Con Adara termino hoy la serie de daguerrotipos de esta edición. Antes de eso alguna cosa de ayer, entre las pocas que se pueden contar en el compás de espera que viven ante la inminente final de mañana. Ayer les mostraron algunos titulares de los que no han tenido noticia por estar encerradas. Nada de que todavía no hay gobierno o que uno de los nombres más mentados últimamente es el de Greta Thunberg, esa una joven de 16 años comprometida con la lucha contra el cambio climático. Los titulares eran más o menos anecdóticos, como que el Tribunal Supremo reconoce el derecho de los trabajadores a recibir una cesta de Navidad o que el ministerio de Sanidad advierte del riesgo de chupar las cabezas de las gambas. Pero en medio de tan accesoria información hubo algo que les toca más de cerca.
Era Mila la más interesada porque trata de su programa. Decía así el titular: “Sálvame ficha a un concursante de GH VIP 7 como colaborador”. De inmediato empezaron a manejar nombres posibles: Hugo Castejón, Dinio García, Antonio David Flores y Kiko Jiménez. Mila fue escuchar Hugo y pedir que no siguieran hablando de ello, pero luego pasó interminables minutos sin otro tema de conversación. Creo que le hubiera preocupado menos si le dicen que tiene una inspección de Hacienda. La posibilidad de tener como compañero de programa a ese que ella llama despectivamente “el repescado” llegó a obsesionarla con más rapidez que la de tendría Forrest Gump en Sanfermines.
Mila en eso es como Alba, a ambas les gusta despedir gente en la tele o impedir que los contraten. Ese espíritu de jefe de personal ya lo demostró Alba antes de entrar. Le comunicaron que estaba seleccionada para ser concursante de esta edición en el programa ‘Ya es mediodía’, donde trabaja. A su lado estaba Miguel Frigenti, de quien dijo entonces: “Si me critica mucho que lo despidan”. Les bromes porten aigua, se dice en catalán. O sea, que detrás de una broma siempre hay una realidad. Esa idea la lleva arrastrando desde antes de entrar y no ha parado de repetirla desde entonces. Mila, por su parte, también ha estado repitiendo que no piensa compartir plató nunca con Hugo Castejón y la sola posibilidad de que se deba desdecir la puso anoche mala.
Descartó a Antonio David por un motivo que Alba entendió enseguida, por lo que no le hizo falta especificarlo. Me gustaría saber qué era eso en lo que estaban las dos pensando, pero en cualquier caso están equivocadas porque ese es el fichaje del que hablaba el titular. También descartó Mila de forma convencida a Kiko, no muy querido en ese entorno, y a Dinio, por razones evidentes. Todo llevaba a Hugo, azote de Mila, uno de los pocos que se atrevió a contradecirla y en más de una ocasión le cantó las verdades del barquero. De ahí su temor a encontrarlo sentada en la misma mesa que ella, o la de enfrente.
Daguerrotipo de Adara
El mayor obstáculo es pequeño para Adara. No se para ante nada para lograr sus objetivos, ya sea ganar el concurso o dejar al padre de su hijo. Para ella el fin justifica los medios, lo cual ha demostrado en estos tres meses. Nada le ha importado hacer justo lo contrario de lo que siempre se pide a un concursante de Gran Hermano. “Sé tú mismo”, “no finjas”, les repiten sin cesar. El engaño es castigado por la audiencia más o menos dependiendo de quién esté implicado en ello, pero de lo que no hay la más mínima duda es que más tarde o más temprano será descubierto. Es prácticamente imposible mantener algo oculto sin que salga a flote durante tres meses de encierro. Tampoco tuvo reparo Adara en traicionar a uno de sus pocos amigos en la casa. Y, una vez supo que se había escuchado lo que contó del padre de su hijo, algo que en principio desconocía, en lugar de rectificar y no volver a repetir las ofensas prefirió insistir en ellas esta vez con luz y taquígrafos. Ya digo, no se para ante nada.
Adara es la participante menos famosa de las finalistas. Imagino que fue seleccionada para ser concursante de esta edición al ser una de las exconcursantes más reclamadas de entre las recientes ediciones de anónimos. No tener uno de los cachés más altos era uno de sus atractivos. También la posibilidad de saldar con ella una deuda pendiente desde 2016, cuando fue expulsada ante uno de los mayores muebles de aquella edición, el francés Alain. Entonces Adara tuvo mucha prisa por tener carpeta. Que fuera mi favorita y ganadora moral de GH 17 no quita para que nunca tuviera duda alguna de que había entrado con el clarísimo objetivo de formar una carpeta que pudiera ayudarla a durar en el concurso.
No creo que en este GH VIP haya tenido un planteamiento muy diferente al de entonces, pero las cosas nunca salen igual. En aquella ocasión lo intentó con Rodri y siendo un hueso duro de roer vio que tenía esperando a Pol, encantado de haber sido finalmente el agraciado. Al principio de esta edición la vi excesivamente pegada a Hugo Castejón, aunque su pronta expulsión impidió que prosperase con él ese presunto plan de Adara. Sinceramente creo que planeaba dejar a Hugo Sierra estando dentro de la casa y hubo de esperar hasta que Gianmarco ya había descartado a algunas otras candidatas. Nuria quedó excluida por un melocotón, Estela por culpa de Kiko y Alba porque se dio cuenta de que manejaba varias cartas, cuando no barajas enteras.
Una vez fijado el objetivo y comprobado que respondía de forma adecuada había que justificar la deslealtad a su pareja. Fue entonces cuando puso a aquel de poco apasionado y vago, aparte de sugerir algunas otras cosas. Nada bonito, en todo caso. Muy pronto habló de su miedo a la custodia compartida. Sin haber dado ni siquiera un beso a Gianmarco ya estaba planteando cosas que demostraban su posible intención de romper la relación con el padre de su hijo. Parece poco probable que no fuera algo pensado previamente. Dice un poema de Pedro Salinas: “No necesito tiempo para saber como eres, conocerse es el relámpago”. Coincido con esto y creo en los flechazos, pero en este caso no puedo apartar de mi mente la idea del plan preconcebido.
Sin entrar en valoraciones morales y alegrándome de que Adara encuentre su felicidad, con Gianmarco o como sea, su fallo está en denostar al padre de su hijo de tal manera. Era innecesaria la ofensa y no vale el pretexto de que no creía estar siendo grabada-barra-vista-barra-escuchada. Aunque cuesta creerlo, demos por buena su convicción de que no estaban siendo públicas sus conversaciones con Joao sentados en el suelo en un rincón de la sala de confesiones. Siendo así, no pareció importarle mucho volver a repetir el reproche sobre la falta de actividad sexual con su pareja hablando con las otras tres finalistas y ya sin ninguna duda de que podría salir en el directo o en vídeos de las próximas galas. Y eso que Hugo Sierra ya le había dejado claro que no estaba tan molesto por la relación que había tenido con Gianmarco como con verla contar intimidades que no interesan nada fuera del reducido entorno de la pareja.
La deslealtad hacia su pareja discurrió de forma paralela a la ruptura con Hugo Castejón. De Hugo a Hugo y tiro porque me toca. Imposible demostrar si arremetió contra el que había sido su mayor cómplice en la casa cuando se dio cuenta de que era un duro rival al haberse salvado de la nominación con un ridículo porcentaje. Ni siquiera creo que fuera realmente así. No dudo que dejase de simpatizar con Hugo y empezase a molestarle su presencia y hasta escuchar su voz. No parece nada extraño que así fuera. Tampoco pienso que se deba decir todo a la cara, por lo que entiendo el silencio en estos casos.
Es muy violento decir a quien era tu amigo que ya no lo soportas. De hecho, nunca he reclamado esto a Adara, pero tampoco me parece ni medio normal decir fuera de cámaras lo que habló con Joao sobre Hugo y que al día siguiente se comportarse con él como si fueran dos grandes amigos. La traición a Hugo Castejón no fue cuando le llamó “loco” hablando con Joao, sino cuando compartía intimidades con él como si siguieran teniendo la buena relación de siempre. También cuando puso como excusa que Hugo se había apartado de ella por pasar mucho tiempo con Gianmarco y Joao, lo cual es completamente falso. Más bien vi a Hugo aguantar sin rechistar que ella le diera la espalda en esos momentos. Viendo su buena relación con Joao pensé que no era nada rencorosa, lo cual desmiente que tratase con tanto desprecio a Hugo el día de las cuentas pendientes.
Por todo lo anteriormente descrito descubrí una Adara tan ambiciosa como poco íntegra. Sus incoherencias tienen justificación en sus objetivos. En definitiva, es como ese niño que no tiene capacidad para valorar la conveniencia de comerse una porción más de tarta en cuanto cree que su cuidador no le está observando. Quiere tarta y la consigue de la forma más segura. Nada importa si debía o no cogerla. Tampoco mentir para ocultarlo. Ni siquiera pone el freno Adara antes de llamar “puto loco” a Hugo, cuando todos la hemos visto sufrir porque Miguel la calificara de loca en su anterior edición, o cuando en esta Antonio David le cambiaba el nombre por el de “Tarada”.
Reconozco en Adara su capacidad para renovar las tramas y obtener un protagonismo enorme que poco se corresponde con su perfil. Aparte de un carácter alegre e impetuoso, incluso algo atolondrado en ocasiones, no se puede decir que aporte mucho a la convivencia. Ni es una excelente trabajadora, ni tiene una conversación apasionante, ni destaca por su capacidad para relacionarse en grupo. Siempre ha sido una concursante enfrentada a la mayoría, y eso sí que da réditos importantes. Nos ponemos siempre inevitablemente del lado del débil.
Me planteo qué hubiera sido de Adara sin su traición a Hugo Castejón o la relación con Gianmarco y la imagino más mueble incluso que Noemí. Aunque lejos de ser algo negativo lo destaco como un mérito. Partiendo de tan poco logró Adara convertirse de forma inesperada en protagonista de esta película. Siempre inesperada. También reconozco en ella el mérito de haber logrado ser vista por sus compañeros como principal candidata al triunfo. Y no estoy hablando de las últimas semanas sino casi de las primeras. Le pasó lo mismo en la otra edición, aunque esta vez no parece haberla perjudicado como entonces.
No afectó mucho a Adara figurar como la gran favorita. Esto fue así porque muchas veces tuvo porcentajes mínimos en los votos, lo cual significa apoyos máximos. Superar ocho nominaciones hace callo y debe dar una fuerza enorme para llegar feliz a la final. Hablar libremente con Joao ajena a las cámaras le podía haber proporcionado un positivo halo de concursante auténtica, pero que lo hiciera de manera consciente (si bien equivocada) hace que la vea como la negación de la autenticidad. No quiso compartir la realidad con la audiencia, lo cual es la muerte del formato. Imaginemos por un momento que todos buscan el ángulo muerto de las cámaras, se tapan el micrófono y susurran. La realidad dejaría de estar al descubierto. Se habría inventado la telementira.
A pesar de su poca transparencia, Adara ha llenado la pantalla con sus dudas, sus contradicciones, sus lealtades y deslealtades, la noria de sus sentimientos y una montaña rusa de emociones. Ha vivido una historia de amor algo coja, pero suficiente para contentar a la afición. Y si no lo es exactamente al menos quedará como un calentón. También una ruptura. Por si fuera poco, su mejor amigo terminó siendo expareja de su expareja. Son razones para ganar el maletín, igual para quienes están convencidos de que lo merece como para los que no lo estamos tanto. Solo sea por eliminación, porque ¿quién lo va a ganar si no?
Moleskine del gato
Ayer se probaron los vestidos que llevarán mañana en la final. Mila irá sencilla, pero elegante. Alba con un vestido rojo a lo Gilda con el que está espectacular. Adara uno del que se está hablando tanto más que por el vestido por la forma de llevarlo. Si la capa debe ir sujeta al cuello o abierta se puede convertir en asunto nacional de mayor importancia que lo de las cestas de Navidad, las gambas descabezadas, la formación de nuevo gobierno y la joven del cambio climático, tan polémica. Mi desconocimiento en estos asuntos me impide opinar sobre si debe ajustarse la manga más arriba o más abajo. Mi gusto estético me dice que es el menos acertado de entre los tres modelos. Tanta murga están dando los adaristas que no me extrañaría nada verla con otra cosa en la gala de mañana.
Mila citó ayer una de mis frases preferidas de Groucho Marx. Me refiero a aquello de que no sería miembro de un club que me admitiera como socio. Adara no había escuchado nunca la frase. Es más, no sabía quien es Groucho Marx. ¿Acaso importa llevar un vestido u otro si no se conoce a este genio? ¿Por qué no hacemos que la primera parte de la segunda parte contratante sea la segunda parte de la primera parte?