Como ya apuntaba el lunes, Luis está en el punto de mira de Sandra y los Gemeliers. Se ha convertido en la meta, el rival a batir, la bestia negra. En suma, Luis Rollán es el objetivo. Y por si no lo tenían suficientemente claro en la casa, el último expulsado volvía en su auxilio. Julen remataba a Luis el domingo con un tuit donde dejaba a los pies de los caballos a su querido compañero. Pues bien, si el domingo remataba anoche le ponía la puntilla. Con precisión de picador, le metía el descabello en el hoyo de las agujas, que es como se conoce al espacio donde debe penetrar la espada para matar al toro de forma fulminante. Julen le metió una puñalada a Luis en el intercostal.
También ayudó al martirio que Luis tuviera dos contra alegatos a falta de uno, mientras los Gemeliers no tenían ninguno y Sandra solamente uno. En la graduación de contra alegatos Luis es también objetivo claro y los gemelos fueron indultados. Cuando todavía estaba recuperándose de la nueva embestida de Julen apareció el repescado reventado Frigenti para terminar de magullarlo. Fue como un manteo continuo, la gala más amarga para el concursante más alegre. Aunque anoche vimos a otro Luis, el que ha sufrido de angustia durante años y, a consecuencia de ello, aparecieron las fobias. El Luis que sufrió con el descubrimiento de su sexualidad, el que siempre renació de sus cenizas, como el ave Fénix. Su curva de la vida, grabada la tarde anterior, fue la más interesante entre las de los nominados. Con bastante diferencia, además.
Sandra lleva días arremetiendo contra Luis, labor para la que ha encontrado dos cómplices llamados Jesús y Dani. Los tres tenían idéntico interés en dejar mal a su compañero, dado que están nominados con él y uno de ellos no llegará vivir en esa casa la última semana de concurso. En la sala de la verdad Sandra optó por las medias verdades, que son siempre peores que la peor de las mentiras. Solo ella vio las imágenes previas a la expulsión de Julen y la argumentación de Luis en el momento de nominarla con dos puntos. Lo visto fue idéntico a lo que estos días le ha contado el propio Luis. Casi palabra por palabra y pausa por pausa. Su relato ha sido un calco milimétrico de lo sucedido, a pesar de lo cual fue tras ver las imágenes cuando Sandra dijo haber entendido perfectamente el tuit de Julen que vieron dos días antes.
Luis hizo acto de presencia un poco después, y lo visto en su ausencia sirvió para que tuviera seguridad plena de que el problema no era si había arropado lo suficiente a Sandra o la había podido dejar de cuidar, tal como prometió a Julen que haría poco antes de que este saliera de la casa. El problema no estaba ahí en absoluto porque era todo una venganza por dos puntos de nominación. Tan simple como eso. Algo por lo que Julen llegó a pedir que Luis fuera el último expulsado. Cuando Sandra dice que Luis la llevaba nominando cinco o seis semanas falta a la verdad de manera escandalosa porque solo la había nominado dos veces antes. Solamente cinco puntos en tres nominaciones durante 14 semanas de concurso.
Lo gracioso, por así decirlo, es que se esté hablando tanto de los puntos que repartió Luis el pasado jueves y nada de lo que nominaron los Gemeliers. Aparte de que debería sancionarse la trampa de espiar las nominaciones de los otros escuchando a través de las paredes, los gemelos le dieron 4 puntazos a Luis y ninguno a Luca. ¿Acaso tienen mejor relación con este? ¿No habría sido más lógico al contrario? Ignorar que las nominaciones son parte del juego y a veces se nomina por estrategia es de una gran hipocresía. Pero, claro, es que al parecer se puede nominar a Luis, pero hacerlo a Sandra debe ser un delito. O pecado mortal, para los que sean creyentes.
Tanto porfiar contra Luis por nominar a Sandra me recuerda a lo que vivió Cristina cuando dejó de llevarse bien con Adara. Parecía que fuera irrenunciable ser su amigo. Si era obligatorio que Cristina fuera amiga de Adara deberían haberlo avisado, igual que si nominar a Sandra no era algo permitido. Luis habría podido nominar de otra manera si le llegan a comunicar previamente esa regla. Lo hubiera asumido con la misma deportividad que mostró anoche al recibir dos contra alegatos mientras los gemelos no tenían ninguno. Pero nadie le dijo nada al respecto.
La misma Sandra le metió puntos a Adara y Frigenti dejando sin nominar a Luca y Cristina, explicando después que cada semana nomina según lo siente y le interesa. Esa Sandra es la que lleva desde el jueves crucificando a Luis por dos ridículos puntos. En justa correspondencia, Luis tendría que haber retirado el saludo a los gemelos porque si en lugar de meterle cuatro puntos a él se los hubieran dado a Luca ahora mismo no estaría en la cuerda floja temiendo ser expulsado mañana. La diferencia es que los Gemeliers han tenido mucha mejor relación con Luis que con Luca, lo cual quedó patente anoche en otro de los careos en la sala de la verdad. Sin embargo, Luis dijo hace tiempo que quería llegar a la final junto a Cristina y Luca, añadiendo después a Julen. Este ya no podrá llegar, como tienen asegurado los otros dos. Pero de Sandra no dijo nunca nada.
El doble contra alegato que sufrió Luis Rollán fue menos duro para él porque el repescado reventado Frigenti dedicó buena parte de su tiempo a atacar a Cristina y Luca. La fijación que tiene contra la pareja es digna de estudio y con el objetivo de perjudicarles aplica clichés procedentes de otros realities anteriores, incluso expresiones propias de este gato escribidor. No le voy a reclamar el copyright dado que nunca he pretendido hacer de estas crónicas unos nuevos ‘Episodios nacionales’ (entre otras cosas porque no soy nadie al lado de Valle-Inclán). Lo que aquí se dice no es nada importante en realidad, pero ya cansa tanta apropiación de lo ajeno, algo que llevo soportando al experto en realities desde hace años.
Por lo visto, lo que más se lleva es atacar a un concursante cuando lo comprometido era hacer lo propio con otro diferente. Parece que impuso la moda María Jesús Ruiz y otros siguen su estela. También esto es poco original. Lo cierto es que tanto contra alegato y tanta sala de la verdad está provocando un curioso fenómeno consistente en que la tensión y el enfrentamiento que vemos en las galas nada tiene que ver con el día a día que se observa en el directo desde la casa. Es el día y la noche, lo cual llama poderosamente la atención.
Por otra parte, siempre he pensado que a estas alturas del concurso, quienes tienen el honor de haber llegado a la final deberían recibir un trato diferente, más acorde con los aires de concordia y felicidad que identifican la Navidad. Insistir en el enfrentamiento no solo me parece injusto para ellos, sino que también creo que es contrario al deseo de la audiencia. No es algo que yo adivine graciosamente, lo dicen las votaciones de cada semana. Mañana subirán las curvas hasta Guadalix de la Sierra tres concursantes que vuelven por tercera vez a la casa de los secretos. Los espectadores se han gastado ya dos veces su dinero para echar de allí a Adara y Frigenti, no votando a Lucía lo suficiente para que fuera repescada. Pues bien, mañana los tendremos allí de nuevo. No me parece que esto sea contentar a la audiencia.
Si lo anterior ya era vaciar en la casa unos cuantos galones de gasolina, la sala de la verdad que enfrentó a los Gemeliers con Luca y Cristina fue directamente encender la mecha. El primer motivo de este múltiple cara a cara fue el roce entre Luca y Jesús magnificado por este último al explicar repetidamente que cuando dice “hijo de (las cuatro letras)” no tiene intención de ofender. Explicación que nadie le había pedido, porque Luca solo le advirtió de que no volviera a utilizar esa expresión dirigiéndose a él. Bastaba con decir “entendido” y no seguir enredando el ovillo. Pero, espera, no voy a pecar más de inocente. Ya lo hice ayer cuando hablaba de la “amable perseverancia” de los gemelos. Está visto, perseverantes mucho, pero amables solo cuando les conviene.
Digo que no voy a pecar de inocente porque si Jesús le dio vueltas a esto fue sencillamente porque Luca es un objetivo más grande que Luis. Una vez se quitasen de en medio a este queda todavía un último y definitivo asalto. Y ahí no podrán evitar medirse a Luca, lo cual quisieron evitar dándole cuatro puntos a Luis, lo cual insisto en que está fuera de toda lógica, aunque como estrategia no es mala. Luca y Cristina serán la próxima preocupación de Jesús y Dani, por eso se han adelantado ya disparando a diestro y siniestro con ellos. La ridícula polémica de la expresión insultante utilizada sin ánimo de insultar terminó con Luca recordando que ellos hablaron de cortarle la cabeza (y los pies, añado) a Emmy. Por su parte, los gemelos rebuscaron también en el pasado para terminar llamando machista y agresivo (otra vez) a Luca.
Poco se pueden reprochar porque una parte y otra coincidieron en sacar cosas de hace semanas, si no meses. Cosas todas ellas aclaradas en su momento y por la que se pidieron las correspondientes disculpas. Pero el brillo de las monedas dentro del maletín llama al brillo de facas y esos puñales empiezan a volar en varias direcciones. Con Cristina fueron más considerados y no le sacaron imputaciones graves recuperadas del pasado, como lo de que Luca es agresivo. De ella tan solo había dicho Jesús en un cubo de esa misma tarde que cuando le dijo “te quiero mucho” era falso. No tengo duda de que tuviera intención de perjudicar a Cristina con esas palabras, pero pienso que se disparó un pie al reconocer su falsedad. No había necesidad, ya lo habíamos notado.
Los Gemeliers supieron que son finalistas tras su salvación, y al igual que hicieron con Luca y Cristina les dijeron que no podían contar nada a sus compañeros (o sea, Sandra y Luis). Ellos deberían saber en ese momento que Luca y Cristina ya lo son porque en uno de los vídeos vistos en la sala de la verdad aparecía la pareja delante del rótulo luminoso que pone “Finalistas”, en esa misma sala.
Sandra está a tope con los Gemelos, pero hasta ahora había tenido más bien poca relación con ellos. Tanto es así que se enteró ayer de que la novia de Dani era una de sus bailarinas.
Como meme me parece insuperable el gif de Cristina separando las manos unos veinticinco centímetros como si estuviera calibrando el tamaño del miembro de su novio italiano. No importa nada que en realidad estuviera explicando cuánto había abierto la puerta de la ducha en el momento que le descubrió como su madre le trajo al mundo.
Los porcentajes ciegos oficiales llevan días sospasando que te sorpasa, una y otra vez, según contó anoche Carlos Sobera. Al principio de la noche estaban así: 44,2 %, 48,3 % y 7,5 %. Y cerca del final eran estos: 45,9 %. 46,3 % y 7,8 %. Una diferencia de cuatro décimas que se acerca al empate técnico. Virtualmente, Sandra y Luis tienen idénticas posibilidades de salir mañana.