Alejandro, podría ser que fuera
Hoy toca daguerrotipo de Alejandro, con lo que solamente quedará el de María Jesús y estaremos ya ante la final dual de miércoles y jueves. Haciendo conjeturas sobre lo que se avecina, parece ser que no solamente el padre de la primera hija de María Jesús está invirtiendo dinero para lograr el triunfo de esta concursante, sino que algunos amigos de Juan Miguel estarían también administrando un dineral según les dejó dicho el concursante antes de entrar en la casa. Ya dije ayer que todavía será posible que se salve él mañana y le tengamos en la casa hasta el último día. Sería un disparate, a juego con su extraño concurso. Aparte de vídeos tomando el sol, decolorando su barba y peinando o cortando el pelo a todos sus compañeros no hay nada que mostrar de él en una hipotética entrevista como gran finalista.
Me entra la risa de pensar que Juan Miguel tenga que rendir cuentas sobre su paso por la casa. ¿Cuentas de qué? Si lo suyo ha sido más bien vida vegetativa. En el juicio del pasado miércoles le preguntó Jordi si estaba de acuerdo con la decisión de la audiencia que había considerado culpable a María Jesús de haberse hecho la víctima. Contestó que sí estaba de acuerdo, después de haber intentado evitar la respuesta aludiendo a que la audiencia decide y es su opinión. A este tipo le aprietas un poco y es capaz de traicionarse a sí mismo. Ya sé que además de amigos son rivales y la final está a la vuelta de la esquina, pero todos le habríamos entendido mejor si dice que no está de acuerdo con la sentencia condenatoria de la audiencia.
Confío muy poco en las inversiones dinerarias para hacer a un concursante ganador. La inversión tendría que ser muy importante y no resultaría rentable si hay una buena cantidad de votos. Es evidente que si vota poca gente se puede influir con unos centenares de votos, pero nada se puede hacer ante una alta participación. La clave es conocer ese dato, uno de los más secretos de este programa. Lo he preguntado en alguna ocasión, incluso a la persona más adecuada y conocedora de tal dato, pero nunca recibí respuesta. Es normal, porque sabiendo eso se puede calcular mejor el gasto necesario. La pregunta previa sería si vale para algo la inversión y me atrevo a decir que no hay una respuesta fija.
Mi consejo es que ni se intente en el caso de un concursante que en las encuestas salga el menos votado para ganar. O el más votado para su expulsión. No merece la pena intentar ir contra la voluntad de la mayoría. Sí puede intentarse en el caso de un concursante que esté bien posicionado en las encuestas, incluso estando empatado con otro porque eso quiere decir que es posible inclinar la balanza de su lado. Pero insisto en que solo sería rentable si se está votando poco. En caso contrario no salen las cuentas en absoluto.
Daguerrotipo de Alejandro
Diría que el gran error de Alejandro ha sido depender de otra concursante, de quien estaba muy enamorado. De hecho, me atrevo a asegurar que sigue muy enamorado. Pero creo que habríamos perdonado esto porque los errores por amor pueden conmover, incluso cuando la relación está tan viciada que no parece tener mucho futuro. Sin embargo, otros errores cometidos por este concursante han sido menos fácilmente perdonables. Por ejemplo, que se haya hecho el machito tantas veces, lo cual le alejó de cualquier posibilidad de triunfo. Se tiró por un precipicio con su actitud posesiva el día que intentó decir a Sofía cómo debía vestir en el jacuzzi.
Alejandro se ha quedado en el casi prácticamente en todo. Casi novio de Sofía, casi cabal, casi discreto, casi adulto. Y esto solo puede generar dudas. Podría ser que fuera un joven de este tiempo, pero su mentalidad parecía más propia del siglo pasado que de este. Y lo más sorprendente es que quería controlar a una mujer que ya no era su novia. Sofía y él no eran pareja hacía tiempo cuando tanto se molestaba si rozaba un pecho con el brazo de otro concursante (lo cual es ridículo en cualquiera de los casos, también si se hubiese tratado de su novia).
Podría ser que fuera un tipo discreto, pero Alejandro sintió la necesidad de hacerse también el machito ante sus amigotes en la casa cuando tuvo una misión secreta en una prueba de la que dependía superarla o no. Y no la superaron porque dio a entender innumerables veces que había un secreto solamente conocido por él. Le traicionó, también en esto, la necesidad de hacerse notar ante los demás. Es como si no se considerase a sí mismo suficientemente brillante y quisiera parecerlo a toda costa. Lo suyo es un quiero y no puedo, algo sinceramente frustrante. Y esa frustración se vuelve en su contra porque le hace parecer peor de lo que es, en realidad.
Le han acusado de tener poca personalidad, pero es su falta de seguridad en sí mismo lo que le hace depender siempre de alguien. Se colgó de Antonio, principalmente tras la primera salida de Sofía. También entonces parecía que tendría un acercamiento a Ylenia, aunque no pasó de una broma entre ellos. Y cuando ya no estaban Antonio ni Ylenia se colgó de Carolina. Me pareció algo injusta Ylenia cuando le acusó de hablar y comportarse como Antonio, pero es cierto que se deja influenciar demasiado por aquella persona que más cerca tiene. Estando con Sofía aparecía en la cama contagiado por su languidez desidiosa y soporífera. Mucho más vivo junto a Antonio, imitando la forma de hablar de los argentinos.
Ganó mucho cuando Sofía se fue. Sobre todo la primera vez, porque esta última más reciente ha pillado tan al final que se ha notado mucho menos. Parecía como si se su hubiera quitado un peso de encima cuando ella se fue. Vimos entonces el mejor Alejandro, más abierto y alegre. Sinceramente pienso que es un buen tipo, sensible y bastante inocente, lo cual posiblemente se le pasará con la edad. Estar solo en el concurso le valió, sobre todo, para que olvidásemos las dudas sobre el auténtico estado de su relación con Sofía. Durante las primeras semanas estuve convencido de que seguían siendo pareja y habían pactado darse un descanso para concursar juntos, pero por separado. Luego vi que no era así, entre otras cosas por la enemistad manifiesta, cada vez más evidente en los dos.
No eran nada extrañas mis dudas dado que Sofía le dejaba claro que no podía haber nada entre ellos, pero luego le decía en la cama entre susurros que quería tener un hijo con él, o que le amaba con locura. La contradictoria actitud de Sofía puede acabar con la mente más centrada y sensata. Imposible que Alejandro se pudiera convencer de que realmente no tenía ninguna posibilidad con su amada. A la dificultad de convivir con ella se le añadía que le diera una de cal y otra de arena, lo cual le mantuvo en una confusión permanente. Es de escaso interés si Sofía lo hacía o no a propósito. El caso es que no estaba siendo fácil para Alejandro despegarse definitivamente de ella.
La aburrida trama entre Alejandro y Sofía se prolongó durante demasiado tiempo, copando la mayor parte del concurso de ambos. Por lo que sea, le ha ido mucho peor a ella, expulsada dos veces y con su prestigio de reina de los realities bastante deteriorado. Alejandro ha tenido más suerte y, como poco, permanecerá en la casa hasta el penúltimo día. Pero esto no quiere decir que haya salido indemne. Le pasará factura haber tenido solo una trama, aburrida y repetida hasta la náusea. También la poca confianza en sí mismo, enmascarada con una permanente exageración.
Alejandro exageró su papel de machito ofendido de igual manera que exagera cuando afirma estar convencido de que puede ganar este concurso. No creo que exagerase sus males de amores, pero tampoco lo exteriorizó como me hubiera gustado. Ahí fue más bien todo lo contrario. Contenido cuando no debía serlo y exagerado cuando la situación no lo pedía. En los momentos importantes apenas hizo oír su voz, como pasó en el debate final del pasado domingo. Además, su relevancia en el concurso ha sido más bien escasa. Frente a finalistas como Kiko o María Jesús, veo a Alejandro demasiado pequeño como concursante. Sintiéndolo mucho, ni siquiera creo que pudiera ser que fuera ganador.
El gato responde
Me hacían ayer esta pregunta en Twitter:
Como no tengo abierto el consultorio en redes sociales, donde trabajamos gratis et amore, contesto aquí mejor. En realidad, no he insinuado lo que se dice en la pregunta, más bien he expresado mi sensación de que eso va a ser así. Es una apuesta, mi porra para este final incierto. Siempre son inciertos los finales, incluso cuando hay cierta evidencia de que ganará con la gorra un determinado concursante. Hago este ejercicio de apostar por quién ganará días antes de la final desde GH 12. Entonces lo hice a petición de Nuria Labari, una de mis jefas en la redacción web de Mediaset. Por cierto, recomiendo vivamente su último libro: ‘La mejor madre del mundo’. Un desmitificador relato sobre la maternidad que se devora con gusto y pasión.
Desde hace muchas ediciones intento acertar el ganador, como digo. Y he de confesar una cosa, nunca he fallado hasta ahora. Incluso en GH VIP 4 vi claro que ganaría Laura Matamoros muy a mi pesar, porque respondía al perfil. María Jesús no cuadra con exactitud en ese perfil de concursante que ha ganado las últimas ediciones, pero es mujer, lo cual le da una ventaja importante, al menos desde el punto de vista estadístico. ¿Se merece el triunfo? Obviamente sí, siempre que lo decida la audiencia. ¿Es mi preferida? Entre los finalistas no tengo preferido. ¿Estoy reventado previendo su triunfo? No, hasta ahora ningún ganador ha compartido su premio conmigo. Y una última pregunta: ¿podría fallar por primera vez mi previsión? Ojalá, no niego que me alegraría.
Moleskine del gato
Mañana (y pasado) es el día (los días).