Cuando estábamos todavía intentando decidir si el expulsado de esta semana debía ser Carlos o Dani vimos despertar a este último de su letargo. No da para un “de repente”, pero sí para un alegrón. Solo por enfrentarse a Laura y Miriam y darles un repaso importante me inclino de nuevo por la expulsión de Carlos. Los dos han sido juzgados y condenados sin remisión por esa jueza trabucaire y poco aplicada a la que @maryvarelaGH llama, con espectacular acierto, “diva de mercadillo”. Me estoy refiriendo, obviamente, a Laura. Anoche ella y su no tan amiga Miriam volvían a cargar de argumentos a los demás, consiguiendo que a muchos nos caigan mejor aquellos a quienes detestábamos hasta hace bien poco. En los posicionamientos se ponían delante de la imagen de Daniel, y con ello lograban darle su mejor momento en semanas.
Poco les falta para santificar a toda la casa, especialmente a quienes han elegido como enemigos principales. Imposible no ver con mejores ojos a Dani y Pilar desde que sufren este atropello por dos personas que han contaminado la casa con su discutible información y esa presunción absurda de que ellas son lo mejor del grupo. Yo soy mejor que tú, parecen decir en cada enfrentamiento. El de ayer fue un dos contra uno, lo cual siempre es un error porque contribuye a que el espectador se ponga del lado de ese uno, voz solitaria que ha de bregar con dos oponentes en inferioridad de condiciones. Dani estuvo vibrante y brillante, dando un mensaje que en lo fundamental decía que no es peor que ellas. Doy fe.
No sé si es por la altura a la que estamos de concurso, pero los posicionamientos de anoche tuvieron algunas de las mejores intervenciones vistas hasta ahora. Empezando por la de Miguel, que daba el primer baño de la noche, en este caso a Mina. No le falta razón a esta concursante cuando dice que Miguel se equivoca en intentar dar la imagen de muchacho despreocupado que no se entera de nada porque va a lo suyo. No es verdad. Eso no es casi nunca cierto, lo diga quien lo diga. Mucho menos en un concurso de exclusión competitiva como este, donde es casi una obligación estar pendiente de todo lo que hacen los demás.
Imposible pasar de puntillas por todo estando en esa casa, especialmente porque el “voy a lo mío” en este caso exige saber lo que está pasando a su alrededor. Miguel no está en su zapatería ocupado de hacer bien el trabajo. Aquí la mayor parte del tiempo no tiene nada que hacer, lo cual fomenta poner la oreja y hablar del compañero de encierro. Por eso es una monumental tontería que ellos mismos critiquen a los demás por estar criticando. Es el criticador criticando porque han criticado su crítica. O algo así. Un auténtico despropósito. Miguel, como todos, tiene su opinión sobre todo y sobre todos. Otra cosa es que lo reserve para él, ya sea porque ese es su carácter o su estrategia en el juego.
Mina presume de buena jugada porque anoche Miguel se explayó en su explicación, no como la semana anterior. Entonces dijo que se posicionaba en contra de ella porque es demasiado correcta. A Mina le pareció que no lo estaba diciendo todo. Tal vez pensó que era Miguel quien estaba siendo correcto. Puede ser que por eso le pidiera explicaciones al día siguiente y anoche parecía henchida de orgullo por haber logrado una explicación más detallada. Eso era lo que ella quería, según le contaba después a un esquivo Cristian, que evitaba darle la razón en muchas ocasiones. Me pareció que no estaba cómodo escuchándola. Igual porque tampoco entendió dónde está la gran jugada.
No tiene en cuenta Mina que la audiencia prefiere a un Miguel metiéndose en el fango y dejando las cosas bien claritas, que ese otro más contenido intentando no ofender. Ofender, pero poquito, parece que fue lo que pretendió la vez anterior. Lo que Mina se apunta como logro puede serlo en realidad, pero a favor de su oponente. “He logrado que sacara quién es en realidad”, decía orgullosa. Claro, y por eso muchos hemos aplaudido hasta con las orejas a Miguel, posiblemente por primera vez en 50 días. Menuda porquería de logro. Entre Mina y las ‘invitadas’ (que el jueves dejarán de serlo, para bien o para mal, o sea, para marcharse o para quedarse como concursantes) van a hacer buenos a todos los demás.
“Eres la que quiero que se vaya de los cuatro que están nominados”, empezaba diciendo Miguel. Nada de descartes ni otras gaitas. Miguel empezaba fuerte, dejando claro que esta vez no iba a evitar hacer daño. Le había tocado las narices Mina lo suficiente como para matizar lo dicho una semana antes. Y lo matizó bien matizado. “Creo que estás preparada para vivir como vives: sola en tu casa”. ¡Bum! La primera bomba heló un poco la sonrisa en la boca de Mina. La supuesta satisfacción que vendía luego no debió ser entera, al menos por el momento de ese comentario tan duro en lo personal.
Seguía diciendo Miguel: “Eres demasiado correcta. No voy a decir las muchas razones de ello, entre otras que me has mandado callar unas 140 veces. ¡Que no grite, que no grite! Yo soy gritón, pero eres la única que me lo ha dicho de toda la casa”. Tras Miguel, ponía la puntilla Rubén: “Sé que no le importa lo que le estoy diciendo porque me lo dijo el otro día”. Importante observación la de Rubén. ¿De qué pedir tantas explicaciones a los argumentos de quienes se posicionaron en su contra si luego dice que no le importa nada lo que ellos le digan? Si no le importa es imposible comprender por qué les pide explicación alguna. ¿Por qué quería que Miguel se explayara? Si era para que viéramos a un Miguel más auténtico es cierto que lo ha conseguido, aunque ya dije antes que eso no le beneficia a ella si no a este concursante.
Además de Miguel y Rubén también se posicionaron Hugo y Pilar en contra de Mina. Maico tuvo en contra solo a Yangyang y a Gabaldón. Lo de Yang es explicable, a pesar de lo mucho que le inquieta a Gabaldón porque se nominan y se posicionan uno en contra del otro, pero luego ella le corta y pinta las uñas. Masaje no le da porque Maico dice que lo hizo la primera semana y desde entonces sigue sin poder levantar el brazo. No sé si se ha dicho que los italianos son más exagerados que los andaluces, pero ya lo digo yo.
Gabaldón opta por la vía cómoda eligiendo a Maico para posicionarse, aunque tenga que dar razones de tan poco peso como lo de las uñas. Es coherente con sus nominaciones, pero pienso que también entonces le faltó valentía para empezar a abrir fuego en contra de otros contra los que tendría argumentos de más peso. Aunque él lo negara no dejaría de estar seguro de ello. Nadie se posicionó en contra de Carlos, razón de más para dejar a toda la casa sorprendida con su expulsión este jueves. Me reí con Gabaldón cuando bromeaba sobre esto: “Yo, la verdad, si no me he puesto es porque me ha acojonado la foto”.
Llegaba el turno de Dani, con Cristian, Laura y Miriam delante de su imagen. Lo de Cristian es entendible después de lo que le dijo sobre su posible responsabilidad en la expulsión de Petra. Aun teniendo la razón de su parte, vi a Cristian nervioso y a la defensiva. Cuando Dani hablaba de “la visita de esta persona”, refiriéndose a la novia de Cristian, este saltaba para aclarar que “esta persona es Laura, mi novia”. Con buen criterio, Dani solo estaba intentando no mencionar su nombre para no meter a una persona ajena al concurso. Cristian no lo supo entender. Si se habla de su novia mal y si se evita peor. Que se aclare un poco, por favor.
Los argumentos de Laura y Miriam eran previsibles. Miriam fue a las bravas, diciendo “no me gusta nada esta persona”. Respetable, aunque poco aporta al espectador. Laura lleva recriminándole las mismas cosas desde que volvió a la casa. En esto quiero ser muy claro. Dani no ha cometido crimen de lesa majestad ni de lesa patria. Su manera de tratar “el tema” de Laura no fue muy delicada, pero tiene razón en defender su opinión. En cuanto a si ha encendido la mecha en contra de ella me parece una idea que solo está en la mente de Laura. Comentarios ofensivos o poco respetuosos por ese asunto ha habido por parte de varios concursantes. En ningún caso creo que haya sido con intención de hacer daño. Insisto: en ningún caso. Sí es cierto que lo han podido hacer de forma inconsciente y no pretendida.
“Es cierto que he dicho algo que no debería de haber dicho porque te pertenece a ti y te he pedido disculpas por ello”, decía Dani. El perdón se lo aceptó de forma muy sui generis, dejándole en observación porque ella debe considerarse un ser superior a la que han de someterse todos. Dani es libre de tener la opinión que considere, incluso relativa al tema personal de Laura. “Yo dije que podías enternecer a la audiencia por tu tema, que cada persona tiene unas cualidades y fuera puede crear una opinión. Buena, mala, de simpatía, pena o lo que sea”, argumentaba Dani. No le puedo poner ni un pero, entre otras cosas porque yo también opiné que Laura estaba utilizando “el tema” desde el momento que lo introdujo en el juego contándolo en los castings. Si ella no hubiera hablado de ello “el tema” habría existido, pero ella no sería responsable. Así de sencillo.
“Disfruta los dos días que te quedan”, le decía Miriam a Dani. Otra razón más para dejarle en la casa. Esta expulsión se me antoja importantísima. La salida de Carlos dejaría en cuadro a Mina y Cristian, muy crecidos últimamente. También sería un palo para Laura y Miriam, después de todos los esfuerzos desplegados durante estos últimos días. Se hace necesario darle este meneo a la casa. La expulsión de Carlos es un mal menor necesario. La importancia de bajarle los humos a Laura y Miriam está acorde con la necesidad de que alguien les diga que ellas no son mejores que los demás. También se desdicen, cambian de alianzas (en esto Laura tiene matrícula de honor y un cum laude) y critican a los otros.
Sin ir más lejos, todavía estoy por ver que Laura y Miriam se disculpen con Hugo por las cosas que dijeron. Laura dijo algo tan bárbaro como que Hugo le había metido mano y sobado el culo. Miriam también sugirió que se apretaba con ella en la cama cuando estuvieron obligados a acostarse juntos porque estaban físicamente unidos. Tampoco olvido las lindezas de Miriam un día en la cocina. Algunos hits: “Hay personas a las que no voy a cocinar, como Hugo. No voy a cocinar para cobardes. Este jueves se va a ir a Uruguay, Paraguay o donde le salga de los cojones. Es de buen nacido ser agradecido, pero ni eso. Debió nacer de culo”. Si Miriam saliera de la casa ahora y viese que Dani es favorito (que no es el caso) es capaz de volver a entrar y venerarlo.
Parecidos razonables
Hoy traigo el parecido de Maico con Thom Yorke, líder de Radiohead. Hablamos de un Yorke maduro y solo de su imagen. Al contrario de lo que dije el otro día de Gabaldón y las semejanzas en las voces, en este caso no imagino a Maico con el famoso falsete de este cantante.
Este parecido es sugerencia de @EmmaYang25 en Twitter. Sigue abierto el buzón de sugerencias, pero solo para los concursantes de los que no he publicado todavía su parecido.
Moleskine del gato
Yangyang se está pasando bastante con su pretendida conquista a Hugo. No será porque él no se lo ha dejado suficientemente claro. Se queja de que siempre le diga “como amiga”, pero no hace nada por evitarlo. “Lo seguiré diciendo, y como me sigas rompiendo las bolas me apartaré”, le decía ayer. Imposible tener más paciencia y ser más educado. Pero si con la mayor delicadeza no lo entiende tenía que ponerse algo más serio. Ni con esas. Menuda le ha caído con la china teatrera.
Y, como diría Miriam: “Plin pikolin”.