Incalificable robo de Olga a su amiga Melyssa
Olga y Melyssa ganaron el pasado jueves en la mesa de las tentaciones sendos frascos de crema de cacao, entre otras cosas. Para las dos tuvo un duro coste: perder parte de su pelo. Días más tarde Olga ha robado a Melyssa aproximadamente la mitad de su crema de cacao. Todavía le quedaba parte de la suya cuando se comió la de su mejor amiga en los cayos Cochinos. Desde muy al principio han sido muy buenas amigas, aunque este hecho ha enfriado la relación hasta el punto de hacer muy complicado que todo vuelva a ser igual. Que Olga le quite a su amiga Melyssa parte de su recompensa quedándole todavía de la suya es algo que no soy capaz de calificar.
No fue lo único que comió Olga de las recompensas ganadas en la mesa de las tentaciones. A Melyssa le ha dolido quedarse sin su crema de cacao después de que tanto ella como su madre se tuvieran que cortar el pelo. Alejandro cambió no volver a nominar por un pollo entero asado con patatas. También es un duro castigo lo de este concursante: renunciar al más importante derecho que tienen, las sagradas nominaciones. Olga también le ha quitado a Alejandro parte de su recompensa, concretamente un buen puñado de patatas. En este caso su fechoría fue registrada por las cámaras.
Olga se levanta antes de que terminen de quedarse dormidos. Debió tardar un poco en volver a acostarse y lo hizo con una bolsa llena de patatas que debió quitar de entre las pertenencias de Alejandro. Sus compañeros ya dormían mientras ella iba comiendo de la bolsa metida en su regazo bajo las prendas que la protegían del frío en la noche tropical hondureña. Tanto Alejandro como Melyssa se dieron cuenta de inmediato al día siguiente de que les faltaba comida. Melyssa ya sabe lo sucedido, pero Alejandro tendrá que esperar a la gala de esta noche para enterarse.
A Olga le delataba su rostro hierático cuando Melyssa se quejaba del robo delante de ella y Lara, sus dos amigas durante buena parte del concurso. Si Melyssa hubiera sido más observadora no le hubiera hecho falta más para conocer la autora de ese robo. Ante la tensa situación, con una Melyssa lógicamente dolida y enfadada, Olga decidió confesar. Supongo que no está registrada la conversación, de la que apenas vimos los minutos finales, en la que Olga se disculpaba, supuestamente arrepentida de su acción.
Melyssa necesita tiempo para poder valorar la situación porque en este momento sigue lógicamente impactada por el incalificable robo de su mejor amiga en el concurso. Además de quedarse sin buena parte de una recompensa conseguida a cambio de su melena y la de su madre, resulta que la autora es una gran amiga. Y esa amiga decide comerse parte de su recompensa cuando todavía le quedaba de la suya. Ni siquiera esperó a que estuviera su frasco vacío. Melyssa no termina de creérselo aun después de confesión de parte. Confieso que me pasa igual.
Podría presumir de haber previsto que algo separaría a estas dos concursantes por lo que dejé dicho en mi escrito de ayer. Pero debo ser sincero y creo honestamente que la conversación de la hamaca entre Melyssa y Lola debió tener lugar después del robo de la crema de cacao. Y fue esa conversación lo que me inspiró para ver una pérdida de confianza en Olga, lo cual expliqué así: “Pero en Melyssa la necesidad de encontrar alguien de absoluta confianza significaría que hasta ahora no lo ha tenido, o bien que lo ha perdido por el camino. ¿Querría decir esto que Olga ha decepcionado en cierto modo a esta concursante?”. La confianza perdida en Olga la ha ganado Lola, efectivamente.
Ante este hecho tan disruptivo se han puesto las cartas boca arriba sobre la mesa y hemos descubierto dos grandes grupos definidos entre los pocos concursantes que siguen en juego. Junto a Melyssa están Lola, que se ha ganado su confianza en pocos días, Tom y Gianmarco. Este último ya estaba decepcionado con Olga y ha tenido ahora una nueva ocasión de estarlo. En medio de la ola de robos de comida ha recordado cuando le faltó parte de la hamburguesa de una recompensa individual y todos, menos él, sabían lo que había sucedido. Ni siquiera se ha enfadado con Tom, autor de ese robo junto a Marta López, pero sí con Olga y la propia Melyssa por no habérselo contado. Sucede que Melyssa es su amiga y Olga no desde que la semana pasada se sintió ninguneado al convertirse esta en la nueva amiga de Tom.
Que Tom se haya decantado por estar junto a Melyssa y no del lado de Olga se puede explicar, entre otras cosas, por la llamada de Carlos este domingo. “No te fíes de las nuevas amistades que te has echado”, le dijo el exconcursante. Por eso no es extraña su postura. Olga ha entrado ya en fase de revertir su culpa intentando convertirse en víctima de la situación, por lo que se dice estar sola con todos en su contra. Poco agradecida está siendo con Lara, su gran apoyo ahora, y Alejandro. Estos dos concursantes se han decantado por apoyar a Olga, terminando de definir esos dos grandes grupos de los que anoche mismo ellos hablaron, aunque como suele suceder algunos se empeñaban en negarlo. Fue eso lo que hizo Gianmarco, pero es inútil negar una evidencia a la que acababa de referirse Melyssa, mucho más fiel a la realidad.
Una de las cosas más lacerantes de lo sucedido es la imagen de Olga respondiendo a un miembro del equipo del programa sobre si ha robado comida a algún compañero y cuantas veces lo había hecho. La misma pregunta hicieron a todos y no fue ella la única en faltar a la verdad. Tom tampoco confesó en ese momento aquello que su cómplice Marta considera una broma. Solo a ella debe parecerle gracioso quitarle comida a un compañero. Aceptemos que cada cual tenga su humor, pero personalmente maldita la gracia que me haría si fuera la persona agraviada.
El caso es que todos negaron haber tenido el feo gesto de robar comida a un compañero, pero solo Olga lo hizo riendo, como haciendo mofa de la pregunta. ¿Por qué se reía Olga? Pienso que de alguna manera quería evitar tener que negar la evidencia, cosa a la que se vio obligada ante la insistencia de la pregunta, cada vez más explícita. Es como si estuviera haciendo un guiño al espectador buscando su complicidad. Probablemente a ella también le parezca una broma.
Puede tener cierta gracia robar comida al equipo del programa, aunque solo hasta el momento en que la fechoría es descubierta. Comparar esto con robar a un compañero es todo un disparate. En ese caso no hay agravio, aunque el gesto tenga que ser con toda lógica castigado por el programa. Otra cosa es quitarle a un compañero lo que se ha ganado, mucho más si les une una gran amistad.
El destino quiso que en un nuevo juego de recompensa ganase anoche Olga dos curiosos premios: en primer lugar el derecho a robar la recompensa a un compañero, y luego un kit antirrobo. Es todo ironía pura. Ni el mejor guionista hubiera ideado que consiguiese esos premios, aunque bien pensado el kit antirrobo deberían tenerlo sus compañeros en lugar de ella. La capacidad de Olga para manipular es tal que anoche parecía ser Melyssa quien debía pedir perdón, en lugar de ella. Era parte de su maniobra para ser vista como la víctima que no es en lugar de hablarse de avaricia, egoísmo o deslealtad.
Tom habló con Sandra y se encontró con su hermana Candice. Noche de claroscuros para él que compensará esa grata compañía durante un día completo. Candice remó a favor de obra cuando elogiaba a Melyssa evitando hablar de Sandra. Esta, por su parte, le dijo claramente a Tom que ya tiene una nueva vida y ha conocido a alguien (sugiriendo, incluso, que él lo conoce), pero no hay más sordo que quien no quiere oír. Por eso a Tom le siguió pareciendo que no estaba siendo clara. ¿Qué parte no entendía de “hablaremos cuando vuelvas, pero sentimentalmente nuestra relación se terminó”? Igual por vídeoconferencia le podría haber dibujado un croquis.
Moleskine del gato
Hoy hay fiesta en los cayos Cochinos para todos menos para el expulsado. Y, por fin, se dará por completada la unificación, teniendo lugar las primeras nominaciones del grupo resultante. De nuevo se puede dar el caso de que Lara no pueda usar el más preciado de sus recuperados amuletos, aquel que le permitiría arrebatar el collar de líder a un compañero. Si es ella la expulsada de esta noche se quedará sin poder usarlo una vez más y, sinceramente, la veo en la cuerda floja.