Adara: “Siempre he ido de frente" (evítense las risas)
Adara dijo anoche: “Siempre me he mojado y he ido de frente”. Y en otro momento afirmó con relación al programa: “Se ve todo”. Me resultaría imposible contener las risas si no fuera porque también dijo otras cosas con muy mala intención que revelan su falta de escrúpulos. Discutiendo con Hugo dijo Adara: “Me das miedo. Me das miedo, tío. Me das miedo de lo que eres capaz de hacer. Das miedo. Das miedo [...] Este tío me da miedo, te lo juro. No puedo creer esto que está pasando. Pero qué coño es esto, por favor. Es que no puedo creerlo. De verdad, no he visto una persona así en mi vida”.
Azuzar el miedo contra un compañero que siempre ha sido leal con ella y nunca ha intentado manipularla es un golpe bajísimo. Un rato antes había dado muestras de que no pararía en barras con el objetivo de dejar caer las más oscuras y negativas sospechas sobre Hugo. Adara se defendía diciendo que el traidor es Hugo y no ella, a lo que Hugo respondía que nunca ha traicionado a nadie. La respuesta de Adara fue esta: “Soy una mujer, deja de ponerte así. Eres muy valiente conmigo, ¿no? Con una mujer. ¿Te pones muy valiente conmigo? ¿Te quieres dejar de ponerte así de valentón?”. No tengo palabras ante la mala intención y el veneno que anoche soltaba por su boca Adara.
Para Adara el 70 % de las discusiones que hay en la casa las inicia Hugo. “Estoy hasta las pelotas de que se esté discutiendo en esta casa todo el día”, afirmaba airada. Era el momento de traicionar a Hugo poniéndose del lado de sus enemigos, que son el resto de concursantes. El domingo Hugo dejó vendida a Adara y anoche esta le devolvía el golpe. Hasta aquí todo está dentro de la lógica. Adara está en su derecho de posicionarse con quien quiera, no la une compromiso alguno con Hugo. Ya vimos que el jueves pasado decía fuera de cámaras lo que realmente opina de quien fuera su amigo, con lo cual tan solo estaba haciendo público algo que no podía sorprender a la audiencia.
Lo que desdibuja el panorama es que el jueves de claras muestras de que no soporta a Hugo y el sábado tras una pequeña discusión entre los dos se acerque a él durante la fiesta para hacer las paces y le abrace cariñosamente. También que después pasen juntos una noche en el bunker por la prueba y estén charlando amigablemente, casi como en los mejores tiempos antes de la expulsión de Hugo. Mucho más inexplicable todavía que durante el encontronazo que tuvieron el lunes en el jardín Adara le dijera a Hugo: “Si me dan a elegir entre un maletín (se refiere a ‘el maletín’, como símbolo de ganar el programa) y tu amistad, me quedo con tu amistad. Tú con el maletín”.
A pesar de lo poco amigable del final de la frase relativa al maletín y la amistad de Hugo, lo cierto es que estaba haciendo una afirmación de amistad inquebrantable hacia él que no se corresponde con lo que pasó tan solo un día más tarde, tampoco con lo dicho por Adara el jueves anterior en la cruz de cámaras. De nuevo resulta imposible saber lo que piensa de verdad Adara, dónde está diciendo la verdad. ¿Es verdad cuando afirma que Hugo le da asco? ¿O cuando afirma que renunciaría al maletín con tal de conservar su amistad? Empiezo a preguntar y no pararía. Sobre todo, me gustaría saber por qué arremete contra Hugo ahora con tan malas artes como para decir que le da miedo porque no sabe lo que es capaz de hacer. Y por qué no puede defenderse ante sus ataques por el hecho de ser ella mujer.
Decir que Hugo le da miedo es un disparate. En todas las semanas que lleva encerrado en esa casa, tanto en su primera parte como tras ser repescado, no he visto jamás ni el más leve gesto violento o agresivo en Hugo. Se puede decir que es pesado, que busca el conflicto y le gusta demasiado tocar las narices. Pero siempre ha mantenido las formas, diría incluso que de manera exquisita. ¿Hacía falta llegar tan lejos? ¿Era preciso lanzar paletadas de porquería sobre Hugo solo por el hecho de sentir su supuesto distanciamiento desde el día siguiente a ser expulsado Gianmarco?
Hugo cree que es Adara quien se ha venido apartando de él para acercarse al resto de habitantes de la casa. Sea como fuere, el evidente enfriamiento de la amistad entre ambos hubiera merecido que mantuvieran una conversación pausada para analizar las razones que han llevado a tal situación. Sabiendo lo que Adara opina de Hugo, habiendo escuchado el sideral desprecio con el que hablaba de él justo antes de la expulsión de Joao, no resulta nada extraño que nunca tuvieran esa conversación. Digo que no resulta extraño para todos, excepto para Hugo, que está en inferioridad de condiciones porque desconoce lo dicho por Adara.
Pongamos por caso que aceptamos la visión de Adara sobre que Hugo se ha apartado de ella en los últimos 12 días, justo tras la expulsión de Gianmarco. Aceptémoslo solo como punto de partida para mi siguiente argumento. Si así fuera, Hugo se habría apartado de Adara después de que ella lo haya dejado de lado tras regresar a la casa repescado. Adara se muestra fría con Hugo desde entonces, pero la situación se congela directamente en la medida que su relación con Gianmarco es mayor y Joao se convierte en alcahueta con aspiración de llegar a ser mamporrero de estos dos nuevos tortolitos empeñados en vender que entre ellos tan solo había una bonita amistad.
En la discusión del pasado viernes, cuando Adara aseguraba que se había pasado el día sola, respondía de esta forma Hugo: “Yo llevo así desde que volví a la casa”. Así es. Y lo más destacable es que en ningún momento se ha quejado de ello. Hugo ha respetado que Adara se distanciara y estuviera prácticamente las 24 horas del día pegada a Gianmarco y con Joao sujetando la vela entre los dos. A diferencia de lo que hizo Joao, Hugo no se metió nunca en esa relación, ni para bien ni para mal. Pero, sobre todo, aguantó estoicamente los efectos colaterales de la misma. Ni más, ni menos, que él estaba prácticamente solo en la casa casi todo el tiempo.
Todo esto que digo no quita para que Adara tenga razón en que a Hugo le gusta provocar. No hay duda de que sin él la casa estaría mucho más tranquila y con menos discusiones. Viendo las horas que puede llegar a pasar en el día Alba metida en la cama podría asegurar que se viviría la paz de los cementerios. Algo parecido se puede decir de Mila. Estela y Noemí son dos ceros a la izquierda cuya aportación al concurso es mucho menor que la de esa Callistemon citrinus del jardín (también conocida como limpiatubos, limpiabibebornes o árbol del cepillo) que tan familiar me resulta a estas alturas. Y Antonio David es el vivo retrato de un enterrador, siempre con gesto grave y adusto. Hugo es insoportable muchas veces y puede resultar demasiado histriónico casi siempre, pero para mí tengo que sin él esto sería un latazo de proporciones cósmicas.
Aquí nadie es santo y quien no corre vuela. No descartaría que tanto Adara como Hugo hayan pensado más o menos a la vez que son rivales y ha llegado el momento de estar en orillas separadas. Había que buscar un pretexto para cambiarse de orilla (lo de la rotonda, que decía Joao), y en esto he de decir que ha puesto mucho más empeño Adara. Y lo ha hecho cayendo en aquello que ella misma ha criticado en otros. Se puso del lado de Alba cuando Hugo avisó de que no tenía los pies sumergidos en el jacuzzi como exigía la prueba semanal (y, efectivamente, Alba no los tenía sumergidos). Y se la vio riendo cuando Mila hizo una peineta a Hugo. Eso sí, luego dice Adara: “Es lo que has hecho, joderme la vida durante tres días para que sucediera esto”. Así, sin exagerar.
Después de ponerse del otro lado, Adara hacía esfuerzos por mantenerse en una posición intermedia. Primero decía preferir la expulsión de Antonio David, justo al contrario que todos los demás. Luego se ofrecía a hacer un alegato a favor de Hugo. Sí, han leído bien, quería hacer el alegato a Hugo. Nos perdimos ese momentazo. Hubiera dado lo que fuera por ver qué diablos podía decir a su favor después de todo lo ya sabido. Pero Hugo fue sensato rechazando el alegato de Adara. “Prefiero quedarme sin alegato”, afirmó. Bien pensado, tampoco es extraño que Adara pudiera hacer ese alegato. Está acostumbrada a decir lo contrario de lo que piensa.
Corea central
Tenemos prueba de señoritos y empleados. Los huéspedes del Hotel Inglés serán Hugo, Mila y Adara. Pocos y mal avenidos. El resto formarán parte del servicio. Puesto que la casa está muy poco animada últimamente solamente pido que entren muchas visitas y le den un poco de vidilla a esto.
También se hace necesario un cara a cara entre Adara y Hugo en el que este pueda escuchar lo que quien fuera su amiga iba diciendo el jueves pasado de él pensando que no la estaban grabando. Por supuesto, el cara a cara debería celebrarse en la cruz de cámaras.
En medio de una discusión (otra más) entre Hugo y Noemí esta última presumía de todo lo que ella hace en la casa y recibía la siguiente respuesta: “Pues si coges un autobús ya lo tienes todo”. Reconozco que ahí me hizo reír Hugo.
Adara pide a Hugo que no grite. ¿Cómo lo hace? Pues gritando, claro. “No me grites, no me grites, no me grites, no me grites, no me grites, no me grites…”, así en bucle. Aunque su momento cumbre de anoche fue cuando amago repetir el mítico “Sin-ver-güen-za”, pero se quedó en un mucho menos efectivo: “¡No tienes vergüenza!”. Es igual, pero no es lo mismo.
Gianmarco empieza a meter hielos a su relación con Adara expresando dudas sobre ella. Pienso en las razones que le llevan a ello y aunque intente meterle la navaja de Ockam no termino de ver nada claro. El italiano es normalmente tan esquivo que rompe el filo de la navaja. Unos piensan que realmente se ha dado cuenta de que Adara dice siempre en público lo que considera puede beneficiarla en el concurso y si Hugo Sierra finalmente subiera a la casa (ni aunque fuera en la gala de visitas familiares) se rendiría a sus pies por no perder el maletín. Otros piensan que Gianmarco ni de casualidad se plantea tener nada serio con Adara y cualquier cosa es buena para empezar a poner tierra de por medio. Concretamente la que separa Madrid de Bolonia.
Moleskine del gato
Mila y Adara fueron salvadas anoche. Siguen en liza Antonio David, Hugo y Noemí. Antonio David reconoció primero el jueves haber nominado por estrategia, pero luego cambiaba de versión y ante Noemí se defendía diciendo que había cometido un error, por lo cual pedía ser expulsado él para evitar que lo fuera ella. El lunes ya se le había olvidado esto y grababa un vídeo para redes afirmando que no se quería ir en ningún caso. Viendo anoche que Noemí sigue en peligro, Antonio David volvió a pedir a la audiencia su expulsión. De acuerdo que ha ido cambiando mucho de opinión, pero sería hacerle un feo no cumplir con su último deseo.
Antes de estas salvaciones los porcentajes ciegos estaban como sigue: 49,1 %, 32,2 %, 11,9 %, 4,8 % y 1,9 %. De forma que Adara y Mila no superan los 2 o 5 puntos entre 5 nominados. Entre las dos suman un 6,7 % de los votos. Si esto se mantuviera así podríamos decir que los demás sobran porque el premio se lo van a disputar entre estas dos concursantes, ahora amigas otra vez. Pero claro, Hugo se salvó la semana pasada y Adara siguió nominada hasta el jueves y un día antes eran para ella el 41,2 % de los votos. Tanto bamboleo de porcentajes me tiene mareado.