Aramís y Garó acarician la posibilidad de abandonar
Imagine el lector que está teniendo una discusión acalorada en un grupo numeroso y alguien anda alrededor con un frasco de lavavajillas y un vaso ofreciendo servirlo en chupito. Imagine también que en otro momento de la discusión se escucha un ruido en el jardín y esa misma persona sale gritando repetidamente: “Los alemanes, los alemanes”. Pues bien, esto pasó ayer y la persona en cuestión es conocida como El Koala. Con todo y por increíble que parezca, no fueron las ocurrencias del Koala lo más surrealista de la reunión convocada para hablar de las tareas domésticas, en particular de lo relativo a la cocina.
El tema y las conclusiones de partida de la reunión se parecían mucho a lo tratado el día anterior, en el mismo lugar y a parecida hora. Incluso hubo quien hizo la misma propuesta un día y el siguiente, como si ninguno se acordase de que eso mismo ya se había tratado. Prometo que no me he vuelto loco. En ambas reuniones Garó pedía colaboración para lavar la vajilla, lo cual acarrea una particular dificultad en esa casa porque no tienen grandes comodidades para hacerlo. El martes Techi proponía que cada uno se lavase los platos y vasos que utilizase. Y ayer miércoles Techi volvía a poner la misma idea sobre la mesa. Parecía como si a todos les hubieran borrado la memoria con el neuralizador de la película Los hombres de negro (Men in Black).
La propuesta de Techi fue idéntica ambos días, no así la de Garó, que ayer pedía específicamente una ayuda. Tal vez porque el día anterior la reunión no había valido para nada, la petición se concretaba ahora en lo siguiente: quería que al terminar cada comida, todos cogiesen sus platos o vasos y los sumergieran un momento en un barreño con agua jabonosa, depositándolos luego en el fregadero para que fuera Garó quien los lavase. Solo quería un ‘pim pam’ de entrar y salir para quitar lo más importante de la suciedad en los cacharros usados en la mesa antes de su limpieza definitiva. Le faltó determinar cuántos segundos debían tenerlo sumergido, lo cual no me hubiera sorprendido en absoluto.
Puede parecer algo caprichosa la petición de Garó, pero tampoco les hubiera costado tanto darle gusto. Mucho más sencillo eso que hacer entender a este concursante cualquier otra cosa. Igual que le había sucedido el día anterior con lo de las albóndigas y el queso sin pasteurizar no parecía abierto a entender lo que decían los demás a su propuesta. Tanto es así que cuando Techi propuso por segundo día consecutivo que cada uno se lavase lo suyo, aparte de que para todos pareciera una idea nueva, el cocinero Garó era incapaz de argumentar por qué le parecía mala opción. Cualquier cosa que no fuera lo propuesto por él suponía dejar de cocinar y ponerse a limpiar cristales, la principal labor que les ocupa estos últimos días.
En resumen, hacían exactamente lo que proponía Garó o este abandonaba su labor de cocinero. Pequeño chantaje bastante útil para conseguir lo que quería. Aunque este gato desconfiado piensa que el auténtico objetivo era otro. Perdone el lector que lo diga así, pero pienso que aquí hay gato encerrado. Creo que Garó pretendía realmente hacerse dueño y señor de la cocina y con esta maniobra podía conseguir de alguna manera la aprobación de todos para ello. Si la discusión se limita a algo tan accesorio, en el fondo están dando por bueno quién manda realmente en la cocina. El mayor enfrentamiento lo encontró Garó con Suso, quien el día anterior había comentado que debían sacar al cocinero de la cocina para que fuera rotando el puesto. En eso estoy completamente de acuerdo con Suso.
No me extrañaría que esas intenciones hubieran llegado a oídos de Garó y de ahí la maniobra de ayer. Debió aprovechar Suso para plantear en la mesa la rotación en la cocina. En lugar de esto, se limitó a quejarse de tener que pensar tanto y tan temprano. Según sus propias palabras le sangran las orejas cuando escucha discutir a esas horas de la mañana. La oreja sangrante de Suso no pareció importar a nadie y ante la escasa preocupación del grupo su dueño se rebotó y no quiso saber nada más del tema. Tanto que cuando Aramís convocaba de nuevo a todos en torno a la mesa del comedor y reclamaba enérgicamente la presencia de Suso este contestaba: “Y una mierda”. No acudió, claro.
Sin Suso en la mesa, Aramís exigía (sí, de forma tan imperativa lo planteaba) que todos pidiesen sus disculpas a Ángel. No sé si se refería a lo del chupito del Koala, la poco novedosa respuesta de Techi, el sangrado en el pabellón auricular de Suso o el general pasotismo ante el asunto. En realidad, a la mayoría les resulta cómodo que Garó siga en la cocina y no están dispuestos a poner mucho inconveniente a sus peticiones para que esto sea así, siempre y cuando no les suponga gran esfuerzo. Si son más o menos caprichosas da igual. La inoportuna exigencia de Aramís no sirvió para otra cosa que alterar más los ánimos. Como dije en mi escrito de ayer, el epicentro del conflicto en la convivencia está en la cocina. Ahí reside el principal problema y es lo que ha generado discusiones dos días consecutivos. ¡Bendita cocina!
Sin Suso (debía estar curando la hemorragia de su maltrecha oreja), la respuesta más enérgica a esta ocurrencia de Aramís fue la de Makoke. Con bastante razón contestaba esta concursante que si le pedían disculpas no sería porque ella lo exigiera. ¿Qué es eso de exigir?, debió pensar la ex de Matamoros. Ella fue la única en plantar cara a Aramís ante el silencio general, no sé si porque se habían quedado pasmados o por falta de personalidad. Me inclino por esto último. La mayoría es más dada a comentar por detrás y callar cuando están en grupo. Aramís también pasó del tema, decepcionando un poco a la afición. Nos gusta más una discusión que a un tonto una tiza.
Ante la pasividad general, con la oreja de Suso ya curada (supongo) y Mónica aprovechando para cargar contra Miriam (porque sí, no hace falta mayor motivo), Garó decidió que al día siguiente (por hoy) cada uno se hiciese su comida y él se dedicaría a limpiar cristales. En un momento que Mónica dejó a Miriam tranquila volvía a proponer encargarse ella un día de la cocina. Pero a Garó solo le vale que cada uno se haga su comida, no admite bajo ningún concepto que nadie le releve en esa labor. Al final casi adquiere peor tono la discusión con Mónica que la tenida con Suso, e incluso peor que la respuesta recibida por Aramís. Apuesto a que hoy Garó volverá a cocinar (a las ocho de la mañana ya estaba metido en la cocina, su hábitat) y Aramís seguirá moderando su carácter. Ninguna de las dos cosas me parece conveniente.
Si todo lo anterior puede parecer muy loco, más todavía fue lo ocurrido por la noche. Empiezo en esta ocasión con el resumen: Garó y Aramís acarician la posibilidad de abandonar. Aramís dice que ya ha cumplido su misión allí y sugiere que fuera puede ganar más dinero, aunque a su maltrecha economía no le viene bien pagar la sanción correspondiente. A nadie le viene bien. Lo de Ángel está menos claro porque fue mucho menos locuaz al respecto, pero es algo que parece estar pensando seriamente. Ahora bien, igual que cuento una cosa debo contar la otra, porque Aramís dejó bien claro que no piensa dar el gusto de irse a la persona que lo desea en la casa y Garó pronunció estas enigmáticas palabras: “A ver si mañana por la noche pasa algo para poder aguantar más". ¿Alguien lo entiende? Yo no mucho. Ya lo dijo Darek: “Es difícil entender a un genio. Son personas muy complicadas”. A lo que Aramís respondió: “Yo lo soy”.
Se podría pensar que la culpa la tuvieron los naipes del tarot (cuidadosamente plastificados, lo cual explicaría que hayan durado muchos de los casi 700 años de Aramís), pero no es ese el problema. Cierto que el programa se los pasó anoche solo para unas horas y Aramís dice que vio en las cartas su abandono. A petición de Garó le hizo otra tirada, y una más porque no lo veía del todo claro, para terminar diciéndole que también le veía salir. Digo todo esto con muchas reservas porque entre Garó y Aramís hay unos códigos del lenguaje nada fáciles de descifrar. Lo único claro fue que Aramís predijo que Garó tendría algo con una mujer. “¿Estás dispuesto a cambiar de orientación sexual?”, le preguntó. Él está abierto a todo, al parecer. Fenomenal.
Pienso que aparte de lo visto en el tarot, Aramís no está a gusto y cree que fuera puede ganar más dinero. Vino a decir ambas cosas, primero aclarando que ella no es persona de rutinas y segundo sugiriendo que está cobrando poco. Igual esto se arregla con una subidita de caché. A pesar de que Aramís es clave en esta edición y me parecería un desastre perderla tan pronto, si insiste en su idea de irse pensaré que ha sido una estafa semejante a otras anteriores. Espero que no lo haga, aunque sea solo por fastidiar a la persona que lo desea. Según ella es quien menos hubiera imaginado. “Ni en 20 años lo podrías haber pensado”, le decía a Garó. Se admiten apuestas.
El gato responde
Mientras intentaba anoche comprimir en menos de 280 caracteres lo que estaba pasando para contar en Twitter (@DVDCano) lo de los supuestos abandonos de Garó y Aramís me encontré con el típico comentario que duda de lo que estás relatando. Es uno de los clásicos, probablemente el más ingrato. La doble pantalla de la que disfrutamos en esta edición y la emisión en YouTube (que, por suerte, se prolonga, según supimos ayer) promueven más las dudas. Como pasó con @nattaliadurann, que escribía lo siguiente: “¿Dónde se está viendo eso? Yo en los dos canales y en YouTube veo la fiesta 😕”. Se me olvidó aclarar a esta amable seguidora que Euronews emite una cámara secreta durante las fiestas con lo que realmente interesa. ¿O era CNN internacional?
Moleskine del gato
Anoche decidimos en Twitter que Verdeliss tenga esta noche puntos extra para nominar. Ella tuvo más retuits en #LosJuegosDelGHambre. Contrasta que Verdeliss lograse superar los 14.000 retuits mientras que Techi, la menos apoyada, se quedase en tan solo 73. Pobre, no la está apoyando ni el Tato.
Suso y Verdeliss hablan de todo el tiempo que ha pasado embarazada en su vida. Los cálculos de esta concluyen que 3 años. En realidad son 4, porque 5 embarazos (tiene 6 hijos, pero 2 son gemelos) más los 3 meses del actual suman 48 meses. Más complicado lo tuvo Suso para hacer el cálculo porque empezó diciendo: “Si 24 meses son un año y 48 son 2”. Aunque no me extraña nada la confusión, en su edición preguntó qué mes del año era la Navidad.
Esta noche tenemos una fiesta, la segunda de la temporada. Jorge Javier hará de maestro de ceremonias de lo que aventuro se puede convertir en una cacería contra Miriam. Aventuro que ella y Verdeliss (a la que Darek llama “cosita” en tono más burlón que cariñoso) pueden convertirse en las más votadas. Veremos a quién le da sus puntos extra Verdeliss, aunque tras su encontronazo con Garó el martes no sorprendería que fuera el elegido. Además, abrirán el baño, pero solo para uno de los VIP. O completan pronto la casa o aquí puede haber una sangría de abandonos. Me temo que esa puede ser la excusa perfecta. De momento disfrutemos de esta mítica edición, que la cosa se está poniendo apasionante.