Desi esconde el maquillaje de Argi y no piensa devolverlo
Dice Desi: “¡Me cago en tus muertos! No te doy los maquillajes asín me vaya mañana”. No está hablando con Argi, dueña de “los maquillajes”, como dice esta concursante, sino con Yessica, a quien le confiesa ser la autora de este robo. Dígale robo, sustracción o como sea. La reacción de Yessica es entre escandalizada y divertida, lo cual no deja de ser curioso. De esa misma forma reaccionaba al acoso de Adrián, a quien no le dejó nunca claro que le estaba pareciendo desagradable su actitud. Su reacción fue siempre sonreír. Ella sonríe siempre, y así es imposible saber lo que piensa. Adrián ha tenido que darse por enterado cuando la ha visto muy unida a Igor.
Porque sí, queridos amigos, Yessica ocupa para Igor el lugar dejado por Miriam. Ahora es ella a quien acaricia la pierna y toman el sol cogidos de la mano. Aunque, a decir verdad, Igor es muy de acariciar la pierna. Hablaba con Noe y le acariciaba la pierna. Consuela a Raki y le acaricia la pierna. Anoche masajeaba a Sonia, despertando celos y odios africanos en Kristian. Este chico me recuerda a Honorio Sigüenza, personaje protagonista de la novela El pecador impecable, de Manuel Hidalgo. Las mujeres eran su devoción y se sacrificaba por ellas. Pero ¡de qué manera!
Volvamos al asunto del día, que son los “potes” de Argi, como los llama Desi. “Te callas la boca, ¿eh? O no te cuento más nada”, le decía a Yessica tras confesar su fechoría. “¿A ella qué le duelen los potes? A mí me duele que me nomine. Ahora que se joda”, argumenta Desi. Por llamar argumento a cualquier cosa, claro. Porque la actitud es bien infantil: tú me nominas, yo te quito el maquillaje. Quid pro quo, Clarice. Ah, no, que me estoy yendo del tema. Sigue explicando Desi: “Ella a mí me ha jodido, yo la jodo a ella. ¿A ella qué le duele? ¿Esto? Pues ahora que se joda (...) Además, digo una cosa, no te puedes imaginar dónde está guardado. Y es que, aunque me vaya, no se los doy”.
Yessica piensa que debería haberle quitado unas bragas en lugar del maquillaje, porque el maquillaje es personal. Claro, claro, ¿quién puede decir que unas bragas sean algo personal? Las bragas son material público de libre disposición, mientras que el maquillaje es algo íntimo que nadie debe tocar sin permiso de su dueño. Creo que lo dice en el Código Penal, apartado de enseres personales, uso público y privado, subapartados de potes y lencería íntima. ¡Vamos hombre! Lo cierto es que Desi no parece atenerse a una ley basada en el Derecho Romano, sino más bien a la ley del talión: “Ojo por ojo, diente por diente”. Ella en eso se ha quedado en la Edad Media.
No quiero pensar en lo que puede pasar el día que le nominen varias personas. Imagine el lector que son todos los que le dan un votito a Desirée. Esto puede convertirse en una batalla campal. Muy divertida, eso sí. Tratándose de quitarle a cada compañero su bien más preciado creo que Igor le tendrá que aplicar la ley islámica esa por la que cortan las manos, y así no podrá tocar pierna ajena ni huevada propia. Ambas son sus actividades preferidas, a las que se entrega con empeño propio de un estajanovista.
A Sonia le tendría que quitar el estropajo y a Kristian el cepillo del cardado. Con Susana lo tendría complicado: no le quedaría otra que exterminar a los hombres de la casa. Si bien, con quien se encontraría problemas es a la hora de quitarle algo es a Raki. Sin pensar en el alcohol de las fiestas, anoche incluso no lo probó porque al parecer anda medicándose, ella necesita pocas cosas. Su mundo interior es tan rico y diferente que no está sujeto a lo material. Cuando un operador de telefonía móvil le hace una oferta para cambiar de compañía en lugar de minutos para hablar y gigas para navegar, le debe ofrecer flores de colores y confeti ilimitado. Con eso se la gana uno.
Lo más curioso es que Desi está convencida de que Argi la nominó a mala leche. O sea, igual con los demás no tendría semejante reacción. Hay nominaciones de buenas y nominaciones de malas. Una cosa es nominar desde el cariño y otra desde el desdén. O algo así. Los Borbones, por ejemplo, nominarían con orgullo y satisfacción, lo cual da una prestancia que no está al alcance de cualquiera. Y, sin ir más lejos, el que escribe esto nominaría de uñas y bufando. O sea, me quedaría sin mi raspa de sardina porque Desi me la escondería en un lugar secreto al que nadie puede acceder.
Tal vez esté pasando por alto que al mismo tiempo que ladrona confesa (entiéndase el tono humorístico con el que escribo la palabra “ladrona”) Desi se está volviendo a retratar como la gran faltona de Gran Hermano catorce. No diré que no entiendo a quien pueda ver a esta concursante graciosa, pero para mí tiene menos gracia que regalarle a Stevie Wonder una película de cine mudo. Maldita la gracia que me hace verla dedicar improperios a otra concursante. Desde el “¡Me cago en tus muertos!” hasta el “hija de puta” que ella dice como piropos, escudándose en que en su pueblo hablan así. Pues menuda gracia entrar a ese pueblo y salir etiquetado como un hijo de puta. Que me diga exactamente dónde es eso para no ir nunca.
Recuerdo ahora que la semana de su entrada en la casa grande hubo vídeos para llenar medio programa del debate recogiendo reacciones en la casa, algunas de no demasiado amables y otras de sorpresa. Desde entonces, también hemos visto hasta hartarnos vídeos con las gracietas simpáticas de Desi. Es decir, hemos pasado de la Desi víctima del rechazo a lo distinto a la Desi “tonta del bote”, como si se tratara de una nueva Lina Morgan para nuestro panorama televisivo. Ahora podríamos hacer hasta un largometraje con los insultos e improperios de una Desi faltona y maleducada, que falta al respeto de algunos compañeros de forma repetida.
Fuera de bromas, me parece un auténtico escándalo que se permita esa campaña de Desi denigrante para con Argi y el dolo producido al esconder un objeto personal suyo. No digo que Gran Hermano deba intervenir, pero cuando menos me está empezando a urgir que se desenmascare a este personaje, si no delante de sus compañeros al menos ante la audiencia que solo se nutre de la información aportada en los vídeos de galas, debates y resúmenes. Se hace necesario descubrir de esa forma cómo es Desi, y evidenciar el daño que está haciendo a una persona como Argi.
Independientemente de que Argi lo merezca o no, que no lo merece, es algo que no se puede permitir. En otras ocasiones anteriores he opinado igual. Recuerdo cuando dos concursantes hurgaron en la maleta de Dayron buscando algo de manera infructuosa, o a ese Gerardo Prager encantado de que le quitasen cosas personales porque él con tal de tener migajas de protagonismo es capaz de cualquier cosa, entre otras dejarse robar de muy buen grado. También creo recordar que en alguna ocasión se ha hecho determinado tipo de advertencia a quien robaba tabaco a los compañeros (ayer también se quejaba Kristian de que le faltaban cigarrillos). Lo tengo en una nebulosa dentro de mi mente y puede ser que me equivoque, pero posiblemente fuera un precedente.
Ayer había un clamor entre las comunidades de seguidores y en redes sociales pidiendo una sanción a Desi por su ataque contra la propiedad privada. Personalmente no haría tal cosa, pero creo que cuando la “autoridad” descubre el robo está obligada a alertar del hecho a la víctima. Tal vez sea una intervención excesiva por parte del programa, pero no mucho mayor de las que nos estamos acostumbrando a ver. Este es el Gran Hermano en que los familiares pueden comunicarse con los concursantes y decirles que no tengan momentos íntimos dentro de la casa o advertirles de que no sigan rozándose con la de al lado si quieren tener opción a recuperar su relación rota en el exterior. Ante esto, descubrir el delito de Desi parece una fruslería.
Nada más lejos de mi intención que decirle al programa lo que debe hacer, cosa que detesto. Se trata más bien de fabular un poco, intentando imaginar las consecuencias que tendría en el grupo en su conjunto, no solo para Desi y Argi, que esta última tuviera conocimiento de este hecho. Imaginemos por un momento la próxima gala comenzando con mi querida Mercedes llamando a la sala de confesiones a Argi. La casa expectante. Entonces podrían poner en privado la conversación de ayer entre Desi y Yessica, en la que aquella se descubre como autora de la desaparición del 'set de maquillaje' de Argi, con insultos y descalificaciones incluidas. Insisto en que no es mucha más información que la aportada a los concursantes por familiares y amigos hace un par de galas.
Sería todo un espectáculo ver a Argi volver del ‘confe’ y comprobar si decide ejecutar en el momento o más tarde. No sé si un enfrentamiento en directo de Argi contra Desi podría terminar convirtiéndose en un juicio sumarísimo de todos a la autora de este robo, o como lo queramos llamar. Lo que no me ofrece la más mínima duda es que la mayoría de la casa respondería nominando a Desi. Y ahí tendríamos el efecto acción-reacción esperado. Si a una nominación responde ocultando un objeto personal, sin intención ninguna de descubrirlo nunca, lo cual equivale a su desaparición, ante una nominación casi colectiva igual se vuelve loca, por decir algo.
Pasando a otras cosas (no muchas destacables del día de ayer), Yessica le ha confesado a Adrián que le intentó nominar. Maldita manía tienen la mayoría de descubrir su juego. Lo veo innecesario, francamente. Ahora bien, en este caso creo que lo hizo no por sanar su mala conciencia sino para exculparse. Confesando que intentó nominarle, pero no pudo porque la pelota se negó a entrar en la canasta (cosas de Nacho ‘muñeca rota’) le está diciendo que no está nominado por su culpa. Por si acaso le interesa saber que él e Igor se nominaron mutuamente.
Asistir a una conversación entre Iván y Adrián es tan poco ilustrativo como ver un documental del National Geographic sobre la vida del percebe. Dicen que han congeniado muy bien y dicen sorprenderse por la nominación de Yessica a Adrián. Lo puedo entender, sobre todo por lo que decía antes de la eterna sonrisa. En eso es la antítesis de Iván, que parece la reencarnación de Buster Keaton, solo que sin gracia. El rostro inexpresivo de este concursante contrasta con la 'sonrisa Profidén' de Yessica.
En la charla que se producía ayer tarde entre el hombre sin gesto y ‘tatraigo’ pudimos asistir al momento cumbre de escuchar frases como: “No es oro todo lo que reluce aquí”, o “Con lo fácil que es ser uno mismo”. La primera sentencia viene a ser una revisión del clásico “Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos”. Lo segundo es un lugar común que no se puede aguantar. Sobre todo dicho por alguien como Iván. Porque, sin querer faltar, el problema de Iván es que si es así no debería haber entrado nunca en Gran Hermano. Por mucho que su exnovia siga pillada por él y dijera que quería entrar en la casa para que pudiera verla por la tele. ¿No entendieron el mensaje? Para verla por la tele, que es desde donde debería estar viéndola a partir del próximo lunes.
Me rebelo ante la idea de perder a Igor o Argi teniendo nominados a seres ectoplasmáticos que no llegan ni a muebles. Un mueble cumple su función, y en ocasiones es tan útil como necesario. Iván no es ni una cosa ni la otra, más o menos como le pasa a su exnovia, que primero llora pensando que él la va a nominar, y luego termina siendo ella quien le nomina. No puede ser que la audiencia votante odie tanto este programa. Igor no puede abandonar esa casa por muchas razones, la principal porque en dos meses aportó al mismo muchas más tramas que cinco o seis concursantes juntos, posiblemente centenares como Iván. Mucho menos ahora que empieza a estar bastante pegado a Yessica, lo cual se me antoja interesante. Con Igor las carpetas no existen, me da la impresión de que él va directamente a abrir el bloc de anillas. En canal.
Moleskine del gato
Dice Sonia que tiene miedo de salir nominada y que esa sea su última oportunidad. Primera y última, en realidad. A mí me pasa igual. Bueno, no exactamente. Miedo, lo que se dice miedo, no tengo.
Fiestas cortas y de comienzo tardío (como la de ayer) solo se pueden dar por bien empleadas si aparece Raki al final y monta el show. Yo quiero la medicación de Raki, y la quiero ya mismo. Contó que es “maníaca” a la hora de dormir. Ni “maniática” ni “mañica”: “maníaca”. Propuso que comieran más galletas porque curan la ansiedad y se le ocurrió que a quienes solo les guste la nocilla negra coman solo la negra. Todo sentido común, ¿que no? Cuando Igor se hizo el gracioso (que no le va) y preguntó si comer solo nocilla negra es de racistas, Raki respondió: “Hay tres cosas de las que no opino: ni de política, ni de fútbol, ni de negros”. Esta chica es un de descojone.
Dejo cartelera, con Igor, Kristian y Sonia en Gangs of Guadalix, que New York queda más lejos. Por Montse Juanilla.