Carmen o cómo cansar a la audiencia en tiempo récord
Carmen ha sido llegar y besar el santo. Nominada por la audiencia el primer día. Y, además, gratis et amore. ¿Quién lo iba a imaginar? Aunque visto el panorama igual alguno pagaba para poder echar a más de un concursante. El casting es alucinante, pero textualmente. Un alucine las hermanas medio marroquíes, medio alemanas, a las que no les hizo mucha ilusión concursar juntas. Laila siguió hasta altas horas de la madrugada quejándose por la injusticia de que deban nominarlas a las dos. Parecía convencida de que Nissy será peor aceptada por sus compañeros. Llevan tres años sin verse y al momento de encontrarse ya preguntaba Laila por qué no estaba Nissy defendiéndola en plató en lugar de allí con ella. Si no hay un fratricidio será un milagro.
También me alucinó Cora, pero más su hermano, una especie de clon de John Cobra falto de metadona. Y, sobre todo, alucine descacharrante lo de Carmen, una estudiante de matemáticas que dio con la fórmula para cansar a la audiencia sin esfuerzo aparente. La incógnita sobre si es pesada o es pesada fue despejada en tiempo récord. La pobre estaba contrariada porque la audiencia la nominase en la primera noche. Y lo más preocupante es que no se imaginaba la razón. Seguro que los nervios la hicieron mostrarse tan intensa como insoportable, pero habrá que estar atentos y cuidar de no precipitarnos. Por el momento, tengo algunos más firmes candidatos a abandonar la casa de los secretos.
Hubo algunos que no se dejaron ver en un primer momento, pero más tarde o más temprano serán descubiertos. No tardé ni diez minutos tras acabar el programa en estar harto de Héctor y sus sesiones de coaching emocional no solicitadas. Si llegan a dejar más tiempo para nominar seguro que sale este. No es del todo justo porque a Héctor apenas tuvimos tiempo para conocerle, pero tardó menos que Carmen en sacarme de mis casillas. Sin embargo, Adrián no se ha destapado del todo todavía. A primera vista es el profesor buenorro cuyo drama personal emocionó a Steven Spielberg, pero en cuanto rasquemos un poco igual hay algo diferente a lo que nos habíamos imaginado.
Es tan potente el casting que el no binario Carlos casi pasa inadvertide. El pobre tuvo que explicar una vez tras otra que es eso del lenguaje inclusivo que se ha inventado algún tarado. “Pues que yo puedo decir que soy masculine o femenine”, aclaraba a alguno de sus nuevos compañeros de piso utilizando un ejemplo no muy adecuade. Por suerte explicó también que si su interlocutor se interesa en cómo debe tratarle ya le vale y a partir de ahí le da igual que le sea en masculino, femenino o neutre. Lo malo es que su profesión es “creative”, lo cual parece publicidad de una marca de productos multimedia. En cuanto a las profesiones, me gustó que Virginia confesara su indefinición. “Según el día soy una cosa u otra”, decía en su vídeo de presentación. La cosa va de lo sofisticado (Elena es consultora de ventas) a lo más común (Brenda es barrendera). Más ejemplos: Alberto es un barista flipado con el café, Héctor fotógrafo y Colchero personal de desguace. Variedad total.
Hubieron de pasar la prueba de un dilema para poder ser confirmados como concursantes. Según Héctor todos tiraron por el lado bonito, es decir, la opción más generosa y correcta. Pero no es cierto. Leila no tenía intención de dejar que se quedara su melliza Nissy y no ella ni por casualidad. Alberto no quiso renunciar al café y le dijo a Virginia que las croquetas engordan. Marta es teniente de alcaldesa en una pequeña localidad de Teruel y lo que hubieran votado sus ciudadanos le importó una higa si de ello dependía que ella entrase o no en la casa. Los políticos siempre entregados a su pueblo. Y Rafa prefirió que sus compañeros sean despertados cada hora a dormir escuchando a Bertín Osborne, aunque esto en realidad debería convalidar y valer por varias inmunidades.
Lo malo de Rafa no es que fuera egoísta ante su dilema, sino que nos haya tomado por tontos presentándose como fontanero y relatando su larga lista de profesiones. Eso sí, sin mencionar que es humorista y ha trabajado en un famoso programa de radio que patrocina una empresa de telefonía donde se han dado cita casi todos los cómicos de este país. Aunque más chungo me pareció que Mario Vaquerizo dijera “me gusta Rafa” sin aclarar que se conocieron en ese mismo programa donde él también trabajaba (no todos los colaboradores eran graciosos). De todo esto se colige que Rafa es un farsante, lo cual lamento porque confieso que fue el primero en hacerme un poco de gracia, lo cual se explica conociendo la realidad que nos ocultó anoche. No sé cuál será el secreto con el que concursa, pero este ya no lo es.
Aparte del drama de Adrián, que perdió un querido amigo y compañero de piso, también Alatzne fue por el lado emotivo contando su trabajo como técnico de emergencias durante la pandemia. Entendí que conduce una ambulancia y ha vivido innumerables casos dramáticos, especialmente en residencias donde el virus fue especialmente cruel en los primeros meses. Puestos a usar eufemismos prefiero “técnico de emergencias” a “sanitario”, que es como dice Belén Esteban la profesión de su marido. Más que nada porque resulta más descriptivo.
Y el rol de mueble de la edición parece predestinado para Héctor, el fotógrafo con espíritu de telepredicador. Lo digo porque permaneció silente y casi inmóvil en la cocina con su máscara de caballo durante toda la gala, desde el momento primero hasta que estaban todos los demás presentados. Pero en cuanto los vimos interactuar me pareció que Kenny, el modelo, tiene muchas más posibilidades de ser mueble, planta o cómo se quiera llamar. Apenas le he visto en toda la madrugada. De momento, los que parecían tener menos ganas de dormir son Marta, Colchero, Laila, Nissy, Carlos y Adrián. La buena conexión entre Carlos y Colchero, dos concursantes tan diferentes, dice mucho de lo fácil que pone este formato las relaciones inesperadas entre personas que tienen poco en común.
Dicen algunos concursantes que lo de la máscara de animal significa algo. Es decir, que no es casual la elección de especies. Por si acaso, y para que no quede en el olvido, apuntaré que Laila y Nissy eran ciervas (son mellizas), Carlos rinoceronte, Carmen león, Adrián perro, Marta elefante, Elena dragón, Cora pantera, Rafa unicornio, Brenda oso, Kenny cabra, Alberto zorro, Virginia gato, Alatzne águila, Colchero conejo y Héctor caballo, como dije antes. No me pronuncio sobre la de mi especie, pero en las presentaciones no me desagradó. En todo caso, prometo no pecar de gremialismo y aceptar a todos por igual, vengan de macrogranjas o de un urbanita callejón.
Está claro que el casting es plural y diferente. Gente de todo tipo, más bien joven (la mitad tienen 26 o 27 años) y de distinta profesión o especie, como queda dicho. Es una suerte inmensa conocer de sopetón a un grupo de concursantes cuyas vidas vamos a poder presenciar durante los próximos tres meses y algo. Como espectador, la experiencia es infinitamente más enriquecedora que con concursantes famosos. Y he de confesar que ya había renunciado a la idea, con lo cual se redobla la satisfacción. Una vez más podre comprobar como algunos de los que menos me llaman la atención esta primera noche se convierten en favoritos y viceversa. Me puede pasar con cualquiera. Bueno, con Héctor me apuesto el bazo a que no.
Un casting de personas como tú y como yo merecía que la gala de presentación fuera exactamente como fue. Quitando la coreografía del principio hubo poco espacio para lo accesorio, centrando enteramente la atención en los concursantes, auténticos protagonistas de esto. Ellos fueron el argumento principal y casi único. Incluso los falsos dilemas servían para conocerlos un poco mejor y comprobar la generosidad de Cora prescindiendo de su maleta porque Elena parecía más pija y con mejor fondo de armario. O ver como Kenny prefería quedarse sin conocer el mensaje de su madre a cambio de que Brenda viera el de sus hijos. Y todo lo contrario, comprobar que Laila es egoísta con su hermana, por lo cual prefiero no imaginar cómo será con los demás. Porque lo del maletín de Adrián era una trampa perfecta. Me hubiera gustado ver las reacciones si llega a preferir el maletín con 40.000 euros.
La información que aportan las redes sociales de los concursantes es de gran interés y por eso considero un acierto que figurase junto a sus nombres el usuario en redes sociales (creo que era de Instagram). Así hemos sabido que Adrián no es cómo parece, o que Colchero no solo sigue cuentas de desguaces, aunque igual valdría. También nos ha permitido ver que quien más seguidores tenía al ser presentado no superaba por mucho los siete mil. O sea, descartado el bulo que preveía importantes influencers con decenas de miles de seguidores, la amiga de una concursante de la pasada edición o una abuela protagonista de varios virales. Nada de eso era cierto. Se confirma que los bulos son lo que son.
Y Sobera también cedió protagonismo a los concursantes, lo cual es de agradecer. Solo se permitió destacar un momento para presumir de percha. La verdad es que no a cualquiera le sienta bien un traje color azul de Bilbao. Por delante tiene el reto de conseguir que le hagan un poco más de caso los concursantes y lograr sobrevivir a las embestidas del hermano de Cora. Si consigue ambas cosas se puede dar por satisfecho, aunque estoy seguro de que sus logros en este programa van a ser muchos más.
Secretos
Pero este sigue siendo el reality de los secretos y anoche conocimos de golpe todos los de esta edición de personas desconocidas. Lo conocimos nosotros y también ellos. Las reglas de esta parte del juego van a cambiar ligeramente, aunque eso nos lo van a contar a fondo más adelante. De momento sabemos que no se revelarán los secretos de los expulsados y que quien pierda su esfera quedará fuera del juego definitivamente. Esto no despeja la duda de qué pasará si en el momento de cerrarse el juego resulta que no hay ningún concursante con esfera. También tengo la duda de qué pasará con las esferas de los expulsados y si sus secretos siguen en juego. Como digo, pronto tendremos respuesta a estas y otras preguntas.
De momento, la colección de secretos parece algo más potente que en la edición anterior, aunque con que sean más reales me conformo. Porque ni Chimo hizo un milagro ni Bigote es hermano de su padre. ¡Las dos primeras en la frente! Por eso espero que no tenga truco lo de “soy virgen”, o lo de quien como estropajos, o quien intoxicó a su barrio con croquetas de cemento. Solo apuesto por la identidad detrás del secreto “fui una persona obesa que no salía de casa”, pero me voy a reservar de momento. No parece fácil. Espero que sean suficientemente valientes como para correr el riesgo de perder su esfera y dejar el juego. En la imagen de abajo están los dieciséis secretos.
Moleskine del gato
Tenemos edición, amigos. ¡Cuánto deseaba poder decir esto! Bien es cierto que estaba dispuesto a ser especialmente amable con los concursantes, teniendo en cuenta que son desconocidos y hacía tiempo esperaba este momento. Pero, visto lo visto, creo que no va a ser posible. No tengo claro si dejaron lo mejor para el final o todo lo contrario. Con esto te digo todo y no te digo nada. Ahora toca disfrutar como gorrino en charca. No me molesten en los próximos meses. Estaré ocupado.