Hoy toca daguerrotipo de Asraf y confieso que me siento a escribirlo con un cierto ramalazo de nostalgia después de haber visto el resumen de los meses de concurso ‘Camino de la final’. Ya solo queda este perfil de los cinco concursantes que viajaron juntos a Madrid con la esperanza de jugar la final y mañana sabremos definitivamente quién acompañará a Adara y Jonan en la disputa de los 200.000 euros, según lleva serigrafiado el cheque que entregarán al ganador.
Hace casi cuatro meses comencé analizando esta aventura con esta observación sobre la gala de presentación: “Impecable la intervención de Adara, aunque no fue su única demostración de que es una concursante lista. En lugar de escarbar en la arena esperó a que Asraf hiciese su hueco y por ahí pasó detrás de él. ¿No es una muestra de listeza?”. Simbólica imagen la de Adara pasando por el hueco hecho por Asraf. Que cada uno lo interprete como quiera.
Y vamos con el último perfil de la temporada:
Asraf Beno ha demostrado ser un estajanovista del reality. Se ha esforzado en todo por igual. Lo ha dado todo en las pruebas y ha aportado como el que más a la supervivencia del grupo. Ha sido hiperactivo cuando había cámaras delante, pero también sin su presencia. Es tan absurdo negar sus esfuerzos porque las cámaras recogieran lo buen superviviente que es como darle a eso especial importancia. Nos hemos quedado en la espuma, discutiendo si son churras o merinas, cuando no es algo de relevancia. En definitiva, todos lo hacen. No hay quien resista a intentar salir lo mejor posible ante la cámara, y si el concurso es de supervivencia no se me ocurre mejor manera que procurar salir haciendo cosas de supervivir. Otra cosa es que a veces se le fuera la mano, o que aprovechase momentos de inactividad en el grupo para ponerse a barrer la playa. A ver, el descanso se ha de respetar siempre, aquí y en la China Popular.
Negar que Asraf ha sido un trabajador incansable sería ocultar torpemente la realidad. Todos hemos visto sus denodados esfuerzos por ser visto como el mejor superviviente. No es una merma sino todo lo contrario que sus dotes de superviviente hayan quedado engrandecidas ante el espectador por su esfuerzo en conseguirlo. Más bien me parece admirable, ya que supone doble esfuerzo. Hay que trabajar y lograr que se note. Esto lo ha hecho muy bien Asraf y se lo reconozco. Ha sido concursante 24/7 y en todo. Tanto esfuerzo merece una recompensa, ahora falta que la audiencia valore si es llegar a la final o incluso ganar. De momento está a las puertas de ambas cosas por quedar nominado junto a Bosco en las últimas nominaciones. Va a ser injusto pase lo que pase mañana, porque los dos merecen jugar la final.
Nadie ha tenido tan interiorizado el papel de concursante como Asraf. Un papel en el que estaba escrito quedar bien él, sin tener mayor cuidado por que pudieran quedar mal sus compañeros. Asraf no ha sido un buen compañero y esto explica que la mayoría de los concursantes, por no decir todos, hayan evitado su cercanía. ¿Qué ha hecho mal? se preguntan algunos sin ninguna mala intención, pero con demasiada poca perspicacia. Asraf reprende a Katerina por estar usando el agua de beber para lavarse sus zonas íntimas y demuestra poca inteligencia al hacerlo. No se acerca a ella intentando evitar las cámaras para advertirle de que esa actitud podría acarrear negativas consecuencias no solo a ella misma, también al grupo. Lo hace a viva voz, delatando a Katerina y poniendo al grupo en riesgo de que el pirata Morgan la sancione a ella o a todos, en cuyo caso Asraf sería tan perjudicado como Katerina.
No estoy en la cabeza de Asraf, pero con su actitud está generando mal rollo al tiempo que deja mal a una compañera. Sea su intención o no, en la medida que vayan quedando sus compañeros en mal lugar se revaloriza su posición en el concurso. Lo de Katerina es solamente un ejemplo, significativo porque se dio en los primeros quince días de esta aventura. Desde el principio le gustó a Asraf meter el dedo en el ojo a sus compañeros, lo que le llevó a irse granjeando una fama que tuvo como consecuencia cierto rechazo del grupo hacia él. En esos mismos días discutió con Ginés por la manera de mantener el fuego. En esa discusión aprecié un tono de desprecio y prepotencia que no cuadra con una reacción muy habitual en Asraf tras discutir: el llanto. Asraf primero atiza y luego llora.
Me cuesta más analizar las discusiones de Asraf con Manuel porque ahí la cosa se complica. Primero porque en este caso era Manuel quien atizaba primero, y luego por el pique entre ambos (y la novia de Asraf, a la sazón familia de Manuel y Alma). Como tenían cuentas pendientes es difícil saber si eran simples piques de convivencia o la crónica de una vendetta anunciada. Me inclino por creer que era más bien esta segunda opción. Pero a esas alturas Asraf ya tenía el rechazo del grupo, con el único apoyo de Adara. Un apoyo tímido ya que tras el enfrentamiento entre Manuel y Asraf ella afirmaba: “Tengo mucho aprecio por los dos”. Matiz que no desmerece que fuera la única en defender a Asraf. Sin quererlo ni darse cuenta, el enfrentamiento entre estos dos concursantes era también el comienzo de una leyenda que tardaría poco en labrarse. La leyenda de Asraf, el repudiado.
En la libreta de concursante de reality de Asraf dice que cuanto más pena des a la audiencia mejor. Tener todo un grupo en contra es casi garantía de obtener un apoyo importante, posiblemente mayoritario, de la audiencia. Solo puede alterar esa regla que se note claramente la intención del concursante. No vale autoexcluirse, irse a dormir al otro extremo de la playa y llorar quejándose de lo mal que le trata el grupo. A todo eso le falta un pequeño detalle: tiene que ser verdad. En la búsqueda de la verdad me estrellé yo. Una y otra vez, debo decir. Pero, como la niña de la curva, siempre vuelvo a intentarlo para ver si me la vuelvo a pegar. Me han dicho mucho que tengo algo contra Asraf y me esfuerzo por conseguir que no gane este concurso. Sinceramente afirmo que no me importaría su triunfo porque lo considero merecido. Tampoco tenía nada en su contra a priori. Lo único es que no ha pasado mi particular polígrafo, mucho menos sofisticado que el de Conchita (¿qué será de ella ahora?). Yo cambio los cables por intuición. Es arriesgado, lo sé.
Que Asraf no fuera capaz de poner de su lado a nadie que no fuera Adara (y a Jonan después, en menor medida) puede ser interpretado como un fallo del grupo o como un fracaso de Asraf. Depende del color del cristal con que se mire. A mí no me engaña, porque he visto su lado de concursante follonero, dispuesto a sacarle punta a todo y oponerse a la voluntad de todos. Sus sibilinas provocaciones, esa gota malaya que va quebrando voluntades y poniendo rivales en su contra, seguidas de un llanto desconsolado forman ese cóctel que yo decido apartar de mí. Mientras tanto, hay espectadores que creen en las cosas tal como las presenta Asraf. Su destino en este concurso depende de que sea o no capaz de convencer a una mayoría.
Yo no olvido al follonero que malmete diciendo que al grupo le molesta el veganismo de Jonan, lo cual era falso. Ni al que dice “Por si cuela, ¿no? Bosco” cuando el equipo del programa descubre que ese concursante ha recuperado cuatro objetos y no tres de su maleta en una recompensa. Tampoco a quien decide que Artur no coma nada de cocido porque ha dicho que él era con quien peor se llevaba. Mucho menos al que menciona sus orígenes dando a entender algo que no puedo tolerar, cosa que ha hecho cuando discutiendo con Manuel sobre el fuego salió a relucir su abuelo y, más recientemente, en el puente de las emociones.
Que Asraf haya tenido en la cabeza en todo momento su objetivo de ser visto como el mejor de los supervivientes no ha impedido, sino todo lo contrario, que se le reconozca como un mérito ser el mago del fuego. No se le ha resistido casi nunca y sobre las acusaciones de manejar a su favor el dominio sobre ese elemento fundamental en la supervivencia solo puedo decir que ha hecho bien en explotarlo. Saber hacer fuego otorga poder. Ser prácticamente infalible consiguiendo la sagrada llama otorga mucho poder. Sería de tontos no aprovechar tal circunstancia. Y si alguien tiene queja que hubiera ido preparado.
Lo que más ha beneficiado a Asraf no ha sido su dominio del fuego, ni ser un trabajador incansable, ni su aportación a la supervivencia del grupo. Mucho más que eso le ha venido bien la fortuna que ha tenido con sus compañeros de aventura. Yaiza, Diego, Ginés… ellos le han dado alas. Con oponentes más listos hubiera caído en desgracia pronto para la audiencia, pero sus rivales le han hecho brillar. Mientras casi todos discutían con rabia, él esperaba la rabia del contrario. Si es por trabajador y buen superviviente merece el premio final. También lo tiene ganado si valoramos su capacidad para seducir y convencer a la audiencia. O, dicho en román paladino, para engañar a la audiencia. Y, sin ir más lejos, sería merecedor del premio igualmente si es por la cantidad de párrafos que se ha ganado en estos escritos. Por esto último solo puedo estar agradecido a Asraf.
Este vídeo diario del que hemos presentado más de ochenta ediciones desde hoy se centrará en la entrega de los Premios Tortuga de Supervivientes 2023. Durante toda la edición hemos ido viendo una serie de momentazos, más de 100, de los que hemos hecho una selección de los mejores 30. Esos 30 momentazos los hemos ido exhibiendo en las últimas semanas y ahora ya tenemos los premiados. Serán tres los elegidos: premios bronce, plata y oro. A estos añadiremos otros tres premios temáticos. Queda aclarar solo un par de cosas. ¿Por qué se llaman Premios Tortuga? Es una larga historia que viene de la sección sobre Supervivientes que hice en el programa MorninGlory de Radioset. La tortuga es protagonista en el final de todos los momentazos, como habréis podido ver en estos casi cuatro meses. Y lo segundo: ¿Quién decide estos premios? Pues servidor, siguiendo la costumbre española de las decisiones a dedo. No había otra opción, porque todo lo que hemos (el plural es de modestia) estado presentando en este pequeño rincón tiene mi autoría. Espero que os guste.