Emmy y los Gemeliers, de uñas por unos cereales
Uno de los enfrentamientos más tempranos en la casa de los secretos está poniendo de uñas a los más bisoños. Los jovencitos cantantes Dani y Jesús se la tienen jurada a la también manceba Emmy. La ‘princesita’ alemana es joven, pero no inexperta, ya que tiene a sus espaldas unos cuantos realities ya en su país, incluso uno que aún no se ha emitido. Y los Gemeliers conocen el medio televisivo desde los 4 años, cuando guardaban el chupete en la guantera del coche antes de entrar en el plató de ‘Menudas estrellas’, programa de Canal Sur en el que entrevistaban a famosos de toda grey. O sea, que cualquiera de ellos tiene más televisión hecha de la que podrá acreditar nunca Canales, además de tener mucha más gracia que este, lo cual no es nada difícil.
En realidad es Dani el que hizo llorar a Emmy esta madrugada, después de pasarse un par de días (casi los que llevan encerrados) criticando a Emmy porque se zampa cada dos horas, aproximadamente, un plato de leche con cereales. Los hermanos son responsables de cocinar, tarea que no parecen dispuestos a soltar por el momento. Esto les hace pensar que son responsables del ritmo y modo de consumirse la comida que llena la despensa. Esto a pesar de que se la encontraron repleta al entrar y han superado la primera prueba semanal, con lo cual se supone que hoy harán compra. Emmy se sintió juzgada y controlada, por lo cual entró llorando al cubo.
Mientras Emmy se liberaba de la tensión producida hablando con ‘la voz’, fuera se comentaba la polémica entre Dani, Miguel, Cristina y Luca. Al salir, Dani tuvo una conversación con ella, con Miguel de testigo y a la que se sumó poco más tarde Jesús. Luego siguieron comentando la jugada los mismos en el jardín, con Chimo de convidado de piedra. Bastante extraordinario fue que estuviera en plano, porque lleva desde el jueves casi desaparecido. Miguel aconsejó bien a Dani. Tal vez demasiado bien. Entre intentar evitar que un compañero se dispare al pie y casi provocar adrede sus fallos hay un término medio más discreto y recomendable. Miguel, Cristina y Luca son posiblemente los que más conocen este formato y tienen una mentalidad más de reality, lo cual deberían aprovechar en su provecho más que a favor de sus competidores.
A pesar de tener mayor control que los demás del sitio donde están, se equivocaron anoche Miguel y Cristina levantándose junto a Dani justo cuando se unía a ellos Emmy. No sería así, pero pareció que se quitaban de en medio cuando la alemana llegaba donde ellos estaban. El más listo fue Luca, que habló con ambas partes, lo cual le puede granjear las simpatías tanto de Dani como de Emmy. Solo el italiano (y el bulto sospechoso, DJ de profesión) se quedó en el jardín, evitando sumarse a la espantada de sus compañeros.
Sobre el fondo de la cuestión, ¿qué queréis que os diga? Por un lado me parece bien parar los pies a alguien que está dilapidando así un bien común como es la comida, y por otro parece cierto que solo Emmy come cereales, aunque ya empieza a apetecerle a otros. El tono de Dani pudo no ser el mejor, aunque la reacción de Emmy igual fue algo excesiva. Lo peor de Dani fue afirmar esto: “Tú eres alemana y mi hermano y yo andaluces, es normal que no nos entiendas”. Pues yo he visto que Emmy entiende y habla perfectamente nuestro idioma. El enfrentamiento entre la princesita y el dúo de cantantes está cerrado en falso y no me extrañaría que tuviera próximos episodios.
No ha sido este choque entre los más jóvenes de la casa el primer enfrentamiento. La madrugada del sábado ya saltó la chispa también por comida, además de por la prueba semanal. En este caso participó todo el grupo, aunque algunos mantuvieron sus bocas cerradas (Bigote y Chimo), o incluso se quitaban de en medio con la excusa de un apretón (Julen). En la parte sobre la comida fue Lucía quien sacó el afán controlador de la despensa. Y en la de la prueba fueron Isabel y Fiama a cuchillo contra Cristina por ser portavoz de una parte del grupo a la hora de pedir un cambio de turno. Innecesario y exagerado el ataque a la periodista. Fiama llegó a decirle que es “muy altiva”. Y esto casi el primer día.
Pero quien se equivocó en esa primera bronca colectiva fue Jesús, el otro Gemelier. La culpa fue de todos porque antes de unirse a la reunión Bigote le criticaron por no hacer ninguna tarea, lo cual se suma a que no ha hecho la prueba al ser el faraón. No hace falta explicar que esto último se justifica porque tiene 73 años y, aunque luce divinamente, igual no es recomendable que se ponga a subir una escalera pringada en aceite diez veces para conseguir un escarabajo “sagrado”. Sobre todo teniendo en cuenta que la prueba estaba superada sí o sí. El error del grupo que hizo hacer el ridículo a Jesús fue que Bigote sí tenía una tarea asignada: limpiar el baño. Nadie parecía recordarlo.
Tampoco había visto nadie a Bigote limpiar el baño porque es el primero en levantar. Hace sus posturas imposibles de yoga y limpia el baño antes de que el día amanezca para los demás. Isabel suele ser la siguiente en despertar, por lo que la primera mañana tuvo una charla de un par de horas (a mí me pareció el doble) con Bigote sobre su separación de María Teresa Campos. Como contaba después Isabel, ella no preguntó nada, fue el humorista quien empezó a rajar y no había forma de pararlo. Su teoría sobre la separación es opuesta a la de la otra parte, como ya se vio en la gala del jueves.
Cuenta Bigote que tuvo una discusión de pareja con la Campos y al día siguiente fue su habitación para decirle lo siguiente: “Lo hablado, Teresita. Yo me voy y se acabó”. Su conclusión es que María Teresa miente, pero puede no ser así. Igual todo es fruto de un error. Imaginemos que en lugar de entender lo que dice Bigote ella escuchó: “Qué faena, Teresita. No me van los supersingles”, o cualquier otra cosa. Por eso puso no enterarse de la ruptura hasta el famoso mensaje en el móvil. En tal caso no mentiría ni Teresa ni Bigote, como tampoco lo hace este cuando niega haber sido simpatizante de Pinochet. La foto que tiene con el sanguinario dictador se la hicieron mientras un milico apuntaba a su piticlín. O algo así.
Pero Bigote ha tenido momentos hermosos en la casa, como una charla con Miguel en la que parecía querer adoptarlo o, al menos, convertirlo en su padawan. Fue ayer por la mañana y dio al colaborador buenos consejos trufados de su filosofía zen. Terminó ofreciéndose a prestarle su biblia cuando lo pueda necesitar. Esto revela un nuevo privilegio de Bigote porque no es normal entrar a la casa con un libro. Miguel lloró porque teme equivocarse, y terminó abrazado a Bigote agradecido. Se equivocaría Miguel si no muestra sus inseguridades, sus miedos y sus dudas. Solo vale mostrarse como uno es, y él seguro que lo sabe. Bigote también terminó llorando al recordar a su mujer, que murió hace 8 años y a la que conocía desde los 13. Sobre Bigote, a pesar de hacer cosas extrañas como dormir en el suelo del vestidor y estar ausente parte del tiempo, tengo mis esperanzas puestas por momentos como este con Miguel.
Lo de dormir en el suelo no es comparable a lo de los tapones de los oídos de Bigote. Lleva unos tapones que van unidos como si fueran auriculares de cable, lo cual ya es curioso. Pero más curioso es que los lleva puestos muchas veces por la casa, mientras habla con compañeros. Incluso anoche durante la gala. La explicación parece ser que los españoles hablamos muy alto para él y usa los tapones de sordina. Recopilando cosas curiosas esta andaría a la par de la afición que tiene Dani por tocar orejas, especialmente de las chicas. Es fetichista de las orejas. Por lo visto Isabel debe serlo de la sal. Visto en el directo una mañana: entra en el almacén, abre un bote lleno de sal, se moja un dedo, lo mete en la sal y directamente a la boca. Lo repitió un par de veces. Por mí bien que le guste la sal, aunque muy higiénico no parece el método.
Por su parte, Emmy tiene una especie de fijación extraña con la palabra “chocho”, en la acepción que el DRAE define como coño (vulgarmente). Dice que su novio policía le decía “chochete” mientras pellizcaba sus partes. No me invento nada, lo ha contado ella. También ha dado a conocer el tema musical de Barbie Rican (ft. Jamsha) titulado ‘Calocha’, del que entresaco esta parte de la letra: “Tengo calor en el cho, calor en el cho, calor en el cho-cho-cho”. No sé, igual su nombre debería ser Alpa Russ. ¿Lo pillan? (el vídeoclip de ‘Calocha’ lo pueden encontrar en YouTube, de nada).
Mi balance de estos primeros días es que esto se lo están echando a las espaldas Lucía, Dani y Jesús, Miguel, Cristina y Luca. No solo son los nocturnos, sino los que están dando cositas todo el rato. Con Lucía me parto constantemente y ha contado cosas inéditas para mí. Desconocía que ha sido durante años reservista del ejército español, por lo cual ha desfilado el 12 de octubre un montón de veces. Esta señora es un pozo de sorpresas, y una alegría para 24 horas. Luego están los Gemeliers, que con sus errores y aciertos han destacado de la mayoría enseguida. Y los frikis de esto: Miguel, Cristina y Luca. Ya está comprobado que Luca era el hermano listo. También Cynthia o Fiama son nocturnas, pero ¿para qué? Emmy es graciosa, aunque temo que puede cansar pronto. Y no solo Bigote o Chimo están mucho tiempo ausentes, también Canales se mimetiza con el mobiliario. Sandra y Julen me dan pereza total. Termino mi repaso con Sofía y Luis (ya reincorporados al grupo), que en la white room los he visto como unos aburridos en la habitación de un frenopático.
Moleskine del gato
Como suele pasar los primeros días tengo más notas de las que me caben. Además, no quiero dejar de comentar que ya tienen todos su bola y, al menos, Isabel ha accionado ya el pulsador. Ha sido la primera y creo que ha dado en el clavo. Su sospecha de que el secreto “soy hermano de mi padre” lo guarda Julen parece que se corresponde con algo contado por el concursante sobre que fue adoptado por sus abuelos. Muy torpe haber mantenido la conversación que contaba anoche Isabel con la que habría dado demasiadas pistas. No descarto que alguien más haya pulsado anoche mismo.
Sofía obtuvo una pista sobre el secreto de Emmy. Para ella era un libro del famoso escritor Oliver Twist titulado “Charles Dickens”. Al revés, para que me entiendas. Ni conoce la novela ni le suena de nada, al parecer. Difícil que le vaya a ayudar en algo. Se comprometió con Gemeliers (que la pillaron en el cubo) y Luis a compartir con ellos la pista, pero luego se decantaba por excluir a los hermanos incumpliendo su palabra.
Di por hecho que en este reality habría alguna representación del clan Flores y no me equivocaba. ¡Son las flores del jardín! (grandes protagonistas del directo). Celebro que hayan replantado y renovado las especies florales, pero sugiero que en lugar de enfocar siempre lo mismo muestren de vez en cuando a Chimo, que está entre mueble y planta.
Mañana más.