Desmontando a Hugo
Hugo andaba haciendo un refugio para el grupo cuando, de repente, se dibuja el dolor en su rostro. Doblado sobre sí mismo y con su mano en el abdomen se queja ante el estupor de todos los demás. Es entonces cuando aparta la mano y alguien señala una zona en el frontal de su cuerpo, junto a las costillas. Es un bulto de apreciables dimensiones lo que parece provocar el dolor de Hugo. No es que yo vaya a desmontar a este concursante, la cosa que se desmonta él solo. Parece como si se pudiera descomponer en pequeñas piezas, en plan míster Potato. Lo gracioso es que cuando José Antonio le pregunta si eso le pasa muchas veces parece no darle mayor importancia al responder: “A veces sí”. Hugo es desmontable, según lo visto.
El caso es que Hugo dejó de ser dios el pasado jueves y Cristian reconoció que podría hacerle líder, pero terminó siendo uno más del grupo de los siervos. Pese a ello, ha tomado la iniciativa a la hora de hacer trabajar al grupo en beneficio de todos. Esa es la labor del líder que, de facto, ha desempeñado Hugo, aunque hubiera tenido que ser cosa de Alejandro. Entre los mortales nadie le disputa el liderazgo a Jorge, que lo ejerce con modestia y ciertas dosis de paternalismo. De momento, nadie en este grupo parece tener queja de su líder. Tampoco están teniendo problemas mayores en la convivencia, como sucede entre los siervos.
Son los problemas de convivencia lo que concentró la atención del Conexión Honduras de anoche. Ya lo dijo Jordi González: “La convivencia es parte de la supervivencia”. Además, no podía ser de otra manera pues la lucha por la supervivencia ha sufrido una pausa al tener que ser evacuados de nuevo del campamento provisional al que llegaron el jueves por peligro de hipotermia. Las duras condiciones del clima obligaron a llevarlos a un refugio donde les proporcionaron un techo y ropa limpia. Los chicos parecían vestidos como en la película ‘La naranja de mecánica’, de blanco inmaculado, mientras ellas iban de negro y parecida vestimenta. No volvieron a playa Uva hasta anoche, una vez el temporal parece haber amainado. Quien todavía cuestione que las condiciones sean extremas debería ver el kit de supervivencia que les dejaron en las tiendas de campaña del campamento: un rollo de papel higiénico y poco más.
La lucha por la supervivencia se recuperó anoche con una nueva prueba de recompensa en la que debían desenterrar unos cofres y sus llaves. De dos en dos debían acudir a su lugar correspondiente, acotado con un círculo, para disputarse conseguir uno de los dos cofres y su llave correspondiente. Entre los mortales solo lograron un cofre y una llave que no correspondía con el mismo, por lo que se quedaron sin recompensa alguna. Al menos los siervos consiguieron abrir un par de cofres (de los tres logrados), si bien las recompensas no eran nada del otro mundo. Estoy seguro de que podrían pasar perfectamente sin una almohada. Lo interesante fue ver como algunos contendientes parecían más interesados en impedir que el otro lograse llevarse un cofre antes que de conseguirlo él mismo. Y, entre todas, destaco la lucha entre Ferre y José Antonio. Ambos revolcándose en la arena, cuerpo a cuerpo, parecían demostrarse cierto amor. Vi en ellos entre ellos más pasión que entre Hugo e Ivana.
Entre los problemas de convivencia parece despertar singular atención el que ha surgido entre Rocío y Pavón, con Ana María como tercera pata de ese inestable banco. Que a Pavón no le aguanta casi nadie es un hecho. Yiya estaba entre sus pocos apoyos, pero ya está en isla Desvalida y parece que Vicky todavía no se ha querido cortar las venas por tenerla como única compañía. Entre los nuevos compañeros de Pavón ya ha tenido algún roce con Bea, aunque esta parece concentrar sus odios en Alejandro, de quien dice todo tipo de lindezas. Con Elena, por su parte, había logrado mantener una relación cordial, que ya no existe. Ahora se acusan mutuamente de tener cara de amargados, y no seré yo quien les lleve la contraria. Pavón salió del refugio para expulsar un gas y provocó la ira de Elena, que lo acusó de haberla tirado tierra encima al pasar a su lado. También parece que provocó su enfado que ya hubiera salido más veces antes. Y es que, como es sabido, los gases casi nunca vienen solos.
Hay que estar muy fuera de la realidad para transformar la información que nos llega sobre la discusión entre Pavón y Elena en el relato que hacía en plató Adara. Decía la ganadora del último GH VIP 7 (y, a la sazón, hija de Elena) que Pavón había salido del refugio 14 veces (“por decir un número”, apostilló) y que había pisoteado a su madre a propósito. Es cierto que algunos colaboradores tienen una gran inventiva y reinterpretan los vídeos de acuerdo con sus preferencias o a favor de sus defendidos, pero no todo el mundo se atreve con semejante hipérbole. A Pavón le crecen los enemigos, aunque si hacemos caso a Rocío puede estar empezando a tener cierto éxito en su intento de hacer algún nuevo amigo.
Dice Rocío que Pavón se trae cierto tonteo con Ana María. Me da la impresión de que lo dice así porque está hablando con la interesada, porque en otro caso igual habría hablado del tonteo entre los dos, sin especificar. De ser así estaríamos ante un hecho que podría agravar el resquemor que siente Rocío hacía Ana María porque no saliese en su defensa ante los ataques de Pavón el jueves pasado en la palapa. Alude Rocío a la relación familiar que la une a Ana María, pero la realidad es que ese vínculo es bastante discutible. Veamos: Ana María es la actual pareja de Ortega Cano, a su vez pareja de Rocío Jurado tras la muerte de Pedro Carrasco, abuelo de Rocío. En puridad, no se puede hablar de relación familiar entre Ana María y Rocío.
Si acaso podemos decir que Ana María pertenece al mismo clan familiar de Rocío, pero tampoco perdamos de vista que en este concurso son rivales. A Ana María, como al resto de concursantes, le puede interesar mantener buena relación con todos para intentar evitar la nominación. Si esa fuera su estrategia se entendería perfectamente que no quiera enfrentarse a Pavón por defender a Rocío, que sabe hacerlo ella sola. Además, si la insinuación sobre el tonteo entre Ana María y Pavón está basada en hechos reales ahí tendríamos una explicación fácilmente entendible de por qué rehúye el enfrentamiento. De Ana María se dice que está intentando imitar el concurso de Rosa Benito. De ser así, Pavón sería su Montalvo.
Tal vez Ana María esté deseando eclipsar el romance entre Hugo e Ivana. Si a Hugo el esfuerzo físico hace que a veces le salga un bulto en el abdomen, la atracción hacia Ivana le saca el bulto en otra parte, según nos cuentan. Ahora están separados, pero suficientemente cerca como para mandarse recados a través de dios, encarnado en Cristian. También para sacar algún beso a la luz de la luna, aunque más de uno se daría cuenta de que tras conseguir un baúl y una llave en la prueba de recompensa no hubo apenas acercamiento entre la parejita.
El gato responde
Este fin de semana han proliferado comentarios como los de la imagen de aquí arriba, donde se afirma que Hugo hizo el jueves en la prueba del fuego menos tiempo que el atribuido por el programa. En las dos muestras de traigo se dice que fueron unos 16 segundos y no los 19,5 oficiales. La tesis mantenida en estas acusaciones es que al programa le interesaba tener a Hugo en un grupo diferente al de Ivana y, a su vez, en el mismo de Elena. Maquinación que habría provocado la trampa de aumentar el tiempo de Hugo. “Ahí se explica la cara de extrañeza de Hugo”, he llegado a leer. Claro, porque es un superhombre capaz de apreciar diferencias de 3 segundos.
Es una tesis absurda porque diría que parece mucho más interesante explotar el temprano romance haciendo que coincidan Hugo e Ivana en la misma ubicación. En caso de trampa me parece que estaría hecha al revés. Muchos han dado por buena esta conspiranoia sin molestarse en medir el tiempo de Hugo. Pues bien, este gato lo ha cronometrado y debo decir que me sale un tiempo de 19 segundos con 42 décimas, prácticamente clavado al tiempo oficial. Si alguien quiere el vídeo cronometrado puedo ponerlo. ¿Conclusión? No se fíe el lector de lo que se dice por ahí.
Moleskine del gato
Dice Elena que Ana María es una persona que se viste por los pies. Tal vez porque ponerse el pantalón por la cabeza es imposible. Y la falda no siempre debe ser cómodo meterla por ahí.
¿Por qué Cristian lee los pergaminos como si fuera un juglar o estuviese leyendo un bando municipal?
Ahora que no está acusan a Yiya de haberse informado sobre todos los que iban a ser sus compañeros. Como si eso fuese algo malo. Igual quedo de raro si digo que yo haría lo mismo.