en realidad. Da igual si era parte de su poco sana obsesión por María Jesús. Es un juicio de valor que se puede compartir o no, pero el relato permanece invariable en ambos casos. Fuera por lo que fuera, estamos ante una actitud rechazable. Supone la más alta traición a la audiencia pretender pasar como realidad la mentira. En un reality no cabe la simulación.
Insisto en la idea de la simulación como el mayor quebrantamiento del espíritu de Gran Hermano porque, aunque parezca algo evidente, he visto muchas veces poner esto en duda. Recuerdo una cena con distinguidas presencias en la que Pepe Herrero, el bicampeón recordman, se manifestaba en desacuerdo con la expulsión de Feroz y Flor (GH 12). Recordemos que esos dos concursantes fueron expulsados por pretender simular que habían iniciado una relación y dedicaban besos (o más) en la piscina a Mercedes Milá.
Desde la mencionada expulsión doble vengo explicando que Gran Hermano ofrece una ilusión de realidad comprometida en estos casos. Y repito el símil con esa película en la que, de improviso, vemos asomar el micrófono de jirafa por la parte superior de la pantalla. Estamos viviendo la ficción como si fuera real hasta que la visión de un elemento ajeno a la acción, como es el micrófono, nos saca de esa realidad. Solo entiendo que no pareciera justa la expulsión en aquella lejana edición, o la que conocimos anoche, por el espíritu de la contradicción que aqueja a algunos.
María Jesús no parecía muy sorprendida anoche, al igual que el resto de sus compañeros, aunque decía estar en shock. No me pareció que fuera para tanto, e incluso creo que quedó bastante clara su sensación de alivio. Confesó que deseaba la expulsión de Julio este jueves, aunque le daba pena que se hubiera producido de esta forma. Yo también lo siento, pero desde el jueves no he tenido duda de que se llegaría a producir más tarde o más temprano.
Es admirable la manera como ha llevado María Jesús la actitud de Julio, no agravando la situación. Después de todo, lo ha tratado con enorme delicadeza, seguramente en una mezcla de cariño y autoprotección. Solo le pongo un pero: sus juegos al límite, especialmente durante la cena del miércoles pasado. Sobraba lo de ponerse la nata en los labios, los besos en la comisura y el baile agarrados volando hacia la luna (con Frank ‘ojos azules’). Pero también creo a María Jesús cuando niega que cogiera la mano de Julio bajo la mesa. Otra obsesión megalomaníaca y narcisista más.
Ante la expulsión de Julio tuvo Sofía el temor de resultar damnificada por esta decisión. Piensa que sus seguidores, a quienes ella misma llama “sofistas”, han podido elegir a Julio para concentrar el voto y así salvarla a ella. En tal caso, ahora se encontrarían en la tesitura de tener que cambiar su objetivo. No debería preocuparse tanto. Los votos de retos y recargas son una parte insignificante al lado de lo que vota la audiencia real durante los programas. La audiencia votante no es Twitter.
Al menos la polémica relación de Julio y María Jesús ha sacado de su estado vegetativo a Sofía este fin de semana. Aplaudo que en sus enfrentamientos a Julio pusiera sobre la mesa algo que todos pensaban y nadie se atrevía a decir. Frente a un Fortu intentando poner paz, pero decantándose claramente por Julio, se quedaba corta Sofía llamándole “brasas”. Lástima que luego se encierre en el cuarto con Alejandro y no se la vea, como decía anoche Carolina.
Me da igual que Sofía le muestre cariño a Alejandro bajo el edredón y no a las cuatro de la tarde en el jardín. Se lo reprochaba anoche la pregunta de un oyente, pero cada uno elige cómo y de qué manera gestiona su cariño. De esta pareja no cuestiono la forma que tienen de quererse, ni siquiera me importa a estas alturas hasta qué punto es cierto lo que nos están haciendo ver. Eso sí, no me creo que Sofía llore por Alejandro. Son lágrimas de nominada. Y lo malo es que Sofía nominada es todavía más aburrida.
Ylenia también lloraba anoche después de comprobar un par de cosas durante el Debate. A saber: cuando respondía Raquel a una pregunta de la audiencia se escucharon aplausos del público en plató, y no hubo ni una sola pregunta para ella. La primera tanda de preguntas era solo para nominados, pero luego hubo para todos, incluso algunos tuvieron más de una. Todos menos Ylenia, lo cual fue suficiente para renegar de su buena relación con Raquel, a la que ahora llama “lady gluten”, igual que Carolina. Sospecho que teme haberse asociado con el enemigo, aunque hasta anoche las he visto a gusto juntas. Incluso han llegado a mimetizarse vistiendo casi igual, lo cual solo pasa entre amigas muy amigas.
Normalmente lo paso mal cuando alguien se esfuerza mucho por ser gracioso y a mí no me hace ni puñetera gracia. Con Antonio ni siquiera me importa. Mi vergüenza ajena ha quedado capitidisminuida por la edad, pero aflora cuando veo a este concursante en su salsa. Antonio ha tenido suerte de que expulsáramos a Candela porque iba al rebufo de Julio con ciertas actitudes. Ahora bromea con un posible acercamiento a María Jesús. Pero a menudo las bromas llevan dentro una verdad.
Los alegatos fueron anoche un vodevil que retrata la falsedad de algunos, aunque también se puede analizar en clave de estrategia. Insólito que Kiko decidiese defender a Fortu después de la enconada discusión del jueves pasado. Bien que luego lo arreglasen, pero de ahí a ser su ferviente defensor va un trecho. Lo de Raquel defendiendo a Yoli tres cuartos de lo mismo. Por último, Ylenia pidió defender casi a todos.
El que defiende a alguien con quien no se lleva del todo bien está minimizando la posibilidad de que le nomine el próximo jueves, evitando así algún voto. Hablo siempre del beneficio que es para un concursante cualquier cosa perjudicial para él. Si anoche nadie quiere defender a Fortu, lo cual estuvo a punto de suceder, le hubieran dado la ventaja de convertirse en una víctima, sin defensa y despreciado por sus compañeros. Por tanto, en el fondo hizo bien Kiko.
Moleskine del gato
Los porcentajes ciegos estaban así anoche: 55,6 %, 41,5 %, 1,2 %, 1,0 %, 0,4 % y 0,3 %. Como luego algunos se enfadan no diré nada más, solo lo llamativo de que haya tanto porcentaje súper bajo. No suman ni un 3 % entre 4 nominados.
Sofía y Alejandro fueron la única pareja que no superó la prueba, según el voto de la audiencia. Esto puede ser indicativo de por dónde pueden ir los tiros en el párrafo anterior.
De los creadores de “No somos pareja” llega a sus pantallas “Consumaron”. Gracias a Carolina hemos sabido que entre Antonio y Candela hubo tema que quema. Lo confirmó Candela anoche en el Debate. No soy nadie para meterme bajo las sábanas de otros, pero cosas como estas no se entienden bien.
Le dice Alejandro a Sofía: “Ya has acabado el límite”. Hay falta de stock de límites, parece ser.
Y termino con una breve aclaración. Cuando hay baja de un nominado (normalmente porque es salvado y en el caso de hoy por expulsión disciplinaria) es necesario poner otra encuesta porque no se puede eliminar una opción y que recalcule. Hoy estreno encuesta y mañana se salvará un nominado (o dos) y volveré a poner una tercera. Así son las cosas.