La actitud de Luca es de una gravedad tal que merece un rapapolvo. Podríamos estar felicitando a este concursante por haber llegado a la fase final del programa, como lo han hecho también los demás. Pero todo queda oscurecido por la reprobable actitud de tirar a la basura un frasco de gel propiedad de Adara Molinero. De acuerdo que él no sabía de quién era. Vale que estaba vacío y abandonado por su dueña en el espacio de la ducha. Pero, aunque Adara demostrase escaso interés por su gel hasta que supo que Luca lo había tirado, este habría tenido que preguntar antes de tocar lo ajeno. El italiano merece un duro castigo por este reprobable episodio. Puede que sea lo más grave que ha pasado en la historia la telerrealidad… en la cabeza de Adara, claro.
Pretender sacar provecho explotando este ridículo episodio resulta tan patético como simular un enfrentamiento inexistente y pretender hacerse los marginados. Al acabar la gala del pasado jueves todos estaban en la cocina, preparando su cena. Digo bien cena, no recena, porque habían comido sobre las siete de la tarde, como hacen muchos días. El desorden horario que llevan no es pequeño. Digo que todos andaban por la cocina, pero me falta la excepción, porque Adara estaba en el cubo y Frigenti la esperaba tumbado en el vestidor. No se atrevió a unirse al resto hasta que volvió Adara, aunque antes comentaron ambos que no les apetecía nada estar con los demás.
Fue buena la reacción primera de Adara cuando Luca le explicaba que había tirado su frasco de gel porque estaba vacío, lo mismo que había hecho al mismo tiempo con otros tres frascos vacíos que se acumulaban en el reducido espacio de la ducha. Llama la atención que en un principio se mostrase comprensiva ante este anecdótico hecho, para un rato más tarde montar el espectáculo, quejándose amargamente de lo sucedido. Una protesta aplazada que revela con claridad que se trata de una ofensa inexistente. A Adara no le molesta ni le preocupa esto lo más mínimo, solamente pretende barrer para casa poniendo en un aprieto a un compañero.
Lo importante a veces no es el hecho en sí, sino la intención a la hora de interpretarlo. Que Luca tirase ese frasco es una chorrada, pero ha servido para comprobar una vez más que el principal y casi único fin de Adara es venderse como una pobrecita a la que tratan mal y marginan, no mostrando respeto por sus efectos personales. Para este fin, que a Luca se le ocurriese meterse a limpiar el cuarto de baño fue una auténtica bendición. Del mismo modo, es intrascendente que Adara quisiera llamar a Italia en la prueba del call center, pero demuestra de nuevo su obsesivo objetivo de provocar a sus compañeros, en especial si se trata de Luca o Cristina.
Me siento igual de ridículo defendiendo que lo del gel es una bobada y opinando sobre si Adara debió llamar a Italia o hubiera sido más sensato dejárselo a Luca porque al ser de allí y dominar la lengua a la perfección le habría resultado más fácil comunicarse. Dejando esa parte de la prueba a Luca tenían cierta seguridad de que la pasarían con facilidad y rapidez, sin que nadie más fuera capaz de dar esas garantías. Pero no deja de ser un detalle sin mayor importancia. Una vez más lo que llama la atención es que alguien sea capaz de poner por encima su objetivo de provocar continuamente a ganar o no la prueba, que debería ser para todos prioritario.
Si no fuera porque tengo completa convicción de que Adara elige Italia consciente de que eso implicará una reacción por parte de Luca estaría defendiendo que este no le tendría que haber dado importancia al hecho en sí, que perfectamente podría ser un descuido. Pero el lector y yo sabemos que no es así. Tanto si estás entre quienes defienden a Adara como si no te gusta como concursante, sabes perfectamente que quiso llamar a Italia para tocar las narices, igual que se quejó amargamente de que tirasen su frasco vacío para montar su eterno show, el mismo que lleva protagonizando desde hace años, reality tras reality.
La mayoría de habitantes de la casa de los secretos han sido inteligentes pasando por alto bien pronto los episodios que les tenían amargamente enfrentados el pasado jueves en la gala. La mañana del viernes fue dura por la falta de comunicación y las caras largas que invadían cada rincón. Bastó con que llegase la fiesta nocturna para que todos hicieran el esfuerzo por olvidar lo pasado en pro de mantener una convivencia cordial en la que todos se encuentren a gusto durante los días que faltan hasta la final. De mantener la tensión solo habría dos beneficiados: Frigenti y Adara. Eso es lo que ellos pretenden y nada va más contra sus planes como un ambiente distendido y amable, con todos esforzándose porque nadie se sienta mal.
Los “niños del reformatorio” de los que habla Frigenti para referirse a él mismo y Adara nunca han sido marginados por nadie y si todos sus compañeros les nominaron el jueves deberían pensar si no es por algo. “Pensamos que seríamos cuatro contra cuatro y somos seis contra dos”, decía Frigenti tras las nominaciones. Anoche se equilibró de nuevo esa balanza cuando Sandra se posicionaba contra Cristina, a la que no dio ni un solo punto el jueves. Siguiendo su propio discurso, he de entender que si Sandra nominó el jueves con el corazón anoche se posicionaba con la cabeza. De ahí su flagrante contradicción.
Que Julen se pusiera detrás de Cristina tiene lógica porque le dio a ella sus tres puntos. El posicionamiento de Sandra sería entendible si hubiera sabido dar una explicación convincente, pero no fue así en absoluto. La incoherencia no está en el gesto, sino en su torpe justificación. Sandra está en su derecho de cambiar de opinión, incluso de jugar aplicando en cada momento la estrategia que elija. Pero si no comparte esas estrategias con el espectador solo podemos interpretar que su proceder es mudable e inconsistente. El jueves le da los tres puntos a Adara y ninguno a Cristina, pero anoche decía preferir la expulsión de la periodista.
Si alguien entiende el concurso de Sandra que de un paso adelante y se calle. Más que nada porque no tiene explicación. Aunque bien pensado, aun a costa de horadar su propia imagen hasta dejarla como un queso de gruyer, con su maniobra puede estar pretendiendo reconciliarse con los seguidores de Adara. La nominación tiene una trascendencia clara y directa porque de esos votos depende que se expongan al voto de la audiencia unos concursantes u otros. Sin embargo, posicionarse no vale para nada al no tener consecuencias directas. Por tanto, Sandra podría estar aplicando el dicho español que dice “a Dios rogando y con el mazo dando”. Ruega indulgencia a Adara quedando bien con ella en los posicionamientos, cuando ya le ha arreado el mazazo de sus implacables tres puntos.
Detrás de Adara se posicionaron Luca, los Gemeliers y Luis. La sorpresa es que nadie en la casa prefiere que se vaya Frigenti. No es que no lo quieran ver fuera, pero antes desean la expulsión de Adara. Los concursantes coinciden en esta ocasión con la elección mayoritaria de la audiencia. Si hiciéramos caso a nuestra encuesta y cruzamos sus datos (particularmente tras los mil primeros votos, lo cual sigue funcionando como test, a menudo coincidiendo con los votos oficiales de manera milimétrica) pensaríamos que Frigenti es el menos votado. El voto se polariza entre Adara y Cristina, por lo que la expulsión es un duelo desde el primer día, mucho antes de que mañana se salve el menos votado.
Se cerró el dormitorio azul y desde anoche duermen todos en el naranja, donde hasta ahora estaban solos Adara, Frigenti, Sandra y Julen. Las dos parejas de hecho tendrán que compartir ahora habitación con el resto de sus compañeros, aunque no todos han conservado su cama. En un juego pueril donde tenía más posibilidades de ganar quien corriese más rápido o, más aún, los que menos escrúpulos tuvieran a la hora de abrirse paso en detrimento de sus compañeros. Yo hubiera llegado el último, como le pasó a Frigenti. Soy de ese tipo de personas que jamás se pelean por coger un caramelo en la cabalgata de Reyes.
Sandra y Julen siguen durmiendo en las mismas camas, no así Adara y Frigenti, a quienes ese juego ha separado. Los gemelos iban en pack indivisible, como los yogures en el supermercado. Por su parte, Luca y Cristina lograron dos camas contiguas. Eso sí, tienen también pegado a Luis. Si tenemos en cuenta que a menudo Dani deja la cama al lado de su hermano y se va a hacer cucharita con Luis, ese lado del dormitorio puede parecer una orgía permanente. La cama de Luis creo que se separó un poco de la pareja anoche mismo. Frigenti al separarse de Adara decía: “No pasa nada, es una chorrada”, pero su cara era como la que se te queda cuando se muere tu mascota preferida. Y antes de empezar el juego insinuaba que Luca y Cristina les quitarían sus camas, lo cual no sucedió.
La recta final de los secretos está siendo un poco caótica. Los secretos y sus esferas están fluyendo mal cuando quedan días, casi horas, para su resolución final. Anoche el programa planteaba un juego para que alguien consiguiera una pista del secreto de Luis. Juego que ganó precisamente él. Por tanto, en lugar de pista tuvieron que darle la vuelta al premio y blindar las pistas del secreto de este concursante. Luego sonaba el teléfono para que alguien robase una esfera a un compañero. El objetivo parecía claro: que Cristina lograse una esfera al ser la única que no tiene ninguna. Sin embargo, cogió Frigenti el teléfono y no tuvo el gesto amable y justo de darle el privilegio a quien fue su amiga. No estaba obligado a hacerlo, pero que eligiera a Julen parece la peor de las opciones. Precisamente quien tenía once de las dieciséis bolas. Menos mal que Julen fue algo más sensato y eligió robar a los Gemeliers, únicos que tenían más de una bola (en concreto, dos), aparte del propio Julen.
Luego vino el sorteo con los familiares para ver quien tiene opción primero de apostar por el secreto de Luis. Cristina no juega al no tener bola, a pesar de que su amiga en plató sacó el número uno. Luego, por orden quedaron: Julen, Sandra, Gemeliers, Luis y Luca. Los repescados están exentos por razones obvias. De nuevo ganó Julen. Tanta ventaja en el tema de los secretos me hace pensar que la bola premiada puede ser una de las cuatro que no tiene de momento Julen. La trama daría un giro importante si este se atreve a confirmar su apuesta de que Luis tuvo una relación con un jugador del Real Madrid. Eso apostaba anoche, seguido por la apuesta de Sandra sobre que es amante de un presentador. No creo que Julen confirme tras el careo, pero si lo hace perdería sus doce esferas y Luis se quedaría con trece, compitiendo solo contra Gemeliers, Luca y Sandra (los tres con una esfera).
Los porcentajes ciegos oficiales para la importante expulsión de esta semana estaban así anoche al finalizar la gala: 65,6 %, 34,3 % y 0,1 %. El porcentaje mayor bajó levemente desde el comienzo de la gala. Hay una de las nominadas destacada frente a su rival. Tanto es así que en estos momentos concentra dos terceras partes de los votos. Veremos cómo evoluciona esta votación. La diferencia es importante, pero no suficiente como para no necesitar que se siga votando sin descanso.
Pasaron la prueba, por lo que volverán a tener compra completa tras dos semanas de privaciones. Adara puede comer ahora chocolate y crema de cacao a dos carrillos.
Luis decía que no espera llamadas, visitas, ni “estímulos” (por el juego del jueves en el que nadie fue capaz de aguantar sus impulsos), porque no tiene a nadie fuera. A ver, igual me paso de listo, pero si es amante de un presentador quiere decir que alguien tiene. Tampoco creo que les haya hecho gracia esto a amigos y amigas como Raquel Bollo o Cristina Tárrega. No menciono a Sofía Cristo porque al salir de la casa demostró ser cualquier cosa menos amiga de Luis Rollán.
A Cristina en su versión más empalagosa le da por decir cosas bonitas cuando habla con Luca. El otro día salía de su boca esto: “Contigo soy feliz. Me encapsulas”. Y yo sigo pensando en cómo será eso de la encapsulación en las relaciones amorosas. Si digo la verdad, prefiero el “tú me completas” de ‘Jerry Maguire’.