Sol Macaluso podría haber entrado a la casa embarazada de nuevo
Jessica Bueno se interesaba por el embarazo de mellizos que perdió Sol Macaluso a finales del mes de agosto, apenas dos semanas antes de comenzar el encierro de Gran Hermano VIP. La periodista le explicaba el triste hecho a su compañera con naturalidad y sin revestirlo de drama, a pesar del duelo que está viviendo todavía. De repente, Sol da algún detalle creo que inédito sobre su situación en estas últimas semanas. “Iba a entrar embarazada, pero no pudo ser”, contaba a la modelo. Sin que esta le forzase en absoluto, añadía: “Aún puede que haya entrado embarazada. Igual no, pero tengo las mismas sensaciones que al comienzo del otro embarazo”. Jessica explica entonces que las mujeres a las que se ha hecho un legrado suelen volver a quedar embarazadas rápidamente, algo que también conocía Macaluso.
Jessica confiesa entonces que a ella también le pasó, sin aclarar en cuál de sus embarazos, e igualmente estando de tres meses, o algo menos. Desconozco si este detalle de la vida personal de la modelo es conocido, pero me pareció que lo contaba con la misma naturalidad que tuvo la conversación entera. Si Sol Macaluso hubiera entrado con su embarazo de tres meses y contando con que llegue lejos en el concurso, habría podido tener una visible barriga en la casa. Si sus sensaciones actuales se correspondieran con la realidad apenas notaríamos nada.
No sería la primera vez que hay en esa casa una concursante en estado de buena esperanza. Verdeliss, embarazada de cuatro meses, supo en GH VIP 6 que esperaba una niña porque le hicieron una ecografía ahí dentro. Me gustó el momento de confesiones entre Sol y Jessica, que se produjo este fin de semana y rescato hoy de mis notas. Sobre todo, porque hablaron con una confianza que no suelen tener dos personas que prácticamente se acaban de conocer. Esto es parte de la magia de Gran Hermano.
El brote de Oriana
Oriana Marzoli en brote porque un nuevo dilema le iba a impedir ver a su novio Daniele Dal Moro, al que conoció en el ‘Grande Fratello’ italiano. A cambio de doce mil euros podían verse durante tan solo tres minutos. Las nada favorables condiciones le hicieron rechazar la oferta, no sin montar antes un monumental escándalo por no poder ver a su novio tan solo cinco días después de separarse de él. En esto tuvo la extrañamente unánime comprensión de todos sus compañeros de la casa VIP. Al menos durante las conexiones en directo, porque después hubo dos concursantes que destacaron de los demás. Me está empezando a parecer que ellos destacan siempre, por otra parte. Se trata de Laura Bozzo y Alex Caniggia.
Hay una cohorte que rodea a Oriana y parecen sometidos a ella. Mientras estos la intentaban tranquilizar prescindiendo de cualquier tipo de crítica ante una actitud tan inmadura, Laura y Alex permanecían solos en el salón. Sin parar de mirarse, Laura decía: “Me fascina. Es una mente maestra. Es una boba”. Y Alex, con sonrisa socarrona, confirmaba: “Una boba, es una wannabe” (término anglosajón que hace referencia a alguien que quiere aparentar o incluso ser otra persona). Laura hacía general el comentario de su compañero de encierro: “Y acá la mayoría”. Todos habían advertido que si Oriana gastaba el dinero no se lo echarían en cara después, pero mi intuición me dice que no hubiera sido así y esa decisión habría provocado roces antes o después.
Poca solidaridad con dos mujeres mayores
Parece como si Laura intuyera lo que habían estado comentando por la tarde la misma Oriana Marzoli y su sombra Marta Castro. Me pareció escuchar otra voz fuera de plano, pero no me atrevo a aventurar quien era. Tampoco hace falta tirar de imaginación porque ya sabemos quiénes forman el grupo más sólido que hay en esa casa. Hablaban de las incomodidades de la cueva, parte de la primera prueba semanal. Marta se quejaba de que Laura y Karina no harán nunca ese supuesto viaje a la prehistoria. “Entiendo que esas señoras no entren, pero entonces ¿qué sentido tiene la prueba? Deberían hacer una prueba que puede hacer todo el mundo”, afirmaba Marta.
Oriana y el infiltrado escuchaban a Marta y aquel apuntaba: “Imagínate que hubieran entrado”. “No hubieran entrado”, aseveraba entonces Marta, y continuaba: “¿Tú te crees que el ‘súper’ va a dejar a Karina siete días ahí dentro?”. Cuando Aguado plantea que posiblemente hubieran dado la opción de que alguien se cambiase por ellas reaccionaban con firmeza las otras dos interlocutoras. Marta: “Pues yo lo siento mucho, pero…” Oriana: “Yo lo siento mucho, pero yo tampoco quiero ir a pasarlo mal”. No debo escribir lo que pienso de personas que no entrarían en la cueva para evitar que lo hicieran dos mujeres de 72 y 76 años. Karina sigue metiéndose a la audiencia en el bolsillo, incluso trazando una curva de la vida bastante aburrida, en la que ni siquiera tuvo a bien incluir el mayor hito de su vida y, sobre todo, de su carrera: el Festival de Eurovisión.
Al menos entre Luitingo y Laura Bozzo parecen suavizarse las tensiones. Ayer lo comentaron tranquilos y en son de paz. Decía el cantante que le dolió no tanto que le hiciera callar como la manera que tuvo de dirigirse a él. Vuelvo a decir que a veces parecen tener todos lo piel muy fina. Igualmente pensé eso en la polémica entre Jessica Bueno y Luitingo, que no deja de abrir frentes los cuales se ve obligado a intentar cerrar después. La presentadora se disculpó sin aparente esfuerzo. Aunque por la noche temí que se reabriera esta herida cuando se peleaban por tener el uso de la palabra ante el dilema que el programa planteó a Oriana.
No solo se planteó anoche el dilema que afectaba a Oriana y a su novio. También tuvieron que resolver entre todos si un habitante de la cueva pasaba a la casa VIP y, a cambio, uno de estos debía hacer el viaje al pasado. La audiencia decidía esta vez si se producía ese trasvase, y lo hizo con este abultado resultado: 90,4 % de votos a favor y 9,6 % de votos en contra. Los de la casa fetén podían parar la votación y anular la posibilidad del cambio de entorno por el módico precio de restar 10.000 euros al premio final. Laura Bozzo evitó la unanimidad del grupo, aunque terminó respetando la decisión de una abrumadora mayoría.
También unánimemente decidieron en la cueva que Luca Dazi fuera quien pasara a la casa VIP, y el propio Luca eligió a Alex Caniggia para ir a la cueva en su lugar. Alex se marchó sin rechistar y fue bien recibido por sus nuevos compañeros. Este jueves se reunifican ambos grupos y comienzan a vivir todos en una misma casa. Bueno, todos no. Pedro García Aguado saldrá para dejar su lugar a Javier Fernández, que anoche estaba en la casa, pero sus compañeros aún no saben que queda alguien por entrar. Veremos quién acierta primero que el infiltrado es el Hermano Mayor y, por tanto, quién es inmune el jueves. Una inmunidad que no cuesta dinero, lo cual les debe parecer increíble. El ritmo al que les están ofreciendo gastar el dinero del premio final es para que al final les salga a devolver. Aunque ya avisó Aramendi que también tendrán ocasión para aumentar el dinero, no solo para gastarlo.
Moleskine del gato
No vi en su momento la discusión entre Luitingo y Jessica Bueno. Eran sobre las tres de la madrugada, momento que aproveché para sacar unas capturas para ilustrar el escrito del día siguiente. Lo he recuperado ahora, dado que ayer volvieron a hablar de ello y sobre esto va el Moleskine de hoy. Dale al play, anda.