Asraf se queda a las puertas de la final tras ser humillado injustamente
Estaba escrito que no iba a ser la mejor noche de Asraf. Era bastante claro que saldría de la casa sin llegar hasta la final, pero no que lo haría tras ser humillado injustamente por (ironía on) su gran amigo (ironía off) Suso y por Aurah. Tampoco hubiera imaginado que Aurah sería la gran protagonista de la noche, enfrentándose a Asraf primero y al Koala después. Ni en sus mejores sueños pensó esta pésima concursante que subiría de nuevo a la casa de Guadalix y tendría tantos minutos para ella en la semifinal, aunque muchos fueron mientras veíamos unos interesantes consejos comerciales.
Las últimas palabras de Aurah en la casa fueron dirigidas al Koala cuando abandonaba esa sala donde se produjeron los encuentros, una vez más convertida en lo más parecido a la sala de despiece de un matadero. “Cómeme el c***”, le dijo Aurah al Koala, seguido de un insulto que también hace referencia a un mamífero rumiante ovino macho. El marido de la cabra, vamos. Muy fino todo. Debe ser justo el trato que ella piensa se merece un finalista. Igual de amable debió ser con Asraf mientras no lo veíamos.
Para mí tengo que le afectó más a Asraf lo que pudo decir Aurah que al Koala lo suyo. Este supo defenderse y no le costó dar la vuelta a la tortilla, aprovechando para hablar más claro que nunca sobre Aurah. Sin embargo, Asraf acabó suplicando el perdón de un inflexible Suso y llorando amargamente tras saber que debía abandonar anoche le casa. “No me ha dejado ni responder”, decía Asraf. Al Koala no le hizo falta pedir turno de palabra para desmontar las mentiras de una Aurah especialmente atrevida. Fue capaz incluso de negar que robase comida cuando la hemos visto darse atracones y hasta tuvo que volver Verdeliss a la casa para descubrir que su armario estaba repleto de alimentos.
La verdad es que ninguno de los que subieron anoche a Guadalix hicieron un buen papel. Todos los enfrentamientos fueron estériles y, si acaso, sirvieron para reforzar a los finalistas. Makoke tuvo el buen detalle de empezar tranquilizando a Miriam y luego no hizo sangre. Ella sí que iba con la intención de saldar cuentas pendientes y dejar cerrado allí dentro el enfrentamiento que absurdamente provocó Miriam con la famosa acusación de infidelidad negada también por Carlos Lozano. Miriam volvió a pedir disculpas, aunque sigue asegurando que su expareja se lo contó.
Como dijo Makoke, puede ser que Miriam lo entendiera mal. También pudiera ser que Carlos Lozano le contase una mentira. No es cierto que Miriam reconociese haber mentido, como interpretó interesadamente Mónica Hoyos. Si yo escribo aquí que Makoke tuvo una relación con Brad Pitt y este lo niega mañana no habré mentido yo porque ha sido la propia Makoke quien lo ha contado. Luego sería ella la mentirosa.
Otra cosa es que cada uno sea libre de decidir si cree a Miriam o a Lozano. Anoche Miriam reconoció el buen talante de una Makoke que en plató volvía a hacer referencia a las ofensas del Koala, en especial sobre sus orejas. Ella nunca decepciona. Voy a echar de menos ver a Makoke quejarse de que el Koala se metiese con sus orejas. Debe ser que crea adicción. O algo. Lo mejor del enfrentamiento entre Makoke y Miriam es que esta recibió a la que fue su compañera de encierro diciendo: “No la reconocí, está muy guapa”. Fina esgrima dialéctica que Makoke no alcanzó a entender.
Asraf tuvo doble enfrentamiento, primero con Aurah y luego con Omar. Por si esto fuera poco, a Aurah se le unió enseguida Suso. No me extraña que saliera tan tocado, aunque en plató se vino arriba y le dijo a Makoke: “No he venido aquí para que tú me creas”. Porque fue corta la entrevista, si no igual le vemos superar la pena de su expulsión y haciendo cortes de mangas a todos. Bien pensado, no es de extrañar que Asraf llorase después de haber tenido como jefe de campaña a Darek (tras otros dos intentos malogrados) y a Suso como mejor amigo en la casa.
Ser finalista y conseguir el apoyo de solo el 1,3 % de la audiencia debe ser frustrante. Luego llega a plató y se encuentra con casi todos en contra. Todos salvo Mónica, cuyo apoyo igual perjudica más que ayudar. “Conmigo no ha sido falso”, decía Mónica. ¿Perdón? Pero si empezó llamándola “metemierda” y diciendo que la había calado desde el principio. Luego se convirtió en su gran amigo. No sé si Asraf podrá considerar más “hamiga” a Mónica o a su “hamigo del halma” Suso.
Cada minuto que pasaba volvía con más fuerza a mi memoria lo dicho por su hermano sobre lo poco espabilado que es Asraf, por así decirlo. Ciertamente, no ha tenido nunca muchas luces, pero anoche iba directamente con los faros fundidos. En realidad, parecía que no hubiera nadie al volante, por eso se estrelló una vez tras otra. Debió de subir también su hermano para soplarle al oído lo que debía responder a Aurah y Suso. Por ejemplo, que Suso ha dicho en la casa cosas mucho más ofensivas sobre Aurah de las que ha podido decir Asraf.
Es puro sarcasmo que Suso se haga el ofendidito y quiera convertirse ahora en el caballero defensor que nunca fue. “Mis amigos deben respetar a mi novia, eso es lo más importante para mí”, decía anoche. Pero él la llamó “penosa” y “ridícula” entre otras muchas lindezas y eso no cuenta. “A mí no te me acerques más, te vas a reír de otro porque como entre aquí un pibón moreno le voy a decir cómo me penetra todo y si está buena me la voy a ligar, y lo sabes”, le dijo un día a Aurah. Evitaré repetir más ofensas de Suso a Aurah. Invito a leer mi escrito del pasado miércoles para encontrar algunas de las más destacadas.
Es absurdo que Aurah vaya a echar nada en cara a Asraf después de todo lo que hubo de aguantar a Suso y lo que ha debido ver una vez fuera. Por eso me pareció que anoche eran crueles con Asraf, tanto Aurah como Suso. No era necesario humillarlo de esa manera y con razones tan escasas. Un auténtico disparate similar a la sumisión de un Asraf preocupado por no perder la amistad de Suso. Con un poquito más de personalidad le hubiera mandado a tomar viento a él y a su novia de astracán.
Asraf fue el único que no ganó su duelo porque quedó anulado por la parejita. Una lástima que no sacara el genio visto luego en plató cuando llamaba mentirosa a Isa. Y es que con Omar lo tuvo mucho más fácil. No creo que el cantante sea un “illuminati”, como se encarga de repetir. Más bien me parece partidario del “soplapollismo”, por lo cual todo le es indiferente. Bueno, casi todo, porque sí se ocupa de llevar siempre sus frases preparadas como pequeños chistes sin mucha gracia. “¿Para qué has ido?”, le preguntaba Isa Pantoja. Y creo que toda España asentía en ese momento.
Faltó que Makoke se quedase para intentar humillar un poquito más a Asraf. Y que subiera Tony. O un amigo al que dejó a deber 20 euros en el colegio. O el míster universo 2018 de verdad, nada que ver con ese certamen de belleza de pichiglas que ganó él. Al final me dio pena Asraf, especialmente cuando se despedía de la casa con lágrimas en los ojos. Lágrimas de verdad, no como las de Suso, que recurría luego al viejo truco de taparse la cara con las manos para no dejar ver el llanto seco (o ‘sindiano’, por Sindi, concursante de GH 12+1). A anotar que en ese momento tuvo el cariño cómplice de Miriam y del Koala. Ella lo abrazó repetidamente, destacando que tiene muchas virtudes. Mientras tanto, su “hamigo” Suso permanecía frío y distante, haciendo otro paripé de los suyos.
Siendo generoso, Miriam y Asraf empataban su enfrentamiento, mientras el Koala lo ganaba de calle. Lástima que Suso se quedase sin cara a cara con ningún exconcursante porque él podría haber inclinado la balanza a un lado u otro. Si fuera Suso no me habría sentado bien ver que Asraf tenía dos enfrentamientos y yo ninguno. En plató también hubo enfrentamiento, con Ángel Garó una vez más arremetiendo contra Verdeliss. El humorista hizo lo acostumbrado: soltó su mierdecita y salió corriendo. Supongo que se fue a pasear por una de esas calles donde la gente le aclama. Deben ser los mismos que llenaban teatros para verle.
Esta vez Garó iba más lejos que nunca y contaba una supuesta revelación de Verdeliss. “Verdeliss, ¿tú no me dijiste a mí que te habías quedado embarazada, por tu afición a tener hijos, para entrar en el concurso? ¿o no me lo dijiste?" Afición por tener hijos, dice. Como si tener hijos fuera un hobby similar a coleccionar sellos. Cuando Jorge Javier desmentía lo dicho por Ángel Garó, según le estaba diciendo el productor ejecutivo del programa, este exconcursante volvía a abandonar el plató. “Me vais a hacer volver a repetir lo del último programa”, adelantó. No sé si repite más el abandono de plató o su frase “me vengo a referir”.
Propongo que Ángel Garó y Aramís Fuster vean la final desde ‘La muralla’ (bar frente a Mediaset). Hay precedentes de ello. Merecemos una final tranquila, a mayor gloria de los tres finalistas (me cuesta decirlo estando Suso, pero vale, venga, de acuerdo). Esos dos exconcursantes parecen haber salido de una de las realidades paralelas de Mónica. Es una pesadilla tener que aguantar la estulticia de ambos, sus disparatados ataques y todo eso sin poder soltar una carcajada. Ya ni siquiera me saca Ángel ni una sonrisa, que era lo único capaz de justificar su participación no solamente en este reality sino en este mundo de la televisión. Les reclamamos por ser graciosos y disparatados, pero sin ser dañinos. Ahora queda de ellos solo el disparate y litros de veneno.
Anoche Miriam corrigió su histrionismo y estuvo toda la noche sin sobreactuar ni exagerar gran cosa. De esta forma, resalta más su sinceridad y su carisma. La vi consciente de lo que ha sido su concurso, sus aciertos y sus errores, además de comprensiva con sus compañeros. Tuvo buenas palabras para Asraf y Suso, de igual manera que no quiso tener en cuenta la traición del Koala. Sin negar que le dolió y no entiende por qué su actitud de estos últimos días, afirmó que se queda con lo vivido en los tres meses anteriores. Es lo que se espera de una ganadora.
Los tres finalistas estuvieron bien en la última parte de la gala. Suso volvió a ser generoso con Miriam, repitiendo que la ve ganadora y ahora tiene mejor concepto de ella porque le parece divertida y está haciendo fácil la convivencia. Después de tres meses agotadores repletos de conflictos pido una última semana tranquila, con buen rollo y positivismo. Y una final en la que los tres tengan el reconocimiento que merecen por ser finalistas. Saldadas las cuentas pendientes y tras repetidos enfrentamientos, ha llegado el momento de disfrutar de la final que merece esta mítica edición.
Moleskine del gato
Los porcentajes ciegos estaban así al principio de la gala: 65,4 %, 26,6 %, 6,7 % y 1,3 %. Respecto a los del domingo ha subido ligeramente el porcentaje mayor y bajado el segundo. Los otros dos habían experimentado variaciones pequeñas de menos de medio punto. No voy a sacar conclusiones del movimiento en los dos porcentajes mayores, pero me da la impresión de que van a seguir moviéndose en la misma dirección y acabará el mayor algo más alto y el otro un poco más bajo. La suerte está echada.