Aramís levantó el telón y Oriana casi hace mutis
Calcule el lector cuál debe ser el grado de madurez y preparación ante los avatares de la vida que debe tener Oriana Marzoli para que terminase la gala de anoche sollozando disgustada porque la casa está algo desordenada y hace falta ponerle un poquito de trabajo para que luzca en todo su esplendor. Tanto es así que el ‘súper’ se vio obligado a aclarar que aquello no iba a ser para siempre y con un poco de trabajo los propios concursantes sacarían a flote la casa de verdad, que está debajo de la visible. Tenía que ser el Koala quien hiciese conjeturas durante horas sobre la posibilidad de una edificación subterránea albergando la auténtica casa de GH VIP. En su caso lo rural se da la mano con la ciencia ficción para hacer surgir un nuevo subgénero al que no me atrevo a dar un nombre. Ni a describir apenas.
Está claro que en unos pocos días habrán terminado de retirar las hojas secas y la paja, sacando a la luz la casa que hay debajo. No descarto que reciban la ayuda del equipo del programa. Si se hubieran puesto en serio a trabajar podrían haber dormido ya la primera noche de forma decente. Pero también se entiende que tuvieran muchas otras cosas que hacer. Cuestión de prioridades. Suso tenía que empezar a hacer la pelota a casi todos. Le puso empeño como si no hubiera un mañana, llegando a decirle a Aramís que siempre va muy guapa. Prometo que no había un ápice de ironía en sus palabras.
La primera gala no estuvo inaugurada de verdad con las sorpresas de Tony Spina y TechiTechi, ni por el bombazo de Miriam Saavedra (anunciado para este domingo), ni a cargo de la variada fauna (a cuatro patas o a dos) que habita desde anoche la casa. Fue Aramís Fuster quien se encargó de levantar el telón de este GH VIP. Un telón rojo pasión que dejó al descubierto su ‘chirigüili’, como diría Mónica Hoyos. Ese fue el momento cumbre de la noche, su bautismo definitivo. Los barcos se estrenan estrellando botellas de champán contra su armadura. Aramís airea la flor de su secreto para dar la bienvenida a GH VIP. Hablar de “descuido” en este caso es querer pasar por inocente y bien pensado.
Después del potorro de Aramís vino el coñazo de Isa Pantoja. Del coro al caño, del caño al coro (repítanlo de corrido y comprueben que antes o después se dice “coño” inevitablemente). Isa apareció con camiseta tipo Metallica, pero sustituyendo la imagen de los californianos por la de la matriarca de Cantora. No dejó que nos olvidásemos del efecto ‘dormidina’ que tienen sus intervenciones televisivas, aunque tras la gala ayudó a animar bastante el cotarro y se puso enseguida a currar como el que más. He apostado que daría más juego del que esperamos y espero no equivocarme, aunque casi me desdigo cuando la vi medio dormitando antes de que Jorge Javier conectase con ella.
Como el Koala cantaba aquello del corral pensé que sería quien primero se encargase de los animales, pero vi más intención a Darek y Suso. Este último parecía tan preocupado de lo llenas de leche que tenían las tetas las cabras o de lo bien dotado que está el burro como de empezar a formar grupo de machitos en la casa, aunque sospecho que no cuenta con Tony Spina. El ex de Oriana le hizo un feo al grupo negándose a compartir ni una sola prenda de su maleta antes de saber que todos podrían recuperar algo de las suyas.
Asraf Beno (“las chicas te dirán que estás ‘beno’, ¿no?”, le dijo el Koala en una muestra de su extravagante humor) no puso inconveniente en compartir su maleta. Todos entraron con dos maletas, pero solo Asraf y Tony pudieron rescatar una de ellas anoche. La cosa es hacerles las cosas un poco más difíciles, todo un clásico en GH. La actitud de Spina le pasará factura, y no solo con Suso.
Pasar de ser un desconocido al insolidario del grupo en una sola noche no parece un buen comienzo, por mucho que parezca tan injusto como inevitable. Para Tony debió ser frustrante que Aramís quisiera saber primero su nombre y luego su apellido, aunque todavía más que Verdeliss le preguntase si él también era concursante. “Soy el jardinero”, respondió con urgente ingenio. Solo por eso le daremos un voto de confianza. Mejor ser recordado por una respuesta ingeniosa que por una frase averiada. Anoche tuvimos más de un ejemplo, como cuando Miriam Saavedra decía: “Me es ‘insignificante’ (por ‘indiferente’) lo que opine Mónica Hoyos”. O aquello que dijo Aramís: “Ustedes ‘predisponen’ (por ‘presuponen’) muchas cosas”.
Aunque si hablamos de frases y de ingenio el premio debe ser para Mónica por decir: “No le digas arroz a Makoke”. Imagino a Laura Matamoros, ganadora de GH VIP 4, torciendo el gesto en ese momento. Makoke se presentó como colaboradora de programas de televisión. Le faltó añadir “ocasional”. También tiró de los clásicos que adornan su biografía. Desde su fugaz romance con Brad Pitt hasta las pasarelas de moda junto a Naomi Campbell. De Naomi Campbell al ‘Telecupón’, todo un carrerón. Por cierto, la música de fondo al comienzo de la gala me recordó al ‘Telecupón’, tal vez fuera un homenaje a la ex de Kiko Matamoros.
Matamoros no fue el único ex que tuvo anoche su sitio en la gala. No sé si es mejor ser concursante u ocupar plaza en plató a cuenta de un o una ex. Suso no se puede ni considerar ex de Sofía. Otra cosa es lo del gran Carlos Lozano, cuya presencia se justifica por partida doble por la presencia de Mónica y de Miriam. Cuando Jorge Javier le habló de que habría en la casa una ex suya no sabía si le hablaba de una u otra, lo cual dejaba en evidencia que entraría también Miriam.
Que a Miriam no la veamos en la casa hasta el domingo es una buenísima ocurrencia. Mónica disimuló mal su convencimiento de que se encontraría ahí dentro con la última ex del padre de su hija. Al final debió respirar tranquila al ver que no era así. Deseando estoy de ver su cara el domingo cuando la vea aparecer por sorpresa. Ya podría Aramís avisarla antes de tiempo como máxima autoridad mundial del ocultismo que es. Pero me temo que ejerciendo de adivina está tan poco acertada como el estilista de Mónica.
Si no contamos la fauna añadida serán 15 los concursantes que arranquen esta edición. Aunque en las casas de apuestas empieza a cotizar bajo que Oriana abandone en las próximas horas porque la mayoría está poniendo fichas a esa opción. Mientras Aramís se encargaba anoche de levantar el telón de GH VIP, Oriana casi nos hace mutis por el foro. Menos mal que les tenían preparada una frugal cena de bienvenida. Y que no se le ocurrió a algún guionista tan retorcido como este gato ponerle coco en el menú. Con eso hubiera bastado para verla abandonar anoche mismo.
Oriana recibió las atenciones de varios de sus compañeros (desde Suso hasta Mónica, pero sobre todo su ex Tony) cuando la vieron hundida en mono y botas ante la perspectiva de tener que trabajar. Aunque quien mejor la trató desde que entró en la casa fue el burro. Empezó restregándose contra su brazo y no paró hasta terminar hincándole el diente. Llámenme romántico, pero ahí vi amor del bueno.
Ángel Garó me pareció bastante desubicado, aunque no dejó pasar la ocasión de avisar a quienes no le han visto nunca actuar de que dejará en la casa muestras de su particular humor. Asraf le miraba como pensando: “sin amenazas”. Tampoco parecía muy integrada Verdeliss, aunque en su caso es entendible porque a pesar de dedicarse a crear contenido familiar con evidente éxito no pertenece al mundo de la fama en el que se desenvuelven con soltura los demás. Tampoco se ha preocupado de conocer a sus compañeros. Lo de Tony se explica porque es uno de los que no habían sido anunciados previamente. Otra cosa es tener que preguntar a Mónica si tuvo un hijo o una hija, o si el padre es Carlos Lozano.
Aunque la pregunta más reveladora de Verdesliss a Mónica fue si su hija no ha salido nunca en televisión. “No la he visto nunca, ¿no ha salido en los medios?”, preguntaba. Me pareció adivinar cierta extrañeza cuando Mónica le confirmaba que no como algo obvio. Tampoco entiendo que no hiciera a los suyos protagonistas en el vídeo de presentación cuando lo son de su canal de YouTube. La audiencia de GH es notablemente superior, pero no muy diferente el nivel de exposición.
Poco se puede decir de Aurah y Techi, lo cual puede ser más positivo que negativo. Por otro lado, en ambos casos me causaron mejor impresión de lo previsto, y esto es indudablemente positivo. La cordialidad entre ellas y, a su vez, de ambas con Isa Pantoja causó cierta sorpresa. El clan de las que estuvieron alguna vez en Cantora podría ser potente. De momento, Aurah aporta la dura historia con su hijo y el padre de este, Techi su personalidad arrolladora (no la conocía apenas y puedo desdecirme de esto mañana, pero es como la vi anoche) e Isa… Isa aporta… el apellido Pantoja, supongo.
Y ¿qué decir de Darek? Pues no se me ocurre nada. El temor de que se convierta en el mueblazo de esta edición parece estar más justificado desde anoche. De momento parece contentarse con ser gregario de Suso, ese (ironía on) gran líder (ironía off). No parece la opción más acertada, aunque todavía está a tiempo de cambiar de rumbo y demostrar a los escépticos (entre quienes me encuentro) que estábamos equivocados con él.
Si tuviera que elegir mis momentos preferidos de la noche creo que me quedo con el telón de Aramís, los bocados de cariño del burro a Oriana, el ninguneo a Tony Spina (sospecho que en cuanto pueda dormir un rato voy a soñar que le piso los zapatos) o la desopilante locura de Miriam en el dúplex con su hotel. Puede valer a modo de resumen, y en todo caso es muestra de que la gala de presentación dio mucho de sí.
Tenemos edición, amigos. Cuando desaparezca la mugre (me refiero al decorado) veremos las cosas con mayor claridad y más de verdad. De momento, el mono de trabajo le queda mejor a Aurah que a Aramís, pero habrá que verlas compitiendo en glamour. Me relamo pensando en todo lo que es capaz de sacarle a esta edición un Jorge Javier que anoche estuvo memorable. En cuanto las galas ganen un poco de ritmo (no suele abundar en las de presentación) esto va a ser imparable. Puede que estemos ante el gran acontecimiento televisivo de la temporada. Quién sabe si del milenio. Vamos a disfrutarlo.