Queda al descubierto la falta de lealtad de Dinio
De repente todo el mundo parece convencido de lo acertada que ha estado la audiencia salvando a Dinio en lugar de salvar a Hugo. Una cura de humildad a este concursante que se lo empezaba a creer demasiado, se dice. De esta forma se tranquilizará y en las 48 horas previas a la expulsión va a medir mucho sus actos. También los demás estarán más contenidos al suavizar las formas Hugo. Van a cambiar mucho las cosas en la casa. Y eso parece que se está celebrando. Desanima ver que nos estamos alegrando de ver gente contenida, que reprime sus impulsos y se controla de forma artificial. ‘La casa de la pradera’ o ‘La aldea del arce’. A eso parecemos condenados por decisión propia.
El Gran Hermano que me enamoró hace casi dos décadas no es de gente contenida. Lo llaman contención y yo escucho fingimiento, pose, irrealidad. También aburrimiento absoluto. Puede aplaudir el público todo lo que desee la perspectiva que al parecer se abre ante nosotros. La audiencia siempre es soberana. Eso sí, no cuenten con mi aplauso. No doy mi aprobación a un Gran Hermano de artificio. Tampoco apruebo que las fiestas se acaben a medianoche porque hay gente mayor en la casa. Eso se defendió anoche en el Límite 48 horas. Pues si así ha de ser, quédense con el resultado, que yo tengo muchas otras cosas para hacer. Porque eso no es Gran Hermano.
Menos mal que confío en Hugo y en el poder que tiene esa casa para sacar la verdad de sus habitantes. Lo ha hecho con El Cejas cuando anuncia con infinita torpeza que va a jugar a desquiciar a Hugo para que le pegue un tortazo y sea expulsado disciplinariamente. “Como le eche cuento y me tire al suelo, la audiencia lo va a ver como un tío de 40 años que está pegando a un niño de 18 y lo van a echar a la calle”, llegó a afirmar. Planeando el piscinazo. Brotó la verdad de este concursante, su falsedad y mala intención. Otro artificio que igual debemos aplaudir también. Conste que de su maquiavélico plan solo me parece mal la intención de tirarse al suelo.
Desconfié desde el principio de El Cejas por una contradicción que no podía augurar nada bueno. Le escuché decir que pretendía ser visto como Diego y no como El Cejas. Este es su personaje, pero él no es así en la realidad. “No voy dando plaka-plaka ni le hablo de esa manera a nadie. La gente se piensa que soy así y luego se sorprenden cuando comprueban que soy un chaval normal”, dijo El Cejas. Lo que no termino de entender es por qué ha querido ser llamado El Cejas en lugar de Diego. El primero y principal consejo a un concursante de este programa es que sea él mismo. No encaja con ello adoptar el nombre del personaje y no el real.
Entiendo que El Cejas pensó que Diego no es nadie. Esa sería, a buen seguro, su explicación ante esta flagrante contradicción. Pero transcurridas dos semanas de encierro ya hemos podido comprobar que tiene más de El Cejas de lo que pretende hacer ver. Pronto se ha descubierto el pastel. En caso contrario no habría sido posible que dijera cosas como las entrecomilladas anteriormente. O aquella frase lapidaria pronunciada por él la noche de las uvas: “Qué pena que estén sancionadas las agresiones”. Son cosas que se dicen cuando está uno alterado, me dirán algunos. Sí, pero no lo ha dicho otro, ha sido El Cejas. No puedo pensar otra cosa que se está privando de usar la violencia por evitar la sanción, no porque le parezca mal. Esto no se lo plantean la mayoría de quienes habitan hoy esa casa, y me atrevo a decir que de los que la han habitado alguna vez.
Anoche El Cejas estaba preocupado, entre otras cosas por haber podido comprobar que su realidad ha salido a la luz. Por cosas como esta creo que no es fácil ver esa casa convertida en un balneario, con gente templada y amable que no se altera por nada. La cabra tira al monte, y si hay una tregua no creo que dure ni siquiera hasta mañana, ni va a ser nada radical. La reacción de Hugo al ver salvarse a Dinio fue de cierto temor. Se salvó la primera semana y esta parece disputarse la expulsión de igual a igual con una concursante anodina, que no ha hecho méritos suficientes para merecer su permanencia en la casa. Normal que estuviera algo impactado.
En realidad, era previsible que Hugo empezase pronto a ser cuestionado por la audiencia porque es el rayo que no cesa y cansa hasta a las ovejas. La duda era si bajarlo de ese carro esta semana o esperar todavía un poco. Después de ver la mala intención y la tergiversación del episodio del albornoz por parte de Noemí, lamentaría mucho que cayera Hugo ante ella. El grupo mayoritario ha logrado lo que parecía imposible, aunque llevo días apuntando en esa dirección. Me refiero a que algunos prefiramos la salvación de Hugo. Que aún siendo un tipo bastante insoportable parezca mucho mejor que el resto.
Mi confianza en Hugo, la diferencia que le veo respecto a los otros, se puede explicar con las reacciones de anoche mismo. El Cejas pedía bandera blanca y decía estar cansado de tanto enfrentamiento. Lo expresaba así: “Ya no puedo más. Ahora no estoy sano mentalmente. Saco la bandera blanca”. Lo dijo por activa y por pasiva, incluso hablando con Hugo. Ofrecía una paz simulada y engañosa, porque al momento hablaba con Mila y llamaba “subnormal” a Hugo. Bonita manera de predicar la paz. Sin embargo, Hugo seguía peleando y le afeaba a Dinio el mal gesto de que no dijera preferir la expulsión de Noemí.
Hugo dijo: “Me quiero salvar y quiero que se quede Dinio. Luego prefiero que se vaya Noemí”. Dinio no parecía su amigo porque evitaba pronunciarse: “Que decida la audiencia, no puedo decir que se deba ir uno u otro”. Era evidente que a Hugo no le podía parecer bien la postura de Dinio y al acabar la gala así se lo hacía saber. “Me ha dolido mucho que cuando te han preguntado quién querías que se fuera no me apoyaras. No te lo quiero recriminar. A lo mejor he interpretado nuestra amistad más allá de lo que es en verdad. Eres la persona con la que me paso todo el día”, le dijo. Dinio respondió: “Es que no quiero que os vayáis ni tú ni ella. Mejor que decida la audiencia”.
Se escuda Dinio en que conoce al padre de Noemí hace 20 años. ¡Qué curioso! Los mismos que conoce a Antonio David. Pero eso no fue óbice para nominarla el jueves pasado. De forma que puede meterle sus puntos, pero no es capaz de decir que prefiere su expulsión porque es amigo de Hugo. El grupo minoritario saltaría por los aires si sale Hugo porque es un grupo que vive más en nuestros deseos que en la realidad. Dinio es de poner los huevos en distintas cestas, no se vaya a quedar sin comer. Hugo no defraudó anoche diciéndole a Dinio las cosas con meridiana claridad. En medio estaba Adara, temerosa de meterse en la conversación tras el encontronazo del otro día. “No discutáis”, se limitaba a decir. Luego lamentaba la situación creada.
Estoy seguro de que a Adara no le parece bien la indefinición de Dinio. Tanto como que es quien más lamentará el final del grupo del búnker. En lo que sí coincidió anoche Adara con Dinio fue en aconsejar a Hugo que pise un poco el freno y se tranquilice. La falta de medida le está perjudicando, principalmente en las galas. El mensaje que traslada a la audiencia es el de un “Hugo contra todos”, cuando viendo el día a día se aprecia más bien un “todos contra Hugo”. La incontinencia y el exceso perjudican a Hugo en la misma medida que están beneficiando a sus enemigos.
Adara confesaba anoche haber ventilado su sentimiento de culpa con la salvación de Dinio. Estaba arrepentida de no haber hecho por salvarle ante la defensa cerrada que hizo Antonio David de salvar a “la brilli”. Luego vino lo que ya se está convirtiendo en todo un clásico: la hora de la manipulación, por Antonio David. Este concursante es David para los que tienen más confianza con él en la casa, pero para mí es el padre Antonio. Un curita moderno, de los que van con vaqueros, alternan en los bares y no llevan puesto el alzacuellos. Aunque lo que más le caracteriza es eso de dar consejos no solicitados.
Antonio David es como una culebra que aprovecha la más mínima ocasión para ir repartiendo la semilla de la división en el grupo del búnker. Culebrea aproximándose a sus víctimas y con la piel de las buenas intenciones manipula todo lo que puede. Y le dejan. Anoche quiso hablar con Dinio para responsabilizar a Adara de que no se salvase el pasado jueves. Disparo de profundidad en la línea de flotación de la nave que tripula el trío del búnker. Una nave que hace aguas. En su intento denodado por destruir el grupo, Antonio David le hacía a Dinio dar la palabra de que a partir de ahora comienza para él un nuevo concurso.
Dinio parecía anoche postrado a los pies del padre Antonio, pero también confío en él. Creo que sus compañeros no se han dado cuenta de que Dinio es capaz de desquiciarles a todos muchísimo más que Hugo. A este lo repudian y hacen todo lo posible porque sea expulsado cuanto antes. No se dan cuenta de que estarán haciendo fuerte a Dinio y, sobre todo, a Adara. Hugo va de cara. Dinio no. Y tengo dicho que Adara será quien aproveche a su favor lo bueno del grupo cuando ya se hayan disuelto. Es la heredera.
En el apartado de las cosas que se pueden olvidar pronto está el intento de carpeta de Gianmarco. Anda con pies de plomo el italiano, parece que no termina de decidirse. Anoche tuvimos la explicación. Cuando Irene y Nuria parecían disputárselo, aunque todos parecían bastante convencidos de que Nuria sería la elegida, nos enteramos de que a Gianmarco quien realmente le gusta es Estela. Esto explicaría su lentitud de tortuga. Debe estar valorando si meterse en un berenjenal, toda vez que ella está casada. ¡Y con un Matamoros! La confesión se la hizo a Kiko. Me gustará ver qué dirán cuando se enteren de esto Antonio David o Mila.
Los celestinos entre Gianmarco y Nuria han sido estos que cito. El padre Antonio animaba el otro día al italiano a intentarlo sin descanso con Nuria. El cortejo que le aconsejaba, como de costumbre sin que se lo hubiera pedido, se basa en la paciencia. Ir poco a poco hasta lograr la conquista por aburrimiento. Mila también hizo de celestina, aunque su táctica consiste más bien en disparar en todas direcciones hasta hacer diana. En este caso sí le pidió Gianmarco su opinión y Mila le dijo que tiene campo abierto tanto con Nuria como con Irene. Incluso metía en ese saco a Alba. De Estela ni palabra, para decepción de Gianmarco. Se siente.
Corea central
Joao le cuenta a Adara (que ha vuelto a ser su mejor amiga) que Pol le pidió no ser mencionado en el programa. Supongo que por eso lo estaba mencionando.
Algo no termina de cuadrar en la curva de la vida de Mila. Ha contado en la casa que el gran amor de su vida le llegó con más de 50. Su último amor. Sin embargo, no le mencionó en la curva. De Encarna Sánchez ni hablamos.
Kiko pidió a Hugo que no le llamase Cantinflas. Le hizo caso y ayer no lo dijo ni una sola vez. Prefirió decirle “Glorio Camilo”. Mucho mejor, ya lo creo.
Anoche se quedaron sin recompensa y nadie se quejó. Durante el diario que presenta Lara Álvarez se pudo ver que salía numerito y en el búnker no había nadie. Teniendo en cuenta el silencio en la casa, adivine el lector de qué grupo eran los encargados de vigilar los números a esas horas.
El Cejas cuenta que ha escuchado gritos del exterior. Parece ser que decían “Hugo cabrón”, pero algunos fabulaban que si él lo hubiera escuchado diría que había oído “Hugo campeón”. Pues, mira tú, le quedan bien las dos.
Moleskine del gato
Los porcentajes ciegos se aproximaron mucho durante la gala de anoche, lo cual anuncia una gala de infarto mañana. Así estaban al final del programa: 52,5 % y 47,5 %.
Nuria no ha dormido la pasada noche en la casa de Guadalix. Tuvo que ser evacuada por una reacción alérgica que evoluciona favorablemente, a pesar de lo cual anoche pidieron a sus compañeros que hicieran su maleta. Esta noche sabremos en el Última hora si regresa o no al concurso. Una lástima que no fuera así. En todo caso, deseo que se mejore prontamente.
En el escrito de ayer llamé repetidamente Elsa a Estela. Con esta concursante me pasa como con algunos muebles de Ikea: me cuesta recordar el nombre. Disculpas máximas.