Cualquiera diría que tiene recompensa ser más palmero de Rocío que nadie. Algunos ponen más empeño en eso que José Antonio en manejar las nominaciones del grupo. Este concursante juega al póker descubierto, aunque no lo sabe. Sus maniobras son tan evidentes que todavía no entiendo como algunos se llaman a engaño a estas alturas. Es el caso de Elena, que lo acaba de convertir en su principal enemigo y objeto nominatorio de la semana. Ahora se da cuenta de que intenta manipular a todos. A Elena solo le falta decir “me cago” y “madre mía” para ser idéntica a su hija, también en la poca vista que tiene con la gente. Ha tardado en calar a José Antonio casi tanto como Adara en conocer al italiano de las piadinas.
Que José Antonio sea demasiado burdo en sus estrategias se justifica precisamente en la poca perspicacia de los demás, incapaces de darse cuenta de sus más que evidentes pretensiones. Esta semana ha intentado malmeter primero a Barranco con todos y luego ha hecho lo mismo con Jorge. Según el periodista, este concursante le pidió que no le nominara antes de entrar en la palapa el jueves pasado. De eso no tiene constancia nadie, sin embargo, Lara dio buena cuenta de cómo el propio José Antonio había pedido a Elena que no lo nominase. Como digo, es poco sutil, pero más listo que sus compañeros. Ya intuía que Elena podía darle la espalda y su voto en unas nominaciones. Elena le ha asegurado que tendrá su voto mañana, justo una semana después.
Otro acierto de José Antonio ha sido desmarcarse de la lucha por ser el palmero número uno de Rocío. Esto ha sido así porque terminó discutiendo con ella, lo cual avancé ayer mismo. “Parezco el malo de la película”, dijo. No sé por qué piensa eso, la verdad que no se me ocurre. Y añadió luego: “Me estás dejando como un traicionero”. Lo que yo interpreto como un acierto me parece que el propio interesado lo valoró como un fallo de cálculo. No pensó que Rocío se lo fuera a tomar mal y ahora se debe sentir apartado de la cohorte de pelotas que la llevan en palmitas, capaces de cargar en sus hombros a esta concursante para evitar que la arena queme sus pies.
En otra dura discusión entre José Antonio y Elena esta aprovechó para pegar un volantazo y adelantar a su compañero por la derecha para terminar poniéndose en la pole position de los palmeros de Rocío. A estas alturas, el problema de José Antonio es que nadie cree lo que dice. Intentó malmeter a Elena con Barranco y Rocío, como antes había hecho con otros. “De ti dijo que eras un falso”, le dijo a Barranco, al tiempo que le revelaba lo siguiente a Rocío: “A ti te puso de vuelta y media”. Los dos dijeron que no se lo creían. José Antonio ha quemado sus naves demasiado pronto, pensando que quedaban dos o tres semanas para la final. Ahora se encuentra con que su juego ha quedado al descubierto, como dije antes, cuando todavía queda más o menos medio concurso.
La prueba de recompensa entre los desvalidos tuvo anoche el aroma de la revancha, por no decir venganza. Hugo terminó disputando el premio con Nyno, y esta vez no se dejó robar la tostada. Una noche en una cabaña vip junto a quien ganase la prueba, con cama, ducha y cena con chuletón. La ducha emociona si no hay chuletón porque en ese caso queda francamente devaluada. Tenían que ir reptando por un embudo y se eliminaba al último en llegar de cada manga. Al final quedaban dos y un solo ganador. La segunda vez que pasaron protestó Ana María de que la habían agarrado y ya aclaró Lara que se podía. “No os podéis hacer daño, pero se permite agarrarse”, dijo la presentadora. Ante la batalla final, Hugo no dudó en coger de la cintura a Nyno, apartarle a un lado y darse prisa por llegar el primero. Nyno dijo que no había oído lo de que estaba permitido agarrar.
Valga el agarrón por la supuesta trampa de Nyno el pasado domingo. Esto al menos era legal. Por cierto, no hizo la prueba Pavón porque después de esa última prueba de recompensa sintió un dolor en la zona del abdomen que el médico en un diagnóstico de emergencia dijo que podía ser una hernia. Desde entonces sigue en observación apartado del grupo. Anoche Ana María estaba compungida por la ausencia de su pareja de hecho en el concurso y afirmaba: “Me di cuenta de que era una hernia porque lo he vivido en mi casa. Mi marido y mi hijo han tenido hernias”. Porque claro, haber escuchado al doctor no le ayudó a darse cuenta.
Expresé ayer mismo mi sorpresa porque nadie se quejase del sentido patrimonialista que tiene Ana María y su tendencia a mangonear con todo. Las almendras de la playa son suyas, también las caracolas. Que nadie coja nada sin que ella se entere, por favor. Quiso que Hugo quedase mal por haberse comido cuatro caracolas, cuando habían cogido ese mismo día un par de docenas, y por ahí no pasó el grupo. Nos faltaba ver la rebelión de los desvalidos contra la jefa Ana María. Vinieron a decir que jefa no es e intentaron hacerle comprender que las cosas son de todos. Hasta Pavón quiso hacerla entrar en razones. Pero ella, en un homenaje a Peret (el cantante), terminó derramando sus lágrimas sobre la arena.
No todos los encuentros entre mortales y desvalidos salieron bien. Demasiado bienqueda y falsedad. Solo Ivana y Yiya nos dieron el salseo que necesitamos. Nyno optó por la vía de la broma, pero he de decir que tiene la gracia en salva sea la parte. He de decir que Nyno lo intentó todo, desde la broma pesada y de mal gusto de decirle a Ferre que su novia le ha dejado hasta su increíble declaración de amor a José Antonio. Tan lejos quiso llevar la broma que Carlos Sobera tuvo que pararle un poquito los pies. Pero el primer encuentro no defraudó. No hubiera apostado nada del Ivana versus Fani, pero tuvo su enjundia. Ivana empezó en tono amable para engañar. Entonces sacó el hacha e hizo que Fani cambiara radicalmente de discurso. Una pillada espectacular. Fue más o menos así: “¿Estás contenta de verme?”, preguntó Ivana. “Sí, mucho”, respondió Fani. “No te lo crees ni tú”, soltó Ivana disfrutando del momento.
Pero el encuentro esperado era entre Yiya y la compañera que ella llama “Rocío Florero”. Yiya entró fuerte: “Veo que comes bien. Voy a enseñarte buenos modales: no se miente y no se roba comida”. El repaso no podía ser más seco y contundente. Luego insistió en que sus minutos de gloria no vienen de la mano de Rocío ni de nadie, pero eso ya se lo había dicho en la palapa tras ser eliminada. Rocío, que en las discusiones mantiene la calma y nunca pierde las formas, parecía no saber por dónde le caían las bombas. Luego tuvo una especie de ataque de ansiedad (hartito estoy de que a cualquier cosa se le llame así) y dijo que quería marcharse, pero se le quitó la idea en cuanto escuchó hablar del chuletón de la prueba de recompensa. Sabia maniobra de Lara.
Moleskine del gato
Al menos Fani, José Antonio y Rocío pensaron que tras las puertas puestas en medio de la playa esperaba un familiar suyo. Me dio hasta un poco de penilla.
Excuso decir que el mayor nivel de patetismo lo alcanzó el encuentro entre Elena y Hugo. Me gustaría saber si sigue siendo su ganador, ahora que ya sabe de su permanencia en el concurso. “Me alegro tanto verte, joder”, dijo Elena. Y, una vez más, creí estar oyendo a su hija. Tanto se debió alegrar que disculpó aquello de que Hugo quisiera disfrutar con la madre de su hijo los primeros días de vida de este. Es algo que hasta algunas matronas recomiendan, pero Elena no quiso entender. Anoche llegó a decir que igual su hija se había explicado mal.
Ivana también se reencontró con Elena. Primer zasca de la argentina: “En esta playa estamos bien, no como en el ‘chusmerío’ que hay allí”. Segundo zasca: “Me huele el pelo a pescado porque pesco todos los días”. Como queriendo decir. Ivana sacó anoche un lado destroyer desconocido hasta ahora.