La hoguera de las vanidades

telecinco.es 24/11/2021 08:00

En esta hoguera de las vanidades afloran con gran facilidad la hipocresía y el juego de apariencias en el cual las convenciones sociales cambian de acuerdo con las conveniencias del momento. Más o menos como retrata la sociedad de Nueva York en los 80 la famosa novela de Tom Wolfe a la que tomo prestado el título. Al igual que pasaba con aquellos ejecutivos adinerados retratados por la novela, en la casa de los secretos el dinero y la fama son objeto del deseo. Por el premio vemos cambiar actitudes hasta el punto de convertirse algunos en auténticos camaleones capaces de adaptarse al entorno. A algunos les cuesta más que a otros nominar a un compañero y luego llevarse bien con él en la convivencia, lo cual es criticado siempre y cuando no lo haga uno mismo.

Bien mirado, es la única actitud posible si se quiere mantener la salud mental en los cien días, aproximadamente, que dura la experiencia para quienes llegan hasta el final. A pesar de lo cual, se critica una y otra vez. Supongo que quien lo censura preferiría que aparte de nominarle le retirasen la palabra. Es como el cuento ese del hombre que va por los pueblos con un burro y dos hijos a quien le critican haga lo que haga. Si sube a los dos niños al burro le critican por hacer sufrir al pobre animal con tanto peso. Si los niños van andando le critican por cansarlos con la caminata cuando podrían ir bien cómodos en la bestia. Y así con todas las posibles combinaciones. Siempre le criticarían.

Adara no comprende que Sandra o los Gemeliers la nominen cuando el mismo día han estado hablando con ella normalmente y al día siguiente vuelven a tratarla como a uno más. Se queja de esa aparente incoherencia, pero también ha denunciado amargamente que no quisieran comer con ella y la negasen el saludo. De manera que si no hablan ni se relacionan con ella mal y si lo hacen a pesar de pensar nominarla o haberlo hecho recientemente también mal. Como en la historia de la familia y el burro. Y luego está que si lo hace uno mismo no moleste lo mismo que cuando lo hacen los demás.

A Frigenti le parece fatal que se metan con la madre de Adara por su maledicencia al introducir una supuesta información del exterior en la casa aprovechando un alegato a favor de su hija. Pero no tiene ningún reparo en afirmar que no se le ha dejado reconciliarse con Cristina por culpa de las mentiras de la hermana de esta concursante. Cuando le dijo esto a Adara no vi que rechazara estar presenciando como se habla mal de un familiar en primer grado de una compañera, pero cuando el grupo comentaba lo dicho por su madre rechazó enérgicamente que lo hicieran. Es de suponer que el concepto de Adara es que su madre es intocable, no así la hermana de Cristina. A saber por qué extraña razón esto es así.

Los Gemeliers son el típico caso de famoso que participa en esta experiencia porque necesita relanzar su carrera y considera que la visibilidad que le va a aportar compensa el riesgo aparejado. Es bastante común en los realities de famosos, pero especialmente en aquellos concursantes que reaparecen en un momento bajo de popularidad o cuando llevan un tiempo teniendo poco trabajo. Esto condiciona mucho sus actitudes porque consideran importante no poner en su contra a los seguidores de ninguno de sus compañeros de concurso. Todos son potenciales clientes, posibles consumidores de sus canciones. La demostración de que Jesús y Dani están ahí por esto que cuento es el lanzamiento de su nueva canción, planificado para hacerlo justo coincidiendo con su estancia en la casa.

Cristina le dice a Jesús que tiene unos huevos así de grandes y se sorprende cuando le ve haciendo planes con Adara el día después de haber dicho que no volverá a dirigirle la palabra. ¿Por qué la sorpresa de Cristina? Simplemente porque no se ha parado a pensar que los gemelos no tienen la misma situación que ella y sus objetivos al participar en el programa son bien distintos. Los Gemeliers no pueden retirarle la palabra a nadie porque se deben a sus fans. Y, si hacemos la extrapolación de los votos oficiales, se supone que mínimo un cuarenta por ciento son partidarios de Adara, si no es que lo son el sesenta.

La vanidad puede con Frigenti cuando afirma convencido que Sandra y Julen le nominaron para salvarse ellos y hubiera evitado salir a la palestra si no le dan sus votos. La realidad es que tuvo 12 votos, 8 sin contar los de esos dos compañeros. Por tanto, hubiera empatado con Cristina, quedando ambos por debajo de Adara y sus 16 votos. Hubiera estado nominado igualmente. Además, Sandra y Julen no necesitaban salvarse de nada porque ella tuvo 2 votos y 3 él (Luis tuvo también 3, Luca tuvo 4 y los gemelos fueron inmunes). O sea, muy lejos de la posibilidad de quedar nominados. Todo esto debería saberlo Frigenti porque nominaron a la cara. Pero, como digo, en esa hoguera de las vanidades la realidad no es tan importante como la apariencia.

Frigenti dice que lleva dos días hecho polvo por ver mal a Cristina. No dudaré de la veracidad de esa afirmación, pero me llama la atención su falta de empatía cuando al mismo tiempo acusa a la que fuera su amiga de estar haciéndose la víctima y exagerando el drama. Para no pensar mal imagino que tiene un carácter ciclotímico y por eso cuestiona un día aquello que al siguiente le hace sufrir, o viceversa. Lo mismo pienso cuando Sandra afirma con gran rotundidad que viendo el agobio de Cristina por el cambio de dormitorio ahora le daría los tres puntos a ella en lugar de dárselos a Adara. Sin embargo, el otro día afirmaba que le fastidiaría cambiarse de habitación y dejar la cama donde tiene tantos buenos recuerdos con Julen.

La actitud de Cristina los dos últimos días me parece una exageración. Por suerte, no estoy solo en esto porque no solamente coincidirán conmigo los adaristas. Sin ir más lejos, Luca se lo decía ayer mismo. Ahora bien, no pongo en duda su desagrado por tener que cambiar de cama para ir a una habitación donde no solamente cambia la compañía, también lo hace la temperatura y hasta las vibraciones en general. Pero Cristina exagera y se equivoca diciendo que se siente sola y considerando escaso el apoyo de Luca. Ese apoyo lo tiene, y también el de Luis.

Luca terminaba anoche la gala hecho polvo porque consideraba que al menos en tres ocasiones se había dudado de su apoyo a Cristina por parte del programa y en boca del presentador. El problema es que Cristina no ayuda a transmitir una idea distinta a la que se pudo formar parte de la audiencia viendo los vídeos o escuchando las preguntas de Carlos Sobera. Cuando en una pausa Cristina se retira al cuarto de baño para no ponerse nerviosa escuchando ciertos comentarios en el salón, Sobera conecta con ella y le pregunta si no está allí decepcionada porque Luca no le apoya. La pregunta es tan tendenciosa como cuando le dice a Frigenti si no discrepa de Adara porque está preparándose por si esta es expulsada.

No basta con negar en directo que haya sentido poco apoyo de Luca. Sería más creíble lo que dice si antes no hubiera acusado al italiano de no interesarse porque ella estuviera mal en el momento que salió fuera a hacer ejercicio. Aclaraba anoche Luis que estuvo solo diez minutos y porque no sabía cómo estaba Cristina. Pero, una vez más, esto no repara las dudas de ella y que estuviera casi un día apartada de todos. Me hago cargo de sus nervios y la preocupación ante la posibilidad de estar viviendo los últimos días en esta aventura. No pienso que estuviera haciendo teatro cuando salía a sentir la nieve en su cabeza mientras todos dormían. Hubiera hecho lo mismo si sé que puedo marcharme de allí en tres días. Su fallo ha sido no proteger a Luca como a ella le gusta ser protegida por él.

En los premios votados por los propios concursantes hubo coincidencia en darle a Adara los que reflejan su lado más teatrero de concursante falsa aficionada al show. No lo podían haber resumido mejor. Estos fueron los premiados de la noche:

Mejor película dramática: Adara, por los teatros que se monta

Mejor iluminación: Adara, por encenderse en los directos

Mejor película romántica: Sandra y Julen, por la pasión que transmiten

Mejor secundario: Frigenti, por estar siempre detrás del prota

Mejor vestuario: Los Gemeliers, por los trajes que hacen

Mejor maquillaje: Adara, por su falsedad

Mejor guionista: Luis, por inventar historias

En polos opuestos sitúo el premio a la película romántica y al actor secundario. Imposible estar menos de acuerdo con el primero, aunque no porque considere poco merecedores del mismo a los premiados. El problema está en la explicación. ¿Por la pasión que transmiten? Claro, claro. Apasionante resulta verlos durmiendo tantas horas al día. Sin embargo, no podía irle mejor a Frigenti el premio. Su concurso ha dependido del de Cristina y Luca en la primera parte y ahora del de Adara. Me produce tristeza que haya malogrado así su gran sueño de participar en un reality.

Según comentaron después, parece que no dieron el premio al protagonista. De hecho, sobró un trofeo en la mesa junto al atril donde dieron los discursos de "agradecimiento" por el premio, como se puede ver en la instantánea detrás de Luis, último en recogerlo.

Pues no dice…

Pues no dice Adara que Cristina es el centro de todo. "Ella está en el centro de todo, sobre lo que gira lo demás. Como los planetas", dice. O sea, que Cristina sería el sol y el resto los planetas. Adara podría ser Urano y Frigenti igual sería Plutón. No sé si se pensó bien ese piropazo a su enemiga.

Pues no dice Cristina que ella no puede comer solo una galleta porque una vez empezado el paquete ya no puede parar. De los creadores de la metáfora de comer sushi para hablar de tener sexo y conduciré yo para referirse a asumir el papel dominante, llega ahora comerse el paquete entero. La metáfora puede parecer más ordinaria de lo que es en realidad.

Pues no dice Dani que llamar payasa a Adara no es un insulto porque se trata de una profesión que hacer reír a la gente. Estos gemelos se creen que nos chupamos el dedo. "El circo cuando acaba en un lado, se va a la ciudad siguiente y sigue haciendo el mismo espectáculo", decía después. Ahí sí dio en el clavo.

Moleskine del gato

Los porcentajes para la expulsión estaban así poco antes de salvarse Miguel FrigentiMiguelFrigenti: 60,6 %, 39,2 % y 0,2 %. Fue sensata la aclaración del salvado sobre que no se sentía como tal, sino que el voto se ha polarizado en Cristina y Adara porque en estos casos es básico no dividir el voto. Aunque el balancín ya no funciona porque la expulsión termina siendo un duelo todas las semanas, lo cierto es que en los cinco primeros días es importante encarrilar bien las votaciones. Por suerte, en las votaciones oficiales no funcionan los bots, como pasa en las encuestas de Internet. Viendo los bailes de esta semana en la nuestra se entiende mejor que Adara fuera expulsada una semana (con votos de pago) y repescada a la siguiente (mediante voto gratuito en a través de la red).

Ayer afirmé estar extrañado por la separación de la cama de Cristina. Luego le explicó a Luis que no estaba cómoda durmiendo contra la pared y por eso la había apartado. No es que me convenciera la explicación, pero sea como sea lo compensa saber que Luca durmió con ella al principio en la cama reubicada, aunque luego se marchó a la suya porque tenía calor.

Confieso que la imagen de Cristina en pijama viendo llover primero y luego nevar me pareció de lo más descriptivo, además de atraparme por la belleza de lo imprevisto. Me recordó a algún otro momento vivido en un querido reality hermano de este.

También hablé ayer del inquietante momento en el que Cristina estaba sola en al cuarto de baño dirigiendo a sus pies el chorro caliente del secador de pelo. Pues bien, ayer Jesús hacía lo mismo dando calor en los pies de su hermano Dani y de Frigenti mientras se decoloraban el pelo. Tendrían los pies calentitos, pero mirándoles el pelo parecen dos pollitos. Sobre todo Frigenti, que esta madrugada ya se estaba arrepintiendo porque tiene costras y le pica el cuero cabelludo. Una nimiedad al lado de lo horroroso que resulta ese pelo de pollito.

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