Hugo Sierra: “Me siento muy solo”
Si Ivana seguía anoche molesta por la actitud de Hugo el jueves pasado no creo que se le pasara escuchando su alegato para no ser expulsado esta semana. Dice Hugo: “Me siento muy solo”. E Ivana a unos tres metros de él. Los defensores de este concursante, esa “legión” fiel a la que él mismo se refiere de continuo, dirán que se refería a esta última semana que llevan separados en equipos diferentes. Pero lo cierto es que él mismo ha confesado sus actuales sentimientos hacia Ivana y se ha lamentado de su actitud. “La única manera de llevar una relación es siendo cómplices y no dejando a tu pareja al pie de los caballos”, afirmó Hugo. La crisis de la pareja es evidente.
El jueves vi la frialdad del reencuentro en la pareja, pero nos faltaba conocer algo más del contexto. Parece que a Ivana le molestó que Hugo no la felicitara por haber ganado la prueba de líder. Lo cierto es que él sonrió cuando Ivana entraba en la palapa, y posiblemente hubiera dicho algo si no se hubiera adelantado Jorge felicitándola. Si no se levantó es porque en la palapa son todo el rato conscientes de que están en un programa de televisión y no tienen total libertad de movimientos. No estoy defendiendo a ciegas a Hugo, es lo que pienso de veras. Luego vimos a los dos en la playa y Hugo se acercaba a Ivana al verla con gesto adusto. “Qué te pasa”, preguntó y ella dijo que no tenía ganas de hablar, claramente disgustada.
La relación entre Hugo e Ivana lleva semanas pasando un mal momento. Ahora se evidencia de forma clara, resultando llamativo que no sean más efusivos cuando se ven, sabiendo que llevan más de una semana separados. También por lo que el propio Hugo dice ahora. Pero ya se le vio molesto cuando estaban juntos porque Ivana no lo apoyaba como le gustaría y por el intento de evitar ciertas actitudes suyas hacia otras personas del equipo. Aquí creo que se cruza el carácter independiente de Hugo con el error de Ivana ejerciendo como consejera del concurso de su pareja. Son pareja, pero al mismo tiempo rivales. No es buena idea decirle al otro cómo debe afrontar su concurso.
Recompensa disputada en pareja
Ivana no tiene del todo claro que no debe decirle a Hugo cómo debe actuar en el concurso, pero sí que una cosa es la relación entre ambos y otra la comida. “Yo lo quiero mucho, pero él sabe que la comida es la comida”, explicaba Ivana a Lara Álvarez anoche. Estaba en juego un bocadillo de ternera con pimiento y el azar quiso enfrentar a Hugo e Ivana. La pareja luchando por llevarse el bocadillo en un curioso juego. Ya adelanto que ganó Ivana, no sin polémica porque Hugo discutió que fuera de ella el primer punto. Jugaban al mejor de tres rondas y en la primera la cosa se encalló un poco. A la dirección le costó ver bien lo que había pasado por una razón muy sencilla: Hugo se había liado dando la vuelta su propia ficha de forma equivocada.
Digamos que Hugo se marcó un gol en propia puerta. Había dos fichas gigantes en tres círculos marcados en el suelo. Las fichas llevaban el logo del programa por una cara y soles por la otra. Sin salir del círculo debían dar la vuelta a sus fichas y las del contrario con el fin de dejar bocarriba sus tres soles. El primero que tuviera arriba los tres soles ganaba, lo cual no logró en la primera ronda Hugo porque se puso nervioso y en lugar de dar la vuelta a una de sus fichas para poner el sol para arriba lo hizo volviendo a dejar en esa posición el logo. Es decir, él mismo facilitó el triunfo de Ivana. Hubiéramos pensado que lo hacía para que se llevase ella el bocadillo de no ser porque luego protestó de manera insistente, incrédulo sobre el triunfo de su chica. Tengo dicho que a Hugo le molesta que Ivana gane más pruebas que él. En realidad, le contraría no ser el mejor en todo. Aunque la verdad es que en jugar a favor de su rival no ha habido nadie mejor en este Supervivientes 2020.
Las cosas entre la pareja no hubieran mejorado si Hugo llega a escuchar a Ivana diciendo que ni de coña se queda sin cordones en las zapatillas deportivas para hacerle a él un regalo de aniversario. Celebrar los aniversarios con manualidades no es mejor idea que celebrarlo por meses, algo que solo puedo entender porque cuando lleguen al año ya no estarán en esa isla, ni en el concurso. Y en el convencimiento de muchos está que tampoco seguirán juntos. “Unos cojones me quedo yo sin cordones. Le quiero mucho, pero no tanto como para eso”, dijo Ivana. Anoche, tras ver que una vez más Hugo no la felicitaba por ganar la recompensa, preguntaba si podía darle a él su bocadillo. Muchos lo entenderán como una muestra de amor, yo lo veo una muestra de sumisión poco deseable.
Y mientras se tambalea la pareja de Ivana y Hugo hay otra concursante que no para de echar paletadas de porquería sobre este último. Se trata de Elena, no podía ser de otra manera. Ella de forma cíclica hace las paces con su exyerno y luego lo pone como chupa de dómine, pingando, a caer de un burro, verde, como hoja de perejil… elija el lector lo que prefiera. O sea, que lo llama de todo menos bonito. Su último ataque es respuesta a la acusación que le hizo Hugo por no haber ido a ver a su nieto más que dos veces. Imagino que eso es en el plazo de un par de años, lo cual resulta ser una vez al año, que no hace daño. Dice Elena que ella gana poco dinero y trabaja mucho (la historia de medio país), por lo cual ir a Mallorca le supone un esfuerzo. Vale, parece razonable.
Partiendo de su dificultad para ir a ver a su nieto por un tema económico, criticaba Elena que Hugo no hubiera traído al niño las veces que vino a Madrid estando Adara en la casa de Gran Hermano (o la de El tiempo del descuento, que eran muy parecidas aunque este programa no era Gran Hermano, claro que no). La mala idea de Elena con Hugo no es comparable con la que tiene José Antonio con todo el mundo, por no concretar. Ayer sus compañeros de equipo le dejaron sin poder participar en la prueba de recompensa y luego pudo coger tres objetos a siervos y mortales para los concursantes del futuro. En su playa quitó una sartén y dos vasos. En la del otro equipo se cebó dejándoles sin las gafas de Elena, sin el machete y sin la lona. Es como si hubiera pasado un tsunami.
Lobos con piel de cordero
Y lo de la hipocresía de Barranco con la pizza que no le dieron a Rocío. Como esta no hizo la prueba de recompensa el jueves pasado se quedó sin pizza, pero en un pergamino leyó que podía quitarle media recompensa a uno de sus compañeros. Un instante antes había dicho Barranco: “Me dan ganas de no comerme mi pizza si Rocío no puede comer”. Su gesto tenía de bonito y solidario tanto como de falso. Se demostró justo después de eso que era todo palabrería porque cuando llegó Rocío contando que podía quitarle media pizza a alguien no hizo intento alguno de cederle su parte. Es más, al final se la quitó a José Antonio. Estos brindis al sol son la mejor manera de comprobar que algunos llevan un lobo bajo el disfraz de corderito.
El gato responde
Me dicen esto sobre el frío encuentro de Hugo e Ivana en la palapa el jueves pasado:
Bueno, espero que visto lo visto se dé más crédito ahora a esa observación que hice en el escrito del viernes sobre la frialdad de la pareja. Como diría Miriam Saavedra: “Ojo de loca no se equivoca”.
Moleskine del gato
Los familiares de concursantes parece que se envalentonan cuando en lugar de estar en plató conectan por videoconferencia desde sus casas. La madre de José Antonio parece cada vez más enfadada y anoche la de Hugo llegó incluso a cortar la comunicación, molesta porque la contestara desde plató Adara. A ver, una cosita, señoras madres de concursantes: relax. Tranquilícense un poco e intenten parecer educadas. O, como mínimo, dejen que quede la duda sobre si lo son. Es mejor eso que confirmar directamente lo contrario.
Hay que valorar lo buen jugador que es José Antonio. Ahora intenta evitar su expulsión prometiendo salseo máximo cuando llegue la definitiva reunificación de ambos equipos. Que se la tiene jurada a Jorge y Elena no me cabe duda alguna, pero es muy posible que al final defraudase las expectativas dejándolo pasar. En todo caso, hace bien poniendo ese caramelito a la audiencia. Y, de momento, no lo está gestionando del todo mal porque ya parece haber convencido a su equipo de que Jorge participó en el complot contra Barranco. Ya sé que esto es tan antiguo que parece de hace dos pandemias, por lo menos, pero José Antonio sigue ahí anclado. Espero que llegue el momento y además de estas cosas pendientes les cuente su teoría de que Elena está perdidamente enamorada de JorgeElenaJorge. Ese salseo sí nos lo merecemos.
Cuenta Carmen Lomana (anoche estaba comentando el programa en Conexión Honduras), que en su edición veían al amanecer todos los días un tiburón. ¿No se confundirían con Nacho Vidal y su famosa aleta?
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