Lo del estreno de anoche fue una cuestión de pelotas. No me refiero solo a las muchas que encontraron por todas partes los nuevos habitantes de la casa más famosa de Guadalix de la Sierra, sino también a las de Álvaro ‘Supermán’ a la hora de precipitarse al vacío ciegamente, animado por unos compañeros que tal vez le hicieron creerse un héroe de leyenda.
Pelotas por todos lados: en el suelo (temí que alguien terminase pisando una y se desnucase, acompañando a Álvaro a la enfermería), en las paredes y hasta cayendo del cielo, como en ese confesionario bamboleante del que Argi y Raky salían deslizando el culo por el suelo, mientras Giuls y Danny conseguían mantener la verticalidad cuando una de sus paredes se convertía en rampa de salida. Los cuatro terminaron en el jardín, paso previo a conocer la casa tras varias horas de programa.
Fue una primera gala lenta y algo errática, cuyo principal error fue que no terminase de entrar nadie en la casa hasta muy tarde. La excepción fue Kristian, con cuya cámara subjetiva tuvimos el primer contacto visual con unas estancias que repiten el mismo esquema del pasado año. Misma situación de salón, dormitorios, pabellón de pruebas y confesionario, con pequeñas novedades como la situación de la radio. Además, no pudimos ver anoche el gimnasio, si bien más de un concursante pedía su apertura, como si no tuviera nada más importante que hacer en sus primeras horas de encierro.
No obstante, la gala remontó gracias a la caída al vacío de Álvaro y la aparición de una Lorena en el improvisado papel de comadrona. Tuvimos que esperar varias horas, pero al final llegó el momentazo de la noche. Un momentazo que fue más bien tortazo. Antes de eso habían ido sucediéndose los intentos, pero se quedaron en eso. Visto lo visto, mucho mejor que no se les ocurriera subir a Álvaro a la última planta de un hotel en la Plaza de Castilla de Madrid, porque este no espera a que le pongan el arnés y se tira de cabeza, volatilizándose al chocar contra el suelo.
Algo así debió desear hacer el operario de la cesta (o góndola) que bajó con Argi. No estoy seguro si el mayor de los errores fue que la redactora del programa destrozase la sorpresa por bocazas o ese método tan poco televisivo como poco interesante de abandonar el hotel descendiendo por su fachada en una cesta a menor velocidad de la que tendría Cristiano Ronaldo atravesando un laberinto de espejos. Aunque quizá el auténtico error haya sido elegir a Argi como concursante. De momento, la arquitecta es candidata número uno a convertirse en la chapas de esta edición. Muero por ver sus nominaciones.
Como compensación a la exageración de Iván ‘el imitador’, algunos de sus nuevos compañeros demostraron ser más dados a lo contrario. El remedo de Travolta, Michael Jackson y Miguel Bosé (con unas gotas de La que se avecina), que ha tenido las pelotas (a juego con la situación) de llamar Ringo Starr a su perro, es todo exceso y falta de contención. Flaco favor le hizo su defensor en plató (Ralph) al decir que “no tiene fin”. Para empezar, tiene un lío importante en su cabeza, pero no por dentro (bueno, igual estoy yendo un poco deprisa) sino por fuera. Como decía anoche @peroquecaos en Twitter: “Nuca clásica, coronilla pelopincho, amago de flequillo justinbiebero y mechas de pija”. Su cabeza parece un catálogo de peluquería.
Aunque para peluquería la que debe requerir Kristian. Entrenador de fútbol, aficionado al surf y el skate, dibujante de cómics, tatuador y guitarrista. En su tarjeta de visita hay menos espacio libre que en la línea 6 del metro a primera hora de la mañana. Sospecho que su demanda de laca tuvo algo que ver en lo del agujero de ozono y el cambio climático. Si aguanta meses en la casa me voy a reír yo cuando se le acabe la laca. Apuesto a que este termina dejando su cráneo más rapado que los hermanos Matamoros. La ventaja es que antes de cortarse el peluche que lleva en la cabeza podría trabajar de deshollinador sin requerir herramienta alguna.
En el otro extremo están Juan Carlos y Lorena. Los ingleses utilizan la expresión understatement para nombrar lo contrario a una exageración. Lo que vendría a ser quedarse muy corto. Pues bien, eso es lo que hizo el futbolista al decir que era “un poco tartamudo”. ¡Por lo más sagrado! Lo mejor es que habla por las noches, según propia confesión. No sé si tartamudeará en sueños o no. Un rato más tarde le costaba dios y ayuda decir cuál era su trabajo a dos de sus nuevas compañeras de piso. Lo mismo pensé cuando Lorena decía que tenía un poco de sobrepeso. ¿Perdona?
Otro de los fenómenos de la noche fue ver cómo se esfuerzan algunos concursantes a la hora de buscar denominaciones chulas para sus trabajos. El propio Juan Carlos lograba decir con esfuerzo que era “educador infantil”, cuando todos habíamos visto que atiende el comedor de un colegio durante un par de horas al día. Aunque mucho más currado está lo de Raky, pues se me vislumbra que lo de “asesora comercial” significa que vende fundas y accesorios para móviles en una tienda. Ya en la intimidad de la casa, la de Manresa se sinceraba contando lo siguiente: “Yo hace dos semanas me cagué encima”. Sin comentarios.
Y es que a algunos les bastan nanosegundos de convivencia para empezar a coger confianzas. Anoche Lorena llamaba “chiqui” y “cari” a todo el que se le cruzaba. Y no era la única. Tampoco cabía esperar otra cosa muy distinta de alguien que a su negocio de estilismo de uñas lo llama “Ungles cuques” (uñas cucas).
Lo de esta valenciana anoche tiene un pase, porque posiblemente aún no se había recuperado de haber compartido minutos con dos supuestos concursantes en la “casa de la broma” (el apartamento de Friends del año pasado, según lo bautizó Marta). Sus compañeros de encierro iban a ser un siniestro copia de Marilyn Manson (miembro del equipo del programa hasta hace unos meses) y una embarazada (alguien la identificó como la redactora de Hugo del año pasado). Pero resultaron ser concursantes de palo.
Tras la accidentada entrada de Álvaro, Lorena volvía a darnos esperanzas de que este casting de concursantes sería menos uniforme de lo que estaba aparentando. Casi todos guapos y jóvenes. Con edades muy parecidas, como salidos de Al salir de clase. Muchos de ellos polifacéticos. Bastantes con inquietudes sociales que les llevan a hacer algún tipo de voluntariado. Más de uno trabajando con niños. Afortunadamente llegó la mascota Álvaro y su salto de trampolín que hubiera merecido una puntuación del jurado de 9 alto. Y luego Lorena, gordita sin complejos que se considera sexy.
No puedo asegurar cuánto tiempo nos van a durar intactos los concursantes que marcan el factor diferenciador dentro del conjunto. De momento, está por ver si Álvaro ‘esperanza blanca’ vuelve de la enfermería o su clavícula se lo impide. Pa’ haberse matao. Da mala espina ver a un deportista como Igor (“Aigor, cojones”, reclamaba siempre el personaje de un programa de Pepe Navarro) diciendo que le crujía el hombro.
Este Igor reclama el acento en la o y fue jugador de la liga de hockey francesa, Es de San Sebastián, vive en Biarritz y, de momento, está muy bien mimetizado con el fondo del dormitorio verde (sobre el que aclaro a Mercedes que acertó de pleno, porque se parece a los cactus de otro dormitorio en la edición de Indhira, aunque anoche había cierto debate y discrepancia sobre ello). Solo destacó para decirle a Argi que su perro se llama como ella, demostración temprana de tacto y delicadeza.
Parecido a lo del francés le pasa a Susana. Ella no le da al stick, pero anoche estuvo más bien ausente. Es un caso extraño de choni que estudia ADE. ¿Chonipija quizás? Entró en la casa entre bolas, aunque me consta que más de uno hubiera preferido que entrase en bolas.
Tal vez Susana compita con Sonia por el título de concursante más interesante de esta décimocuarta edición. ¡Atención! Sonia es surfista y canaria. Estoy entusiasmado. No quepo en mí. Soy un gato feliz solo por esto. También es odontóloga y anoche calzaba unos tacones de aguja por los que no cabe duda de que ella sí que sabe lo que es el vértigo.
Tampoco sé si vamos a aguantar bien todos a Lorena, dentro y fuera de la casa. Anoche ya pedía que en la compra se pidiese refresco de cola bajo en calorías. Y en un rato que se lograba entender la acción (estuvimos mucho tiempo viendo imágenes de una parte de la casa y escuchando el audio de otra) se la vio asegurando protección a Noelia.
Noelia estudia magisterio infantil y por su voz se la podría confundir en el futuro con algunas de sus alumnas. ¡Hasta Heidi tiene una voz más adulta! Ha sido candidata a Dama de Asturias y es amazona en un club hípico de Gijón. Hablé de ella ayer y por la noche supimos de su preocupación porque había sido identificada en las imágenes del vídeo de concursantes que conocimos el jueves y habían empezado a circular por la red fotos suyas, e incluso vídeos montando a caballo en competición. Pero ella había sabido mantener el secreto, no como en otros casos, con la grave consecuencia de que hubiese de pasar de largo su oportunidad.
Para terminar este repaso apresurado de concursantes me he dejado a Giuls y Danny. Ambos me parecieron particularmente perspicaces y con ciertas dotes de liderazgo. Ella es francófona, como Igor. Nació en Ginebra y vive en Ibiza. Cubre plaza de hippy a la vez, todo un chollo. Es relaciones públicas y boxea. Pero lo que más me llamó la atención fue la rapidez con la que contó los cubiertos de la mesa de comedor para adivinar a cuántos se esperaba en la cena de esa noche.
Por su parte, Danny se hace llamar Mr. Danny. Primer error. Es licenciado en educación física y juega a baloncesto, pero siguiendo la línea polifacética en boga se dedica a dar clases de imagen y sonido, aparte de ser DJ y locutor de radio. Puedo equivocarme (lo hago a menudo), pero me pareció el más analítico, quizá el más despierto, tal vez un gran estratega. Ya se verá.
De momento tenemos programa. Las expectativas son altas. La edición que anoche comenzó y de momento ha seguido sin descanso (no se han acostado) promete mucho. Tenemos un buen casting, una casa chula y un plató impresionante. Además, Mercedes fue la maestra de ceremonias única que siempre es. Con su anillo Verili de la suerte (como siempre) y con el escote de vértigo prometido, primer regalo de la temporada por parte de Mayte Méndez de Vigo. Como he dicho en otras ocasiones... solo puedo fallar yo. Espero que no sea así.
Moleskine del gato
Raky tiene brazos. Esta nota de mi moleskine no sería fácil de entender de no ser porque la mayoría estábamos convencidos de que entraría una chica con tal discapacidad. Eso de encender el mechero con los pies es tan sorprendente como lo que hacía una de las protagonistas de Twin Peaks con una cereza dentro de su boca (le hacía un nudo al rabillo).
Juan Carlos parece retraído, pero anoche se le vio lanzado. “¿Podemos empezar a quitarnos las prendas?”, espetó de pronto. Calma, muchacho.
La frase absurda de la noche fue dicha por Noelia: “Monto caballos, pero tengo mi carácter”. Vale, vale.
Termino con una exclusiva y algo que pudiera serlo. El ojo de Gran Hermano catorce es de Sonia. Fijísimo. Es surfista y canaria, como dije antes. Tiene que ser de ella. Apuesto cinco contra uno. Y parece ser, dicen que han dicho que decían, que Frank Blanco presentará el debate. De momento le doy mi enhorabuena. Y si eso ya veremos.