El Koala cree que le puede perjudicar ser amigo de Miriam
Makoke y el Koala están bastante convencidos de que puede ser hoy su último día en la casa. Está claro que ambos están en riesgo, aunque cada uno tiene razones distintas para pensar que llegó su hora. Makoke supo que al 85 % de la audiencia votante no le estaba gustando su concurso, pero en estos últimos días ha sentido cierto aliento positivo por el error de Miriam hablando de una supuesta infidelidad de la que no tiene prueba alguna. Por su parte, el Koala teme el efecto colateral de ese mismo error al ser amigo de Miriam, el único en el que ella confía en esa casa.
Se está dando la singular circunstancia de que los defensores de Miriam teman al Koala por ser el único que puede disputarle el maletín. Por eso le acusan de calentar o cargar la pistola de Miriam para que se exponga mientras él se bate en retirada. Es una lectura interesada y torticera de algo que sucede en realidad. Después de dos meses observándoles no puede ser que no los conozcamos un poquito. Lo suficiente, al menos, para saber que el Koala rehúye el enfrentamiento casi siempre. Es su carácter, y pocas veces deja de reprimir su impulso conciliador.
Hace un par de días toda la casa se pasó la mañana entera comentando con gran enfado la desaparición del pan del desayuno y de casi un litro de leche. Suso y Aurah habían arrasado con las escasas existencias que se deberían repartir entre todos. No pudo desayunar nadie más y Makoke avisaba al Koala de lo sucedido al ser ellos dos los primeros en levantarse. Atención porque este orden es importante. El Koala se lo cuenta a Miriam cuando se levanta. Si hubiera sido al contrario Miriam se lo habría contado igualmente al Koala. ¿Habría sido entonces ella la que le calienta con aviesas intenciones?
Es una interpretación interesada y absurda, como digo. Igual que acusar a este concursante de haber estado ofendido protestando por lo sucedido durante mucho rato y callar cuando se levantaron Suso y Aurah, ya por la tarde. Es verdad que no solo calló, sino que quiso quitarle hierro al asunto. Pero no fue el único. En el caso de Makoke porque, como dice Miriam, es la ‘madrastra’ que los protege. Y el Koala ha demostrado ser como el escorpión del chiste: ese es su carácter. Incapaz de alimentar una discusión que ponga en peligro la buena convivencia por unos trozos de pan y dos vasos de leche.
Miriam solo se fía del Koala. Anoche era franca con Asraf, que cada día está más cerca de ellos dos. “Me caes bien, pero no me he sentido ligada a nadie más aparte del Koala y Verdeliss. No he sentido contigo una conexión especial en estos dos meses”, se sinceraba Miriam con Asraf. De otra cosa podemos acusar a esta concursante, pero no de no ser sincera. Desea que el Koala se quede y se le pondría muy cuesta arriba la experiencia si se va. Dice que sentiría la soledad. Están en un error quienes dicen defender a Miriam y desean que llegue a la final sin la compañía del Koala.
Esta es una prueba de resistencia, como las carreras de larga distancia. Se trata de aguantar hasta el final sin que ningún tropiezo te deje sin poder disputar el triunfo. Para ello es importante tener una persona al lado, a ser posible hasta el último día. Las viejas teorías del balancín, el cincuenta por ciento y otras han de ser actualizadas. El concurso ha cambiado y lo sigue haciendo, al mismo tiempo que cambia la audiencia. La transformación es más rápida de lo que aparenta y en cosas distintas a las que se suelen apreciar con mayor frecuencia. También estamos ante frecuentes falsas creencias. Se equivocó Pepe Herrero pensando que Dayron podía ser un obstáculo para su triunfo, por lo cual decidió engañar a la audiencia simulando un error en las últimas nominaciones para hacer caer a su compañero de batalla. Hubiera ganado igualmente.
Unos años después, Iván Madrazo llegaba a la final junto a Chiqui, su fiel compañera. Y ganaba arrasando. Son dos maneras de entender este concurso. Aun en el caso de que haya posibilidad real de que gane un tercero, disputarse el premio con tu mejor amigo compensa siempre. Sobre todo, porque si gana el otro la alegría es casi tan grande como con el triunfo propio. Además, la audiencia es imprevisible, lo cual hace mucho más importante la fuerza de la comunidad de seguidores. No olvidemos que la decisión final es de la audiencia.
Esta semana no nos hemos puesto de acuerdo a la hora de analizar la conveniencia de la terna original de nominados (con Mónica, el Koala y Makoke) o la definitiva (sustituyendo Tony a Mónica). ¿Qué beneficiaba más al Koala? Hay teorías para todos los gustos al respecto. Y voy más allá. ¿Perjudica a este concursante que se salvara Tony el martes o así es mejor? También se pueden hacer múltiples lecturas sobre esto. Podemos pensar que los seguidores de Tony dejarán de votar de forma masiva una vez se ha salvado, lo cual irá a favor del Koala. Por otro lado, quienes quieren salvar a Makoke ya no tienen otra opción, dejando de dividir el voto entre los otros dos nominados, lo cual va en su contra.
Solo tengo claro que las estrategias deben ser actualizadas siempre y cuando haya la posibilidad de que la expulsión se convierta en un duelo durante los dos últimos días, especialmente teniendo en cuenta que la mayor parte de los votos se producen en los minutos finales de la gala de las nominaciones, nada más abrirse los teléfonos, y en la gala siguiente hasta que estos se cierran. De nada vale pensar en si conviene Mónica o Tony si al final queda el Koala solo frente a Makoke. Y, llegado este caso, es normal que tema ser castigado por su amistad con Miriam.
Se lo confesaba el Koala a Asraf, quien piensa que el ‘makokegate’ le puede pasar factura a Miriam. “A mí puede que también por estar cerca de ella y haberle dado siempre mi apoyo”, decía el cantante. Y luego recordó los malos tiempos del principio, con toda la casa en contra de Miriam. No vale decir que eso ya ha pasado hace mucho, porque sería absurdo valorar solo lo sucedido la última semana. ¿Para qué tener un buen comportamiento durante tres meses si solo cuenta lo de los últimos días? ¿De verdad debemos olvidar el Suso de la primera mitad del concurso y fijarnos solo en el de ahora? Bueno, en este caso tampoco parece haber ganado mucho en atractivo.
Las palabras del Koala sobre los posibles efectos colaterales de su amistad con Miriam pueden ser interpretadas sanamente, como una reflexión lógica que no cuesta compartir, o de forma alambicada. No me cabe la menor duda de que desde todos lados le pueden caer las críticas por decir algo tan lógico y normal. Los enemigos de Miriam porque castigar al Koala con la expulsión sería un pequeño triunfo para ellos, y sus defensores por la discutible teoría de que cuanto antes se quite a este concursante de encima mejor para ella porque eso garantizaría su triunfo. Se puede detectar el fraude cuando los mismos que dicen “Miriam ha perdido el concurso” mantienen que el Koala debe ser expulsado para facilitar el maletín a su compañera. No cuela.
En el medio de quienes piensan una cosa y la contraria está una minoría para quienes da igual con quién se llegue a la final porque lo único importante es que quienes te detestan voten menos que quienes te quieren ver ganando, como decía ayer @subiendoelpan. Ante lo cual yo tengo dos cosas que decir. Primero, que estoy de acuerdo con la teoría, y me parece menos simple de lo que aparenta. Y segundo, así las cosas, mejor llegar con un amigo que solo, por lo menos serán más amenos y llevaderos los últimos días u horas.
Creo que efectivamente el error de Miriam con el tema de Makoke y Carlos Lozano puede perjudicar al Koala. Pero también estoy convencido de que haber mantenido su amistad y fidelidad a esta concursante le ha beneficiado mucho. Los que apoyan al Koala son, en su mayoría, quienes apoyan a Miriam. Sin ese apoyo posiblemente no habría llegado hasta aquí, aunque personalmente considero que lo merece por sí solo. Es esta la razón por la que no le veo un enemigo real con vistas a la final. No para Miriam, al menos. Otra cosa es que cayera ella, en cuyo caso el Koala podría convertirse en invencible.
Si alguien ha entendido a este cantante rural amante del rock esa ha sido Miriam. Nadie como ella ha sabido apreciar su manera de ser. Cuando aquí estábamos criticándole por no meterse en medio de una discusión de Miriam con Mónica o con Aurah, ella lo entendía y le animaba a mantener su postura. La mejor manera de defender a un amigo no es necesariamente sumarte a él en una discusión que no conduce a nada ni tiene el objetivo de hallar una solución. Dar un paso atrás es una demostración de sensatez no una traición.
En el caso de que saliera de la casa esta noche Makoke creo que puede haber una ronda de nominaciones con más de tres nominados. Miriam y el Koala no se van a poner de acuerdo a la hora de nominar. Ayer él pensaba dar tres puntos a Tony, dos a Aurah y uno a Suso, mientras ella mantiene sus tres habituales a Mónica, con dos a Suso y uno a Aurah. Estos puntos los cambió después de ver a Aurah llorando amargamente porque teme salir a la palestra. Es la típica crisis de los miércoles. Nada nuevo. En cuanto a los otros duetos, Aurah y Suso llevan semanas nominando diferente. Tampoco coinciden Mónica y Asraf. Además, este parece desmarcarse cada vez más de su salvada de esta semana.
Ayer decía Asraf que a pesar de llevarse bien con Mónica y haberla salvado hay muchas cosas de ella que no le gustan. No me extrañaría que le diera al menos un puntito. No es previsible que pase lo mismo al contrario. Salvar a un compañero utilizando el poder del jefe de la casa tiene sus ventajas. Mónica no nominará esta semana a Asraf. La siguiente ya veremos, pero si lo hace ahora sería interpretado como de ser poco agradecida. En este caso, para Asraf también supuso ser obsequiado con un frasco de crema de cacao. Con economía de guerra no es descartable negociar salvaciones por comida.
Ayer comenzaron el breve servicio militar en la casa, con Miriam como sargento de hierro, medio coja por la pista americana que, por suerte, va a evitar por su cargo. Fueron más disciplinados de lo que pensaba, aunque como vigilantes Asraf y Suso no puedo evitar desear que fueran detectados y apresados por el enemigo. Y si piden rescate por mí se los pueden quedar. Si escuchar cantar a Miriam es una tortura, no lo es menos lo de estos dos vigilantes. Hablando de cantar, anoche la fiesta fue un karaoke. Digamos que resultó ser una operación fracaso clarísima.
El karaoke fue todo un horror. Destaco la afición de Mónica por la anaptixis, esa costumbre de algunos cantantes consistente en añadir una vocal entre dos consonantes contiguas. Así “crónica” se convierte en “corónica”, y “estrella” es “esterella”, por ejemplo. Recordemos el bolero ‘El reloj’, de Lucho Gatica (que murió ayer, por cierto). Dice la letra: “Reloj, no marques las horas, porque voy a enloquecer. Ella se irá para siempre, cuando amanezca otra vez”. Pero la anaptixis de algunos intérpretes les hace decir: “Reloj, no mareques las horas, poreque voy a enloquecer. Ella se irá para siempere, cuando amanezca otra vez”. Bueno, pues así canta Mónica, mientras cimbrea su cuerpo y parece creerse Jennifer Lopez.
Moleskine del gato
Esta noche tenemos una fiesta, con una expulsión que podríamos considerar de nuevo como la más importante de la década. Eso sin exagerar. De momento, anoche los porcentajes estaban así: 58,5 % y 41,5 %. No va a ser por goleada, pero sigo pensando que Makoke volverá a negar en plató su affaire con Carlos Lozano. Y tendremos una de las últimas nominaciones antes de la fase final de la edición. Esto va que vuela. Pero no sé porequé yo siempere quiero más.