En un movimiento sorprendente y que ha costado entender en la casa, la reacción al inesperado posicionamiento de Zeus Montiel a favor de Laura Bozzo para la expulsión de este jueves le terminó costando a Carmen Alcayde que José Antonio Avilés le llamase “sanguijuela”. Todo tiene su explicación, pero no quiero pasar la oportunidad para repetir algo dicho ayer mismo en esta misma página. No entiendo por qué no se le dice nada a Avilés cuando llama “desquiciada” a una espectadora anónima o “sanguijuela” a su compañera Carmen Alcayde. Cuando Alex Caniggia llamó “ridícula” a Oriana Marzoli fue reprendido por la persona que conducía el programa, igual que si algún otro miembro del equipo naranja llamaba “rata” a Avilés. Debería corregirse el trato poco igualitario de unos insultos y otros.
¿Por qué paga el pato Alcayde de algo que no iba con ella? Muy sencillo, porque está nominada. Además, a ojos de los concursantes, ella y Avilés son los más votados, aunque con una evidentísima diferencia cualitativa: uno lleva más del 80 por ciento y el otro está sobre el 10. Pero en la casa no conocen los porcentajes esta semana, supongo que por no dar pistas sobre la aplastante diferencia de votos que lleva el más votado. Avilés trabaja sobre la hipótesis de que se batirá en duelo el jueves con Alcayde, por eso se prepara para ello. Da igual el arma a utilizar en dicho duelo, porque para este concursante es mucho más importante la tralla previa contra su enemigo, y ahí no puede manejarse mejor. El juego sucio y las puñaladitas por la espalda son su especialidad.
Es impresionante la consecuencia de un posicionamiento excepcionalmente adelantado al domingo y solo respecto a los dos menos votados antes de la salvación. Susana Bianca ha aprovechado la circunstancia para poner de nuevo distancia con Zeus Montiel. También le ha reportado a la canaria una pequeña discusión con Jessica Bueno que pudiera ser el comienzo de una enemistad. En este caso la consecuencia más importante ha sido para Zeus. Y moviendo los hilos un José Antonio Avilés que anoche ponía el grito en el cielo cuando las tres componentes del equipo naranja afirmaban y se mantenían en la idea de que su entrada en la casa ha podrido todo, además de ser el principal responsable de la salida tanto de Albert Infante como de Alex Caniggia.
Iré paso por paso. Principalmente Michael Terlizzi, pero no solamente él, acusan a Zeus Montiel de estar manejado o influido por Susana Bianca. Dejando a un lado la discusión semántica, a la que se agarraba hoy el italiano para desdecirse, esa era la conclusión a la que llegaban desde ambos dormitorios, pero principalmente en el azul, tras posicionarse el cantante a favor de Laura. Era lo mismo que había hecho Susana, quien no defendió a su novio (llámesele novio, sirviente o lo que sea) de las acusaciones comentadas. Zeus, enterado de esos comentarios, rechazó de plano haberse posicionado influido por Susana.
Michael comparte con Carmen esa crítica, bastante admitida en la casa, sobre Zeus, sin dar su opinión al respecto. Pues bien, Avilés aprovecha para concluir absurdamente que quiere desestabilizar al grupo y mezcla esto con una retahíla disparatada de otras acusaciones. El objetivo de este concursante es Carmen Alcayde, pero no deja pasar la ocasión para, al tiempo, intentar romper el team naranja proyectando todo tipo de dudas sobre su enemiga. Cualquiera que siga el programa sabe que ni Carmen planea apuñalar a Laura ni ninguna otra de las conspiranóias inventadas de Avilés.
No solo Avilés metió cucharita, como suele, en esta circunstancia. Susana aprovechó la acusación a Zeus para retomar su queja sobre lo presionada que está porque él no la deja ni a sol ni a sombra. Después de pasarse semanas siendo aparentes siameses, Susana lleva días recogiendo cable. Interpreto que está valorando si le conviene poner distancia de verdad, es decir, la ruptura definitiva. No creo que lo haga por no quedar como una desagradecida después de que él usara un dinero que no es suyo, y no parece que lo fuera a ser nunca, para devolverla al concurso. Pero quiere manejar sus pasos, decirle dónde debe quedarse esperándola cuando está con otras personas y los días que toca dormir o no juntos.
Susana Bianca cometió la misma noche del domingo algún error de planteamiento. Afirmó que a veces necesitaba ir al dormitorio naranja para divertirse, pero no va prácticamente nunca. Tampoco le hizo gracia a Jessica Bueno porque parece decir que en el azul no se divierten. A esta le dijo también que iba a estar más con ella porque ahora está sola. Lógicamente, pensó que si estaba con ella era por pena, y no lo necesita porque sabe gestionar bien sus malos momentos sola. Es cierto que todos han quedado poco abrigados tras salir de la casa cuatro personas en dos días, a lo que se unen las expulsiones anteriores, casi todas del dormitorio azul.
Diría que Susana utiliza a Jessica para justificar esa distancia que intenta poner desesperadamente con Zeus. Sobre este se quejaba de que no sabe relacionarse, a lo que Jessica respondía: “Tú tampoco eres responsable de que esté solo. Si él no se relaciona y no habla es porque no quiere. Ha entrado aquí solo y antes de empezar lo vuestro se relacionaba con todo el mundo. Si está solo es porque él lo decide”. Ahí estaban de acuerdo las dos.
El impulso de Jessica, con quien estuvo ayer hablando mucho rato, le sirvió a Susana para ir a Zeus y pedirle directamente que se relacione con más gente y deje que ella tenga su espacio. No es nada diferente a lo que ya comentaron hace días, pero el tono era más imperativo esta vez. La dulce Susana se convierte a veces en una persona dominante y altiva. Y tanto en unas ocasiones como en otras se describe siempre como una persona maravillosa, llena de buenas intenciones, con un gran corazón y hasta sexy, si hace falta. No conozco a nadie que hable de sí mismo y cuente su vida como si estuviera haciendo una hagiografía.
El mismo Zeus que reconocía hablando con Michael el posible pecado de sobreproteger a Susana era quien le pedía perdón a esta poco más tarde. Ya es curioso que se vea sobreprotegiéndola en lugar de reconocer que ha buscado una excesiva protección de Susana. O sea, al revés para que me entiendas. Prueba de la sumisión que él mismo niega es el tono y fondo de esta lamentable disculpa: “Te pido perdón, aunque no tuviera mala intención. Pero lo único que puedo hacer es intentar cambiar la situación y sacar personalidad. Y mejorar ya no solo como persona… como hombre”. Ese propósito de mejorar como persona y como hombre no sé si me horroriza o me da pena. O ambas cosas a la vez.
Estábamos pendientes del posible récord de expulsión con el cual podría desbancar José Antonio Avilés a Nagore Robles, y no nos dimos cuenta de que la señora de los récords era Laura Bozzo. Según ella, naturalmente. Los porcentajes ciegos estaban así anoche: 81 %, 11 % y 8 %. Espero que, al haber otro salvado (previsiblemente Michael Terlizzi) ese porcentaje suba hasta estar en torno al 90 %. No merece menos. El récord inventado de Laura es más importante. Así lo expresaba al volver de ser salvada este domingo: “Récord de nominaciones, récord de salvaciones y récord de la más apoyada por el público y menos votada para que sea vaya. ¡De toda España!”. ¡De todas España, eh! Y parte del extranjero. En esto convirtió un comentario de Ion Aramendi tan simple, y real, como este: “Eres la nominada menos votada por el público”. El concursante menos votado es quien se salva. Esto es así siempre.
El récord de Avilés está en duda no solo porque se pueda quedar a poca distancia, sin llegar a superarlo, sino por sus amenazas de abandono. Ha sacado a pasear ese fantasma para meter miedo a Carmen, posible expulsada si él sale de la terna de nominados. También en medio de su enfado anoche cuando Laura hablaba de él como el origen de todos los males en esa casa. Según esta teoría, que suscribo, a su entrada en la casa se abrió la caja de Pandora o acecharon las siete plagas. Algo de eso. Lo último es la expulsión disciplinaria de Alex Caniggia y Gustavo Guillermo. Avilés quiso provocar después que Alcayde lo dijera más clarito, supuestamente para usarlo como excusa para abandonar. Pasó mucho rato en el ‘confe’ y salió más calmado. El tono exaltado y amenazante de Avilés merece una advertencia, igual que sus insultos y salidas de tono.
La repesca está tan presente o más en la casa como fuera. De esto hablo en el Moleskine de hoy.