Antonio recibe el aliento de la audiencia y se queda
La audiencia parece haber aprendido a votar y cada vez salen antes los muebles. Yurena es una concursante de esas que tradicionalmente protege ese sector de la audiencia a quienes llamamos ‘galeros’, espectadores de las galas que no siguen la emisión 24 horas. Pero los ‘galeros’ cada vez están mejor informados. Se han multiplicado las fuentes, es más plural la opinión desde los programas satélites y casi todo el mundo utiliza las redes sociales. Tal vez sea por esto que las dos primeras expulsiones de esta edición han sido concursantes que aportaban poco al espectáculo.
Yurena es un personaje que despierta el cariño en la audiencia. Concursante del mítico ‘Hotel Glam’, musa gay y cantante de la posmodernidad decadente, nos enterneció a todos hablando en la segunda gala de su madre, enferma de Alzheimer. Anoche volvía a meterse a la audiencia en el bolsillo llorando apenada por su expulsión. Interpretó que ya no es querida, sin ser capaz de apreciar cuál ha sido su gran error en el concurso. No se trata de subirse a lomos del caballo de la polémica ni protagonizar broncas continuamente, como ella cree. Hubiera bastado con que no se evadiese de la realidad que la rodeaba.
Da toda la pena del mundo expulsar a una concursante que ha sido ejemplo de corrección y buenas maneras, pero solo la hemos visto maquillarse. “Con Antonio y Candela no he hablado”, decía anoche en la entrevista con Jorge Javier. No se ha dado cuenta de que precisamente eso ha sido su perdición en el concurso. Ni siquiera hace falta tomar partido, se trata de ser partícipe y no limitarse a estar. Es muy simple: hay que convivir. Nadie se dará cuenta de la ausencia de Yurena en la casa.
Está claro que buena parte de la audiencia votante se ha quedado con las ganas de castigar a Antonio, cuyo comportamiento deja mucho que desear. Pero él y Candela han sido los protagonistas artífices de una de las principales tramas en estas primeras semanas. También del día más divertido que recuerdo en esa casa desde hace mucho tiempo, gracias al asunto del aliento. Tiempo habrá de poner en su sitio a este concursante, pero hoy por hoy es una pieza importante en el relato de la edición. Por eso celebro que se haya quedado, aunque posiblemente para él hubiera sido mejor ser expulsado.
Cuanto más tarde en salir Antonio lo hará en peores condiciones, más cuestionado y desprestigiado. Es improbable que evite el daño provocado por sus errores y actitudes de cuñado. Seguirá metiendo la pata, y no me refiero solo a su relación con Candela. No es fácil prever cuál va a ser el próximo charco en el que se meta, pero aseguraría sin temor a equivocarme que saldrá del mismo bien salpicado. Su permanencia desafía las capacidades de predicción en la casa. Apuesto a que todos estaban seguros de que saldría Antonio, especialmente tras ser salvado Kiko.
Este martes Yurena atribuía el porcentaje de votos más abultado a Antonio y sugería que el suyo podía ser el menor. Anoche estaba segura de que se salvaría de su enfrentamiento con Antonio. Me gustó su sinceridad en esto, igual que la de Kiko reconociendo de forma más o menos clara estar convencido de que se salvaría. Los dos lo creían y así lo reconocieron. Si Yurena y Kiko me parecieron sinceros, la sensación contraria tuve con Carolina (una vez más) y con Mayte Galdeano. Esta no es concursante, pero entró en la casa el martes. Su carta de presentación a Julio, con quien tuvo una cena difícil de describir, contó con elementos inesperados como el regalo de un tanga salido de su escote o la explícita confesión sobre su prolongado periodo de abstinencia sexual.
Dijo Mayte: “Llevo cuatro años sin estar con un hombre. Estoy cerrada. Close. Como nueva”. Es decir, se vende como a estrenar, ma non troppo. Aunque haciendo cuentas la cosa cuadra mal. Habiendo salido ella de la casa tras su fugaz estancia (y estando su hija trabajándose el triunfo) dijo que estaba con uno de esos novios africanos de los que tanto gustaba. Ahora tira más para los empresarios con posibles, lo cual es explicable. Igual no son exactamente los cuatro años que dice. Sofía parece menos exigente con los hombres que su madre. Alejandro ya no es su pareja, pero le trata bien porque dice que estar ahí dentro la “teletransporta”. Guadalix es su ‘Star Trek’.
La otra gran muestra de sinceridad tuvo a Carolina como protagonista. En la segunda gala, dos días después de empezar el encierro, decía sobre Fortu: “Éramos algo más que amigos”. Anoche no solo afirmaba que no han tenido nada y solo han sido amigos respondiendo a Jorge Javier. La vimos hablar con Fortu durante la fiesta de la noche anterior y dejando claro esto mismo. Le explicaba que estuvo molesta por algo dicho o hecho por él, pero quedó bien claro que no hubo nada entre ellos. Algo que Fortu ya había desmentido también en la segunda gala.
Carolina reclamaba ante Antonio su derecho a opinar sobre las cosas que pasan en la casa. En eso tiene razón. El problema es que cambia de opinión cada dos horas, aproximadamente. Ahora bien, una cosa es ser una veleta y otra bastante más grave tratar a la audiencia como si fuéramos estúpidos. Primero vendió que quería aprovechar este programa para aclarar las cosas con Fortu, concursante con quien había tenido una relación. Ahora dice que no quiere traer al programa cosas de fuera y niega haber sido “algo más que amigos”. ¿No traer al programa cosas de fuera? ¿Pero dónde se piensa que está? Esto no es Pasapalabra, sino una edición de Gran Hermano con concursantes que han tenido o tienen una relación sentimental. ¡Precisamente para que lleven hasta ahí dentro sus cosas de fuera!
Ahora ya sabemos que Carolina es un gran fraude. Nos ha intentado engañar con el tema de Fortu. Cambia de opinión según va escuchando las reacciones del público en plató (anoche se escucharon abucheos a Candela y aplausos a Antonio, por lo que después de la gala volvía a estar del lado de este último). Y también es la principal palmera de Kiko Rivera. Este dejó pasar anoche la oportunidad de afianzar su perfil de líder. El estratega que concursaba a cara descubierta y sin tapar su ambición dio paso a un concursante mediocre, capaz de nominar usando el manido “sé que no va a salir”. Se refería a Juan Miguel, con quien tiraba su voto renunciando a concursar aprovechando la herramienta más potente que el programa pone en su mano: la nominación.
Es muy cansado que todos pretendan ser amables nominando y utilicen formas casi victorianas para explicar sus votos. Tanto postureo haciendo como si decidieran las nominaciones en directo no se daría si nominasen en el confesionario. Así lo planteó desde sus orígenes este formato y fue por algo. Las nominaciones a la cara deberían ser una ocasión excepcional y no la norma. Si anoche llegan a nominar en secreto nos hubiéramos ahorrado los largos tiempos de espera mientras parecen estar decidiendo algo que deberían llevar pensado. También tanto esfuerzo por quedar bien y no molestar. Incluso las nominaciones recíprocas explicadas con el argumento “es para devolver la pelota”.
Especialmente lamentable fue la nominación de Sofía y Alejandro. Él tomó casi toda la responsabilidad, lo cual demuestra la escasa valentía de una Sofía que presume de clara y ni siquiera quiere nominar para no enemistarse con nadie. Alejandro duda muchísimo sus tres puntos y finalmente se los da a Candela y Antonio, su principal amigo en la casa, aquel con quien pasa la mayor parte del tiempo y al que ha defendido esta semana en el ‘aliento-gate’. Otro postureo extremo al nominar teniendo en cuenta el privilegio del líder. ¿Y si ese privilegio hubiera sido diferente anoche? Nominar para luego salvar y así no molestar a nadie es bastardear las nominaciones.
Antes hablaba de la importancia que parece dar Carolina a las reacciones en plató, pero no es un caso único. Sofía estaba anoche reventada porque escuchó aplausos para Alejandro y abucheos para ella. Para mí tengo que sus lágrimas al final de la noche no eran por impotencia de no haber podido salvar a Ylenia, sino por frustración al comprobar que ha podido perder el favor del público. Es un baremo equivocado, como tantas veces se ha señalado, pero no está mal que Sofía le vea las orejas al lobo. Aunque sea ante un Alejandro capaz de decir que está dolido por ver la imagen de Sofía apretando el culo de Antonio. No es su pareja, debería asumir que no solo hará eso. Por favor, saquen a esta gente del túnel del tiempo y tráiganlos al siglo XXI. No solo se teletransporta Sofía, por lo visto.
Observatorio de nominaciones
Así fueron las nominaciones:
Sofía y Alejandro > Kiko e Irene (1) > Antonio y Candela (3)
Antonio y Candela > Fortu y Yoli (1) > Julio, Carolina y María Jesús (3)
Ylenia y Raquel > Juan Miguel (1) > Kiko e Irene (3)
Fortu y Yoli > Antonio y Candela (1) > Raquel e Ylenia (3)
Juan Miguel > Raquel e Ylenia (1) > Julio, Carolina y María Jesús (3)
Kiko > Juan Miguel (1) > Ylenia y Raquel (3)
Julio, Carolina y María Jesús > Juan Miguel (1) > Antonio y Candela (3)
Nominados provisionales: Antonio, Candela, Ylenia y Raquel. Alejandro y Sofía se pelearon por salvar a Antonio o Ylenia, puesto que de nuevo el privilegio era la salvación individual. Son jefes de la casa porque Alejandro cogió el chupete sin picante, por lo que esgrimió su derecho a decidir. Pero la decisión debe ser unánime, por acuerdo de los dos. Tras mucho pelear y ante la alternativa de que sin acuerdo se quedase igual y siguiesen nominados Ylenia y Antonio, era salvado este. En definitiva, es amigo de los dos, por lo que el consenso parecía sencillo. Sí coincidieron en subir a María Jesús. Por tanto, nominadas definitivas: Candela, Ylenia, Raquel y María Jesús.
Sofía volvía a la casa diciendo a Ylenia: “Estoy muy mal. El domingo lo verás”. La advertencia de que no revelen nada tras usar su privilegio es inútil. No vale para nada porque una sola mirada lo dice todo. Ni siquiera es necesario decir algo tan evidente como hizo Sofía, y que toda la casa interpretó correctamente. El drama que montó Sofía por no haber salvado a Ylenia me pareció infantil y exagerado.
La parte positiva de todo esto es que anoche Ylenia ya estaba muy enfadada con Alejandro y Sofía, lo cual anuncia un enfado aún mayor este domingo. Lo mejor que le puede pasar a Ylenia es apartarse de Sofía y su cutre historia con Alejandro igual que se apartó obligatoriamente de Fede por la decisión de la audiencia el jueves anterior. Quiero ver a Ylenia concursando sola. #FreedomTikiTiki
Creo que esta semana los porcentajes irán locos, posiblemente muy igualados los cuatro, especialmente los de María Jesús y Raquel. Sigo pensando que Raquel no merece salir, aunque después de dos semanas debería haberse quitado la pereza de encima. Si la expulsión sigue la tónica de las dos anteriores daremos salida al tercer mueble, pero creo que María Jesús puede ser la concursante con menos apoyo entre la audiencia y eso puede hacer que sea la expulsada esta semana. O igual es Candela. Cualquier cosa puede pasar.
Moleskine del gato
Antonio tuvo que ver en el plasma un resumen del ‘aliento-gate’ y comenzó respondiendo así: “No voy a entrar en si es verdad o mentira. Pero vamos, que es mentira”. Me recordó al viejo testimonio de un policía municipal en la televisión pública ante el incendio en una vivienda. Explicó esto: “No se sabe con seguridad. Pero es el brasero”.
Demasiado arriesgado que María Jesús contase antes de volver a reconciliarse con Julio (aseguran que es la “refinitiva”, como decía un personaje de Ángel Garó) la costumbre que este tiene de descargar tensiones en la ducha. Sabiendo las parafilias de algunos no lo tendría que haber contado. Lo del aliento es poca cosa al lado de esto otro sugerido por Antonio: “¿Y si a mí me gusta oler los pies de Kiko Rivera?”. Mi estómago no puede con ciertas cosas.
Que Carolina sea un fraude como concursante no quita para que a veces esté brillante en las galas. Anoche propinaba un par de cortes históricos a María Jesús. “Julio tiene unas necesidades sexuales por encima de la media de un hombre”, decía María Jesús, a lo que Carolina respondía: “Pues tú te abrías como las aguas de Moisés”. Fina no es, pero dejó callada a su compañera de trío. Luego decía María Jesús: “Necesita más de una mujer”, y Carolina respondía: “Será contigo”. A esto último me refiero cuando digo que en ocasiones es brillante.
Dice Sofía: “Muchas personas se sienten influenciadas por nosotros”. Está tan orgullosa de ser influencer en Instagram que aprovecha la mínima oportunidad para conjugar el verbo influenciar.