Se vivió anoche la segunda conmoción de esta semana en la casa. En lugar de la tranquilidad con la que acostumbran a vivir cuando faltan pocas semanas para el final les están viniendo las conmociones a pares, y espera que todavía puede haber una tercera si mañana se repite con Adara una jugada parecida a la carambola de ayer con Estela. Kiko Jiménez, Sofía Suescun y Diego Matamoros peregrinaron anoche hasta Guadalix cual Reyes Magos, pero en lugar de oro, incienso y mirra llevaron disgustos, engaños y preocupación. Aunque no fueron todo cosas negativas.
Estela pudo abrazar y besar a su marido, aunque disfrutó poco de su compañía, mucho menos que la de los otros dos visitantes. Esto fue culpa de Diego por arremeter contra el programa. En lugar de aprovechar el tiempo para disfrutar de su mujer y transmitirle la información que más útil considerase, perdió el tiempo calificando de “cerdada” lo que el programa estaba haciendo con Estela. ¿No habíamos quedado en que hablando se entiende la gente? (la basca, decía Jesús Vázquez) Fue muy poco inteligente su postura, también por apabullar a Estela con su atropellada información en el poco tiempo del que dispuso.
En realidad, fue una gran suerte para Estela vivir eso en su propio territorio, la que ha sido su casa durante los últimos casi tres meses y lo seguirá siendo hasta que se vaya. Mucho mejor así que encontrarse con el pastel al salir, en el territorio enemigo del plató, mucho más áspero y repleto de obstáculos. El plató es un territorio minado donde es fácil errar dando un mal paso. Sin embargo, anoche Estela pudo encontrarse enseguida con sus compañeras y recibió de ellas no solo compañía y apoyo sino también consejos. La visión plural del grupo ayudó a que superase enseguida la conmoción que las visitas le habían producido.
No solo Estela vivió una conmoción anoche, también sus compañeras de encierro. Los rostros de todas eran un poema según iban conociendo lo que acababa de pasar. La triple visita les dejó con la boca muy abierta, no dando crédito a lo que estaban viviendo. Algo parecido les pasó el jueves pasado después de que el padre de Adara le aconsejase a su hija que se sincerase con sus compañeras. Las quejas sobre que las concursantes reciban información del exterior a estas alturas son respetables, pero carecen de sentido porque estamos en la recta final y ya es momento de ir aclarando el panorama. A Adara le vino bien descubrir el pastel de su relación con Gianmarco y a Estela lo mismo respecto a la trascendencia que tuvo fuera de la casa lo suyo con Kiko.
Todavía hay tiempo para una tercera conmoción que bien podría producirse mañana si Adara recibiera la visita de Gianmarco y Hugo Sierra. No hace falta un tercero, pero en caso de querer completar la terna nadie mejor que Joao. No me voy a adelantar, que lo de ayer da para mucho. Kiko podía haber aclarado las ideas de Estela, pero con su visita logró precisamente lo contrario. Su confuso mensaje final recomendando que pensase en ella misma y no tanto en nadie de fuera se entiende mal y empezó a provocar una incertidumbre importante en Estela. Aunque fue Sofía quien terminó de aturdirla. Los dos hicieron bien su papel al no perder de vista que se encontraban con una Estela que ha estado negando la evidencia desde que Kiko salió de la casa. Se enfrentaban al reto de poner ante Estela bocados de una realidad que ella ha evitado reconocer. Y, como era previsible, anoche siguió sin reconocer nada.
No iba Estela a reconocer que se frotó las manos hasta que saltaran chispas pensando en los platós que Diego y Sofía se estaban haciendo por la apariencia que estaban dando de mantener algo más que una amistad. Mila les había alertado de ello al ser la primera en advertirlo, o quizás fuera la primera en atreverse a decirlo. A partir de ahí no hicieron otra cosa que ir alimentando poco a poco las sospechas porque pensaban que les beneficiaría en el concurso. Esto no quiere decir que no hubiera una atracción entre los dos, por otra parte, evidente. Pero Estela y Kiko empezaron a pensar en un viaje de placer de las dos parejas (ella y Diego junto a Kiko y Sofía) para gastar los pingües beneficios que rentase la polémica surgida en la casa entre ellos dos.
Conviene refrescar la memoria de lo que realmente sucedió. Ese momento en que Estela, dolida por la expulsión de Kiko, confesaba haber pensado siempre que no era posible enamorarse en esa casa. Igual que Kiko confesó a Gianmarco, siendo candidato a repescado, las mariposas en el estómago que le produjo Estela. Anoche Kiko decía por un lado que no entendió bien lo de las butterflies porque no sabe inglés, pero por otro lado reconocía haber estado confuso respecto a esa relación. La maniobra cuyo objeto era descolocar a Estela había empezado, aunque todavía faltaba que rematase la faena Sofía.
No pudo hacerlo mejor Sofía, siempre teniendo en cuenta que se enfrentaba a una Estela negacionista de lo suyo con Kiko, que lleva días jugando a la ambigüedad sugiriendo sin decir que se siente identificada con la historia de Adara, pero al tiempo queriendo hacer ver como si no hubiera pasado nada. Nadando y guardando la ropa a la vez no estoy seguro si Estela pretende despistar a la audiencia o simplemente se moría de las ganas de tener el protagonismo que a Adara le ha dado lo suyo. Si así fuera, anoche debió ver saciadas sus ganas. Lo cierto es que al finalizar la triple visita lejos de aparecer descompuesta parecía estar encantada de haberse conocido. Había logrado salir del ostracismo en el que ha estado sumida durante semanas y tener su noche de gloria.
Sofía fue inteligente al adoptar esa irritante pose de mujer comprensiva, capaz de entender a su prójimo, que en este caso era Estela. No entró de mal rollo, sino todo lo contrario. Tranquilizó a su oponente y le mostró su admiración por asumir las cosas con tanta entereza cuando lleva días lamentándose de su inseguridad en sí misma. Estela iba descoyuntándose cada vez, sin llegar a pillar a Sofía. Eso la hizo crecerse y dejó aparecer lo mejor de ella en toda la noche. Rápida mentalmente y bastante perspicaz parecía estar ganando a Sofía en la dialéctica y los conceptos. Pero es que el objetivo de Sofía era terminar de aturullarla, y lo consiguió, ya lo creo que lo consiguió.
No obstante, Sofía triunfó solo a medias. Lo habría hecho por entero si en un renuncio Estela hubiera confesado haber sentido algo, por lo menos esa confusión de la que habla Kiko. En eso debo decir que me sorprendió favorablemente la concursante, que demostró tener la cabeza bien amueblada y ser capaz de no salirse de su discurso, firme en su “sostenella y no enmedalla”. Incluso hubo un momento que reaccionó al verse vacilada en grado máximo. Y es que Sofía es la reina del vacile.
Anoche me reconcilié con Sofía, entre otras cosas por reconocer que hizo un mal concurso en su último reality, el GH Dúo de principios de este mismo año. También por su papel irritante tan ideal. Estela hubiera preferido una Sofía irritada y enfadada con ella, y le costó asumir tanta amabilidad y comprensión por su parte. “En mi tercer reality engañaba a la audiencia, me engañaba a mí misma y engañaba a la persona que tenía fuera. Por eso me echaron dos veces”, decía Sofía. Todo con tal de que Estela cantase ‘La Traviata’, pero nada.
Pálida y un tanto demudada, solo le faltaba a esperar la última de las visitas, lo cual vino precedido de un vídeo en el que su marido Diego Matamoros expresaba la intención de no ir a plató a recibirla el día que saliera de la casa. Menos mal que no pusieron entonces el vídeo en el que anunciaba que iba a pedir el divorcio porque igual le hubiera estallado la cabeza. Carlos Sobera tuvo que enfrentarse al compromiso de lidiar con la furia de Diego Matamoros y lo hizo con gran tacto.
Ya sin que le oyeran en el búnker, donde seguían Estela y su marido, Sobera daba en el clavo al advertir que no se habían puesto muchas cosas que habrían dejado a la concursante realmente preocupada. Cosas como los rumores de sus posibles infidelidades. Aunque ya se había encargado de dejarlo caer Sofía, así como si nada. Estela ya sabe que se va a encontrar al salir cosas sobre Diego que le van a gustar poco y nada.
Con Diego entró un torrente de información, aunque eso fue antes de arremeter contra el programa por enfrentar a Estela a lo que ha supuesto su paso por la casa, con la inestimable ayuda de su querido Kiko, al que después de todo despidió con un cariñoso abrazo, y la irritante Sofía, quien intentó con denuedo y formas victorianas pillarla en un renuncio escuchando de su boca la confesión de haber estado confundida en su relación con Kiko. Estela estaba descompuesta, pero entera. Y no había cantado ‘La Traviata’.
Me pareció muy infantil que Diego le contase a su mujer algo ya aclarado por Kiko en su momento. Lo del posible montaje fue dicho en caliente y como una hipótesis tras haber visto en su entrevista tras ser expulsado un vídeo fragmentado suyo. “¿Sabes que se metía en los confesionarios a decir que estaba enamorado de ti? Y al salir dijo que estabas pillada por él y que lo nuestro era un montaje”, afirmaba Diego. Luego le dio la vuelta hasta sugerir que el montaje era de Kiko y Sofía, lo cual contaba ella después a sus compañeras casi como lo más destacado de la noche.
Diego entró con un ramo de flores que Estela casi espachurra al abrazarlo, y tras tranquilizarla empezó a arremeter contra Kiko y Sofía, acusando después al programa de haber metido en una encerrona a su mujer. Como si se hubiera tenido que enfrentar a dos temidos terroristas. Pero eran un exconcursante y su pareja, bicampeona en los realities más importantes en este país. “Es una cerdada esos vídeos que habéis puesto”, dijo Diego. Igual es más cerdada hacerse un ‘Deluxe’ hablando pestes de quien todavía era (y es) su mujer. Digo yo, Diego.
Tras salir Diego precipitadamente del búnker volvió Estela a la casa. Como digo, parecía más contenta que nunca de haber protagonizado una gala entera ella sola. Esto no es intrínsecamente malo, también tiene derecho. Esto es quid pro quo, ella recibe unos bocaditos de realidad y algún que otro vacile a cambio de mucho más que un minuto de gloria. Unas cuatro horas, más o menos. A partir de ahí empezó algo más interesante todavía que lo visto anteriormente: el relato de Estela a sus compañeras. “He mandado a tomar por culo a Sofía”, afirmaba. Algo que solo había sucedido en su imaginación.
Mezclando realidad y ficción compartió con sus sorprendidas compañeras lo que había estado pasando en el búnker. Las bocas abiertas de Adara, Alba y Noemí son de lo más descriptivo. Creo que Mila fue quien más hizo por bajar de la nube a Estela enfrentándola con su propia realidad, esa que no acaba de reconocer. Mientras tanto, fuera empezaba la campaña contra Estela, supongo que porque mañana se bate en duelo contra Adara. Y es que Mila era sorprendida al ser la salvada de la noche.
Mila merece haber sido salvada, y me parece un acierto por su parte que en estos últimos días haya sustituido las quejas por buen humor. Debo reconocer que hace días empezó a hacerme gracia. Lo que no me lo hace en absoluto es escuchar cosas inciertas sobre Estela. Se puede cuestionar su forma de gestionar el tema de Kiko, pero es rotundamente falso que se haya estado dedicando a hablar sobre lo de Adara y Gianmarco. Ella era quien más sabía del tema, entre otras cosas por su capacidad de observación, y aunque hiciera algún comentario fue extraordinariamente discreta. Lo siento por Estela. Han agarrado la presa y no la van a soltar.
El gato responde
Anoche algunos amigos me hicieron preguntas de este tipo:
A esta concretamente contesté que me lo había pasado viendo la gala casi tan bien como aquella noche de las cuatro ***** horas de GH 16, con Paula debatiéndose entre dejar o no a Omar tras haber entrado Lucía, su exnovia, en la casa. Entonces Paula se puso al límite durante cuatro largas y apasionantes horas, de igual manera que anoche se ponía Estela al límite (precisamente el título del programa). No veo mucha diferencia entre aquello (que tanto se aplaudió) y esto (que ahora toca denostar). Este programa también consiste en observar personas al límite. Y ver gente hablando para comprobar si pueden desatar los nudos habidos entre ellas. Me parece de una gran hipocresía venir ahora a cogérsela con papel de fumar porque Estela recibiera la visita de tres personas (su cómplice en la casa y su marido entre ellas) simplemente para hablar. No hay nada más sano y curativo que la conversación. Ya estoy harto de tantas tonterías.
Corea central
Dice Adara: “Gianmarco me miraba como un niño cuando llega a un parque de atracciones”. No sé si se siente más montaña rusa o tren de la bruja.
Sofía se despidió de Estela diciendo: “Recuerda que ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos”. La frase estaba tan fuera de lugar que hasta molaba. Le faltó decir que en la casa todo se magnifica porque ese es otro de los clásicos del programa. En este caso con dueña, porque fue Mahme (GH 8) la primera en pronunciarla.
Moleskine del gato
La nueva prueba semanal es de llamar al extranjero y, en esta ocasión, deben conseguir que digan “Carlos Sobera es la repera”. ¿Confirmamos que la frase es cierta? Confirmamos.
Los porcentajes ciegos estaban así anoche tras ser salvada Mila: 52,8 % y 47,2 %. La sombra del sorpasso es alargada. Adara peligra más que nunca.
Sobera nos informó de que Jorge Javier ha sido operado con un resultado exitoso. Ahora toca recuperarse pronto. GH VIP espera tu regreso.