Juego de parejas
Este Supervivientes 2020 se está empezando a parecer a un juego de parejas. No me refiero a esas barajas de cartas en las que había que juntar la familia de zulúes o los simpáticos esquimales. Tampoco considero una pareja a Ferre y Barranco, los dos que no tienen reparo en comer caracolas malolientes. Bastó con que Elena les dijera que no comieran las caracolas muertas, que olían hasta la otra punta de playa Prohibida, para que estos dos concursantes las insertaran en un palo para después de pasar por el fuego terminar en sus estómagos. “Lo que no mata engorda”, dijo Ferre. Ay, madre, como no te engorde. “Huele desde aquí, qué asco”, aclaraba Rocío Flores con cara de pocos amigos, más o menos como siempre.
Cuando hablo de parejas me refiero a lo que está pasando en playa Cabeza de león, por ejemplo. Allí hay seis concursantes privilegiados que viven como nadie. Almendras para dar y tomar, pesca a tutiplén, caracolas gordas… un vergel, poco más o menos. Y hasta el último en llegar puede presumir de haber encontrado su media naranja. La pareja más longeva es la formada por Hugo e Ivana, que ya estaban juntos la primera semana. Esto hizo que proliferasen los comentarios jocosos y las dudas sobre la veracidad de su relación. Semanas después se les ve felices y muy unidos, sin que hayamos sido testigos de una sola discusión. Ivana tiene buen carácter y creo que eso pone las cosas fáciles.
Cuando hablo del buen carácter de Ivana no quiero decir que no lo tenga Hugo. Lo cierto es que aprecio cierta sensación de contrariedad en el que fuera ganador de Gran Hermano. No está destacando en las pruebas y en la pesca le ganan por goleada Ana María y Pavón, que parecen haberle cogido bien el tranquillo al tema. Es curioso que en algunas cosas relativas a la pesca coincidan los dos grupos de concursantes (mortales y desvalidos), mientras que en otras discrepan por completo. Hay unanimidad en que las primeras horas del día son las mejores para pescar, lo cual ya debían de saber. Sin embargo, mientras que para Ferre es mejor el anzuelo pequeño porque con el grande no pesca nada, Ana María lamenta que hayan perdido casi todos los anzuelos grandes porque con estos pesca mucho más. Ignoro quién tiene la razón.
A pesar de las contrariedades, Hugo me sigue pareciendo un buen concursante, al que respetan sus compañeros pase lo que pase. Si otro compañero llega a perder una cerilla en la arena de la playa (después recuperada por él mismo) las reacciones no hubieran sido iguales. Lo mismo digo cuando se comió las caracolas gordas que Ana María guarda como oro en paño. Ahí el problema es que esta concursante se cree dueña de la playa, o algo. Ana María hace y deshace a su antojo sin que tampoco le diga nadie nada. Igualmente me sorprende que se pierda su caña, unas plomadas o anzuelos y no se monte entre los desvalidos un dos de mayo. Tal vez sea porque están todos emparejados, como estoy intentando explicar. Hugo se viene arriba cuando farda de sus despertares. Así lo explica: “Me gusta cuando me levanto cortar un poco de leña”. Le gusta cortar un poco de leña tras despertarse. Justo en ese momento y no en otro. Sobrado no, lo siguiente.
La pareja de Ivana y Hugo se reencontró con los desvalidos cuando entre estos ya se había formado otra igual o más estable, aunque solamente en el plano de la sana amistad. Ana María y Pavón son más bien pareja cómica. Casi en cada resumen vemos como salen a pescar o a coger lapas montando el espectáculo humorístico para las cámaras. No se cansan nunca. Tampoco he visto discutir en un solo momento a esta pareja y parecen tener un sorprendente grado de compenetración. Tanto es así que me he llegado a plantear si no se conocían de fuera. Pavón y Ana María llevan el mismo paso en el concurso salvo en un detalle no tan pequeño. Esta no comparte lo que pesca con el resto o lo hace de forma selectiva, mientras que Pavón se muestra más generoso con los demás. Yiya se ha quejado de esto, aunque tal vez sea quien menos puede decir tras afirmar que no comería pescado, aunque lo hace algunas veces.
Lo de no compartir la pesca se ha hecho en pocas ediciones y cuando ha pasado la respuesta del grupo ha sido mucho más enérgica en contra de lo que estamos viendo entre los desvalidos. Si a Hugo le pasan los errores con una especie de reverencial respeto (ganado por sí mismo), no es muy distinto lo que pasa con Ana María y la polémica decisión de comer ella lo que pesca. Cuando solo es una captura se puede llegar a entender que no comparta, pero si han sido varias parece contrario al espíritu de grupo. O bien una actitud algo dictatorial que decida quién se come las piezas seleccionadas por ella misma. Esta falta de reacción en el grupo creo que augura una situación explosiva en breve. Es lo que pasa cuando varias personas se van aguantando las ganas de protestar. Tarde o temprano termina reventando la situación.
Como apunté antes, la última pareja en formarse entre los desvalidos es la de Yiya y el recién llegado Nyno. Ella ha confesado sin pudor que le gusta relacionarse con el cantante, mientras este no hace ascos a tener una nueva cómplice en el concurso. No creo que sea algo improvisado, toda vez que Yiya recibió a Nyno desde el minuto uno con los brazos abiertos y dispuesta a hacerle la estancia más cómoda. El juego de parejas que presenta playa Cabeza de león no es nada baladí porque garantiza un apoyo para cada uno de sus habitantes. Y en este concurso, como en cualquier reality, con solo un apoyo basta. Incluso diría: tener uno solo es mejor que varios.
En playa Prohibida, los mortales no juegan a las parejas de momento. Allí se establecen relaciones más complejas y mucho menos estables. Elena confesaba hace unos días que había tenido a Barranco “aquí” (con la mano sobre su cabeza) y ahora estaba “aquí” (y ponía la mano bajo su cadera). Sin embargo, la madre de Adara parece estar hilvanando una buena relación con Jorge. Esta es la pareja que más apunta a poder durar, aunque la alianza reclamada por este gato entre Fani y Ferre no tiene los días tan contados como pudiera parecer.
Entre Fani y Ferre sabemos que uno de los dos será eliminado este jueves, pero luego se enfrentará en el televoto al resto de los desvalidos, imagino que justo antes de la reunificación. Y ahí parece que puede estar tranquilo quien no sea Nyno porque seguramente esté todo el pescado vendido, nunca mejor dicho. La duda sobre si pudo hacer trampa en la prueba del círculo y las banderas ha puesto a este concursante en el ojo del huracán, objetivo de los votos entre quienes defienden a Hugo. Aunque nunca confío demasiado en el poder del voto organizado, creo que en este caso ha sido todo tan público y notorio que posiblemente suponga el fin del concurso para Nyno. Se acabaría así una de las parejas enumeradas en este escrito, dejando la puerta abierta a la unión de las efes, tras quedar defenestrada la de las yes.
No quiero terminar de comentar las alianzas entre concursantes sin volver a mostrar mi sorpresa porque Rocío cuente con la complicidad de casi todos. Sin contar que Yiya la llama siempre “Rocío florero” y limitando el análisis a los mortales tenemos que es “hermanita” de Barranco, intocable para José Antonio y Elena incluso la ayudó el domingo a que ganase la prueba de recompensa. Fani lleva semanas pasando casi todo el rato tumbada junto a Rocío, y a Jorge, aunque parece que ni está ni se le espera, nunca se le ha escuchado decir nada contra la hija de Antonio David. Esto es así.
Moleskine del gato
Solo un apunte más, que no es otra cosa sino una muestra de mi torpeza. Durante el casi mes y medio que llevamos de edición he estado preguntándome por qué en los grafismos del resumen aparece de fondo la bandera de Irlanda. Los colores verde, blanco y naranja en vertical me remitían a ese símbolo de la nación del trébol. No fue hasta ayer que me fijé bien, dándome cuenta de que no había bandera alguna. Son los colores del mar (verdoso), la espuma de las olas (blanco) y el color siena de la tierra (medio anaranjado).
Con cierto bochorno y recordando que esta noche hay Tierra de nadie me despido por hoy.