Hartos de hacer siempre el fuego, Tom y Gianmarco intentan (sin éxito) que lo hagan otros
Cuando se trata de hacer el fuego siempre han sido Tom y Gianmarco quienes le han resuelto la faena al grupo. A veces es mejor no evidenciar que haces ciertas cosas bien porque te tocará hacerlas para siempre jamás. Algo así les ha pasado a estos dos concursantes. La cosa no tiene buena solución porque cuando han intentado que se encarguen otros no les ha salido. No hay mejor forma de evitar volver a encargarte de una tarea que no ser capaz de hacerla. Hasta aquí los hechos, sobre los cuales se han elaborado argumentos para justificar ambas posturas. Es decir, Tom y Gianmarco explicaron por qué debían probar a hacer fuego otros y, a su vez, estos se explayaron justificando la tesis contraria.
En resumen, Tom y Gianmarco piensan que no tienen que ser ellos siempre quienes hagan esa tarea. Los demás conocen la teoría a la perfección. Podrían haberles ocultado algún truco para apuntarse el éxito de forma permanente, pero eso no ha sucedido. Con haberse fijado en la técnica tendrían suficiente para intentar reproducirla, y nada como repetirlo una vez tras otra para convertirse al final en un experto. Si todos hubieran puesto el mismo esfuerzo y empeño en hacer fuego ahora no dependerían de nadie. ¿Y si Tom y Gianmarco son expulsados? No se sabe lo que pasará mañana.
Que Tom y Gianmarco pidan a sus compañeros que se ocupen de hacer fuego después de encargarse ellos durante tres meses no parece un disparate. No sé ni siquiera si lo hicieron de manera premeditada o surgió así. El caso es que Tom se iba a pescar con Lola y a Gianmarco no le apetecía, seguramente prefería ponerse con los suyo de las piadinas, que es una obsesión preocupante descubierta en su primer reality español. Siendo mínimamente empático parece razonable que en algún momento aspiren a que sean los demás quienes se encarguen de esa ingrata tarea, al menos de vez en cuando. Curiosamente, al grupo le molesta tener que hacer el fuego y presuponen aviesas intenciones en sus compañeros.
Piensan que Tom y Gianmarco pretenden ridiculizarlos evidenciando que no son capaces de hacer fuego después de haber pasado mucho tiempo intentándolo. Creen que pretenden aparecer ellos al final para salvar al grupo haciéndolo en unos pocos minutos. Aunque fuera así como sucedió en realidad, la interpretación es rebuscada y se aleja mucho de la teoría de la navaja de Ockham (o principio de parsimonia), según la cual “en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable”. No es el caso. Para ajustar la explicación a este principio habrían de pensar que están cansados de ser siempre ellos quienes sacan las castañas del fuego al grupo (nunca mejor dicho) y solo les piden librarse de vez en cuando de ello. Que haga esa otra interpretación Alejandro no me sorprende. Otra cosa es ver cómo apoyan la teoría Melyssa u Olga, friends for life (amigas para siempre) de Gianmarco.
Aquí las amistades no son siempre lo que parece. Ya se lo dijo Alexia a Lara, uno mismo es el mejor y único amigo que debemos esperar tener. Pero sobre esto quiero volver un poco más adelante. Puestos a hacer interpretaciones rebuscadas y malintencionadas, Tom y Gianmarco bien podrían pensar lo que señalaba ayer @Belentxu1001 en Twitter (mi perfil es @DVDCano para lo que queráis comentarme). Esa teoría alternativa dice que el grupo dejaría que sus compañeros gastaran energía haciendo el fuego mientras ellos no tienen desgaste y comen todos caliente por igual. Cuando los del fuego dicen “basta” el grupo se molesta y piensan que ya no quieren darles de comer caliente, por lo que piensan que son lo peor.
En realidad, ambas partes se están basando en el principio de desconfianza y no hay nada más triste que eso. Lo de “piensa mal y acertarás” no se cumple siempre y conviene no tenerlo en el frontispicio de nuestros pensamientos para no pensar siempre mal. En este caso era más sencillo ponerse en las botas del otro, entender que estén hartos de hacer lo mismo siempre e intentar ayudarles relevándoles en la tarea. Dice Alejandro: “No entiendo qué más da hacerlo unos u otros”. A lo que Melyssa responde: “Me niego a estar mucho rato intentándolo cuando ellos tardan dos minutos y ya está”. Les ha fallado la empatía. Y el empeño.
Hablaba antes de lo inestables que son las amistades forjadas en un concurso como este. Tan frágiles como para derrumbarse con la misma facilidad que un castillo de naipes. En apenas dos días pueden Tom y Gianmarco estar decepcionados uno con el otro. El motivo es solamente que Tom haga con Olga una nueva amistad y Gianmarco se aparte de ellos para luego acusarles de estar haciéndole de lado. No quisiera ser yo también mal pensado, pero la táctica de sentirse desplazado ya la utilizó Gianmarco en GH VIP, donde a estas alturas de concurso también estaba llorando porque no quería jugar nadie con su Scattergories, por decirlo así. Qué poco convencidos debían estar de su amistad para verla peligrar por tan absurdo motivo.
Entre amigos lo normal sería alegrarse de que el otro tenga una nueva amistad. Vería más lógica una buena reacción en Gianmarco al saber que Tom arregla su relación con una concursante, porque uno quiere siempre lo mejor para un amigo. En lugar de eso se piensa que se trata de un acercamiento falso e interesado, cuyo fin es evitar ser nominado. Porque ahora resulta que a Tom, y solamente a él, le obsesiona no salir nominado. Pongo la mano en el fuego porque esa obsesión es compartida por todos, y si no fuera así demostrarían ser muy malos concursantes.
Conste que yo también pienso que el acercamiento entre Tom y Olga es interesado, probablemente por parte de los dos, pero no son mis amigos. Tampoco creo que lo sean Olga y Gianmarco, aunque vi sincero el gesto de ella acercándose finalmente cuando este lloraba solamente consolado por Melyssa. Olga le dio un beso que no creo que fuera el de Judas, pero con esa actitud estaba dejando en mal lugar a terceras personas. Al final queda Lara como la mala de la película porque la vemos apoyando a su amiga y al momento a Olga disculpándose con el italiano.
Lola ha pasado de ser una leona en playa Destierro a la llorona de cayo Paloma. De acuerdo que se siente extraña en el grupo. Los demás llevan meses conociéndose y ella solo pudo convivir con ellos un par de semanas (uno de preconvivencia y otro de concurso). También entiendo que eche mucho de menos a Palito, incluso que sienta la contrariedad lógica de cuando a uno no le sale nada. Tiene que acostumbrarse al fracaso después de semanas desterrada con éxito abrumador. Pero si no modifica su triste actitud pronto estará perdiendo puntos de forma exagerada. O para ese chorreo o luego lo va a lamentar.
Moleskine del gato
Lara se mira el diente roto en el filo de un cuchillo y llora. ¡Y luego decimos de Lola!
La aparición de la Tortuga Manuelita (no Manolita, no) es de esos momentos que si no fuera por lo que es uno pensaría provocado por el propio programa. De los creadores de la barracuda teledirigida llega la tortuga gigante amaestrada. Es broma, ver desovar a una tortuga es una belleza, pero aún más tener la paciencia de esperar unos días y ver salir a las tortuguitas de sus huevos. Tuve ocasión de verlo en la playa de Vera (Almería) hace unos años y merece mucho la pena. Ojalá suceda esto en cayo Paloma antes de terminar la edición o de que sean trasladados a una nueva ubicación. ¡Queremos ver a los Manuelitos!