No fue la noche de María Jesús, que tuvo una enemiga inesperada llamada Carolina. Tras sus desavenencias con Antonio, al finalizar la gala reculaba diciendo que no quería llevarse mal con él y terminaban acercando posturas inesperadamente. Viéndola hundida se acercó a ella en el cuarto de baño, escenario de sus principales encuentros y desencuentros, para hacer esta declaración de intenciones: “Me siento el tío más afortunado del mundo de que una mujer como tú decidiese provocarme. No me he sentido molesto en ningún momento”.
María Jesús había afirmado instantes antes que Antonio no es malo. Primero Raquel y después Irene habían sido las únicas en acercarse a consolar a la exmiss tras su gala horribilis. Ni rastro de Carolina, quien después de hacerle creer que podía confiar en ella convirtiéndose en su principal confidente le asestaba anoche alguna puñalada poniéndola en más de un aprieto. Puede que tuviera razón en todo Carolina, pero va a acabar muy sola por su falta de lealtad. Todo lo contrario sucedió con María Jesús, para quien fue tan comprometida la noche que acabó sumando apoyos. Incluso firmando la paz con Antonio.
Ya lo habían intentado, sin éxito, a lo largo del día. A mediodía intentaba María Jesús hablar con Antonio, aunque no se produjo la charla entre ellos hasta bien entrada la tarde. “Pregúntale a Antonio si quiere hablar conmigo”, le pedía a Kiko, convirtiéndole de improviso en mensajero. Por su parte, Ylenia le hacía a Antonio la misma recomendación que había tenido María Jesús de Raquel y Carolina la noche anterior. “Deberías hablar con ella porque es una tontería que estéis así cuando no hay razón”, afirmaba Ylenia. Me pareció significativo que la charla no se produjese de inmediato, muestra de que Antonio no estaba muy por la labor.
Antonio lo repitió varias veces durante la gala: estaba muy dolido porque María Jesús pensase que había hecho todo por darle celos a Candela. También me imagino que temía el posible fracaso de ese encuentro. Habrá que esperar a verlo próximamente, pero sus compañeros ya se dieron cuenta de que la cosa no pintaba bien al escuchar gritos entre ellos. Antonio afirmaba después que no quería volver a hablar nunca más con “esa persona” y María Jesús que no sabía por qué se ponía de esa forma. No solo Antonio temía el fracaso de ese intento, algunos también lo barruntamos. La realidad confirmó esos malos augurios.
La situación era inmejorable para que todo pudiera empeorar aún más en la gala, teniendo en cuenta que los martes suelen ver imágenes de lo sucedido en los días anteriores. Uno de los platos fuertes era lo dicho por Antonio y María Jesús cada uno sobre el otro. Nada que no pudieran esperar. También lo que algunos de sus compañeros de encierro habían estado opinando. Especialmente duros con María Jesús habían sido Kiko y Carolina. Tampoco le podía sorprender, especialmente lo de Carolina, dado que esta le había dicho a la cara casi todo lo que también comentó con alguien más en la casa. A Carolina la tienen ya todos muy fichada y saben de su incontinencia verbal. Lo dice ella misma: “Los tres metros de lengua no me caben en el culo”.
El otro plato fuerte fue el supuesto trabajito manual que habría hecho María Jesús a Antonio bajo una cazadora sentados a la mesa de la cocina. Hiciesen lo que fuera, no tuvieron en cuenta que estaba a su lado Carolina. La incontinente lo contó después a Kiko y Alejandro. Estos a su vez fueron con el cuento a Antonio, que confirmó de forma implícita al preguntar por quién se lo había contado. Si fuese mentira hubiera mostrado un ápice de sorpresa en lugar de mostrar interés por la identidad del mensajero. Teniendo en cuenta que están rodeados de cámaras y la escena no había tenido lugar en la intimidad precisamente, María Jesús no debió negar la evidencia.
Dijera lo que dijera no iba a quedar bien en ningún caso Antonio. Ojalá Carolina gastase tanta energía en otras cosas como en confirmar de forma tan vehemente lo que había presenciado. Según ella, había llegado a ver algo de lo sucedido bajo la prenda que tapaba las cuatro manos de la pareja. Lo cierto es que tras ver la escena varias veces no caben muchas dudas, principalmente por la reacción de ambos a los comentarios de Carolina. Pero si Antonio lo confirma habrían dicho que era poco caballeroso y un mentiroso si lo llega a negar de forma categórica. Por eso optó por negar con la boca pequeña.
Hizo Antonio lo de algunos en el polígrafo negando conscientes del veredicto: no dice la verdad. Sabía que habría imágenes y estas serían definitivas, por lo que no hizo mal en negar sin convicción consciente del veredicto de la audiencia. Tras ver las imágenes lo delató su sonrisa, momento ideal para que la propia María Jesús dijera algo coherente y aceptase lo contado por Carolina en lugar de cargar contra ella. No cuadra tanta mojigatería con las soflamas que hizo anoche mismo sobre su derecho a comportarse como la mujer libre que es. “¿Tengo que ponerme un burka?”, preguntaba retóricamente. No, ya está visto que con una cazadora sobre las piernas es suficiente.
Lo único que apruebo de María Jesús es que sea microondas, como dice Ylenia, si así lo desea. Que haga lo que le dé la real gana y ponga los límites cuando le salga de la peineta. Es una falacia lo de que no se puede calentar aquello que no te vas a comer después. Claro que se puede. La Santa Inquisición rediviva en la casa acusaba anoche a esta concursante de calentar a Antonio primero, sin ir a más luego. ¿Dónde está el delito? Carolina en un vídeo la llamaba calientabraguetas (igual dijo algo más grueso). Llama la atención ver a una mujer diciendo tal cosa de otra. Una preciosidad, vamos.
No debería darse el debate por extemporáneo y caduco. Solo Ylenia tuvo un destello de lucidez y quiso defender la libertad de María Jesús, rechazando el juicio sumarísimo que se estaba produciendo. Lástima que ella contribuyera diciendo lo del microondas, bendito electrodoméstico que vale para mucho más que calentar los alimentos. El propio debate sobre si su actitud es la correcta está de más porque ni siquiera el propio Antonio se ha quejado. A pesar de ser los menos indicados para opinar sobre ello, es el entorno quien lo censura. Hacen creer lo que no es y al final Antonio termina quedando mal sin merecerlo. Anoche se intentó defender de esto con razón. Tan solo he visto en él respeto a las decisiones de María Jesús.
Como defiendo la libertad de cada uno para hacer lo que le rote, pienso que María Jesús se equivoca al pretender dejar de mentirosa a Carolina y de tontos a los espectadores. A lo hecho, pecho. Lo que hace mal María Jesús no está relacionado con su actitud en el roneo con Antonio, sino que haya intentado después manipular dejándole mal para quedar ella de pobrecita. Anoche fue excesivo el todos contra María Jesús, pero lo más doloroso para ella es que se disparase al pie.
Intentó poner el ventilador delante de la mierda para ver si le salpicaba a Antonio y, de paso, a sus amigos. Mi conclusión es que cada movimiento de María Jesús persigue salvarse de la expulsión. Es una pretensión lícita, incluso diría que su obligación. Pero no caiga quien caiga. Lo vi en la conversación del lunes y me lo confirmó anoche. No es muy limpio el juego de esta concursante que pretende usar a los demás para quedar ella bien. Por eso tocaba dejar mal a Antonio como fuera. No hace falta mucho para ello porque es una buena pieza, pero María Jesús comete el fallo de siempre: si no es verdad no vale. Y no hay mejor polígrafo que vivir rodeado de cámaras.
Carolina terminó de poner a María Jesús frente a su propia realidad cuando expresaba su sorpresa porque ahora hable del padre de su hija mayor como el único hombre que la ha querido cuando ambos se han dicho lo más grande delante de las cámaras, aparte de haber denuncias y sentencias judiciales gravísimas de por medio. Julio advirtió del pañuelo que llevaba anudado en la muñeca María Jesús, supuesto regalo de su expareja. A preguntas de Jorge Javier lo confirmó ella misma e hizo el comentario al que me refiero sobre esa persona. Carolina no actúa como jueza esta vez, tan solo pone de relieve la incomprensible realidad de María Jesús.
Estando Candela en la casa me sorprendió siempre de Antonio su rápida capacidad de recuperación. De estar hundido en la cama llorando amargamente pasaba en un minuto a bromear con sus amigos en la cocina como si no hubiera pasado nada. Anoche me pasó algo parecido con María Jesús. A la velocidad del rayo pasó de denostar a Antonio a decir que es buena persona y mostrar cierto cariño al hablar con él. Son como el Shangri-La.
Dice María Jesús: “La casa está controlada total y parcialmente por Antonio, Kiko y Alejandro”. Total y parcialmente, sabes. Las dos cosas a la vez. Es algo contradictorio que por un lado se acuse a Kiko de no hacer nada y por el otro de controlar la casa. Menudo genio si consigue el control sin esfuerzo. Lo suyo es una actividad pasiva que debería estudiar la física. Por otro lado, se le acusa de ser “hijo de” sin tener en cuenta que más de una generación de espectadores ni siquiera conoce a Isabel Pantoja, pero Kiko Rivera es el vago que abandonaba realities.
Reclamé el pasado viernes un cambio en la mecánica del concurso y ya lo tenemos aquí. El jueves sabrán en la casa que se separan las parejas y comienzan a concursar solos, lo cual es de lógica por el escaso número de parejas y porque, en realidad, solo Kiko e Irene lo son desde el principio y de verdad. Nominarán de forma individual, lo cual anuncia un renovado interés por cuáles van a ser las estrategias de cada concursante. La otra gran novedad es que está abierta consulta sobre si hay o no repesca. Apuesto a que volverá alguien a la casa y Candela tiene bastantes papeletas.
Moleskine del gato
El baile de porcentajes ciegos me deja una incógnita importante. Anoche se salvaron, por este orden, Alejandro, Juan Miguel y Raquel. Justo antes de esta última salvación los porcentajes estaban así: 39,5 %, 27,1 %, 21,1 % y 12,3 %. Este último correspondía a Raquel (rosa), que el domingo tenía un 1,4 %. Alejandro (azul) se salvó con un 3,5 % y tenía un 1,7 % el domingo. Juan Miguel (verde) pasó del 3,8 % al 5,6 %. Hasta aquí está todo claro.
Solamente me inquieta el porcentaje de Ylenia. No me puedo creer que el domingo tuviera más de un 60 % (morado). Si era el 19,3 % el domingo (marrón) se ha mantenido pasando al 19,4 % y finalmente un 21,1 %. Pero si era el 8,9 % (amarillo) ha subido al 12,5 % y, sobre todo, hasta un 27,1 %. Del tercer puesto al segundo. Me parece sorprendente que Ylenia pueda haber tenido más votos en algún momento (o los tenga) que María Jesús o Yoli.
Cuando Candela dice que Antonio le dio una “patada en el culo” en la casa se refiere a que olió supuestamente el aliento a María Jesús y Sofía le dijo en una ocasión “bon dia”. Ese es su concepto de las cosas. María Jesús y Antonio saben más que los ratones colorados y se manejan muy bien en los directos. Todo lo contrario que Candela, quien a su lado parece solo medio espabilada. A pesar de lo cual insisto: quiero que se quede María Jesús y entre repescada Candela. Y que den una catana a cada uno.
Por lo visto parece que a Antonio le ofende tener que fregar. No me extrañaría que después de hacerlo se fuera a llorar un poco.
Y ya me voy.