Adrián nunca jugará a adivinar los secretos de los de su grupo

telecinco.es 09/03/2022 08:00

Adrián le dijo ayer a Colchero que nunca accionará el pulsador para intentar adivinar su secreto. Tampoco el de Marta, ni el de Cora, ni el de Carlos. El silencio de Colchero revela su discrepancia con ese planteamiento. Ya se había percibido cuando Adrián se molestó con su amigo porque le intentase engañar haciéndole creer que su secreto era el de otro compañero, revelado tras la expulsión de este. Si le llega a asegurar que nunca jugaría a adivinar su secreto se habría evitado el engaño. Aunque, dado que el engaño es parte sustancial del juego, la ofensa carece de sentido. Adrián nunca jugaría a adivinar los secretos de los de su grupo, pero no es el único. Laila tampoco lo hará con Cora, según le confesó ayer a Belén Esteban, y eso que está completamente segura de su secreto.

No tiene sentido decir “no le voy a quitar la esfera a los míos” y luego negar que sean un grupo. Esta es la prueba palmaria de que lo son, sin que haya nada malo en ello. Todas las sociedades se organizan por grupos y clanes, en núcleos pequeños o más grandes. Y dentro de cada una de esas clasificaciones hay subgrupos en orden a los usos y costumbres, así como sus aficiones o simpatías. Es uno de los tabús que parecen imposibles de derribar en los realities de encierro, en los que se niega formar parte de un grupo o tener una estrategia. Como digo siempre, no tener estrategia ya es una estrategia. No comprendo por qué se quiere convertir en censurable algo que es parte del juego, incluso parte de nuestra forma de organizarnos en sociedad.

Personalmente considero un error que limiten la parte del juego relativa a los secretos solo a aquellos que no son afines. Negarse a intentar adivinar el secreto de alguien porque es de su grupo es algo que está condicionando el juego y lo convierte en algo distinto a lo inicialmente planteado. Con todo, me parece interesante esa colectivización de un juego individual, de igual manera que fue impactante el pacto de la primera edición de Gran Hermano, cuando jugaron a salir todos nominados casi todas las semanas. También cuando Pepe Herrero comunicó en su final que iba a compartir el premio con Dayron, y si las reglas del concurso se lo impedían utilizaría para ello una argucia.

No sé desde cuándo piensa Adrián en jugar a los secretos solo con quienes no son sus amigos. Lo que sí se sabe es cuándo que se dio cuenta de que sus sentimientos por Marta iban más allá de la conciencia de grupo. Se lo contó el otro día a Álvaro confirmando que la conversación con Virginia le hizo abrir los ojos. Marta le debe a esa compañera su rehabilitación en el concurso. Como ella misma reconoce, hasta entonces no se la veía en las galas. Ella lo expresa de otro modo, dice que siente pequeña en las galas. Ya no, porque ahora tiene un escudo poderoso, que es una carpeta recién estrenada. Al menos eso debe pensar, y se nota porque nunca ha estado tan activa. Con Belén Esteban en la casa creo que se ha venido arriba y la estoy viendo con aspiraciones de liderazgo y maneras de ordeno y mando. Sinceramente, me gustaba más la otra Marta.

La relación con Adrián le ha hecho a Marta superar unos complejos cuyo origen achaca a terceros. Dice que Nissy, Carmen y Rafa le han dicho de doce formas distintas que no pinta nada en la casa, no transmite y no da juego. Carlos, presente en la conversación, recordaba que a él también le había dicho Rafa que no pintaba nada en esa casa, pero no le importa porque a él Rafa le da igual. Como siempre pasa, critican en otros lo que ellos también han hecho. Por ejemplo, dicen que está feo que se crean finalistas o ganadores del concurso antes de tiempo. O que presuman de los aplausos de los espectadores en plató.

Ayer le volvían a reprochar a Rafa lo de los aplausos en una conversación que empezó en el cuarto de baño entre él, Cora y Carlos y terminó en la mesa de comedor con todos presentes. “Tú has presumido de los aplausos”, decía Marta a Rafa. Pero cuando en la última gala aplaudieron a Marta decía después Adrián: “Ahora sí que van a empezar a salir ellos uno a uno, primero Carmen y luego Rafa”. ¡Pero si ya se veían en la final! Diría más, Marta se ha venido arriba tanto por su carpeta con Adrián como por esos aplausos del pasado jueves, por los que han empezado a pensar que son los reyes del mambo.

En el origen de la conversación del cuarto de baño a la que me refería está que tanto Cora como Rafa pueden ser expulsados este jueves. A Cora le respalda un grupo que ayer intentó dejar mal a Rafa en el comedor. Belén Esteban es en parte culpable por agitar el avispero, aunque bendita intervención porque la cosa estaba empezando a decaer de manera preocupante. Eso lo dice Belén y no pasa nada, pero si es Rafa quien verbaliza lo parada que está la casa desde la salida de Nissy y Carmen se echan encima de él. Que Rafa piense que la casa ahora es un coñazo y tal cual lo diga se ha terminado volviendo en su contra al ser utilizado por el grupo para justificar la caza y captura del nominado. Lo único malo si este jueves sale Laila es que el grupo mayoritario, más mayoritario ahora que nunca, va a interpretarlo como un nuevo triunfo. Por eso mismo, creo que algunos espectadores están prefiriendo la expulsión de Cora, entendiendo que ella es del grupo mayoritario. ¿Y Laila? ¿Acaso Laila es del grupo de Rafa? ¿Desde cuándo?

Recordemos que cuando en lugar de nominar hicieron una cadena de salvación las cabecillas eran Laila y Nissy. Ninguna de las dos dijo nada sobre salvar a Rafa, ni a Álvaro, ni a Alatzne. Excuso decir que tampoco a Carmen porque no hace falta ni mencionarlo. En ningún momento contemplaron salvar a alguno de los mencionados antes de personas con las que no tenían apenas relación. Alberto y Kenny son dos buenos ejemplos. No es que tuvieran nada en contra de ellos, pero apenas tenían relación porque el primero estaba siempre con Elena y el segundo durmiendo. Laila nunca ha sido del grupo de Rafa y su acercamiento formó siempre parte de su plan de desestabilizar a Carmen.

Laila quería provocar los celos de Carmen para acusarla de tener celos. Así de simple. Ahora Carmen ya no está y Laila sigue manteniendo el plan, tal vez en la esperanza de que Carmen reviente mientras lo ve en su casa, aunque ella no se vaya a enterar por el momento. Lo último de Laila ha sido ofrecerse a Rafa para que huela su pelo, como hacía con Carmen. Por suerte, Rafa no aceptó. Laila se cree la reina del Sáhara mientras que para ella Carmen es una serpiente del desierto. La diferencia entre ellas es que Carmen echa el agua a chorros, tal cual ha vivido ella esta experiencia. Mientras que Laila va suministrando su veneno gotita a gotita. ¿A ver si lo de la serpiente va a ser al revés?

La consecuencia que se me antoja más evidente del ataque grupal a Rafa es que al final quede como un “Rafa contra todos” en lugar de “todos contra Rafa”. También que terminen calando algunas cosas de las que acusan a este concursante desde hace semanas. Cora volvía al tema de si en algún momento no ha incendiado más a Carmen en las discusiones. De eso mismo le acusaron con Nissy. Nunca he visto nada que se le parezca a eso, más bien todo lo contrario, como ya dije en su día. Pero como decía el mayor propagandista nazi, Joseph Goebbels: “Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. Luego dicen algunos que Rafa no para de mencionar a Carmen, como si lo hiciera para dar lástima al espectador. ¡Pero si no dejan de recordarla! Así no va a poder pasar página.

Dicen algunos psicólogos que a veces nos convertimos en los malos del cuento, el “lobo” de ‘Caperucita Roja’. Esa persona que por decir la verdad en voz alta o actuar según sus impulsos y valores se convierte en el personaje malévolo de la historia, el responsable de que la fábula deje de tener color de rosa. Cuando hay un elemento que no responde a lo que esperamos calificamos a esa persona como desconsiderada, o incluso tóxica. Pero debemos saber quién hay bajo esa caperuza de color encarnado. Caperucita es una niña obediente, consciente de que no debe salirse del camino marcado cuando camina por el bosque. Hay que seguir las normas, actuar según lo establecido.

Pero cuando aparece el lobo cambian las perspectivas. Y Caperucita empieza a dejarse cautivar por la belleza del paisaje singular, el sonido de los pájaros o la fragancia de las flores. Se abre delante de ella un nuevo mundo lleno de sensaciones. Como decía Jostein Gaarder: “Un cuento siempre adquiere los colores que le otorga el narrador, el ámbito en que se cuenta y el receptor”. En ocasiones, ser el “malo” en la historia de alguien nos ha permitido ser el “bueno” en la nuestra. Por bajar del plano teórico diré que Carmen fue el malo en la historia de la mayoría en esa casa, pero el bueno en la de Rafa. Y también en su propia historia. Eso no quita que tuviera comportamientos inadecuados por los que ha sido justamente castigada.

Lo importante es saber convivir con autenticidad, sin pieles ni caperuzas. Eso les piden a los concursantes de este formato, a pesar de los peligros que comporta. En una frase muy asociada al mismo: “Ni los buenos son tan bueno, ni los malos son tan malos”. Toñi Moreno insistió a Carmen por lo menos media docena de veces que está en la calle por sus propios actos. Es decir, por su culpa. Pero la culpa y el perdón son estigmas heredados de la educación católica que nos han dado. Y, con esfuerzo, hemos caído en la cuenta de que a veces es mejor arrepentirnos de lo sucedido que lamentar aquello que nunca llegó a suceder. Carmen es producto de sí misma, y demos gracias porque se comportó como ella es, sin importarle ser o no el “lobo” de la historia.

Moleskine del gato

Es insólito que la visita VIP se ponga a limpiar la casa. Belén Esteban les ha advertido por activa y por pasiva de que si no tiran la comida de hace semanas que guardan en el frigorífico les terminará saliendo un alien. Está todo asqueroso. Como sería que Belén ayer se puso a fregar los cacharros. En su primera mañana ya lo descubrió cuando la cafetera se quedó pegada en la capa de grasa que cubre la vitrocerámica. ¡Qué asquete!

No contenta con ayudarles a limpiar un poco, Belén se puso ayer a hacer llamadas para la prueba y a la primera se lo cogieron en Reino Unido y logró que dijeran su frase. El truco ya lo vimos en su edición y consiste en ese tono enfático y expeditivo al que no se pueden sustraer.

Belén se escandalizaba (¿y quién no?) cuando le contaban ayer que se han gastado 20 de los 60 euros que tenían esta semana de presupuesto en chocolate. Y luego criticaban algunos a Carmen por alegrarse de que no superen la prueba. ¿Para qué quieren superarla? ¿Para comprar toneladas de crema de chocolate? No voy a dar nombres, pero hay a quien se le está poniendo cara de pan con tanto chocolate.

Ayer nació una estrella en la casa de los secretos. Qué tiemblen Raúl Pérez y Carlos Latre. Con nuestro otro Carlos les ha salido una dura competencia. Sus imitaciones de todos los compañeros de edición fueron un auténtico espectáculo. Reconozco que a partir de la imitación a Brenda no paré de partirme de la risa.

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