Apenas después de desayunar andaba Canales Rivera con ganas de ajustar cuentas. En el jardín le esperaba Lucía, con quien mantuvo una conversación en la que acusó a Luca de tener una actitud retadora en las discusiones. En hombre tranquilo, ese italiano que ante los conflictos se muestra sonriente y argumenta con frialdad era pintado por estos dos compañeros de encierro como alguien que cuando discute abre los ojos, se acerca demasiado y reta. La situación en la casa es crítica, según el análisis de estos dos contertulios. Lucía llega a utilizar el término “violencia” de manera sorprendentemente dramática. Pintan un escenario tan irreal que merece la pena transcribir al menos un fragmento de la conversación.
Canales: “La tragedia ya viene de muy atrás, se ‘recondució’”
Lucía: “Se recondujo”
Canales: “Porque lo notamos todos. Creo que ha habido un momento que hemos notado cómo se había tranquilizado. Pero es que ahora, de repente, todo ha vuelto a dar la vuelta y comentarios como los de ayer, entre los que oímos y nos comentaste, o lo sucedido con una relación de amistad de tantos años (se refiere a Isabel y una persona de fuera del concurso, a la sazón hija de Lucía). Que esté afectando fuera, pues creo que está otra vez poniéndose esto agrio. Y antes de que vuelva a pasar algo como lo de Sofi creo que… un paso atrás”
Canales parece tener siempre cierta dificultad para desarrollar un argumento, hilando las palabras lentamente y con esfuerzo. En este caso, por fin, ha llegado al meollo de la cuestión. Se trata de ir a por Luca. Veamos de qué manera.
Canales: “Un paso atrás en un momento importante… se puede adelantar mucho. Porque yo ayer, por ejemplo, cuando Julen hablaba con Lucas (se refiere a Luca), Julen estaba súper irascible y se aguantó mogollón, porque la actitud de Lucas ante el conflicto es como muy…”
Lucía: “Se te echa muy encima”
Canales: “Abre mucho los ojos y te…”
Lucía: “Provocadora”
Canales: “Te…”
Lucía: “Sí, te reta”
Canales: “Claro, entonces eso a mí me lo hizo un día en una conversación y le dije: ‘¿Te pasa algo?’”
Lucía (riendo): “Perdóname…, pero es verdad”
Canales: “¿Por qué me miras así?”
No es Canales el primero que hace una observación semejante. Jesús, el Gemelier con piel de codero, dijo hace tiempo que Luca se había mostrado desafiante discutiendo con él. Canales estaba entonces presente, lo cual me hace pensar si no se ha colgado de aquel libelo para volver a sacarlo. La conversación sigue a continuación por esos mismos derroteros, aunque ahora empiezan a cargar las tintas, separándose todavía más de la realidad. Parece que ha terminado ya el mano a mano en el que Lucía completa las frases de Canales, lo cual es explicable porque si no le va completando sus discursos podrían durar más que los del Fidel Castro de los buenos tiempos. Ahora es Lucía la que toma el relevo del disparate y habla del abejaruco porque ella le pone nombre a todo.
Lucía: “Cuando alguien se calienta tanto hay que rebajar ese nivel que está proporcionando la persona de enfrente. Pues yo también lo vi” (…) “Y ahí en esa esquina también vimos lo del abejaruco. O sea, cuando está eso y todo el mundo pulula alrededor lo que está provocando es una ola de violencia intensa”
Así que “ola de violencia intensa”. Escuchando a Canales y Lucía parecería que en la casa de los secretos viven con más tensión que los presos de ‘Celda 211’, pero viendo el directo no se encuentra nada de eso. Es en las galas donde saltan chispas a veces, aunque en ningún caso con semejante dramatismo. Son narradores de una realidad inexistente que ayer por la mañana estaban hablando claramente para las cámaras. Si no pueden erosionar al enemigo (Luca, en este caso) con verdades habrán de utilizar mentiras.
La misma irrealidad de la que hablo se vio cuando Lucía acusaba a Cristina de haberla llamado “mala madre” (y no el de ‘Celda 211’, película que menciono hoy por segunda vez) cuando lo que dijo fue simplemente que estaba orgullosa de su madre. Admitiría que interpretase las palabras de Cristina con la intención de sugerir que Alba Carrillo no podría decir lo mismo, lo cual sería una estupidez porque aquí casi todos estamos orgullosos de nuestras madres. Ahora bien, lo que resulta una interpretación disparatada es considerar que con ese comentario quería llamarla “mala madre”. Es un peligro inventar la realidad y montar luego una revolución contra ese invento.
Respecto a lo que comento de las galas, me parece curiosa la acusación a algunos concursantes de que en ese momento cambian, o que el resto del tiempo tienen una actitud amigable y normal con todos, pero cuando están en directo hacen frecuentes comentarios ácidos sobre algunos compañeros. Esto es otro clásico y todavía recuerdo como le decían a Carlos Lozano en su GH VIP que seguía su propia escaleta en las galas. Posiblemente no se den cuenta de que esto es un programa de televisión y, a la vez, un juego.
Acusar a alguien de utilizar las galas para lanzar sus mensajes es tan absurdo como presumir de no estar jugando. Porque jugar es lo que se les pide, nunca he entendido como alguien puede considerar que es una mala actitud. Y si hay un momento donde rendir cuentas de las cosas pasadas en la casa, analizarlas y defender la actuación propia es en las galas. El programa está así organizado, y ellos no ignoran que el martes es el día más cañero, donde más fácilmente verán imágenes y se les pedirá que las valoren. Normal que se comportan diferente.
Canales sigue haciendo lo contrario de lo que pregona y contradiciendo aquello de lo que presume. Cuando analiza el lenguaje no verbal de Luca en una discusión con Julen está metiéndose en algo que no le compete. ¿No decía que si no iba con él no se metía? También lo hizo anoche cuando rescataba a Isabel una vieja situación de la que ha pasado tanto tiempo que ni era capaz de acordarse. No vi el comienzo de la conversación, pero tras lo dicho por Isabel estos días atrás me puedo imaginar que fue a reprocharle su falta de compromiso, que esté a la sombra de Lucía, siempre asintiendo mientras aquella suelta por la boca sapos y culebras en sus sermones de la montaña.
Con su respuesta, Canales parecía pretender destacar actitudes en Isabel donde tampoco había dado la cara y entonces rescataba cuando la semana de la prueba del Moai avisó de que diría no sé qué cosas en la gala a Jorge Javier y luego no las dijo. Lo cierto es que Canales no abrió la boca ante la reprimenda del presentador por intentar boicotear la prueba. Isabel, al menos, algo dijo, aunque no fuera por propia iniciativa, sino porque salió el tema del sindicato, que ella justificó diciendo que era broma. La charla entre Isabel y Canales fue tan prescindible como improductiva. ¿A qué viene ir a hablar con un compañero para decirle aquello que no te gusta de él? Todos damos por supuesto que gustamos en parte a unos u otros. O así debería ser.
Ante la expulsión de esta noche estoy en duda de si beneficia más a lo nuestro que salga Lucía o que lo haga Adara. Cuando digo “a lo nuestro” me refiero al entretenimiento en general y, particularmente en mi caso, a lo que mejor garantice que tendré todos los días muchas cosas que comentar. Eso es, en realidad, casi lo único que me importa. Suelo tenerlo claro ante casi todas las expulsiones, pero en este caso no es así. Entiendo que si se queda Lucía podremos seguir teniendo diversión asegurada con sus polémicas creadas de la nada, o con los motes y chascarrillos con los que trufa su discurso. En el lado negativo, esto sería más de lo mismo y considero ya agotado su intento de vender una realidad inventada, además de que casi no le queda nadie a quien ofender.
Sin embargo, en el caso de que saliera Lucía podrían renovarse las tramas y veríamos salir de su sombra a algunos concursantes, obligados ahora a moverse por propia iniciativa. Se me antoja interesante ese renovado escenario. En el lado negativo veo, en este caso, el peligro de una casa demasiado sedada, aguardando la llegada de la segunda mitad del concurso desde una situación más acomodada. Analizo la situación respecto a la continuidad o no de Lucía, aunque no me olvido de Adara. Independientemente de si conviene más o menos que salga su rival, no me gustaría en ningún caso que en esta oportunidad durase tan poco Adara. Creo que no lo merece.
Cristina parece haberse quitado una losa de encima desde que, en alguna medida, ha formalizado su relación con Luca. Si a esto añadimos que fue bastante protagonista en la gala del martes (sala de la verdad con Lucía, línea secreta de la vida y encuentro con su madre en la white room), podríamos decir que está en su mejor momento. Y se nota. La madrugada del martes contaba a sus afines todo lo que le había sucedido con un indisimulable satisfacción. No tengo claro si supo interpretar lo dicho por su madre. “Fíate solo de las personas con las que estás desde siempre”, le decía a Cristina su madre. Luego lo contaba delante de Luis ampliándolo a la gente con la que se lleva bien, pero era clara la intención de que no incluyera a los ‘rotonderos’.
Sobre si Cristina y Luca (también Adara si se queda) deben o no dejar que acerquen posturas con ellos Luis o Isabel, tengo claro que harán bien en aceptarlos porque es una buena manera de quitarse votos y lograr evitar salir a la palestra, al menos no todo el grupo. Confiar no, pero sí aprovecharse de sus votos (o no votos). Según están las cosas, especialmente si saliera Lucía, los votos pueden estar muy compensados entre quienes seguirán nominando al trío disidente y quienes ya no lo harían. La cosa se puede poner interesante.
El grupo formado por Luca, Luis y Julen ganó el reto de ‘Single ladies’, versión Joao. El premio era conocer una pista y en la sala de los secretos estos tres concursantes se tenían que poner de acuerdo sobre el compañero del que descubrir su primera pista. Preguntaron si podían conocer la segunda pista de alguno de ellos, pero Lara Álvarez contestó que no. La explicación es que todos deben tener una pista para poder elegir una segunda de un concursante, condición que cumplen todos desde que conocieron la pista de Sandra. Tal vez se refiriera a pistas de secretos no resueltos.
La torpeza de los tres ganadores hizo que eligieran in extremis, cuando Lara ya les estaba indicando el final del tiempo, la pista número uno de Cynthia, justo la misma que Luis Rollán ya conocía. Así es que volvimos a ver el cojín con forma de corazón que ya había salido con anterioridad. Menuda manera de tirar una pista.
Pues no dice Sandra que ahora va a nominar "lo que me salga de los cojones". Por tanto, debemos presuponer que hasta ahora ha nominado en contra de su voluntad y la de sus propios atributos.
Pues no dice Lucía a Isabel que debería “hacer un acto de contrición”. Porque las culpas de los demás merecen arrepentimiento, pero ella espera quedarse porque todavía tiene a quien insultar.
Pues no dice Luca “vamos a ser feliz, vamos a ser feliz, foll**** todo el rato”, cambiando la letra de la canción, que dice: “Vamos a ser feliz, vamos a ser feliz, felices los cuatro”. Un momento antes habían ido las manos al pan. ¡Luca desatado!
Esta noche tenemos una fiesta, con Jorge Javier como maestro de ceremonias. En esta fiesta sabremos si sigue en el juego Adara o lo hace Lucía, pero no volveré a insistir en este tema, que ha ocupado ya parte de este escrito.
Además, habrá de nuevo inmunidad y poder del intercambio. Este poder será ejercido parcialmente por la audiencia, al poder decidir nosotros el concursante salvado de entre la lista de nominados. Luego será el concursante que coja el teléfono quien deberá dar el nombre del compañero que debe subir a la palestra. Sería una fantasía que volviera a apresurarse Julen, como ha pasado en la mayoría de las ocasiones que sonó el teléfono. Y otra vez montando el drama por haber tenido que elegir un nominado directo, lo cual debería ser entendido como una ventaja en el juego.
En cuanto a la inmunidad, la disputarán en el juego de las sillas con canciones de Raffaella Carrà. Cualquier homenaje que se haga a la italiana me parecerá poco, pero prefiero no pensar en los empujones que puede haber. No es por señalar, pero los Gemeliers son expertos en eso. Como diría Lucía, puede haber olas de violencia extrema. Pero… ¿quién dijo miedo?