Los defensores en plató tenían un solo tiro y debían afinar la puntería para que fuera útil. La madre de Marta tiraba a dar en dirección de Rafa, como es natural. La hermana de Rafa, por su parte, iba a por Adrián. En ambos casos, todos sabíamos lo que iban a responder ya que era más de lo mismo. La sorpresa la daba Ana, amiga de Adrián. Su mensaje era para Marta y se puede interpretar de dos maneras: una es que intentaba echar un capote a Marta para poder negar que siga teniendo dudas respecto a Adrián; la otra que pretendía enviar un mensaje a Adrián para abrirle los ojos sobre la persona junto a la que llega a la final.
La interpretación generosa y biempensante es la primera. En ese caso, Marta perdió su oportunidad de dejar claro su confianza actual respecto a la reciprocidad en la reacción entre ambos. La segunda interpretación, considerablemente más rebuscada, presupondría que la amiga de Adrián estaba pretendiendo avisarle de que Marta ha dudado de él a lágrima viva en el cubo, cuestionando sus intenciones y sentimientos, sin pensar en lo mucho que podía estar perjudicándolo. Por esta vez me salto mi regla de aplicar el principio de economía o parsimonia considerando más probable la explicación más simple.
Tal vez me he saltado un paso elemental y tendría que haber transcrito el mensaje de la amiga de Adrián para poner en contexto mi interpretación del mismo. La caótica redacción, que lo hace prácticamente ininteligible, es responsabilidad de la autora. También las mayúsculas. Ahí va:
“PARA MARTA
¿CREES QUE LAS DUDAS QUE HAS TENIDO SOBRE SI LOS SENTIMIENTOS DE ADRIÁN ERAN RECÍPROCOS Y NIVELADOS CON LOS TUYOS, HAN SIDO GENERADOS POR UN TRATO INJUSTO O INADECUADO DE ÉL HACIA TI?
¿POR QUÉ CREES QUE HAN SIDO CAUSADOS?”
En mi descargo he de decir que me inclino a dar por válida la interpretación más rebuscada por ser un mensaje de la defensora en plató de Adrián, no de Marta. Si esta hubiera estado más despierta y el mensaje no requiriese varias lecturas para terminar de entenderlo, hubiera salido bien de la situación diciendo que ya no tiene dudas y cree que los sentimientos de él son recíprocos o, como dice el texto, están nivelados con los suyos. Más o menos vino a decir lo primero, exagerando al decir que nunca tuvo dudas, para rayarse al máximo después. Marta falla al dudar de nuevo, aunque igual no se le puede acusar de ello porque el propio Adrián también duda. Con su conocido simplismo, este concluía que como hay cosas que no conocen es imposible saber lo que quería decir su amiga, que ya se podrá explicar de aquí a dos días.
No deja de ser irónico que la principal causa de la rayada de Marta fuera un mensaje de la defensora de su pareja. Aunque tengo dicho que también es su rival. Sinceramente, creo que con ese mensaje estaba ejerciendo de amiga que quiere ponerlo en sobre aviso de lo que se encontrará al salir. El descontento con Marta es evidente en el entorno de Adrián, al menos en lo que respecta a su amiga. Y anoche no le importó restarle algún voto a la pareja de su defendido. No deja de ser injusta la venganza a Marta por sus dudas. El propio Adrián sigue dudando y la pasada madrugada se preguntaba por la forma de saber si se ha enamorado o no. Si lo dudas es que no, ya se lo aclaro yo.
La otra razón del disgusto por el que Marta se despedía de Colchero entre lágrimas era la despedida previa de Cora. Mientras que Rafa se despedía de Carmen en el salón, sus dos rivales en la final primero se encontraban con el defensor del otro para después decir adiós al propio. Adrián veía en el cubo primero a Colchero y luego a Cora. Por su parte, Marta se podía despedir en la sala polivalente primero de Cora y luego de Colchero. Con Cora se llevó dos pescozones buenos. Uno cuando esta confirmaba abiertamente que no tendrá relación con Marta fuera y dos cuando confesaba que en caso de no ganar Adrián prefería que lo hiciese Rafa.
Las dos puyitas de Cora a Marta eran respondiendo a Carlos Sobera. Si no hubiera sido por eso se habrían despedido amablemente sin más. Tampoco creo que pillase por sorpresa a Marta. Sí entiendo que le pudiera extrañar la insistencia sobre algo ya hablado por las dos en la tensa conversación pendiente que relate aquí hace un par de días. Ya entonces le habló Cora de ese cubo donde Marta se mostraba convencida de ella le había dado dos puntos en una nominación porque tenía sentimientos hacia Adrián. Lo hablaron entonces y aunque parecía que quedaba claro no debió ser así porque anoche Cora volvía a mencionarlo.
Por segunda vez en este escrito debo reconocerme renegando de la navaja de Ockham y dando por buena la interpretación más rebuscada. Como dije el otro día, está claro que Marta y Cora no tienen una buena relación, y esta aprovechó anoche para terminar de dejar descolocada a aquella con la que ha convivido de nuevo durante los últimos cinco días. No ha quedado ninguna duda de que Cora ha preferido estar con Rafa y Carmen antes que con Marta. Sus ratos con Adrián han sido en su mayoría aprovechando que estaba solo, aparte de cuando por las noches Rafa se apretaba a Carmen hasta desgastarle la goma de su ropa interior. Lo que no me esperaba es esa actitud de Cora al despedirse, menos habiendo visto la preocupación anterior de Marta por el mensaje.
Digo con esto lo mismo que respecto a los debates de campaña y cualquier interacción que tengan los finalistas en la última semana. Lejos de ser la semana decisiva, en este momento está todo dicho y cada uno tiene su favorito para el triunfo. Atacar al contrario, sobre todo si es con cierta crueldad, resta mucho más que suma. Y, sobre todo, puede marcar la diferencia entre dejar un buen o un mal recuerdo, independientemente de ganar o no. Y luego está lo que siempre digo en este tipo de reality: aquello que parece perjudicar a un concursante puede perfectamente estarle beneficiando. Es general la tendencia a ponerse del lado del débil, el más atacado o aquel que lo tiene más cuesta arriba. Responde a un impulso natural en el ser humano.
Estas cosas que cuento rompen con la tónica general durante la mayor parte del día. La visita de los más uno ha contribuido al buen ambiente en la casa. Un ambiente relajado y festivo que ha hecho más llevadera la espera hasta la gran final, tanto para los concursantes como para nosotros como espectadores. Anoche se quedaron los tres solos y siguió el trato correcto, incluso diría que el buen rollo. Les pusieron imágenes de toda la edición como adelanto a lo que podrán hacer a partir del viernes, entonces ya en solitario. Ahora solo queda la tensa espera, pero es una tensión positiva e ilusionada. Los tres merecen creerse ganadores.
La despedida de Rafa y Carmen fue especialmente emotiva. No sé lo que pasará entre ellos, pero lo que han estado viviendo estos días les ha hecho felices a los dos. No tiene nada de malo que Carmen haya tenido esa cara de felicidad inmensa a pesar de reconocer que no está enamorada de Rafa. Si dice otra cosa contraria a la verdad estaría traicionando a Rafa, a la audiencia y a ella misma. Su felicidad es por el enorme cariño que siente por Rafa, por saber que él sí confiesa sentimientos profundos hacia ella. También por saberse protagonista, lo cual es algo humano. Censurar a Carmen por esto último sería de una enorme hipocresía. De momento, los dos quieren hacer un viaje, y pasar días en Madrid, y luego irse juntos al pueblo de cada uno. Más o menos como Adrián y Marta, que planean ir de cena a algún sitio. “Al bufé del hotel”, añadía Adrián. Así me gusta, con aspiraciones altas. Di que sí.
Queda solo un día.