La elegancia en la traición
No creo que estén valorando en la casa el riesgo de confiar en alguien que ha traicionado a otro. Puede considerarse que Adara y Hugo tenían una amistad, aunque algunos quieran ahora minimizarla (ella misma lo calificaba de ese modo). La buena aceptación que está teniendo Adara entre quienes hasta hace unos pocos días eran sus enemigos no significa que la vayan a considerar amiga. Ahora bien, acogen entre ellas como una más a una persona que acaba de dejar solo a un amigo. Somos presuntuosos hasta el nivel de pensar que nos adorna un atractivo más poderoso que el de otros, y por ello obtendremos fidelidad de quien sabemos fue infiel con otro. No lo sabemos ver, pensamos que no pasará con nosotros. ¿Por qué iba a pasar? Quien más tentado está de caer en este error es el poderoso: políticos, empresarios, en general gente acostumbrada a ser adulada permanentemente, lo cual les hace aún más presuntuosos que la media.
El poderoso premia la traición, pero rechaza al traidor contra él mismo. Lo expresa muy bien Benito Jerónimo Feijoo en su ‘Teatro crítico universal’, escrito en el siglo XVIII: “Desagrada el traidor a quien desagrada la traición; pero el que se interesa en la traición, mira con buenos ojos al traidor”. En la casa de Gran Hermano, algunos han acogido al traidor como un aliado, algo que responde perfectamente a la frase de Feijoo y a lo que estoy pretendiendo explicar. Mila y sus afines se relacionan con Adara como si hubiera sido desde siempre una aliada, pero ¿quién les dice que no hará con ellas lo mismo? La edición está ya amortizada y ni siquiera los votos de Adara harán que nadie pueda salvarse de quedar nominado. Es, por tanto, una alianza con un objetivo único y muy a corto plazo: la expulsión de Hugo.
Es muy posible que lo consigan y esta noche salga Hugo. En el fondo me alegraré por él porque está viviendo un calvario que no se lo deseo a nadie. No es de ahora, lleva así desde siempre en esa casa, pero no es lo mismo que Mila haga burla sobre si tiene o no los dientes blancos de anuncio o Noemí sobre si tiene los ojos más o menos saltones a ver que también se lo hace Adara. En la fiesta de anoche se mofaba con las chicas de las caras de Hugo bailando. Hasta en la traición es importante no perder la elegancia. Adara no parece compungida tras romper con Hugo sino más bien liberada. Sigue alegre y sonriente, solo que ahora lo hace con una compañía diferente, más nutrida. No hace falta mofarse del traicionado, lo cual degrada aún más al traidor.
En todo caso, cualquier cosa que haga Adara parece ser celebrado por una parte importante de la audiencia. Parece que tuviera bula para hacer todo aquello que en otros se censura. Justo lo contrario que sucede con Hugo, permanentemente acusado de aquello que también hacen los otros. Se quiere vender que Hugo necesita el conflicto porque es un provocador, pero poco se habla de las provocaciones de los demás. Viendo la secuencia completa de cualquiera de estos días pasados con Antonio David y Hugo en la cocina se da uno fácilmente cuenta de que provoca tanto uno como otro. El machaque de Antonio David es continuo, y el nivel de disparate máximo. “No sabes hacer de comer”, soltó el otro día a Hugo. Le dijo la sartén al cazo, nunca mejor dicho.
Dice Antonio David que se va a salir el agua que espera hervir en una cacerola para cocer la pasta, pero hay por lo menos cuatro dedos de margen. Mucho tendría que hervir para salirse. El que hace los filetes empanados en la freidora y los tira si están poco hechos en lugar de pasarlos un poco más. Es todo un despropósito porque los dos parecen un auténtico desastre cocinando, pero se tiran a la cara los reproches sobre ello como si fueran jefes de cocina en El Celler de Can Roca. No vi más provocación en Hugo que en Antonio David, sin embargo ha triunfado la idea que hace a aquel el mayor provocador de la casa, casi como si ostentase la exclusiva de la provocación.
Dígame el lector si no es provocación que toda la casa entre en el dormitorio mientras duerme Hugo para bailar a su alrededor y ayudar a despertarlo. Cualquiera diría que solo él duerme por la tarde. Lo que no esperaban era su reacción. Lejos de molestarse y protestar, se subió a la cama una vez despierto uniéndose a la fiesta sin reparo alguno. Tal debió ser la frustración del grupo que se marcharon en cuanto cambiaron de canción. Por cierto, entre ellos estaba Adara, y estoy hablando del martes por la tarde, horas antes de la gala en la que quiso dejar a Hugo como un tipo temible que no se sabe lo que es capaz de hacer. Curioso que por ser Adara no se haga hincapié en semejante barbaridad, cuando en GH DÚO se machacó a María Jesús Ruiz por decir exactamente lo mismo a Antonio Tejado.
Nos quieren vender que lo del martes fue algo a lo que naturalmente llegó Adara en progresión tras haber empezado a tener otra percepción sobre Hugo días antes. El relato por ella misma construido es que cambió su relación con él desde la expulsión de Gianmarco. Parece quedar así blanqueado el doble juego de Adara, que dice una cosa o la contraria dependiendo de quién crea que la está escuchando. Pero hay muchos detalles con los cuales se puede echar por tierra esa teoría tan endeble como falsa que habla de un cambio progresivo con una solución final lógica. Quieren revestir de lógica y normal la actitud de Adara, pero por eso no paso. Al final la traición será travestida de acción benéfica. Poco más nos queda por ver.
Ayer circuló por Twitter un pequeño fragmento de la entrevista que hizo Carlota Corredera a Adara para ‘Sálvame’, vísperas de la última gala. En ese vídeo le pregunta Carlota un día antes de ser expulsado Joao si se alegró por la salvación de Hugo, y Adara contesta: “Sí, claro que sí, porque Hugo también es mi amigo y le quiero muchísimo”. Luego pregunta Carlota si ha analizado la razón por la que ha pasado de salvarse ella de la expulsión un martes a que lo hiciera el martes siguiente Hugo, y Adara se sale un poco por la tangente describiendo lo que está pasando con ese compañero en la casa. Dice así: “Más que nada por todo lo que está pasando con Hugo, ¿sabes? Que le están machacando continuamente, todo lo que le dicen…”
En sus respuestas Adara dice cosas no necesarias si en ese momento ya pensaba que Hugo era un puto loco, le ponía mala hasta su voz, enfermaba cuando pasaba por su lado y era asqueroso para ella, entre otras lindezas. Estamos hablando de una entrevista a Adara justo el día anterior, poco más de 24 horas antes, de decir todas estas cosas hablando con Joao en el pasillo de acceso a la sala de expulsión, fuera de cámaras. Solo un día antes de decir todas estas barbaridades sobre Hugo le contaba a Carlota que es su amigo, al que quiere “muchísimo”. También se explicaba la salvación de su amigo (‘hamigo’, diría yo) porque “le están machacando continuamente”. Podría haberse ahorrado todas estas cosas. Bien pudiera haber dicho que se alegró por Hugo porque han tenido siempre una buena relación, por ejemplo. Cualquier cosa antes del superlativo de quererle “muchísimo”. Y no necesitaba decir que le están machando para explicarlo, bastaba con decir que no lo ha pasado bien, sin más.
Por la boca muere el pez. Y Adara también. La traición en sí me es indiferente. Como dije ayer, creo que a los dos les venía bien y mal separar sus caminos. Mal porque esa experiencia se puede pasar de forma medianamente aceptable teniendo un solo amigo al lado. Basta con uno. Pero completamente solo se debe hacer muy duro. Bien porque es una manera de poner distancia frente a un rival que puede ser quien te robe el maletín. Es posible que en la cabeza de los dos estuviera poner distancia entre ellos y, en todo caso, es problema suyo. Lo que me llama la atención es la poca elegancia de Adara y la torpeza de su inconsistente giro. Le recomendó Joao que tomase la rotonda y ahí aprovechase para girar, pero al final ha terminado dando un volantazo.
A pesar de todo esto, siendo sensato debo asumir que Adara va a ganar esto. Da igual si hace una semana afirmaba que quería muchísimo a Hugo y se lamentaba porque lo estuvieran machacando y al día siguiente resulta que le daba asco hasta hacerla enfermar. Sobre lo de que sea un loco, creo que ahí no tiene mucho que envidiar a algunos otros habitantes de la casa. Sin ir más lejos, la misma Adara o su nueva mejor amiga Mila. Pero, insisto, da lo mismo todo esto. Adara tiene todas las papeletas para ganar y muy mal se le tiene que dar para que esto se termine torciendo. ¿O no?
Veía ayer a Adara y Mila poniendo en peligro el tapete de la mesa de billar, haciendo como que jugaban, y se me venía a la memoria otra escena de las últimas semanas en GH 17 entre Adara y Beatriz, también conocida entonces como la “Naranjita”. Ambas habían tenido mala relación durante la mayor parte del tiempo, con alguna época mejor, hasta que hacia el final del encierro se convirtieron en grandes amigas. El paralelismo entre Adara con Beatriz entonces y Adara con Mila ahora me parece claro. Aquella historia terminó con Bea quitándole el maletín a Adara. Saquen ustedes sus propias conclusiones sobre cómo puede terminar esta. Como diría Hugo: “Roma no paga traidores”. ¿Tampoco Guadalix? Y también lo de: “¿Cuál es el femenino de Judas? ¿Judasa?”. Pues eso.
Corea central
Desde que Adara se ha apuntado al machaque de Hugo se la ve sacando punta a cualquier cosa, especialmente si tiene un tinte sexual. Espera, que mucho tiempo antes ya le había montado un pollo porque viendo la película ‘Si yo fuera rico’ hablaban de un “beso negro” y Hugo tuvo la osadía de reír. Luego dijo Adara que no le gustaba hablar de esos temas, pero la otra noche con las chicas parecía todo lo contrario. El caso es que ayer Alba le daba un masaje en la espalda a Hugo como parte del servicio del Hotel Inglés en la prueba. Alba decía: “Tengo buenas manos. Hago unas peinetas de locos. […] Yo toco las castañuelas divinamente”, a lo que preguntó Hugo: “¿Solo las castañuelas?”. Entonces Adara aprovechó y saliendo airada del vestidor dijo: “Te estás pasando ya, eh. ¡Cerdo!”. La nueva Adara, más puritana que nunca.
Mal les está yendo a los concursantes que la audiencia eligió como servicio. Noemí planeó el martes hacer putaditas a Hugo, elegido como cliente en la prueba. Alba no parecía muy convencida por si eso les hacía perder la prueba. Sin embargo, durante todo el día de ayer la burla ha sido continua, especialmente por parte de Alba. Se queda en teoría aquello de que las bromas se gastan a los amigos y cuando no lo son se convierten en putadas. Bueno, eso era precisamente lo pretendido. No hay salvación porque si Hugo participa de la broma se burlan todavía más, o lo llaman “cerdo”. Y si no se la devuelve es un antipático. O también un “cerdo”. Pero no parece que estén consiguiendo la reacción que querían ver en Hugo.
Moleskine del gato
Los porcentajes ciegos estaban anoche así en el Última hora: 47,9 %, 41,1 % y 11 %. De forma que el porcentaje mayor (amarillo) ha pasado por estos guarismos desde el domingo: 54,9 %, 55,7 %, 49,1 % y 47,9 %. Y el segundo (fucsia) ha evolucionado así: 27,8 %, 24 %, 32,3 % y 41,1 %. El primero ha bajado 27 puntos y el segundo ha subido 13. El tercero, por su parte, se ha movido siempre entre el 11 % y el 13 %. Estoy convencido de que Hugo es el segundo. Tengamos en cuenta que los primeros porcentajes ciegos son del final del Debate, justo cuando ya había conocido el giro (proyecto de entrar en la rotonda) de Adara respecto a su ‘hamigo’. El lunes afloja un poco el porcentaje, pero sube de nuevo de forma importante entre el martes y el miércoles, justo tras la pública ruptura. Ahora apenas hay 6 puntos entre el primero y el segundo. Es muy posible que perdamos a Hugo.
Si sale Hugo el panorama es más desolador que ahora todavía. El Hotel Inglés parece un triste tugurio venido a menos que tan solo logra en temporada baja tres clientes y se mantiene con un servicio tan reducido de cuatro personas, uno de ellos en la cocina y sin tener ni idea de hacer unos filetes. Prefiero dormir bajo un puente que ese sitio. Si la perspectiva es esperar la posible rivalidad futura entre Alba y Mila apaga y vámonos, porque las dos pasan casi todo el día en la cama. Como no rivalicen en sueños estamos apañados.
Esta noche tenemos una fiesta. Aunque así, entre nosotros, creo que va a ser un auténtico funeral.