A ver quién va a creer ahora que los adaristas capaces de expulsar a Ivana Icardi no han podido salvar a Elena Rodríguez y llevarla, cuando menos, hasta la final de mañana. Eso no es fandom ni es nada, tan solo un grupo ruidoso y, con frecuencia, muy molesto. Elena no ha logrado ni un 10 por ciento (9,8) de los votos para ganar este reality, un fracaso estrepitoso para quienes seguían creyendo en un poder que no existe. Todavía esta tarde decían algunos que Elena iba a ganar con el apoyo adarista y portista. El poder adarista son los padres. Espero no volver a oír hablar de ese falso poder después de haber expulsado dos veces a Adara en ‘Secret Story’, no haber logrado su triunfo en ‘Supervivientes’ y verla como obtiene unos pocos más de votos que Marta López o Mayka Rivera en este ‘GH Dúo’.
Se quedan solo los tres candidatos al triunfo, y toca revisar una previsión que no contaba con Asraf Beno porque me parecía imposible que Manuel González y Lucía Sánchez no estuvieran en ese pelotón de cabeza, como dicen en las vueltas ciclistas. Y aun sabiendo que hablando de adaristas no es tan fiero el león como lo pintan, tampoco pensé que Elena pudiera tener un porcentaje tan irrisorio, la tercera parte de cualquiera de sus tres rivales que sí llegarán hasta el último día. Toca recomponer la situación sabiendo que anoche los porcentajes ciegos eran muy semejantes a los del lunes, con pequeñas variaciones entre 0,1 y 0,2 puntos en los cuatro finalistas, que ya son tres.
Volviendo a considerar que el voto de Mayka se distribuyó entre todos, ya sabemos que a Elena le tocó la menor parte. También que el ‘sorpasso’ se produjo, pero no entre Lucía y Elena. En ese sentido, me extrañaría que Asraf Beno hubiera recibido más porcentaje de votos que Manuel González o Lucía Sánchez tras la salida de Mayka Rivera. Por eso pienso que Asraf pudiera ser el segundo más votado del domingo y tercero desde el lunes. Por tanto, en el ‘sorpasso’ Lucía habría superado a Asraf. ¿Por qué niego el primer puesto a Asraf? Obviamente podría ser el ganador, pero me extrañaría mucho que hubiera sido el segundo que más creciera tras salir Mayka. También me baso en lo ocurrido en el último ‘Supervivientes’, donde Asraf fue el último expulsado, no llegando a vivir la final con Adara Molinero y dos semidesconocidos: Bosco Blach y Jonan Wiergo.
En cualquier caso, contrasta que los tres finalistas ya eliminados no tuvieran más de una cuarta parte de los votos el jueves pasado, repartiéndose las tres cuartas partes restantes los tres finalistas que se disputarán el premio mañana. Dejo a un lado los porcentajes ciegos y las posibles identidades tras cada uno de ellos dado que mañana mismo saldremos de dudas. Con estas conjeturas sobre quién tiene un porcentaje u otro solo se consigue fallar al partir de premisas equivocadas. Solo destacaré una última cosa. Desde el jueves el más votado ha subido 2,4 puntos, el segundo entonces y tercero ahora solo 0,3 puntos, mientras que el protagonista del sorpasso ha incrementado su porcentaje nada más y nada menos que 11,5 puntos (del 19 % al 30,5 %).
Anoche Asraf Beno tenía la sensación de que se iba él, lo cual fue verosímil hasta el final porque una vez salvados Manuel González y Lucía Sánchez solo quedaban Elena Rodríguez y él. Aunque en realidad estaban acompañados porque vivieron ese momento de la última eliminación de estas dos semifinales junto a Isa Pi y Adara Molinero. Adara pidió perdón a su madre, supongo que por no haber ido a plató a defenderla. Fue una disculpa con la boca pequeña, porque no es lo mismo entrar como una diva a la casa de Guadalix de la Sierra para abrazarse con su madre que estar dando el callo en plató. Tal vez si lo hubiera hecho no estaría su madre en casa tras lograr menos del 10 % de los votos.
Las visitas “buenas” se completaron con Jesús, hermano de Lucía Sánchez y la madre de Manuel González. En el lado negativo (como decían en el ‘Un, dos, tres…’ cuando iban a anunciar a los tacañones o tacañonas) estuvieron Gloria (hermana de Manuel) y Sara (amiga de Lucía), las dos contra los contrarios de la expareja; Ivana Icardi, otra vez polemizando con Elena, y Miguel Frigenti, demasiado blando con Asraf. Solo esté último se ciñó a analizar de manera crítica el concurso de su oponente. Las hermanas parecen ancladas en ‘La isla de las tentaciones’, por mucho que la de Manuel recomiende a Lucía que pase página. Lo de Elena con Ivana viene de lejos y no han logrado desatar ninguno de los nudos entre ellas a pesar de que al principio del concurso parecía algo posible.
Quiero decir que las disputas que tuvieron anoche con sus visitas las podrían haber tenido igualmente en el primer programa. Solo una parte de lo de Ivana Icardi con Elena Rodríguez hizo referencia a lo sucedido durante estos casi dos meses de encierro, así como el discurso completo de Miguel Frigenti. Tanto en unos casos como en otros los finalistas se lo tomaron bastante bien, tal vez por eso de ver tan cerca el final. Tanto que mantuvieron cierta duda sobre si estaban ya en la final. Al convencimiento de Asraf Beno, que había inoculado en sus compañeros la idea, se oponía que todos los visitantes les daban ánimos diciendo que solo les quedaba hasta el jueves.
Contribuyó a las dudas sobre si estaban en la final que les hicieran poner los modelitos que a cada uno les habían preparado sus familiares para la final. Menos mal que todavía tienen un par de días para hacer los ajustes necesarios en la ropa porque a Lucía Sánchez le arrastra casi medio metro de vestido y a Manuel González se le cae el pantalón. Lo de ella tiene mejor solución, pero cuando a un pantalón le sobran dos tallas solo cabe cambiarlo por otro de la talla correcta. Con lo de la ropa protagonizó Asraf uno de los momentos de la noche al estar a punto de despelotarse en directo. “¿Estamos en directo o no?”, preguntó. Pero lo hizo cuando tenía ya el cinturón desabrochado. Es como lo que hacía la Guardia Civil en la dictadura, que disparaba y luego daba el alto. Al final fue Manuel González enseñando su tanga rojo el del despelote.
Los finalistas debieron agradecer las imágenes que les pusieron de apoyo de sus familiares y otras personas queridas. Especialmente Elena Rodríguez, que barruntaba un desastre porque nadie de su entorno quería dar la cara, a pesar de lo cual estuvo su hija en la casa y su pareja en el vídeo, además de otros familiares y amigos. Visto desde fuera da un poco de pena en comparación con las concentraciones multitudinarias que algunos concursantes lograban en ediciones pasadas. Cuando vi a tres amigas de Lucía Sánchez en la plaza de Callao de Madrid no pude evitar recordarla repleta de gente convocada por la hija de Carlos Lozano. No es lo mismo haber sido concursante en un reality que ser famoso de verdad.
Sin volver a analizar los porcentajes ciegos, que esta temporada me han traído por la calle de la amargura, debo decir que esta final de mañana puede estar muy condicionada por la división del voto. La famosa teoría del 50 por ciento o, dicho con más precisión, de los dos tercios. Los componentes del trío inicial han sufrido la división del voto durante todo el concurso y pueden terminar viendo ganar a Asraf Beno por esta razón. Sus seguidores se debaten entre apoyar a Manuel González o a Lucía Sánchez, dividiendo el voto entre dos concursantes. No hay posibilidad de pedirles un pacto para concentrar el voto entre los dos. No olvidemos que al comenzar el programa ellos llevaban años sin hablar ni tener contacto alguno.
Mucha gente estará contenta con el triunfo de Asraf Beno, si es que este se produce. Pero este gato no lo iba a estar. No porque tenga nada en su contra, ni siquiera me afecta lo visto en realities anteriores porque hago siempre tabula rasa cuando comienza una edición. Sucede que se han implicado y expuesto mucho más Manuel y Lucía que Asraf. Este no solo evitó casi siempre comprometerse, es que le ofendía profundamente que le preguntasen su opinión. No creo que haya estado fingiendo, como dije en su Polaroid, pero personalmente no me creo su personaje amable y lleno de bondad. Tanta inocencia me escama y me produce desconfianza. Por eso preferiría que no ganase él. Por el momento, los tres tienen parecida posibilidad al estar sus porcentajes de votos tan juntos.
A pesar de haber dedicado los primeros párrafos de este escrito a los porcentajes ciegos, dejo aquí constancia de cómo estaban durante la semifinal de anoche y antes de ser eliminada Elena Rodríguez: 32,4 %, 27,3 %, 30,5 % y 9,8 %.
En mi Moleskine de hoy pido un deseo: que se proclame al ganador mañana en la misma sala utilizada en las semifinales, lo cual significaría que fuera el último en salir de la casa de Guadalix de la Sierra, tal como se hizo durante muchas ediciones.