Elettra ha introducido en el concurso un elemento inédito que ha causado una cierta conmoción en la casa y puede condicionar el juego del resto de concursantes. El enfrentamiento de esta concursante, y el resto de la casa, contra Alejandro y Aída ha cobrado un nuevo sentido desde que ha aparecido la amenaza de las demandas. Elettra no solo anuncia que acudirá a la justicia, sino que presume de que nadie tiene unos abogados tan buenos como los suyos. La rica heredera utiliza su supuesto poderío económico para amedrentar a sus compañeros e intentar domeñar voluntades. “Me da igual que me denuncien porque nadie puede pagar un abogado como el mío”, llegó a decir.
La amenaza de Elettra hace que el juego pegue un giro copernicano. No habíamos previsto algo así. Antes el riesgo de atacar a un concursante con determinado tipo de argumentos era que la audiencia no lo aprobase y poder acabar en la calle a las primeras de cambio. Ahora ese riesgo se sigue manteniendo, añadiéndose el de la acción posterior de los abogados. ¿Qué digo posterior? Está por ver si no tienen que salir algunos de la casa para asistir a un juicio igual que Alejandro sale para ir a un hospital para que controlen su lesión de espalda.
No me he leído con detalle el contrato que firman los concursantes, pero pienso que debería incluir (si no lo hace ya) una cláusula en la que se comprometan a no judicializar su participación en el concurso. No quiero pensar que esta fiebre se extienda a los Gran Hermano convencionales. Esto puede cambiar el formato. Lo puede cambiar para mal, claro está. Creo que sería su muerte definitiva. Requiescat in pace Gran Hermano. Los abogados acabaron contigo. Qué triste que consigan los abogados de una niñata rica y maleducada lo que no lograron las nominaciones a la cara o las imágenes de lo sucedido en la casa visionadas por concursantes en la sala de expulsiones. Ni siquiera El Club de GH 17.
Elettra no solo amenaza con acudir a sus abogados como se azuza un pitbull. También presume de que estos son de raza, lo cual quiere decir que son muy caros. Es lo mismo que hace con esos diamantes que lleva incrustados por todo el cuerpo, motivo frecuente de focos de infección, como hemos visto. Dice Aída que son circonitas malas. También dice que, dado su tamaño, si fueran diamantes no valdrían 15.000 euros sino 3.000, como mucho. No sé nada de piedras preciosas, pero me quedo con lo significativo que me parece acompañar semejante exhibición de poderío económico con un tatuaje en el cuello con la siguiente frase: “Que se mueran de envidia”. Puede que haya quien envidie los diamantes de esta concursante, pero ya digo yo que desde ayer empezarán a aparecer más que envidian sus abogados. Sobre todo en la casa de Guadalix.
Digo que en Guadalix empezarán a temer a los abogados de Elettra, pero igual también empieza a cundir el pánico entre opinadores. Pondré un ejemplo. Imaginemos que yo ahora mismo quisiera hablar del tatuaje de leopardo que lleva Elettra cubriendo casi toda su nalga derecha y se me ocurriera decir que eso explica que sea tan animal. Igual pienso en sus poderosos abogados y me evito la broma. Sugiero a esta concursante que se tatúe otra frase en la parte izquierda del cuello, lado contrario al de la envidia. El texto que propongo igual no es muy original, pero entiéndase que estoy improvisando. Rezaría así: “Que se mueran de miedo”. Y es que Elettra se relaciona con los demás utilizando dos armas muy eficaces. Los antropólogos han demostrado que la envidia y el miedo han existido desde los orígenes de la humanidad.
No veo a Alejandro con envidia, pero sí con un poco de miedo. La introducción del factor abogados ha trastocado un poco su visión del concurso. Hasta ahora se trataba de una experiencia de la que poder disfrutar, pasarlo bien y comportarse como es. Esto recomiendan los responsables del programa y se supone que lo piden en los castings. Complicado ser uno mismo si hay que estar pensando en la posible intervención de los abogados ricos de otra concursante antes de hacer una broma sobre sus operaciones de estética. Olvidémonos de todas aquellas cosas que nos parecían susceptibles de bastardear el formato. La madre de todos los bastardeos es un equipo de abogados invencibles. En el siglo XXI hemos perdido temor a la iglesia para tenerlo por los abogados. Con los abogados hemos topado, querido Sancho, diría hoy en día el Quijote.
El nivel de provocación de Elettra ha superado todo lo previsible. Nunca antes había visto tal comportamiento en esa casa. “Que me pegue, que me pegue, el papasito, que me pegue”, decía ayer tras el almuerzo. Alejandro contestó: “Igual te arreglo la cara”. Cómo sería el tema que Aída tuvo que tranquilizar a Alejandro, labor que hizo fantásticamente bien. Jamás imaginé que diría esto, pero Aída me está gustando en muchas ocasiones. Ayer cuidó a Alejandro y estuvo cariñosa con él. Me está pareciendo otra, mucho más contenida y generosa. Lástima el mal recibimiento que le han dispensado y la labor de intoxicación realizada por Aless Gibaja, de quien Alejandro dice en broma que es el hijo secreto de Rappel. ¿Esto es denunciable también?
La provocación a otro concursante está dentro del juego, aunque debería de tener un límite. Elettra ha rebasado todos los límites habidos y por haber. Ayer fue Daniela quien prendió la mecha, aunque luego se retiró y reapareció enfundada en el disfraz de mediadora. Si hubiera encarnado ese papel de verdad su valor como concursante sería mucho mayor. Posiblemente se habría asegurado un puesto en la final con muchas posibilidades de convertirse en ganadora. Pero es una mediadora de palo que primero incita a sus peones contra Alejandro y Aída, para después mostrarse conciliadora. Daniela es la mano que mece la cuna.
La de Daniela no deja de ser una actitud inteligente, porque ella pocas veces atravesará el límite de lo permisible. El lunes por la noche lo hizo, señalando con su dedo acusador a escasos centímetros de la cara de Aída para acercar luego su rostro de forma amenazante. Curiosamente ayer le decía a Aída que no la señalase cuando lo estaba haciendo en la distancia. No se acordará de lo que ella mismo hizo la noche anterior. Salvo ese momento álgido durante la discusión del lunes por la noche, Daniela mantiene siempre su tono zen, tan evidente como su mirada chunga. No puedo estar más de acuerdo con Alejandro y jamás lo hubiera sabido definir tan bien.
La insistente provocación de Elettra tras el almuerzo de ayer tuvo como consecuencia que Alejandro quisiera abandonar el concurso. Se lo contaba a Aída casi sollozando, vencido por los ataques injustificados de la millonetis. En ese momento hubiera podido exhibir el tatuaje que le he propuesto. Había conseguido infundir miedo. La casa asistía atónita ante lo que estaba sucediendo, pero casi nadie intentaba parar la furia de Elettra, sus insultos, imprecaciones y desprecios. Le llamó mal padre, aludiendo a su mujer y a sus hijas. Dudó de su hombría y mil barbaridades más que ni siquiera soy capaz de repetir, y no por temor a los señores letrados. Imposible recopilar la sarta de barbaridades que atropelladamente salían de la boca de Elettra. Solo Aless hizo el intento de sacar al jardín a Elettra. Gibaja es el gran “metemierdé” (en francés de la Esteban) de esta edición, pero ayer fue el único algo sensato. En el otro extremo Irma Soriano. Si el lunes alabé su oportuno papel de días anteriores, hoy debo decir que Irma estuvo inoportuna. O tal vez fue oportunista. Se subió al carro de la mayoría y apareció en el peor momento para rematar a un Alejandro derrotado por la sinrazón y el exceso de energía de Elettra.
El lunes por la noche Sergio decía que Alejandro había estado a punto de agredir a Elettra. Lo hablaba con otros compañeros, sin que estuviera presente el interesado. Se trata de una mentira de proporciones cósmicas, algo que solo cabe en una mente enferma. Por esto estoy seguro de que Sergio no lo pensaba de verdad y simplemente utilizó un argumento tan contundente para perjudicar a ese concursante. Un concursante que está nominado, no olvidemos este pequeño detalle. Ayer Elettra utilizó el argumento de Sergio y acusó a un atónito Alejandro de haber estado a punto de agredirla. Supongo que esto influyó en el bajón del músico y su deseo de salir de esa casa dejando atrás tanta maldad y sinrazón.
Después del dantesco espectáculo al que habíamos asistido, el ‘súper’ les llamó a todos al confesionario. No confío en que vaya a servir para nada la llamada de atención que supuestamente les debieron de hacer. A algunos les entra por un oído y les sale por el otro cualquier cosa que les puedan decir. En mi modesta opinión, los discursos en el ‘confe’ deben complementar las sanciones, no sustituirlas. Nada cambiará si no hay por lo menos una sanción ejemplarizante con la que el programa muestre algo de autoridad. De momento, resulta inaceptable que una concursante esté amedrentando a sus compañeros con algo tan ajeno al concurso como demandas interpuestas por abogados que el resto no podrán pagar jamás, como dijo ayer Elettra. El programa debería parar esto o el concurso dejará de tener sentido.
No concentro toda la culpa en Elettra, aunque esta concursante muestre una actitud que en mi opinión es mucho más dañina que la del resto. Todos hacen cosas que están bien y cosas que no. No tiene sentido compensar una crítica a un concursante con la de otro. Esto no funciona así. Las voces que se levantan para decir que todos tienen culpa no hacen sino decir una obviedad (palabra de ocho letras). Lo que sucede en un colectivo afecta a todos y todos tienen su parte en ello. Ahora bien, es radicalmente injusto repartir la culpa por igual entre todos. Eso sí que no. No trago con eso porque jamás me parecerá comparable la actitud de Elettra con la de Alejandro. Por ahí no paso.
Ayer Aída contribuyó a desenmascarar un poco a Sergio. Dependerá del crédito que Ivonne otorgue a esta compañera que esto tenga mayor o menor transcendencia. Lo llamativo es que hace unos días Sergio creía haber descubierto la pólvora presumiendo de haber pillado el juego de Aída. “A unos les dice una cosa y a otros otra”, afirmaba Sergio. Y no le falta razón. Aída animaba a Sergio para que se lance a Ivonne mientras que a esta le expresaba sus dudas sobre esa relación por el tema de la edad. ¿Pretendía enfrentarlos? Esa fue la conclusión de Sergio. No lo sé bien, aunque creo que el objetivo de Aída podía ser conseguir que Sergio diera un paso adelante en su relación con Ivonne y se encontrase con su rechazo. O sea, posiblemente perseguía divertirse un rato.
No es solo Aída la que dice a unos y otros cosas diferentes. Sergio también lo ha hecho. A Ivonne la ofrece una cara, va advirtiendo por ahí que en quince días (ya quedan once) va a besarla, sin embargo, cuando el otro día ella se metió en su cama contó que se tuvo que marchar incómodo por la situación. Ayer Ivonne se enteró de esto porque Aída se lo contó. Acababan de salir del ‘confe’ tras la charla mencionada antes y las dos se quedaron hablando en el jardín. Ya digo que esto afectará a la relación del concejal e Ivonne más o menos de acuerdo con el crédito que esta le dé a lo que le contó ayer Aída. En todo caso, estoy seguro de que no se le podrá ir de la cabeza. El de Sergio es un juego peligroso.
Moleskine del gato
Espectacular me parece la prueba de esta semana. Ayer asistimos ya a los primeros partos. El de Irma casi no llega a término porque al sentarse en el paritorio se dio una toña importante contra el suelo. Geniales los bebés y toda la parafernalia. Espero que la prueba nos dé grandes momentos durante el resto de la semana.
Dice Aída que ella limpia el suelo de su casa de rodillas y utilizando bastoncillos. ¿Bastoncillos? Cómo están las mentes, madre mía. De la autora de “echo jabón de la ropa” al friegasuelos llega ahora “limpio el suelo con bastoncitos”. En su pantalla amiga.
“¿Sabes lo que me gusta de ti?”, preguntó Marco de forma retórica a Aly. Él mismo dio la respuesta: “Que eres bonita, pero no lo sabes tanto”. También comparó sus ojos con una playa de Bali y entendí que elogiaba su culo, algo de lo que ella no está muy contenta. Si me equivoco en algo no lo tengan en cuenta. Hay algo en lo que no fallo: Marco ha vuelto a la carga. Quiere que metan a su novia en la casa como sea. Por eso vuelve el tonteo con Aly. Pues nada, adelante con los faroles.
Ayer en el programa MorninGlory de Radioset hablamos de la última persona de la que estuvo enamorada Aída Nízar, comprobamos que Sergio Ayala le ha puesto fecha a lanzarse definitivamente a por Ivonne Reyes y apoyamos la campaña que han hecho Irma y Aída para que Carmen Alcayde tenga un programa.