Sin ninguna fe en que vaya a ser definitivo puedo anunciar el final de una relación entre amigos. Españoles… la amistad entre Albert Infante y Michael Terlizzi ha muerto. Nunca confío en las versiones definitivas porque siempre hay correcciones posteriores. Visto lo visto en esa casa, aún limitándonos a esta edición exclusivamente, todo puede pasar. Si en un mismo día las situaciones dan varios vuelcos como para estar seguro de lo que pueda suceder de aquí a un par de semanas, ¡o una! La misma conversación que selló esta amistad empezó pareciendo una cosa y terminó siendo otra. Creo que ninguno de los dos tiene las cosas claras… definitivamente.
“Somos dos víctimas, tú y yo”, llegó a decir Michael. Mira qué bien, al menos han llegado a un punto de acuerdo. Porque el martes se peleaban por asignar para ellos mismos el rol de víctima, dejando al otro ser verdugo. Sin ninguna duda, está mucho peor visto ser verdugo. Por su parte, Albert confesaba a su examigo que había ido al ‘confe’ a decir lo mucho que le sigue queriendo. Todo apuntaba a una reconciliación, pero al final el italiano tomó la sensata decisión de decretar el cese de la amistad. Pero no un cese temporal de la convivencia, sino algo con pinta de definitivo. Repito que no me creo nada.
La traumática reunión donde acabó todo tuvo lugar en el jacuzzi y al salir los dos lloraban. Cada uno por su lado, eso sí. A Albert le consolaban los suyos (Laura Bozzo, Carmen Alcayde y Alex Caniggia). El pobre de Michael tenía que contentarse con el abrazo de un Judas Iscariote que habita la casa desde el lunes, y todo indica que se va a quedar a vivir allí un tiempo. José Antonio Avilés tiene una extraña forma de consolar a alguien que llora por la ruptura con quien fue su amigo. “No entiendo por qué lloras. Yo creo que te gusta y no lo quieres admitir”, le decía.
Esto es como el chiste del que va a un bar, pide una magdalena y cada vez que el camarero le dice que no le quedan magdalenas cambia la bebida, pero vuelve a pedir una. Michael harto de decir que no podría tener nada con Albert porque tienen opciones sexuales distintas y el otro erre que erre. A Avilés le sentó fatal la conversación en el jacuzzi ya que todo lo que apuntase a una reconciliación o, cuando menos, a acercar posturas debe ser contrario a su religión. O algo. “Han ido a por él porque no quieren que se arregle conmigo”, dijo la “Infanta”. Blanco y en botella.
No quisiera dar la sensación de que me estoy tomando todo esto a coña, pero me lo estoy tomando a coña. Ayer había otro terremoto al caer la tarde. No está mal como entretenimiento vespertino, casi a la hora del access prime time. Lo malo es que el principal promotor del profundísimo mal rollo que reina en la casa desde el lunes es Avilés. Además de un liante no para de gritar, lo cual me espanta desde niño. “La profesora me grita”, se quejaba el pequeño gato del jardín de infancia. No puedo con su agresividad impostada, menos aún con su estulticia. ¿Qué decir de su ignorancia? Igual que le pasa a Yiya del Guillén utiliza palabras relativamente sencillas cuyo significado ignora para recubrir de una apariencia culta su discurso, pero no encajan. Ella habla del “ánimo de lucro” igual que hace ese sujeto de un vídeo viral para dar a elegir entre pizza y tortilla de patata. Y Avilés justifica hablar de lo que le demuestra Albert con su actitud pidiendo permiso para utilizar esa “jerga”.
El primer día renegué de Yiya y el segundo de Avilés. De momento, es Naomi Asensi la única que no me molesta. Decía la vieja copla “ni contigo ni sin ti tienes mis males remedio, contigo porque me matas y sin ti porque yo me muero”. Más o menos lo que me está pasando con los nuevos habitantes, que me obligan a elegir entre el aburrimiento que rezumaba la casa hace una semana o el hartazgo que me producen los recién incorporados. Son incapaces de salir de un bucle del que son ellos más responsables que los propios protagonistas. No le echen las culpas a Albert, y tampoco a Michael, de que llevemos tres días sin salir del mismo tema. Aquí ha sido Avilés quién ha venido con la idea de hacer que todo explotase.
Dentro de la poca variedad de un bucle como este, percibí ayer cierto giro con visos de alcanzar la categoría de plot twist. Si el martes parecía que una mayoría de la casa se decantaba por apoyar a Michael, ayer se empezó a extender la especie de que este miraba de manera especial a su examigo, sobre todo en las fiestas. No solo eso, sino que casi toda la casa se lo había hecho notar a Albert. Es muy fácil ahora acusarlo de haberse hecho falsas ilusiones cuando le estuvieron metiendo al modelo por los ojos. La tercera candidata para quedarse en la casa, Naomi, lo expresaba con proverbial claridad: “Muchos compañeros han ido a Albert a decirle que Michael le veía con otros ojos, pero ahora nadie lo ha visto”, afirmaba la modelo.
Varios compañeros corroboraron lo dicho por Naomi. La mala fortuna quiere que lo reconocieran en su momento, mientras ahora prefieren quedar en silencio. Ayer lo rompieron algunos para compensar el consenso anterior y parecían estar virando hacia el apoyo a la “Infanta”. Marta fue una de las valientes y lo reconoció sin ambages, también Susana. Albert, como loco, repetía que no mató a cierto torero fallecido en los años 40 del siglo pasado. Esto es, hace casi 80 años. En esta ocasión le añadía el clásico “no estoy loco” que bordara en su día Adara Molinero.
De todo este embrollo provocado por los nuevos habitantes y que ha tenido concentrada nuestra atención tres días enteros saco la conclusión de que, ya sea individualmente o en grupo, somos cobardes y evitamos decir la verdad si un tema no va con nosotros. Javier también pudo haber hablado en el enfrentamiento entre Laura y Yiya. La nueva habitante se puso a escasos centímetros de la cara de su compañera negando haber dicho lo que aquella afirmaba. El expatinador estaba presente y podría haberle dado la razón a Laura, pero no dijo ni pío. Cuando afirmo que Javier no participa me refiero a estos momentos en que podría ayudar a resolver un conflicto. Hablará mucho con su reducido grupo de amigos, pero si se trata de algo del interés común es como si no existiera.
Con Yiya volvió a tener Laura un feo enfrentamiento esta madrugada. Lo único gracioso del primero había sido que llevaban sendas pelucas de la aspirante a concursante. Era como verla enfrentarse a ella misma. Este otro choque no tuvo gracia alguna. Avilés es un liante capaz de desestabilizar una casa en cero coma, pero lo de esta otra nueva adquisición es impresentable. Tiene todo lo que detesto en un concursante de reality y me parece demasiado arriesgado que entre en uno sea cual sea la situación, pero más en la que es. Yo ya me entiendo.
Dentro de la nueva prueba semanal pudieron ver Carmen y Naomi una entrevista que quiso hacerle José Antonio Avilés a Gustavo Guillermo. Jugando a ser periodista le salió un churro de entrevista que hubiera mejorado un alumno de primaria. Con acierto se burlaban de ciertos pasajes de la misma, como cuando preguntó si de niño estaba “enmadrado”. En cuanto a las respuestas, a mí también me hizo gracia que destacara la generosidad de Teresa, la de Terelu, también la de Carmen e incluso la de Alejandra. Todas generosas. Como dijo Carmen Alcayde: “Si lo se les pido dinero”.
Hablaban de mamoplastias y tuvieron un poco de lío entre las palabras “ubre” y “urbe”. Fue Carmen quien tuvo que sacarles del error. Eso me recordó una vieja portada del semanario de humor Hermano lobo, dibujada por Chumy Chúmez y en la que se veía un señor metiendo la cabeza entre los generosos pechos de una oronda señora. Un rótulo describía la imagen y rezaba así: "Con la testa entre las tetas".
Da gusto escuchar a Laura y Alex cuando hablan de puro concurso. Tienen muy claro cómo va esto y hacen análisis con precisión de relojero suizo. Ayer hablaban de las nominaciones de esta noche y ambos coincidían en que deberían quedar nominados aquellos que no lo han estado nunca hasta ahora. A los dos les parece justo que saliese a la palestra Michael, aunque la presentadora no suscribía que quede también Albert, como planteaba Caniggia. Más que nada porque ya lo está esta semana y corre peligro de salir de la casa obligado. Marta Castro, Luitingo, incluso Carmen Alcayde salieron en la conversación como concursantes que aún no se han enfrentado a la decisión popular. Si Alex no cambia el criterio que ha aplicado siempre hasta ahora de nominar solo a mujeres puede que se vuelvan a salvar algunos de los de siempre.
En la casa están convencidos de que ayer hubo sorpasso en las votaciones por algo que dijo José Antonio Avilés. Y, casualidades de la vida, Lara Álvarez anunciaba anoche el primer sorpasso de esta edición. Así estaban los porcentajes ciegos: 40 %, 29 % y 31 %.
Esta noche tenemos una fiesta. Hoy es el superjueves: dos expulsados y el primer aspirante confirmado como concursante de pleno derecho. ¡Nosotros decidimos!
De sospassos y lo que pueda suceder esta noche hablo en el Moleskine de hoy.