Quienes alguna vez han dicho que Luis Rollán no se moja, que es un tibio o que le gusta quedar bien con todo el mundo habrá tenido que cambiar de opinión obligatoriamente desde anoche. Luis estalló ante el victimismo de Adara. “Eso de que nos marginan es de otro año, de otro reality”, decía. Visiblemente alterado, le cantó las cuarenta a su compañera, que escuchaba atenta desde el cuarto de baño. Un momento antes había vuelto a decir que es un falso, lo cual tuvo efecto de espoleta. Nunca he sido de la opinión de que Luis no se moja. Más bien al contrario. Como he dejado aquí bien claro, he visto en él más compromiso que en la mayoría de concursantes de la casa de los secretos. Pero nunca le habíamos visto tan contundente como anoche. La gota colmó su vaso.
Luis sabe que Adara solo pretende provocar. Busca el enfrentamiento permanente, por eso en la discusión sobre las tareas nada de lo que le propusieron le venía bien. Quería cocinar y hacer la compra ella sola, lo cual es completamente inédito. Pero es que si le llegan a dejar y le dicen que sí a eso ya no le interesaría. Hubiera buscado la forma de poner otro inconveniente, porque el objetivo es decir luego que la quieren pisotear y no aceptan lo que ella propone. En un momento de la reunión Cristina dijo: “Podemos hacer la compra Adara y yo”, a lo que la interesada respondía: “¿Estás buscando la discusión? Pues no voy a discutir contigo”. Un poco más tarde, en la lavandería, le decía Sandra: “A mí Cris me ha preguntado esta mañana si quería hacer la compra”. Y Adara respondía: “Claro, a ti sí, pero a mí no”.
En la anécdota que acabo de referir Adara deja traslucir claramente sus intenciones. Y eso es lo que hace revolverse a Luis. Tras 68 días de encierro y faltando aproximadamente un mes para el final, ya conoce al personal. Adara ha mostrado la patita bien pronto y no engaña a nadie. Luis insistía anoche en su extrañeza porque Frigenti dejase la casa enfrentado a Lucía y esta se marchase siendo igualmente gran enemiga de Adara, pero los tres vuelvan como candidatos a la repesca siendo grandes amigos. ¿Quién entiende eso? Si no lo entiendo yo, mucho menos estando ahí encerrados desde hace más de dos meses.
Luis se revolvía porque ni ha dejado de hablar a los repescados, ni ha dejado de comer junto a ellos, ni se ha negado a hacer las pruebas, ni nada de eso. En realidad, no ha tenido ni un mal gesto hacia ellos, pero a cambio recibe su ingratitud. Las acusaciones de Adara no tienen sentido en ningún caso, pero sería algo más justas si hiciera distinciones en lugar de generalizar. Aun así, Luis tiene bien claro que han vuelto con un guion bien aprendido, queriendo desestabilizar la casa y provocando el enfrentamiento para luego ir a llorar en el cubo. El llanto es un chantaje emocional que casi siempre funciona en televisión. Adara se levantaba al poco de empezar Luis a hablar y terminaba encerrada en el baño lloriqueando. Otra vez usando la paginita de la pena, agarrando de manera inverosímil el rol de pobrecita marginada que no aguanta más la presión.
Si el papelón de Adara resulta triste no digo nada de ese Frigenti que va detrás de ella como si fuera su ama de llaves. Me empezaba a dar cierta ternura ese Frigenti que hubo de aguantar el desplante de su falsa amiga al decirle que cada uno debía seguir por un lado, no solo en los conflictos, sino también en las relaciones. Analícese bien esa frase y dejen de interpretar torticeramente las clarísimas intenciones de la concursante. Pero anoche más que compasión sentí vergüenza ajena viendo ese Frigenti entregado a Adara, incapaz de interpretar lo que ella le propuso el día anterior. Aparte de no parecer capaz de hacer su propio concurso su imagen de entrega a la diva es de absoluto patetismo. Se crea o no, me duele decir esto, pero es lo que siento.
El cinismo de Adara le lleva a decir en su primera etapa de concurso: “No me gusta cocinar. Nada, además”. Para a su vuelta poner todas sus fichas apostando a pedir cocinar, sin aceptar la lógica y sensata propuesta de hacerlo junto a un gemelo o hacer la compra igualmente acompañada. Nunca ha hecho la compra una sola persona y los gemelos saben lo complejo que es llevar la labor de dar de comer y cenar a todo el grupo cada día. Por eso se han buscado una alternativa que funciona, consistente en cocinar dos parejas que se van turnando. Y el día que una de esas parejas no cocina se encarga de la limpieza de los baños.
Adara siembra vientos y recoge tempestades. Y, por usar otra frase hecha, gana revolviendo el río. Como no aceptan su insólita propuesta deja claro que entonces no hará ninguna tarea. Así sale ganando por partida doble: por un lado, deja cierta duda entre la audiencia de si no le quieren dar lo que ella quiere por no ceder un poder claramente inexistente, lo cual está en conocimiento de otros; por otro lado, no hace ninguna tarea. Adara es un fantasma que vaga por la casa intrigando y buscando bronca. Es su única tarea todo el tiempo, aparte de la prueba semanal, que nunca he visto que hiciera con nada parecido a cierto entusiasmo. Como decía anoche Luis, puede que la audiencia sea esto lo que quiere. Y, si es así, que le den ya el maletín, por mí tampoco hay inconveniente. Pero basta de callar como idiotas. Luis ya no lo va a hacer y tampoco Dani fue capaz ayer de mantener su inveterada equidistancia. Con el tema del chocolate no se pudo mantenerse al margen y también se revolvió un poco.
Adara estuvo desde que llegó la compra tocando las narices porque, según ella, nadie le había consultado si quería el chocolate en tableta o en crema. Como no han superado la última prueba semanal tienen media compra y decidieron por consenso general comprar menos chocolate. Para ello se pusieron de acuerdo en que cada uno decidiera si prefería tableta o crema, así pidieron tantas tabletas y frascos de crema como salía de la suma de preferencias. Si no dijo Adara veinte veces que no la habían consultado no lo dijo ni una. Ella tenía crema y, ni corta ni perezosa, comía unas onzas de la tableta de Luca. Otra nueva provocación ante el silencio de algunos, como es el caso de los Gemeliers.
Dani se pronunció en contra solamente por la presión de Luca, quien quiso saber su opinión. “No me parece bien”, decía tímidamente. Después de su fechoría, Adara salía al jardín a preguntar por qué no se la tiene en cuenta. “A mí nadie me ha consultado”, decía. Se refería una vez más a la consulta sobre qué tipo de chocolate pedían para ella. Cristina se lo decía claramente y de buenas maneras: “Dijo Sandra que te lo había preguntado”. Adara lo negó, pero tampoco fue a pedirle explicaciones a Sandra. Tuvo que ser esta la que sacase de su error a Adara un rato más tarde en el cuarto de baño. “Nadie me ha preguntado”, volvía a decir. Sandra recordaba entonces que le preguntó la mañana anterior y respondió que chocolate en frasco, no en tableta.
Adara lo negó todo delante de Sandra. No entiendo como esta mantiene su apoyo a la repescada después de esto. Me parece extraño que no entendiese la pregunta, también que no se acuerde de algo así solo un día después. Pero, ante todo, me resulta imposible de entender que no fuera a preguntarle a Sandra, más sabiendo que es uno de sus pocos apoyos en la casa. Tal vez no lo hiciera porque si le dice esto antes de comerse parte de una tableta ajena no habría tenido coartada para hacerlo. Se habría malogrado la excusa de dado que no me han consultado yo ahora como lo que quiero. Esta madrugada, Adara y Frigenti han atracado la despensa cogiendo chocolate y cereales ajenos. Explotar el rol de víctima tiene estas compensaciones. Vale para luego hacer lo que les viene en gana, poniéndose ciegos a comer lo de los demás.
No sé si me parece más grave que no consulten a Adara si quiere tableta de chocolate o crema de cacao o que Cristina tirase las muestras de sérum. Yo es que lo de tirar el sérum me parece intolerable. Por ahí no paso. Tirar otras cosas pase, pero el sérum no. Eso es traspasar todas las líneas rojas. Aunque, la verdad, lo de la Guardia Civil que dijo Isabel puede que sea aún peor. Es gravísimo. Por cierto, volviendo al maldito sérum, las carísimas muestras fueron regaladas por la marca a Adara. Es lo que pasa por regalar un regalo. El sentimiento trágico de la vida que tiene esta chica es que ni Unamuno, oiga. Frigenti es más de Valle-Inclán, o sea, del esperpento.
Frigenti está empezando a parecerme un manta mojada. Que haya asumido un papel secundario, a la sombra de esa Adara que tan claro tiene su plan, dice mucho de su falta de personalidad. Esto queda mucho más claro cuando sigue besando el suelo que pisa Adara después de la amenaza de ‘rotondazo’ del lunes. No sé si es peor que su actitud parezca pusilánime o que haya quedado anulado como concursante. Como él mismo reconoce, está cada vez más perdido (se lo dijo a Cristina en la charla del lunes al atardecer). Desdibujado por permanecer a la sombra de su ama, no me extrañaría que fuera expulsado a las primeras de cambio, siempre y cuando salga nominado.
Luca no tuvo a nadie en su contra el domingo en los posicionamientos, lo cual coincide con la decisión popular que le salvaba anoche de la expulsión. Luca ha sido el menos votado en varias ocasiones, otro motivo de inquietud para quienes le acusan de afrontar la discusiones con tranquilidad para “parecer normal”. No deja de ser una confesión de parte sobre el mal concepto que algunos tienen de sí mismos. Si Luca parece normal por responder tranquilo y con una sonrisa en la boca quiere decir que quienes no lo hacen así no son normales, ¿no? Pregunto.
Frigenti anoche daba la callada por respuesta tras escuchar a la hermana de Cristina. Esta aprovechó su alegato para dejarle claro a su hermana que ella y Fátima (amiga y defensora en plató de la concursante) van al unísono y en el mismo barco. Desmentía así a Frigenti, además de sugerirle a Cristina que no se crea ningún cambio de actitud de este concursante. Lo del lunes hacía prever un posible intento de acercamiento, del que no tengo dudas en caso de que termine renegando de Adara o esta de él. Ahora Cristina sabe la opinión de su hermana sobre esos cambios, veremos si sucede y, en su caso, cuál sería su actitud.
Isabel demostró en la gala de anoche ser una profesional. Hizo una línea de la vida que parecía un organigrama de trabajo. Pero, sobre todo, lo supo explicar todo rápido y con claridad. Creo que es la primera línea secreta de la vida en la que comienza con su nacimiento y logra llegar prácticamente al final.
La hermana de Cristina le aconsejaba que siguiera confiando en quien lo está haciendo. La concursante no podía dejar de preguntar por Luca, que también contó con esta aprobación familiar. Además, Cristina pudo conocer por videoconferencia a sus “suegros”. Los padres de Luca le dieron su mensaje en italiano, como es normal, aunque más bien fue cosa de la madre. El padre acertó a desearle suerte y poco más. Y a Isabel le habló su hermana desde Brasil. Hubo cierta conmoción por su belleza y la de su marido, que al principio de la videoconferencia aparecía por detrás con el torso desnudo haciéndose un Alexia Rivas.