Si antes cuento mi extrañeza porque todavía no hubieran discutido por la compra semanal antes estalla la polémica sobre ese tema. Tengo complejo de gafe desde que hablé de los múltiples abandonos de realities protagonizados por Oriana Marzoli y al día siguiente abandonaba Gran Hermano VIP 8. La compra semanal fue tema recurrente ayer durante todo el día y con un protagonista claro: José Antonio Avilés. Además, tuvieron horas para hablar de este nuevo compañero al estar ausente (imagino que para firmar el contrato o cualquier otro trámite de ese tipo). Los ánimos se empezaron a encrespar en la casa cuando conocieron todos que habían comprado 6 litros de bebida de avena para Avilés y solo 12 litros de leche para todos los demás.
12 litros de leche para 12 personas y con toda una semana por delante significa que cada uno podría tomar tan solo unos 142 mililitros de leche al día, lo que equivale a media taza. Un café cortado y va que chuta. Pero Avilés casi podrá tomarse su litro de bebida de avena al día, lo cual necesita porque si no se autodestruye. La bebida de avena es su bálsamo de Fierabrás, la panacea para el colaborador televisivo. Bien podía haber dicho que le duele la tripa o se le hincha el bazo, pero no, la reacción a no ingerir la mencionada cantidad de esa bebida es mucho más grave y se llama “autodestrucción”.
Seré sincero, prefiero que expulsemos a Avilés votando por la aplicación de mitele a tener que presenciar su autodestrucción. Sus caprichos con la comida van mucho más allá, aunque él dice que es prescripción médica. Pagaría por ver el informe de un facultativo donde se explica el tipo de autodestrucción que experimentaría este paciente si no toma su litro diario, en qué consiste, cómo se manifiesta y, sobre todo, si es peligroso para quienes le rodean.
Mi interés sobre la posible autodestrucción de Avilés no es por razones médicas, sino prácticas. Más que nada por pedir que avisen, sobre todo en la habitación azul, aunque Avilés creo que tiene el don de la omnipresencia, virtud hasta ahora reservada para el altísimo. Cuando digo “altísimo” Luitingo igual piensa que me refiero a Pau Gasol, que es tan de Barcelona como Óscar Jaenada de Esplugas de Llobregat (igual que Mercedes Milá) y no mexicano, como afirmaba ayer. Lo mejor fue este comentario de Luitingo sobre el actor: “Qué bien le sale el acento español, siendo de México”. Claro, mexicano de Esplugas.
Ya contó hace días José Antonio Avilés que cuando dejaba de tomar gluten adelgazaba. Excusa perfecta para decir “estoy hinchado” (por culpa del malvado gluten, claro) en lugar de “he engordado”. Tampoco le sienta del todo bien el gluten a Susana Bianca y no se le ha ocurrido decir nada por no perjudicar al grupo. Sin embargo, Avilés se puso como un energúmeno con las exigencias mientras Jessica Bueno y Marta Castro hacían la compra semanal con el exiguo presupuesto del que disponen cuando no superan la prueba. Menos mal que estaba Marta, porque si es por sor Jessica igual ni nos habíamos enterado de lo sucedido. Pero a Marta le revienta que la tomen por tonta, seguramente porque no lo es y, además, está viva. De Jessica a veces hay dudas respecto a alguno de estos atributos.
No se trata de ponerle trabas a alguien que tiene una intolerancia alimentaria. La rebelión de sus compañeros es porque han visto a Avilés comer pasta normal (con gluten) y anoche se estaba zampando un bol de cereales con chocolate (no digo marcas por no hacer publicidad, pero vamos, eran unos que empiezan por choca y terminan por pic). A Marta lo que más le molesta es que en lugar de encerrarse en la ducha para tomar los cereales lo haga delante de todos sin ningún pudor. Y cuando le hizo notar que estaba tomando algo con gluten le contestó que esos cereales no tienen porque lo había leído en la caja. Se da el caso de que los cereales llegaron al almacén de la casa en bolsa de plástico, sin caja ninguna.
Desde que entró en la casa, Avilés se ha metido en la cocina para hacer empanada y tarta, bien de harina de trigo para todo propósito. Y ha comido lo que él mismo había hecho, por supuesto. ¿Qué celíaco cocina una empanada? Para mayor escarnio, Susana se encargaba de informar al grupo que la bebida de avena (está prohibido llamarlo leche) también tiene gluten. ¡Bombazo informativo! Algunos intentaron que la polémica salpicase al ‘súper’, pero este señaló que debían resolverlo entre ellos, como es natural. Siendo un poco más despiertos se habrían dado cuenta de que en caso de existir la dudosa prescripción facultativa el programa le estaría proporcionando una dieta específica. Basta recordar precedentes como el de Belén Esteban, cuya diabetes es pública.
La respuesta de Javier Fernández fue más radical. Piensa que deberían ponerle su bebida de avena y sus espinacas y dejarle claro que esa es su comida para toda la semana. No puede ser que coma de lo suyo y también del resto. Marta dejó pendiente poner nombres a los cartones de leche y bebidas de avena o soja, pero con los de Avilés no podrá hacerlo porque una vez regresó a la casa y se enteró de la polémica del día se encargó de esconder sus seis litros de bebida antiautodestrucción. Este tema no va a quedar así.
Dice Alex Caniggia que en la casa son 4 leones (Laura Bozzo, Carmen Alcayde, Naomi Asensi y él mismo) frente a 9 ovejas (el resto). Está recogiendo lo dicho por Laura que tanto me recordó a Maite Galdeano. “Sois borregos”, decía la madre de Sofía Suescun. Maite y Laura son las dos un espectáculo como concursantes. Siguiendo con el reino animal, este gato afirmaba hace cinco días que los del dormitorio azul eran un grupo o al menos lo parecían. Lo expresaba así: “Si grazna como un pato, camina como un pato y se comporta como un pato, entonces, probablemente sea un pato. Confirmamos que es un grupo y está bien organizado”. Pues bien, resulta que el pato está realmente en el dormitorio naranja, según pudimos descubrir ayer. Para Laura el pato es Carmen porque va dando pasos como los de ese animal: “Paso, cagada, paso, cagada”. No podía haberlo dicho mejor, una vez más.
Carmen Alcayde sigue empeñada en llevarse bien con aquellos que le metieron tres puntos el jueves pasado. Así, sin vaselina. Claro que Laura no puede reprocharle mucho porque también es un poco pato en este aspecto. Se ha pasado un par de días asegurando que jamás le daría una entrevista a Avilés porque ella cobra 40.000 euros por cada entrevista que le hacen. Ya sabía yo que tardaría poco en cambiar de opinión, aunque fuera en un formato inédito donde entrevistado y entrevistador van intercambiando sus papeles, con un público (los compañeros de encierro) igualmente activo a la hora de preguntar.
Alex Caniggia tiene bien claro lo que quiere para las próximas nominaciones. Su próximo objetivo son José Antonio Avilés y, otra vez, Marta Castro. En esta ocasión es de esperar que Laura siga lo pactado. Le debe tres favores a Alex, a quien ofrece un tratamiento familiar. De Naomi ya no duda ni ella, que ha mejorado su opinión sobre la recientemente incorporada de manera notable. Ahora Laura piensa que Naomi es una chica inteligente. “Entre Marta, Jessi y Susana no suman una como Naomi”, decía. La audacia del argentino va más allá y ayer intentó reclutar para el team a Michael Terlizzi. Me parece buen intento, aunque no confío en que funcione. Lo más probable es que se enteren todos de que le amenazó con nominarlo si no participaba del pacto del dormitorio azul.
Javier Fernández vuelve a decir que se quiere ir. Resulta que entró en la casa teniendo una oferta más interesante. Esto de Gran Hermano da visibilidad, pero él trabaja en el extranjero (menos en Navidad lo de la pista Disney de hielo en la plaza de Colón, en Madrid, que no debe ser mal negocio) y no le vale para nada. Entonces… ¿qué diablos hace ahí? Diría que pedir la nominación a sus compañeros no está permitido. Da igual, es en todo caso una torpeza porque con frecuencia la audiencia ha dejado en la casa a quien quiere ser expulsado. Si se quiere ir que se vaya, y nos deje en paz.
La mala intención que es costumbre en José Antonio Avilés le llevó anoche a ir con algo viejo a Javier. Por comentarios de algunos compañeros sabe que le llamó “marica mala”, lo cual es rechazable siempre. Creo que Javier se equivoca al decir esto, aunque sea tirando de reflejos obsoletos que debería esforzarse por cancelar cuánto antes. Con todo, no creo que tuviera intención de ofender, en cuyo caso se lo habría escupido a la cara. Y vi innecesario que Avilés saliera a estas alturas con el chisme.
La carta de Pilar Llori que Luitingo pagó para poder leerla entera tenía un solo comentario negativo que ya había conocido antes el cantante sobre los ratos que está pasando en la cama junto a Jessica Bueno. Luitingo está convencido de que “no he ido mal encaminado” acercándose a Jessica y generando ciertas dudas de lo que pudiera estar habiendo entre ellos. Este es el argumento de mi Moleskine de hoy. No se lo pierdan porque viene calentito.